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27 diciembre 2008

¿Sera mas barato viajar en 2009?

Con el barril de petróleo en la banda de 30 a 40 dólares, y una recesión económica que ha impactado severamente en la demanda de productos y servicios en muchos países desarrollados, parece bastante poco arriesgado suponer que en 2009 enfrentaron costos de viajes menores a los de 2008. En particular, la segunda mitad de este año ha sido muy difícil, con los pasajes de avión a valores que no se veían desde hace bastante tiempo.

Como consumidores, desde ya nos importa que ciertos precios bajen. Pero los más interesados en el tema de los costos son las empresas, que enfrentaban costos cada vez más altos en el tema de los viajes de negocios. Y a eso había que agregarle un constante aumento de los precios de los hoteles de más estrellas en las ciudades donde se hacen los negocios más importantes.

El año que viene, muy probablemente, no nos asustemos tanto con los precios de las tarifas aéreas o de la hotelería. Pero para la industria turística habrá muchas preocupaciones. Tras varios años de performance muy buena de los números del turismo mundial, en 2009 el crecimiento seguramente será sustancialmente menor. En particular, en la primera mitad del año que viene.

En América Latina, en particular, la industria podía lucir muy buenos números de crecimiento de la llegada de turistas internacionales. Y aunque los números definitivos de 2008 recién estarán para dentro de un mes y medio, lo que más interesará ver es la diferencia en las estadísticas entre la primera y la segunda mitad de 2008. Pero para eso hay que esperar un poco más.

Via: blogdeviajes

Argentina: Los tesoros secretos de la Cordillera

Allí donde la provincia de La Rioja se empieza a mezclar con suelo chileno, en plena Cordillera de los Andes, hay un paraíso semioculto: la reserva Laguna Brava, creada en 1980 para preservar comunidades de vicuñas, flamencos y guanacos que, por la caza furtiva, estaban al borde de la desaparición. A 450 km al oeste de la capital riojana, la reserva tiene 5.000 hectáreas, y su nombre es el mismo que el de la mayor laguna de la región, con una superficie de 17 km de largo por 4 de ancho. La reserva abarca también lagunas menores que se forman en época de deshielos.


Tan deslumbrante como la meta final de este viaje es el camino hacia ella. Vamos por la Ruta provincial 26 -que cruza la Cordillera- hacia el paso internacional Pircas Negras. Dejando atrás el pueblo de Vinchina, una huella de tierra que se puede transitar con autos comunes asciende por la Quebrada de La Troya. Este pintoresco camino de cornisa, de unos 7 km, desemboca en el último pueblo antes de ingresar en la inmensidad de los Andes. Su nombre es Alto Jagüé, y su calle principal -que en verano, con los deshielos, se convierte en un río- es una huella profunda entre dos barrancos de tierra sobre los que se asienta un caserío. Las casas son de adobe, y sus pequeñas puertas y ventanas de madera, suelen permanecer herméticamente cerradas. Desde el destacamento de Guardafaunas, sale entusiasmado uno de los baqueanos que, por su conocimiento de la zona, registran el ingreso de turistas a la reserva y los acompañan en la travesía.

Desde Alto Jagüé el camino continúa por la Quebrada Santo Domingo, con suaves lomadas que, por los minerales del suelo, parecen recubiertas de terciopelos azules, verdes, violetas y anaranjados. La quietud de piedra de estos parajes desérticos se interrumpe cada tanto con la grácil carrera de guanacos y vicuñas.

La siguiente cuesta es la "Quebrada del Peñón", llamada así por las salientes rocosas en las montañas. Por la ventanilla desfilan enormes piedras que el sol pinta de dorado cuando de pronto, a la orilla de la ruta, vemos una curiosa construcción circular de piedra y argamasa (mezcla de cal y tierra) de 5 m de diámetro por 3,5 de alto. Su arquitectura -similar a la de un iglú- termina en una cúpula con una pequeña abertura en la parte superior. Es uno de los 13 refugios construidos en la zona entre 1864 y 1873 para alojar a los arrieros que conducían ganado a Chile durante la guerra de ese país contra Perú y Bolivia.

El ascenso continúa hasta los 4.000 metros de altura, cuando se abandona el camino principal para avanzar por una huella de ripio sobre las lomadas. Al acercarnos al centro del valle, aparece una laguna ovalada rodeada por majestuosos picos (el Veladero, el Bonete Chico y el Pissis, el segundo más alto de América). Un viento helado sacude sin pausa la escasa vegetación, compuesta por molles y coirones secos de color dorado. La serenidad inmóvil del ambiente se rompe cuando un centenar de flamencos rosados extiende sus alas y levanta vuelo. El paisaje despliega tanta belleza que, si el viaje terminara aquí, ya nos daríamos por satisfechos.

Cerca del cielo

Pero ascender al cráter Corona del Inca es un anhelo de todo apasionado del turismo aventura. Es la cima de una antigua montaña que, por la actividad volcánica, se desplomó sobre sí misma, formando un hueco de 5 km de diámetro. El fenómeno creó una especie de anillo, y el agua del deshielo de los penitentes -filosos montículos de hielo- se depositó en el centro, formando una laguna de aguas azul zafiro de 2 km de largo por 1 de ancho, y 350 metros de profundidad.

La excursión es una extenuante travesía que comienza cerca de la Laguna Brava, a través de Pampa del Veladero, un campo con arena volcánica. A la derecha del camino aparece de repente la postal más asombrosa: en una extensa ladera se levantan miles de penitentes que, pese a las temperaturas de la época, mantienen su helada forma puntiaguda.

Es entonces cuando comienza la ascensión más exigente: el único lugar para avanzar es el lecho del río Veladero, de poco caudal. Más adelante lo abandonamos para hacer un desvío de unos 500 metros, y tras la ventanilla aparece la cima de un gigantesco cordón montañoso. Los cerros Veladero y Bonete vigilan el valle, y varios grupos de penitentes se dispersan de manera espaciada.

De pronto, se ve de frente la cumbre nevada del cerro Pissis, que con sus imponentes 6.882 metros, eclipsa a sus vecinos. El GPS marca 5.500 metros sobre el nivel del mar cuando, finalmente, aparece la cumbre del Corona del Inca. En medio del resplandor blanquecino de los glaciares, que forman una especie de "corona de hielo", se despliega una laguna azul profundo. Su transparencia perfecta, y la blancura de la nieve que la rodea, crean un mundo de aura límpida y virginal. La sensación es la de haber llegado al núcleo mismo de un infierno extinguido, donde reina la paz más absoluta del universo.

