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10 septiembre 2009

Argentina: Observación de lobos y elefantes marinos en Puerto Pirámides

El paisaje de Puerto Pirámides encanta con su belleza de cara al mar. Maravillosos acantilados en forma de pirámide emergen en este pequeño poblado que cuenta con apenas 450 pobladores estables que se han animado a soltar amarras para instalarse en este paraíso natural que saluda con orgullo a las ballenas francas que cada año se asoman en la costa para aparearse. Un suelo árido, playas en declive y restos de invertebrados fosilizados de hasta 9 millones de años de antigüedad son los sellos distintivos de esta aldea hippie de Península Valdés.

Esta villa balnearia ha crecido en popularidad con el paso de los años y así es como en las últimas décadas se ha ganado un lugar privilegiado dentro de lo que es la Península Valdés territorio fértil para quienes buscan un solaz ecológico en la Argentina.

¿Cuáles son las actividades y paseos que se pueden realizar en Puerto Pirámides?. El recorrido puede comenzar con una visita al Área Protegida Punta Pirámides, donde se encuentra una importante colonia de lobos marinos de un pelo y elefantes marinos del sur. Los lobos pueden observarse desde un conjunto de senderos que miran a un acantilado ubicado a 50 metros de altura. También es posible divisar a la ballena franca austral que en algunas épocas del año llega a la costa para aparearse. Situada a 5 km. de Puerto Pirámides, se recomienda visitar esta área protegida durante los meses de septiembre a abril, pues es cuando se pueden ver más cantidad de animales.

Otro lugar que invita a la aventura ecológica es el Área Protegida Punta Delgada, un apostadero de lobos marinos de un pelo que se puede disfrutar durante todo el año. Allí también hay elefantes marinos del sur desde mediados de agosto hasta abril. Esta zona fue creada en el año 1993 y cubre una superficie de 2.830 hectáreas. Se encuentra a 71 kilómetros de Puerto Pirámides y para llegar hay que atravesar un camino de ripio. También a 71 kilómetros de esta localidad se encuentra el Área Protegida Caleta Valdés, otro apostadero de elefantes marinos que además brinda un espectáculo único dado que además es una zona habitual de ataque de orcas. Esta reserva fue creada en 1977 y para llegar hay que tomar la ruta provincial 3 para luego seguir por las rutas 52 y 47, todas de ripio.

Isla Vieques, uno de los últimos paraísos del planeta

Vieques es el nombre de una pequeña isla de Puerto Rico, a sólo 10 kilómetros de la isla principal del país. La isla, es uno de los últimos paraísos poco alterados de la Tierra. Aunque durante años, en manos de la Marina de los Estados Unidos, la isla se pudo conservar en gran parte, como un paraíso virgen entre playas interminables, colinas, y gracias al traslado de la base militar, abierta al público en su mayor parte, para quien esté dispuesto a descubrirla.

La isla de Vieques, se abre al turismo con sus maravillas naturales que muchos aseguran, no estarán intactas por mucho tiempo. Los ojos puestos por el turismo masivo podrían cambiar rápidamente el panorama. Pero por ahora, todo se conserva con una increíble belleza intacta. Vieques sigue controlada por Servicios Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, algo que debería garantizar un mínimo grado de conservación del paisaje.

La isla tiene unos 34 kilómetros de largo y 5 de ancho. Cuenta con dos ciudades, Isabel II y Esperanza, emplazada junto a la Bahía Sun, una playa de ensueño.

La isla cuenta con un ecosistema propio, con variedad de ejemplares de fauna, entre ellos iguanas, pelícanos, y las estrellas de la isla, los protozoos flagellate, responsables del mágico efecto natural de la bahía de bioluminiscencia o Puerto Mosquito. En ella, se produce un fenómeno natural en el que unos organismos microscópicos al ser agitados producen un efecto lumínico.

