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15 septiembre 2009

Isla Isabela (Galápagos): la triste historia del Muro de las Lágrimas

Cuando se piensa en las Islas Galápagos inmediatamente se lo relaciona con vida y diversidad. Pues nada haría pensar que allí, en la Isla Isabela, una de las que forman el archipiélago, se alza el llamado Muro de las Lágrimas. Un sitio en el que hubo sufrimiento y muerte y que escribe un capítulo triste en medio de la historia de este paraíso natural.

Isabela funcionaba como base militar norteamericana pero, tras finalizar la Guerra Mundial, las fuerzas se retiraron. Así, el gobierno ecuatoriano decidió utilizar la, por ese entonces, alejada isla para llevar a los presos más peligrosos del país y fundar lo que llamaron una colonia penal.

De este modo, se utilizaron las instalaciones abandonadas por los soldados de los Estados Unidos para esa “cárcel”. Pero lo terrible de la historia comenzaría 1946 cuando se decidió, a modo de castigo, que los delincuentes pagaran su pena con trabajos forzosos.

Así, el castigo consistió en alzar un muro con sus propias manos hecho a base de roca volcánica. Entonces, cada día, los hombres debían cargar las rocas durante largos e interminables kilómetros, bajo el fuerte sol, mal alimentados y deshidratados. Y fue eso, sumado a que el muro caía sobre ellos lo que causó cientos de muertos en el lugar.

En consecuencia, con los años el muro se ganó el nombre de Muro de las Lágrimas por el sufrimiento de esos hombres, la cantidad de muertes y por los supuestos fantasmas que, dicen, por las noches se pasean por el lugar ahogados en llanto.

La cárcel funcionó hasta 1959 cuando fue clausurada y el destino de la Isla Isabela tomó un rumbo más alegre y de vida. Es que el sitio, junto con el resto de las islas, pasó a convertirse en el reconocido Parque Nacional Galápagos.

Entonces, quienes tengan la oportunidad de visitar este rincón del mundo, podrán llegar hasta el Muro de las Lágrimas partiendo del sector céntrico y poblado de la isla ya sea a pie (tras caminar cuatro horas), en bicicleta o en coche.

Allí encontrarán esta estructura, un sitio de interés histórico y con historias fantasmales detrás, que tiene 100 metros de largo por 7 de alto. Pero, además de ese atractivo, el muro brinda la posibilidad de subir sus escalinatas, llegar a su parte más alta y disfrutar de una hermosa vista panorámica del lugar.

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