Por América Latina, en ómnibus

Imagínese un pase que le permita a los turistas movilizarse en ómnibus por las distintas regiones de la Argentina y alcanzar varias ciudades en países como Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Perú.

Con el antecedente del europeo Euroline -también un pase para viajar en ómnibus- o el famoso Eurail Pass -para trenes-, ya funciona en parte de América Latina el South Pass / Argentina By Bus. El objetivo principal es, claro, facilitar e incentivar los viajes de los turistas extranjeros en ómnibus. De la mano del Grupo Plaza, este pase abre las puertas a más de mil salidas diarias hacia unas 260 ciudades de los siete países ya mencionados.

"Tratamos de crear un producto bien flexible. Justamente, la gran ventaja de este pase es que no posee límite en el kilometraje a recorrer y se puede adquirir tanto en el exterior como en la Argentina, a través de agencias, de la Web o por vía telefónica", explica Marcos Sydor, director del South Pass.

Entre otras facilidades, el pase -por ahora destinado a extranjeros y argentinos residentes en el exterior- habilita a su portador a utilizar, por ejemplo, el recién inaugurado salón VIP de la terminal de ómnibus de Retiro.
A rodar

El funcionamiento de este sistema parece sencillo e ideal para aquel turista que viene a la región por más de 12 o 15 días y con el plan de recorrer varios lugares. El ahorro que implica la compra del South Pass dependerá de los viajes y los destinos que el pasajero planee hacer.

En principio, el viajero debe comprar el pase seleccionando la cantidad de días (corridos) durante los cuales hará uso del mismo (10, 14, 21, 30, 60 o 90 días) y según la categoría que le corresponda: Joven (hasta 25 años inclusive), Adulto, Familiar (2 mayores con un menor) y Adulto Mayor (para quienes tienen más de 60 años). El pase de 10 días para Adulto, por ejemplo, cuesta 160 dólares, y el de 21 días, 286 dólares; mientras que los que están dirigidos a los menores de 25, cuestan 120 dólares y 214 dólares por la misma cantidad de días.

El único requisito para el portador del South Pass es que antes de iniciar cada viaje, debe hacer la reserva para el destino y horario deseado -vale lo mismo para un servicio cama o semicama- y retirar el pasaje en las boleterías de las terminales de ómnibus donde se encuentre. Sin tener el pasaje en mano no se puede abordar un ómnibus.

Por otro lado, la planificación de los recorridos está, lógicamente, sujeta al mapa de rutas que cubre la empresa Grupo Plaza junto con otras empresas asociadas. De hecho en la web www.argentinabybus.com.ar que estará renovada y completa para los primeros días de enero- el viajero puede obtener el mapa y los destinos que puede alcanzar con su pase. "La idea es poder ayudar al viajero, desde la Web, para que pueda organizar su circuito, su viaje, a partir de las conexiones que le ofrece esta red", agrega Sydor.

Si bien el South Pass fue pensado para incentivar el turismo receptivo, no se descarta que una vez que su funcionamiento esté asentado, el programa se extienda también a los viajeros argentinos.

20 diciembre 2008

Peru: Iquitos la ciudad más exóticas de todo Latinoamérica.

Iquitos estás considerada una de las ciudades más exóticas de todo Latinoamérica. Situada a unos 1.000 kilómetros de Lima, en Perú, en el área del Amazonas nororiental, Iquitos es ideal para las personas que quieran explorar la naturaleza virgen de la jungla, aprovechando los numerosos albergues que existen en plena selva y muy cerca de la ciudad.

Iquitos es el lugar ideal además para los turistas y viajeros que se animen a adentrarse en zonas de selva resguardadas como parques y reservas, donde existen aún lugares por descubrir y que jamás fueron explorados. La ciudad, es una curiosidad en sí misma: aislada por la densidad impenetrable de la selva, Iquitos es accesible sólo por vía fluvial o aérea, encontrándose al margen del río Amazonas, en la región de Loreto. El aspecto de la ciudad, en su mayor parte, es el de una aldea, poblada por la tribu de los Iquitos, de quienes la ciudad tomó finalmente el nombre al ser fundada en sintonía con la fiebre del oro y porteriormente, el furor del caucho.

Fue durante los años dorados entre los años de 1880 y 1912, que Iquitos vivió su época de máximo desarrollo y esplendor. La ciudad vivió mirando a Europa y alejada de la propia ciudad de Lima, a tal punto, que se importaron mansiones con materiales traídos del viejo mundo, incluyendo una casa diseñada por Gustave Eiffel que se puede observar en la actualidad en la Plaza de Armas. La Plaza es el eje de la vida social de la ciudad, que cuenta con curiosidades como las casas flotantes junto al río, todo un emblema de Iquitos, en el llamado barrio de Belen.

En la actualidad, Iquitos es la ciudad más importante junto al Amazonas en Perú. Cuenta con varios atractivos, pero para muchos, el especial interés por llegar a Iquitos se centra en su cercanía con zonas selváticas para explorar y disfrutar con el ecoturismo. La selva no sólo puede visitarse, sino también, vivirla en primera en persona en los albergues o lodges cercanos a las reservas naturales. Es posible internarse en el Amazonas en barcos de excursiones, o contratar guías para explorar zonas poco accesibles. Iquitos es una ciudad de poco desarrollo, e incluso muy pobre en muchas de sus zonas. Sin embargo, es una de las formas más recomendables de conocer una de las tantas caras del exuberante amazonas y su selva.

Isla de Pascua: maravilla de Chile.

Es una isla de Chile, pero está situada en Polinesia. Isla de Pascua es una de las más remotas porciones de tierra en el Océano Pacífico, y también una de las regiones más misteriosas. Isla de Pascua también se conoce como Rapa Nui, en el idioma original de los nativos de la isla, el pueblo rapanui. La isla de Pascua es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Chile, gracias a la fama global de sus moáis, las esculturas gigantes que custodian la isla como si fuera un enorme museo a cielo abierto.