En Vieques no faltan arrecifes de coral en la costa, un paraíso para el buceo, además de sitios de interés como el Fortín Conde de Mirasol, La Casa del Francés, el Faro de Punta Mulas y sobre todo playas magníficas. Quien ha leído hasta aquí, ya lo sabe, la isla de Vieques nos espera con maravillas intactas para encontrarnos con el auténtico paisaje del Caribe.

Via: locuraviajes

Acapulco estrena su página web para el turismo

Uno de los destinos turísticos más tradicionales y emblemáticos de México, renovó su portal de Internet para tener más llegada a los viajeros de todo el mundo, en forma rápida y fácil.

En este sitio encontraremos la diversa oferta de alojamiento, excursiones, gastronomía y diversión que la bella Acapulco tiene para ofrecer.

También conoceremos allí las principales atracciones turísticas de la ciudad y sus alrededores, como así también es posible saber en tiempo real datos del clima y el pronóstico meteorológico.

No faltan en esta página información sobre todas y cada una de las playas con las que cuenta, que en definitiva son las que hacen que millones de personas de todo el mundo la elijan cada año para pasar sus vacaciones.

Se merece, al menos, que naveguemos un poco por este portal, que es muy completo y fácil de acceder.

Vía: Expreso

08 septiembre 2009

La Antártida tiene moneda propia

Si estás pensando en visitar la Antártida en los próximos meses del verano austral, no te apures. La moneda propia de la Antártida no tiene curso legal en ninguna parte del mundo, pero es una curiosidad para coleccionistas.

El dólar de la Antártida nace como un proyecto privado para aquellos que quieran pagar por tener estos billetes. Como podrán imaginar por la elección de la “moneda”, es una empresa de Estados Unidos que está detrás de esta “divisa” que se emite desde 1996.

Se pueden comprar por internet y hay disponibles unas cuantas series. La última edición es de el mes pasado con la emisión de un nuevo billete de 20 dólares de la Antártida.

La empresa tiene un proyecto para lanzar este año el dólar de las Islas Galápagos. Jaja. El negocio no para.

Los interesados pueden comprarlos en la página oficial que pomposamente se llama Bank of Antarctica.

Pero no piensen que se los van a aceptar para pagar las copas en el crucero.



Ya se estaría diseñando el primer hotel espacial

Muchas veces se ha hablado del turismo espacial, pero es una actividad pensada a muy largo plazo, pero hoy apenas unos pocos afortunados pueden subirse a una nave espacial y ver la Tierra desde la estratósfera.

Sin embargo, un grupo de estudiantes del Colegio Imperial de Londres y la Escuela Real de Arte del Reino Unido, estarían diseñando el primer hotel espacial, que priorizaría aspectos como la nutrición, la salud y el ejercicio físico, distintas cuestiones que suelen ser deficientes en el espacio.

Entre las particularidades encontramos un robot conserje, sacos de dormir que cuelgan, y un menú personalizado para cada uno. También un programa de ejercicios que incluye bandas elásticas – las que se usan en yoga – con luces y sonido para estimular a que la gente los realice, para mantener los músculos en estado con gravedad cero. Una “mucama de aire” retira las migas y restos de suciedad a la noche mientras dormimos.

¿Cuáles serán los encantos de pasar una estadía en el hotel del espacio? Se pueden ver 16 amaneceres cada 24 horas, por ejemplo. Y claro, estar en el espacio lo vale por sí mismo.

Vïa: The Faster Times

Guatemala, una trama de historia y color

Bienvenidos a un país mágico, con 108 mil kilómetros cuadrados, 23 pueblos, 23 culturas y 23 formas de vida". Así nos recibe un cartel en el aeropuerto de Guatemala. Y durante los siguientes seis días podremos dar fe de la magia que envuelve al país de ciudades coloniales, los volcanes, los lagos y los bosques, los coloridos mercados y las mágicas ruinas mayas que emergen de la selva.

