Desde Iquitos es posible sumergirse en las entrañas de la selva del Amazonas, disfrutando de su naturaleza salvaje e inexplorada. Los orígenes de esta moderna urbe se remontan siglos atrás en la historia, cuando se trataba de una aldea primitiva. Era un asentamiento indígena ocupado por una tribu selvática que dio su nombre a la ciudad: la tribu de los iquitos. Se llamó de ese modo desde su fundación colonial, en 1864.
Iquitos es accesible en avión desde Lima. Una vez allí, las excursiones para realizar son inagotables. Una de las más impresionantes es, sin dudas, la que nos lleva al corazón del Amazonas, en donde además es posible hospedarse en albegues o lodges. También los cruceros por las aguas del río Amazonas son una manera muy popular de conocer estos paisajes intrincados y fabulosos.
La Reserva Nacional Pacaya Samiria, también conocida como la Selva de los Espejos, es otro de los destinos privilegiados. Este espacio de protección se extiende a lo largo de 2 millones de hectáreas, en las que habitan infinidad de especies de flora y fauna en estado natural. Se encuentra a 180 kilómetros de Iquitos, en la reunión de los ríos Marañón y Ucayali.
Más cerca de la ciudad, en la periferia de Iquitos, la naturaleza sigue teniendo un rol principal. El complejo turístico de Quistococha es un sitio dedicado a la conservación de la biodiversidad local; Santo Tomás es un pueblo situado a orillas de una magnífica laguna, y el río Momón bordea un buen número de comunidades nativas de Perú, como los Boras y los Yaguas.