La isla de Pascua, está situada a 3.526 kilómetros de distancia del continente americano, aunque mucho más cercana, están las islas Sala y Gómez, el punto más oriental de Oceanía. De origen volcánico, la Isla de Pascua es el resultado de la erupción de tres volcanes submarinos que emergieron a superficie hace más de tres millones y medio de años. Los tres volcanes al elevarse, conformaron una isla de forma triangular con un volcán en cada uno de los vértices. El volcán Maunga Terevaka, con 539 metros sobre el nivel del mar, es el más alto de la isla.

De un aspecto virtualmente deforestado, en donde un antiguo bosque originario ha desaparecido por completo a lo largo de miles de años, en la Isla de Pascua apenas hay unos pocos árboles y un paisaje ondulado de costas abruptas bajo un clima tropical de gran influencia oceánica. La isla, apenas poblada, varía permanentemente su cifra gracias a la llegada de turistas. El principal centro poblado se encuentra en Hanga Roa. La única ruta de vuelo que conecta con la Isla de Pascua a diario proviene de Santiago de Chile, la capital del país.


La isla de Pascua, con sus playas desiertas y los gigantescos moáis dispersos y agrupados en sectores de la isla, fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1995. Las estadías en la isla, permiten realizar excursiones de exploración y jornadas de sol y playa. El principal evento de la isla, es la fiesta de Tapati, durante la primera quincena de febrero. En el festival de Tapati se realizan rituales ancestrales, además de competencias tradicionales de gran atractivo. La isla de Pascua, marcada por la cultura y tradiciones de los rapanui, es sin dudas un destino que deja marcado a cada visitante.

Colombia: Buceando en la isla de Malpelo

En esta oportunidad partimos hacia Colombia donde les tenemos preparado un paraje de gran belleza, ideal para los amantes del buceo que podrán admirar las riquezas submarinas de la zona.

Se trata de la isla de Malpelo, desde donde se llega por medio de una embarcación desde el Puerto de Buenaventura, en un recorrido de unas 30 horas para finalmente llegar a un entorno único.

Una vez en el sitio podremos observar una formación de roca volcánica de unos 376 metros del altura y que constituye el destino preferido por aficionados de las inmersiones ya que es la única manera de acceder a las otras 11 estructuras de piedra se ubican alrededor.

Entre los mayores atractivos destacamos la increíble cantidad de fauna marina, muy estudiada por científicos de todas partes del mundo, además de ser uno de los pocos lugares donde se puede observar al tiburón martillo.

Un paraíso natural verdaderamente sorprendente que quienes lo sepan apreciar seguramente no dudarán en volver para seguir viviendo experiencias inolvidables.

Vía: Sobre Turismo

17 diciembre 2008

Chile: ¿Flores en el desierto?

Llegaremos hasta el continente americano, más exactamente a América del Sur para conocer un curioso lugar que se encuentra al norte de Chile entre la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico: el Desierto de Atacama.

Cuando mencionamos la palabra “desierto” automáticamente viene a nuestra mente la imagen de una sediento paisaje, de climas extremos y de difícil acceso, y aunque en el caso de Atacama no estaríamos equivocados ya que se trata de uno de los más áridos del planeta registrando en su parte central hasta 400 años sin recibir lluvias.

Pero en otros puntos de este llamativo desierto, como por ejemplo desde el norte de la ciudad de Vallenar hasta Copiapó, cuando caen pocos milímetros de agua, dan paso a un extraño fenómeno natural que se convierte en un bello y atractivo espectáculo para quienes tienen la oportunidad de observarlo.

El agua que llega al suelo -generalmente entre los meses de septiembre y noviembre- provoca que las semillas y bulbos que se encontraban bajo el suelo en estado latente comiencen a germinar formando una increíble cubierta de flores y hierbas entre las que predominan la malvilla, la garra de león y la pata de guanaco, que trae aparejado la visita de diferentes especies de aves, insectos y otros animales.

En la zona también podemos mencionar otros lugares muy recomendables como una visita al Parque Nacional del Pan de Azúcar, el bosque de Fray Jorge, la Laguna Verde o el Valle del Río Elqui. Cabe señalar que el desierto de Atacama será proximamente atravesado por el Rally Dakar.

Vía: Vuelta al Mundo


Peru: Ruta económica para visitar Macchu Pichu


Crónica de diciembre 2008 de cómo llegar a Machu Picchu de la forma más económica desde Cuzco a través de Olaintambo, Santa María, Hidroeléctrica y Aguas Calientes.

Al llegar a la estación de autobuses de Cuzco ya teníamos a un buen grupo de gente ofreciendo sus hostales y tours. Preguntamos, ilusos, si alguno nos podía ofrecer información sobre la forma más económica de viajar hasta Machu Picchu. Sabíamos que existía una ruta que evitaba los abusivos precios en los trenes a través de Santa María y queríamos probarlo para evitar así los más de 150 dólares que cobran por el trayecto en tren hasta Aguas Calientes.

Una mujer nos informó de que podíamos trazar ese recorrido y nos invitó a su hostal donde nos ofreció un mate de coca (ideal para aclimatarse a la altura) y trató de vendernos un recorrido similar por la friolera de 140 dólares. Con la excusa de visitar una ONG en las inmediaciones de Cuzco -que además era cierto- nos largamos.

En la esquina encontramos a la señora Catalina. Una vieja que regienta un puesto de caramelos y periódicos en la calle. Le preguntamos sobre cómo llegar a Aguas Calientes de la forma más barata.

Nos informó sobre los combis y autobuses que parten de la ciudad en dirección a Quillabamba. Tomamos un taxi y por 3 soles llegamos a la terminal de combis.

Por lo visto, nos advertieron de una manifestación en los pueblos del valle. La gente había salido en protesta por los altos precios de la vida cotidiana y el escaso presupuesto que el gobierno destina a la mejora de carretera y los pueblos vecinos a Cuzco.

Por lo visto podíamos llegar hasta Huiros donde quizás podríamos tomar otro combi en dirección Santa María. Probamos suerte. Subimos al cambi pagando 30 soles por cabeza. Los combis suelen partir cuando van llenos y tuvimos suerte. De todas maneras, nos informaron que suele llenarse uno a cada hora. En el interior se encontraba un alemán que pretendía realizar el mismo recorrido.

Partimos de Cuzco y tras unos cuantos kilómetros paramos en la preciosa localidad de Olantaimbo donde existe una vertical ciudad inca en un paraje merecedor de estar al nivel de Machu Picchu.

Seguimos camino ascendiendo la selva más tropical hasta llegar a un collado a unos 4,300 metros de altura donde parecía que pudiéramos tocar los glaciares con la palma de las manos.