Toda una sinfonía, perfecta y cambiante, para disfrutar desde un "tour del Café", una tarde junto a los artesanos, hasta el sincretismo religioso y cultural y las aventuras con que la naturaleza desafía en cada rincón, entre mil huellas del legado maya.

Nuestro primer destino es La Antigua, una postal de calles empedradas, arquitectura colonial, misticismo y color. A 45 kilómetros de la ciudad de Guatemala, el pasado y el presente se unen en esta región declarada en 1979 patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco. Mientras que la Ciudad de Guatemala -centro económico y político del país- es sinónimo de modernidad y desarrollo, en La Antigua se conservan los rasgos del pasado colonial y se venera la diversidad cultural de estas tierras. Destruida más de una vez por terremotos e inundaciones, y abandonada en 1773 por orden real, los antigüeños se las arreglaron para volver a levantarla una y otra vez.

Se la llamó "La muy leal y muy noble ciudad de Santiago de los Caballeros" y hubo pocas órdenes religiosas que no le dejaran su marca. Salpicada de ruinas de conventos e iglesias y con las casas pintadas de colores pasteles logra un imán que impone descubrirla sin prisa.

El sabor del café

De paso por Antigua sería pecado no visitar la Merced, asombrarse ante esa fachada amarilla y ataurique, un estilo de decoración vegetal, muy estilizado, que se hace a base de cal, yeso, arena blanca, y leche, miel y clara de huevo.

La admiración se reitera en Santa Catalina y Santa Clara y también en la San Francisco, en donde se encuentra la tumba del Beato Hermano Pedro de Betancourt (muy reverenciado por los lugareños), y la Casa Santo Domingo, donde las ruinas del monasterio dieron lugar a un distinguido hotel con seis museos internos.

Antigua se urbanizó siguiendo el modelo cuadriculado, en torno de una gran Plaza Mayor, que funciona como un eje y donde se ubican la Catedral, el Palacio Arzobispal y el Portal de las Panaderías. La caminata por la plaza obliga a elegir un lugar y sentarse a degustar un café guatemalteco, un producto de exportación que figura entre los mejores del mundo. A diferencia de muchas ciudades de Guatemala, en La Antigua hay bares para todos los gustos donde por 1,2 dólar se puede disfrutar de una excelente taza de café.

Elegimos el jardín verde del Café Condesa, que funciona en una casa del año 1549. Aquí transcurrió una historia de amor prohibida, de esas que mezclan personajes de la realeza con mayordomos. "Uno de esos clásicos culebrones, pero sin televisión ni galancitos", dice con humor nuestra guía. Cuentan que la historia fue grave: el agua llegó al río y hubo un asesinato. Mucho después, la casa fue exorcizada.

En esta zona la experiencia de los tours de café son un clásico. A tres kilómetros de la ciudad, el centro cultural La Azotea cuenta con un museo que ilustra la historia del grano. Además, allí está la casa K'ojom, que posee una colección de instrumentos de música tradicional maya y el Museo de Textiles que exhibe los trajes de las poblaciones de los pueblos aledaños.

A orillas del Atitlán

Ahora nos espera Panajachel, -a 80 km de Antigua- cabecera turística de las 14 aldeas mayas que se levantan a orillas del lago Atitlán. En esta región la vida transcurre entre los ritos, las tradiciones y las enseñanzas de los ancestros mayas. Al llegar a Sololá, un pueblo del siglo XVI a 2.000 metros sobre el nivel del mar, nos detenemos para asomarnos desde los balcones naturales y contemplar el cristalino lago Atitlán y los volcanes Tolimán, Atitlán y San Pedro. La perfección del panorama parece aminorar la sensación de vértigo que domina esas alturas.

Desde el muelle de Panajachel las embarcaciones, cargadas de canastos y pasajeros, navegan hacia las aldeas indígenas donde aún se conserva el idioma y las costumbres. El tiempo, por allí, no parece haber avanzado.

Nuestro primer destino es San Juan de la Laguna. Pueblo de gente amable y tranquila donde se concentran los pintores del arte naïf. Felipe Ujpan nos muestra su arte y el de sus vecinos. Son obras de colores conmovedores. En cada pintura se refleja la forma de vida de los distintos poblados. La mayoría son agricultores y artesanos, oficios naturalmente emparentados con la tierra.

De dioses y hombrecitos

Nuestro paseo en lancha sigue hacia Santiago Atitlán, principal poblado tzu'tujil y centro religioso del lago. Al llegar, un chico de 10 años nos acerca una invitación que de antemano estaba aceptada: conocer la imagen de Maximón, mezcla de Dios maya y santo cristiano, que rota por los hogares de sus fieles. Con fama de adúltero y vividor, a Maximón se lo consulta por problemas de alcohol, dinero, alcoba y hasta para solicitar venganza.

Tomamos una moto-taxi -un "tuc-tuc"- hasta la casa en la que ahora alojan a Maximón. La imagen, se diría, es burda: Maximón es una suerte de maniquí al que sólo se le ve la cara; tiene sombrero de ala ancha, un cigarro en la boca, y está totalmente cubierto por pañuelos y corbatas multicolores.

Somos testigos del rito: arrodillado, un hombrecito murmura en tzu'tujil sus ruegos. Acaricia incesantemente un rosario. Dos culturas superpuestas. El pasado maya y el aporte cristiano (introducido en el siglo XVI por los españoles) fundidos en la oración del hombre. Hay otros rituales, nos cuentan. Por ejemplo, prenderle el cigarro, velas, ofrecerle bebidas alcohólicas y colocarle unos cuantos quetzales entre las ropas.

Es notable como esta región, a sólo 140 km. de la capital, logró esquivar las grandes cadenas hoteleras que suelen estar presentes en los mejores paisajes. Aquí las posadas y los hoteles no alteran el clima del lugar.

Luego visitamos el colorido mercado local -ya habrá tiempo para hablar de un mercado- y regresamos hacia Panajachel, donde ya se escuchan palabras en idiomas occidentales y los artesanos te pueden ofrecer una artesanía por one dólar. Panajachel destila un interesante sincretismo socioeconómico: puestos de artesanías en la calle, cibercafés, boliches, restaurantes internacionales y parrillas.

El pulso de las calles

Durante los 37 km. que separan a Panajachel de Chichicastenango la ruta viborea al pie de los volcanes. Después, esquiva parcelas de cultivos tradicionales y atraviesa plantaciones donde los lugareños cargan leña sobre sus espaldas y los niños caminan hacia sus casas tras la jornada escolar.

Si Antigua es la ciudad colonial por excelencia, Chichicastenango ("Chichi" como la llaman los guatemaltecos) es la población que te mostrará el alma maya. El mejor momento para visitarla es durante los días de mercado, los jueves y domingos. Llegamos el miércoles a la tarde y observamos "la previa", cuando los artesanos de aldeas vecinas se alojaban bajo el techo de su puesto.

Al día siguiente, lugareños, animales sueltos, turistas, todos se apretujan en este frenético mercado de artesanías, frutas, verduras, tejidos y máscaras que comienza en la escalinata de piedra de la Iglesia de Santo Tomás, donde se encontró el Popol Vuh, el texto que explica la creación del mundo según los mayas.

Para disfrutar y vivir el mercado hay que entregarse a los sentidos. Te gusten o no las artesanías, es pura emoción, una ceremonia inigualable. Caminando por los angostos pasillos una simple faja hace que te detengas. El bordado es para aplaudir de pie.

Aquí hay que aprender a regatear, porque nada se compra si antes no se juega un rato. Empiezo la subasta por una cartera bordada en 100 quetzales y me la llevo por 60. El mercado parece no terminar nunca. Los pasillos te llevan a los sectores donde se vende carne, fruta y verdura. Cambia el aroma, pero los colores siguen presentes en cada rincón.