A partir de ahí empezamos a descender contemplando parajes desolados de vegetación con casas dispersas y algunas llamas pastando a sus alrededores.

A medida que descendimos más volvimos a la húmeda y espesa selva donde empezamos a constatar la realidad de la revuelta que estaba ocurriendo por la zona.

Al principio encontramos rocas en medio del camino que parecían haber sido retiradas, así como árboles cortando la carretera. Al llegar a la población de Huiros, un enrome boquete en la tierra nos hizo parar. El conductor salió a dialogar y tras un pago de 50 cts de sol por cabeza nos allanaron el boquete y pudimos pasar, no sin quedarnos atrapados en su interior y arrancar más de tres veces para poder salir.

No tardamos demasiado en encontrar más piedras y árboles bloqueando el camino hasta que finalmente dimos de cara con una previsible caravana de furgonetas y camiones parados en el camino.

Fuimos a echar un vistazo y encontramos una gran hoguera en medio del camino y un buen grupo de hombres obstaculizando la vía, la mayoría en estado ebrio. La cosa parecía ir para largo. Encontramos otros turistas que llevaban más de seis horas parados. Nosotros llevábamos unas cuatro horas de viaje en ese momento y quedaba poco para el anochecer. Preguntamos a cuánto quedaba para llegar a Santa María y nos dijeron que en una hroa andando podríamos llegar.

Comentamos la jugada y no nos lo pensamos dos veces. Cogimos la mochila y junto con el alemán nos dispusimos a caminar con el frontal hasta Santa María. La idea era dormir ahí y a la mañana siguiente partir en dirección a Hidroeléctrica donde podríamos tomar el tren hasta Aguas Calientes por unos cuantos soles.

Había oscurecido y sólo perros y mosquitos parecían habitar el lugar. Al cabo de unos treinta minutos Juan pegó un grito que sólo podía traer funestas consecuencias: "¡¿Donde está mi saco?!"

Tras deliberar me ofrecí para subir al pueblo nuevamente y recoger el saco. Ellos me esperarían en el mismo lugar. Puse un ritmo ligero y al llegar al pueblo encontré no una sino dos hogueras ardiendo y cortando el paso a los vehículos. Pude incluso ver una bandera perunana en ascuas. El increíble monopolio chileno-peruano que tiene la compañía ferroviaria pide precvios abusivos e dólares a los turistas y nada de ello llega a los locales de la zona. Protestaban por el alto precio del gas (además no hay que olvidar que la mayor parte del gas que se produce en Perú sale de los alrededores de Cuzco) y por la construcción de una carretera digna en la zona.

Llegué al pueblo y encontré a todas las furgonetas y camiones aparacados en la vía principal. No recordaba la cara del conductor, ni la matrícula, ni tan siquiera el color de la furgoneta... Así que empecé a alumbrar con el frontal el inteiror de cada una de las furgonetas. La gente empezó a preguntarme y la curiosidad en el pueblo por mi búsqueda se convirtió en una nueva conversación en la acalorada noche. Gracias a ello, apareció una niña que recordaba como pasajera en el combi. Me indicó al conductor, fuimos juntos a la furgoneta y felizmente encontramos el saco. Me dfspedí, no sin dar un caluroso beso a la niña y emprendí el camino de vuelta para encontrar a mis compañeros de viaje.

Tras devolver el saco a Juan, descansar y tomar un cigarrillo emprendimos nuevamente la marcha. Caminamos una hora más en la oscura noche de la selva y encontramos una nueva hoguera cortando el camino con unos cuantos locales a su alrededor. Amables nos indicaron el camino.

A la pregunta "¿Cuánto queda hasta Santa María?" nos respondieron "Una hora". Las medidas en los pueblos aconstumbran a ser muy dudosas. Al cabo de 15 minutos volvimos a preguntar y nos dijeron "Dos horas".

No quisimos desmoralizarnos y a paso firme seguimos andando bajo la noche, la neblina y rodeados de la espesa selva.

Mosquitos y perros nos saludaron centenares de veces y finalmente, tras tres horas de camino llegamos a Santa María. Eran las 10 de la noche.

En el único hostal que vimos abierto cenamos, nos duchamos y nos fuimos a dormir no sin tomarnos una cerveza Cuzqueña celebrando la vuelta a la civilización.

Acordamos un coche (taxi) para las seis de la mañana. Por 12 soles por barba acordamos llegar directamente hasta la estación de trenes de Hidróeléctrica pasando por Santa Teresa.

Así lo hicimos. Partimos a las seis junto a otros locales. El alemán decidió quedarse en el pueblo. Siguiendo el precipicio que contornea la silueta del río, llegamos a Santa Teresa en una hora aproximadamente.

Ahí compramos los billetes del tren para Aguas Calientes. 8 dólares. Cada vez que veo precios en dólares en un país que no es Estados Unidos me pongo de mala leche. No puedo evitarlo. Tras unos 20 minutos más de noche llegamos a la estación donde tuvimos tiempo de sobra para desayunar bien en los estantes que miran la vía del tren y tomar finalmente el tren que parte hacia Aguas Calientes a las 8:30 de la mañana.

En apenas media hora nos encontrábamos en la estación de Puente Ruinas donde la silueta del Huayna Picchu nos saludaba.

Ansiosos, bajamos del tren e iniciamos una ascensión por escalera de una hora que nos llevó a la entrada principal de Machu Picchu.

Via: viajablog

Argentina: Mendoza "Viaje al centro del volcán"

La Reserva Provincial La Payunia es sinónimo de vida volcánica. Allí, en el sur de Mendoza, ya no hay humo ni lava ardiente, pero se pueden observar más de 800 conos volcánicos, lenguas de lava negra endurecida o rocas circulares calcinadas. Es la concentración de volcanes más grande del planeta. Una de las piedras preciosas de la Reserva es el volcán Payún Matrú. La ascensión a sus 3.715 metros combina turismo aventura, travesía 4x4, tekking y alpinismo.

El trayecto hasta la caldera del Payún implica una salida de día completo en vehículos 4x4. El sitio queda 180 km al sudeste de Malargüe, y gran parte del camino se transita por la ruta nacional 40. Al entrar al Circuito Turístico Los Volcanes, el camino interno atraviesa el Campo de Bombas, una extensa planicie cubierta por millones de piedritas negras, que se acumulan conformando un extraño arenal negro.

Por las Pampas Negras

De inmediato aparecen las Pampas Negras, una amplia franja de cráteres. Luego siguen 33 km de naturaleza viva hasta llegar al campamento base La Zanja, donde se recomienda la primera aclimatación para el ascenso. Allí empieza el trekking hasta la cima del Payún, con una aventura que transita por el Rincón de la Fortuna y El Portezuelo, sitios de singular belleza y pasos previos al ascenso mayor.

Luego habrá que caminar una hora entre oscuras rocas gigantes para dar con el espejo de agua central. Sobre un lado se ve el pie del pico Nariz de Marín, antigua cima desplomada del volcán, que ofrece un magnífico mirador.

Llegar al interior del volcán no significa acabar con la excursión; durante su última explosión, hace miles de años, el Payún Matrú se quedó sin sostén y se hundió sobre sí mismo. El resultado es su impresionante caldera de nueve km de diámetro con forma de anfiteatro, que pose una cristalina laguna central. El valor faunístico es un gran atributo del lugar. Hay especies que sólo se reproducen aquí, como el lagarto cola de piche. Los viajeros, además, pueden inspeccionar algunos rincones de la caverna. En la parte oriental hay una fisura volcánica que todavía está abierta. Se puede entrar y descender hasta 50 metros de profundidad. La excursión permite también que quienes lo deseen, acampen y pasen la noche allí. Todo un privilegio.

10 diciembre 2008

Earth Cam: el mundo “en vivo”

Que la tecnología ha acercado las fronteras, no hay ya quien lo dude. Hoy, lo más normal es que cuando visitamos un sitio nuevo, nos invade una sensación de familiaridad, de déjà vu, producto de que previamente, ya hemos visto miles de veces esos rincones en fotografías, en películas, en los diarios, en las noticias, en revistas.

Sin embargo, una herramienta nos brinda una posibilidad mucho más tangible de acercamiento con un sitio remoto, dándonos inmediatez y simultaneidad. Se trata de las web cam, que están ubicadas en rincones de todo el mundo, como un Gran Hermano virtual que capta al momento lo que ocurre aquí a un par de calles, o en las antípodas de esta ciudad.

Earth Cam es un sitio web de estas características, en el que podemos elegir el lugar del mundo que queremos ver, y al instante lo tenemos. Además, tiene aplicaciones para el teléfono móvil.


Una idea muy simpática sería la de ponerte de acuerdo previamente con algún amigo o familiar – ya sea que viajes tú o la otra persona – y dejar alguna “señal” en la hora y minutos indicados, como una forma de conectarse a través del mundo y de la web.

Y si no, al menos tienes la posibilidad de escapar aunque sea por un rato a la rutina diario, viendo qué pasa en este preciso momento en cualquier parte del mundo, algo que hasta hace pocos años, era impensado. El planeta se ha achicada gracias a inventos como éste.

Via: turismito

Valle del Elqui, una escapada alternativa al Norte de Chile

Hoy te propongo un viaje hacia las estrellas en Chile. El Valle del Elqui, a unos 90 km de La Serena y 470 km al norte de Santiago, goza dicen de los cielos más claros del hemisferio sur, razón por la cuál organizaciones internacionales han instalado observatorios astronómicos en las cumbres de algunos de sus cerros.

Considerado un polo energético está también asociado a los OVNI por las comunidades que realizan actividades espirituales en él. El Valle del Elqui es además cuna de la poetisa chilena Gabriela Mistral, ganadora del Premio Nobel de Literatura el año 1945.

Me encontraba en La Serena, localidad chilena situada a 474 Kilómetros al Norte de Santiago, y no sabía muy bien hacía dónde ir. Bolivia me esperaba, pero no me apetecía abandonar Chile todavía. Durante una de las inumerables conversaciones nocturnas acompañadas de pisco sauer que con Francisco, conocido como Pancho y zapatero de profesión, solíamos mantener en Marias Casa, esa cómoda y confortable casa de hospedaje en La Serena que él mismo regenta, apareció su nombre, el Valle del Elqui.

Mi amigo chileno me habló de la paz y la tranquilidad que reina en esa pequeña aldea situada a 107 km Este de La Serena. Mi estancia en esta localidad había sido de todo menos eso, serena, por lo que no dudé ni un instante y seguí su recomendación; empaqueté la mochila y me subí al primer autocar que partía desde La Serena a Pisco Elqui.

Pancho me había proporcionado la dirección de un amigo suyo que vivía en la pequeña aldea y que alquilaba habitaciones a viajeros como yo. No fue difícil encontrarlo; se alegró de recibir noticias de su amigo en La Serena mientras compartíamos, cómo no, unos tragos de pisco sauer. El precio que me cobró por hospedarme en su casa fue, nunca mejor dicho, de amigo; además me dio permiso para utilizar su cocina, de modo que me pude permitir ahorrar algunos pesos más.

Pasé cuatro días en el Valle del Elqui, y créeme, nunca había vivido bajo un cielo tan limpio y tan claro, tanto de día como de noche. Los paseos nocturnos después de la cena se convirtieron en mi actividad favorita; jamás en mi vida había presenciado un cielo tan estrellado como el que cubre las noches en el Valle del Elqui, verdaderamente parecía que pudieras tocar las estrellas con la mano. Cómo diría el bueno de Obélix, parecía que el cielo se nos fuera a caer encima.

En fin, que la breve escapada al Valle del Elqui fue una fantástica parada en el camino, perfecta para recargar pilas antes de adrentarme en el Desierto de Atacama, última estación en Chile antes de penetrar en tierras bolivianas.

Via: viajablog

Bracil: Itacaré, sol y fronda, cacao y mar

Al sur de Salvador de Bahía, 455 km, exactamente, en la Costa do Cacao, se esconde Itacaré, uno de los secretos mejor guardados del nordeste brasileño. Tierra de orixás, capoeira, candomblé, Amado y moqueca, con ritmo de forró; tierra del dendé y del cacao. El universo bahiano tiene demasiados olores, demasiadas sonrisas blancas y profundas de su gente, demasiadas provocaciones. Todo eso sin mencionar sus kilómetros de playas vírgenes y paradisíacas.

Perdida al norte de Ilhéus, donde vivió, se enamoró e inspiró Jorge Amado para escribir su Gabriela, clavo y canela, entre la mata, la misma selva ni más ni menos, la playa y el estuario del río de Contas, se esconde y sobrevive Itacaré, uno de los últimos hallazgos en el mapa privilegiado que arma la arena blanquecina y el agua templada de Morro de San Pablo, Itaparica y Porto Seguro, entre otras playas, puertas de entrada a los portugueses.

Historia y sabor del cacao

El cacao -una planta que necesita la sombra de una nutrida foresta a su alrededor- explica gran parte del pasado del paraíso itacarense, pero también su presente y prometedor futuro. Tierra de capitanes e ignorantes herederos, los temibles barones del cacao sostuvieron durante siglos la pobre economía de la región en base del fruto amargo, indispensable para el mejor dulce, convirtiendo este pedacito de Brasil en el primer productor del mundo.

Esa singularidad económica y tangencialmente ecológica salvaguardó la mata atlántica que hoy protege la UNESCO y que ostenta mayor biodiversidad que la mismísima y similar selva amazónica. Pero en 1989 una plaga devastadora, el hongo "escoba de bruja", acabó literalmente con los cultivos de cacao. No fue suficiente para liquidar la suerte de algunos fazendeiros rápidos de reflejos que reconvirtieron sus latifundios en fastuosos resorts ecológicos.

La cercanía de los aeropuertos de la capital estadual San Salvador y de Ilhéus, sumada a la todavía más reciente rodoviaria, hicieron el resto. La Villa Sao José, por citar un caso, es ejemplo de lo anterior. Antigua plantación de cacao, hoy es un complejo de 200 hectáreas con grandes hoteles.

El Itacaré Village y el Itacaré Eco-resort son dos de las opciones posibles para descansar y disfrutar de la naturaleza sin forzarla. Su menú de actividades deportivas y ecológicas es inmenso: desde tirolesa -los viajes entre las copas de los árboles-, pasando por los náuticos kayacs, rafting y las más relajantes sesiones de spa y gimnasia en playa.

Mucho menos esfuerzo cuesta descansar, capirinha en mano, en las hamacas paraguayas idealmente ubicadas en cada balcón de la Villa y la región. Entre tanto relajo e invitación al romance, los más chicos tampoco se quedan afuera ya que disponen de un programa combinado de arte y entretenimiento a prueba de aburrimiento.
Prainha, una entre tres

Lo más espectacular para los residentes en la Villa o los visitantes ocasionales, que también pueden acercarse, es Prainha, catalogada como una de las 3 mejores playas del nordeste brasileño. Más allá de la arbitrariedad de semejante clasificación, Prainha provoca primero una liberación de adrenalina; y segundos después, un impulso pacífico invade el ánimo del turista más urbano y frenético que pueda llegar hasta esta costa surcada por grutas, erizos de mar y olas que convocan a un número acotado pero privilegiado de surfers.

Quince kilómetros más al sur, el cartel de ingreso a otra de las playas selectas de la costa de cacao: Itacarezinho, o "el paraíso", como la llaman sin sentir que exajeran. Lejos del lugar común o del fanatismo, se trata de un Edén con agua templada, 27° de temperatura promedio, bananeros, cocos, y el color de las santas ritas y rosas chinas que brotan en cada rincón.

Lejos del lujo de los eco-resorts, no es menos relajante romper la burbuja natural, adentrarse en el verdadero Itacaré y caminar por la principal y empedrada rua Pituba.

Sobrecargada de negocios con productos autóctonos y, como no podía ser de otra manera, de fábricas de chocolate, no faltan bahianas cocinando en plena calle, que como norma general siempre regalan -y nunca impostan- sonrisas blancas que contrastan con esas caras oscuras.

A la noche la calle Pedro Longo es el centro nocturno y la referencia obligada. Pero basta con caminar apenas otros cuatrocientos metros, tomar la transversal rua da Orla para divisar los edificios más antiguos y auténticos de la ciudad como la Iglesia de Sao Miguel, erigida en 1727. Enfrente se divisa la desembocadura del río de Contas.

En el estuario, donde la corriente fría del río se mezcla con la cálida que entra del mar, se estacionan los saveiros de los pescadores, grandes y pequeñas barcazas que terminan por pintar el cuadro. Escasos reales y un poco menos de vergüenza se necesitan para regatear con un lanchero un paseo por los canales de la zona. Si sobra el tiempo, vale remontar el río hasta la Pancada grande, uno de los saltos más espectaculares de todo el estado. Algo se quiebra, permanece para siempre en Itacaré. De manera definitiva también queda esa porción, instantánea única, irrepetible, de saudade bahiana.

05 diciembre 2008

Parque Nacional Los Quetzales en Costa Rica

Todos sabemos que Costa Rica es un país que ha sido privilegiado por la naturaleza y esto se puede comprobar en el gran número de exquisitos paisajes de exóticas y blancas playas y verdes selvas tropicales.

Pero en esta ocasión vamos a detenernos en un sector que cuenta con una superficie de aproximadamente 16 kilómetros cuadrados y que se encuentra ubicado a una distancia de 122 kilómetros de San José, capital del país.

Con el nombre de Los Quetzales y creado por decreto como Parque Nacional en el año 2005, esta zona ofrece a quienes se acerquen la oportunidad de disfrutar de una rica diversidad biológica y de vivir aventuras respetuosas con el medio ambiente admirando a 25 especies diferentes, 116 tipos de mamíferos y humedales como las lagunas que se generaron en la época glacial gracias a los siete diferentes niveles de altura que tiene el Parque.

El gobierno está proponiendo prácticas responsables con la preservación del medio ambiente las cuales se ajustan a una política de turismo sostenible que desde hace ya un tiempo están aplicando las autoridades con el objeto de neutralizar a cero las emisiones de CO2 para el año 2020.

Cabe mencionar que Costa Rica solamente ocupa el 0,01% de la superficie del planeta albergando el 3% de la diversidad biológica del mundo y el 3,5% de la vida marina del globo.

De este modo Costa Rica inaugura la región de los Quetzales como su vigésimo octavo Parque Nacional ratificando una vez más que es uno de los países más avanzados en cuanto a la protección de su biodiversidad y de sus especies.

Vía: Expreso

Argentina: Bariloche, sensaciones a cielo abierto

Bariloche, en Río Negro, es la ciudad cosmopolita de la Patagonia. En temporada llegan uno tras otro vuelos nacionales e internacionales con turistas de todo el mundo. La capacidad de alojamiento superará este verano las 23 mil plazas. Confluyen aquí todas las posibilidades del turismo. Y el abanico abarca desde las actividades extremas hasta la pesca.

A continuación, un panorama de esta diversidad de alternativas en uno de los más bellos paisajes de la Argentina.

Exploración por las alturas

Los rayos de sol que se cuelan entre las ramas de los pinos trazan fugaces chicotazos de luz en el cuerpo que atraviesa como una flecha el aire fresco del bosque. Porque así es el canopy: se vuela como un pájaro, deslizándose por un cable de un árbol a otro. La actividad nació como una técnica para estudiar las selvas sin alterarlas y fue adoptada por el turismo de aventura. En Bariloche, Canopy Adventure Tour la ofrece en el Cerro López, en las inmediaciones de Colonia Suiza, desde donde se llega con una travesía en 4x4. Tras el entrenamiento (los instructores son muy serios y la seguridad rigurosa) uno se lanza por el aire, en nueve vuelos, los primeros cortos, los últimos de hasta 210 metros de recorrido. El principio en la espesura del follaje de los coihues, luego ante la visión gloriosa del lago Moreno, la península de San Pedro dentro del Nahuel Huapi, más allá el Hotel Llao Llao, Puerto Pañuelo.

Otra manera de explorar las alturas de la zona la propone Bariloche Aéreo con inolvidables vuelos en planeador. Consultas en Web: (www.canopybariloche.com / www.barilocheaereo.com.ar)

A pescar se ha dicho

Quizás cuando lleguemos, el Paraíso nos resulte familiar: nos recordará los días que pescamos en Bariloche. En verano el clima es agradable, las lluvias son escasas, los días largos, los ríos van cargados de abundante agua en la que se agitan las truchas que regresan a los lagos. Las posibilidades de obtener un buen trofeo son muchas. Truchas marrones, truchas de arroyo, truchas de lago, truchas arco iris. Durante años las autoridades han establecido normas contra la depredación y han recomendado enfáticamente devolver los pescados al agua. El resultado es que donde antes se veían solamente unos pocos peces pequeños, este verano se pescarán peces de buen porte.

Los expertos dicen que la vedette es el río Limay -en donde se vienen consiguiendo ejemplares de hasta siete kilos-, con su variedad de ambientes ideales para el buen pique y recomiendan los lagos Mascardi, Gutiérrez, Fonk, Hess, y el río Manso.

Paisajes desde la bici

Todos los caminos y las sendas de Bariloche son circuitos de mountain bike, lo que sintoniza con ese rasgo genético que tiene la bicicleta de poder llegar a todas partes. Máquina familiar por excelencia, todos pueden usarla y descubrir mil rincones escondidos. Esta es la razón por la que el cicloturismo es una de las actividades más populares de Bariloche en verano. Es vasta la oferta de operadoras de cicloturismo que ofrecen desde un simple paseo hasta una expedición de diez días por ríos, valles, montañas y quebradas o recorridas a la luz de la luna. Se contratan guías, bicicletas, cascos y sobran las travesías: a Colonia Suiza, o a Ñirihuau, por la estepa patagónica, o una travesía del Lago Mascardi al Lago Steffen, del Lago Steffen a Río Villegas, de Paso Pérez Rosales a Chile. La bici nunca se cansa.

Las aguas bajan puras

Las aguas que chorrean de los glaciares por las laderas empinadas de las montañas son un regalo para los corazones jóvenes que festejan el chapoteo más ajetreado. En Bariloche se recorren rápidos, estanques y toboganes. Son aventuras por lagos y ríos del agua más pura del planeta, en el corazón del bosque andino-patagónico o en la estepa, entre piedras de formación tempestuosa y alerces y coihues eternos. Pueden hacerse excursiones de un día para que toda la familia navegue por el río Manso Inferior, junto a playas de arena y bosques, desde el Lago Steffen, o por el mismo río hasta la frontera con Chile, con más emoción (se exige condición física y saber nadar), atravesando los Andes a través de estrechos cañones silenciosos rodeados de vegetación exuberante. El Manso nace en los glaciares del Cerro Tronador y recorre los lagos Mascardi, Los Moscos, Hess y Steffen. Las excursiones incluyen traslados, guías, kayak de apoyo, trajes de neoprene y comidas. Se hacen en balsa, aunque la adrenalina brota intensamente cuando se recorren los ríos en kayaks o duckies, los nuevos kayaks inflables. Entre los lagos Los Moscos y Hess, los intrépidos desafían el vértigo en el escenario de competencias súper exigentes como el Raid Gauloises y el Eco Challenge. Otras aventuras en el Manso o en el río Aluminé llevan tres días, e incluyen campamentos, trekkings y una intimidad con el río y con los compañeros de viaje que crea lazos perdurables. Más tranquilo es el floating: dejar que las aguas soñolientas del Limay lleven al aventurero a la deriva en gomones por la yerta estepa que se extiende hasta el Atlántico, junto a fabulosas rocas volcánicas bajo el sol.

El temperamental y hermosísimo lago Nahuel Huapi está resultando fantástico para el kitesurfing y el windsurf y un observatorio mágico si se lo navega a vela. Otros bucean sus aguas en la Isla de las Gallinas y la Isla Victoria.Los entusiastas pueden dar un paso más allá del turismo y hacer un curso de kayak. (Informes: www.extremosur.com)

Caminantes, hay caminos

La naturaleza barilochense es formidable para ser explorada con el cuerpo sin intermediación de ninguna máquina. El cuerpo se larga a andar por las laderas, desde Pampa Linda hasta el valle del Castaño Overa, cruza un río, remonta otro, llega al pie de una cascada encajonada, se mete en un bosque de coihues, sube hasta que los coihues se han transformado en lengas achaparradas. Ha llegado al Paso de las Nubes, donde descansará. Cuando baje hacia el otro lado de la cumbre hará el camino inverso por otro bosque sintiendo los paredones de roca que perfora el Glaciar Frías. Oirá el agua que entra en las rocas formando cataratas, caminará por un valle y encontrará un río. Lo atravesará por un tronco y se encontrará finalmente en la orilla del lago Frías: escarpadas paredes recubiertas por vegetación que se zambullen en las aguas. Esta es una de las travesías recomendadas por el Club Andino Bariloche, la del Paso de las Nubes (1.335 metros de altura), 27 km de Pampa Linda a Puerto Blest, viendo las laderas del Cerro Tronador, el Cerro Constitución, el valle Frías y el valle Alerce.

Hay un laberinto infinito de travesías dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, los pies pisando las montañas, la cabeza metida en el aire perfecto, los ojos observando lo que no nos atreveríamos a desear, el Cielo en la Tierra.

La intendencia de Parques Nacionales y el Club Andino Bariloche mantienen una Red Troncal de trekking. Unas 70 mil personas las recorrieron el verano pasado. Para las travesías se recomienda contratar guía (hay listado en el Club Andino: 20 de febrero 30, tel. 52-9277). Además, dado que el estado de las sendas cambia, debe procurarse información antes de salir, en las oficinas de Parques Nacionales o en el Club Andino. Conviene inscribirse en el Sistema de Registro de Trekking. Este verano se inaugura un servicio online; también puede hacerse en las oficinas de Parques Nacionales, San Martín 24, Tel. 02944-423111. (Más información: www.clubandino.com.ar / www.nahuelhuapi.gov.ar).
Y escala las piedras...

En Bariloche imanta el desafío de la tercera dimensión: la altura. Están todos los desniveles del terreno para trepar, subir, escalar. Hay guías instructores y rocas fabulosas. Rocas sedimentarias, rudáceas, calcáreas, silíceas, ferríferas; rocas magmáticas, volcánicas, plutónicas; rocas graníticas, monolíticas, metamórficas. A todas se trepa. El refugio del Frey, en el cerro Catedral, está rodeado por uno de los mejores lugares para escalar de la Argentina, una profusión de torres y paredones de granito, con vías de hasta 300 metros. El cerro Ventana, El Trébol, el Valle Encantado y Villa Llanquín son santuarios de la escalada deportiva. Para los que tienen más entusiasmo que experiencia, a 6 km de la ciudad, está Piedras Blancas, con paredes y torres de entre 10 y 50 metros y aproximadamente unas 100 vías de ascenso. Desde el Refugio Otto Meiling se puede hacer una escalada en hielo y caminata por los glaciares del Monte Tronador. ¿Cómo seguir la vida normalmente, con hielos milenarios esperándonos para que los trepemos y los abracemos? Más información (www.clubandino.com.ar / www.nahuelhuapi.gov.ar).

Consejos sobre seguridad en Brasil

A la hora de plantearse cualquier tipo de viaje, mucha gente se preocupa por diversos factores encontrando siempre la seguridad como uno de ellos, y de los más importantes.

Gran parte de Sudamérica tiene mala fama respecto al tema. Tras dos semanas de viaje y una buena charla con Juan, un amigo colombiano que encontré hace unos días en el hostal de Sao Paulo, cada vez me doy más cuenta del gran poder de persuasión que tienen los medios informativos. El turismo de países como el suyo -Colombia- se ve seriamente afectado por la imagen que se da en los medios de los mismos. Él me comentaba que la gente sigue creyendo que el país está inmerso en una guerra diaria con los narcos y resulta que éso fue hace 10 anos y ahora todo está muy tranquilo. Y no sólo lo dice él, sino también Isa -española-, Jacob -australiano- y Emmo -holandés- con los que he hablado del tema en el último mes (con Isa hace más) y no dudan en colocarlo en el top 2 en sus destinos en toda Centro y Sudamérica.

Brasil no es un país extremadamente seguro y quizás sea justo decir que su estándar de seguridad se encuentra por debajo del que tenemos en la mayoría de países europeos, pero de ahí a las afirmaciones de que no puedes ir ni con un paquete de cigarros a la playa de Copacabana porque te lo roban seguro, hay un trecho.

Hasta ahora hemos pasado unos días en las dos urbes más grandes de brasil: Río de Janeiro y Sao Paulo, sin tener ningún percance en ninguna de ellas.

En ambas te aconsejan que evites los transportes públicos a partir de la caída de la noche y nosotros hemos montado en autobús y metro a las 11 de la noche sin tener ningún asomo de percance. A ver, si te coges el bus que pasa por todas las favelas de la ciudad, claramente multiplicas tus posibilidades de ser robado, pero eso es así en todas partes, imagino.

Por el día, incluso fuera de las zonas más turísticas como el centro de la ciudad o el Barrio de Santa Teresa en Río, o la Praça do Sé en Sao Paulo -donde los vagabundos duermen en la plaza a cualquier hora- no percibimos ninguna situación de peligro.

Sólo tuvimos una anécdota reseñable que fue cuando la policía encerró a un bus en pleno centro de Copacabana y los agentes salieron corriendo pistola en mano tras un tío que escapó del bus. No sé con qué frecuencia ocurren este tipo de cosas pero allí había una cámara para filmar el tema, así que imagino que cierta excepcionalidad tendría.

Eso sí, debes siempre tener cierto cuidado con algunas cosas como:
  • No caminar por alrededores de favelas -u otras zonas que te puedan parecer demasiado solitarias o conflictivas- a partir del anochecer y nunca por dentro de ellas.
  • No dejarte ver como un guiri auténtico por zonas poco turísticas. O sea, no me vayas con el pasaporte asomándote del bolsillo, la cámara y la riñonera. Así te roban en cualquier ciudad, aunque sólo sea por pringao.
  • Intenta no llevar grandes cantidades de efectivo contigo por la calle. Si las llevas, al menos repártelas en diferentes lugares.
  • Cuando vayas a pagar algo no saques un gran fajo de billetes y te pongas a contar delante de la gente. Se entiende que estés un poco oxidado con el tratamiento de moneda nueva, pero eso no quita para que sepas más o menos cuanto dinero llevas y cómo lo tienes repartido. Mírate el tema antes de salir de casa o del hotel.
  • No vayas demasiado asustado. Si vas por la calle apretando la mochila contra ti con cara de tensión, con los tendones marcados y mirando para todos lados, puede que lleves un llavero del Naranjito en la bolsa, pero alguien puede pensar que son los planes del punto débil del Pentágono como mínimo. Lo mismo si cada 10 minutos te ajustas el cinturón donde llevas el dinero justo por debajo de los gayumbos. A este movimiento tan casual le suele acompañar un buen goterón de sudor y una mirada nerviosa del tipo: ¿me habrá visto alguien?
En ciudades más pequeñas nos hemos mezclado con la gente en bares y demás y no hemos tenido ningún problema.

¡Así que haced la mochila y disfrutad!

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