Hacia la selva maya

Un vuelo de 40 minutos nos lleva a Flores, la capital del departamento Petén. De ahí, en ómnibus (62 km) al Parque Nacional Tikal, el corazón del mundo maya.

Durante mucho tiempo, Tikal permaneció perdida en la selva, sepultada bajo la vegetación. Descubierta en 1848, hoy se la considera uno de los centros arqueológicos más importantes del mundo, tanto como Teotihuacán o Chichén Itzá, en México.

La recorrida comienza a las 10 de la mañana en un sendero bien agreste. Sandra, la guía, habla del "chico zapote" (el árbol de cuya savia se elaboran chicles), de los monos aulladores, del iasché (la ceiba que los mayas veneraban como "árbol de la vida"), de las cigarras, los papagayos y las mil plantas medicinales que esconde esta Reserva de la Biosfera.

Una de las diferencias con otros centros arqueológicos es que Tikal es salvaje, sus pirámides se alzan como volcanes entre lianas, orquídeas y cedros. Y esto hace que una las descubra en medio de la distracción de la caminata o al final de un sendero. La primera construcción que nos sorprende es el Templo IV, el edificio prehispánico más alto del mundo maya (data del 745 dC. y mide unos 65 metros). Subimos por medio de una escalera de madera prolijamente construida. Desde allí disfrutamos de la vista panorámica de la selva, y de las estructuras que ya se vislumbran a lo lejos. Luego llegamos al templo V, que si bien mide sólo 58 metros de altura, su inclinación es tal que la sensación de vértigo convierte su subida en no apta para todo público. Pero la vista desde la cima es una compensación para el temblor de las piernas y las pulsaciones que aceleraron su ritmo habitual.

La próxima parada es en un enorme claro, rodeada de construcciones se abre imponente la Gran Plaza, el corazón de la antigua ciudad. En la Plaza Este, donde desembocan dos antiguas calzadas, puede verse la estructura del mercado y de uno de los juegos de pelota. Más allá, enfrentados, los templos I y II. Al norte está la Acrópolis, donde se enterraba a los gobernantes. A lo largo de la plaza se alinean estelas, monumentos de piedra y altares. Pero hay que continuar el circuito. Recorrer cada uno de los senderos que unen los distintos complejos que conforman esta ciudad y desembocar en otros sitios sagrados.

Llueve al finalizar el recorrido y nos sentamos a almorzar en el restaurante del Parque Nacional Tikal. En Guatemala la comida varía en cada región casi como sus artesanías. Aquí reinan las tortillas, los tamales. Todo sabe bien. Pedimos pepián, un caldo de gallina con güisquil -una verdura típica- y papas.

Llueve. El paisaje natural se torna brillante bajo el agua. Es curioso: cuesta imaginar ese paisaje desvinculado de la epopeya histórica que lo impregna. La selva irradia energía maya. Estamos en Tikal, una ciudad gloriosa de la que, dicen, nadie se olvida. Y no la olvidaremos.

04 septiembre 2009

Cuba: un paseo por el Museo del Ron

Cuando se piensa en Cuba varias cosas vienen a la mente, entre ellas, playas paradisíacas, habanos y ron. Es así que, en La Habana, se alza el museo en honor a esa bebida típica. Se trata del Museo del Ron Havana Club que busca dar a conocer todo el proceso y la historia de la una de las bebidas cubanas con reconocimiento internacional. Ubicado en el Centro Histórico de la capital, el establecimiento pertenece a la Fundación Havana Club, una de las marcas clásicas de fabricación y distribución de ron en el mundo entero.

Así, el recorrido que se lleva a cabo en un hermoso edificio histórico muy bien conservado, explica los diferentes estadios en la fabricación del ron, desde la siembra de la caña, pasando por el ritual del añejamiento en los toneles, por la historia del trapiche (o molino), hasta las fábricas de azúcar, el tren de vapor, y todos los pasos necesarios (fermentación, destilación y filtración) hasta llegar a dar con el ron del que disfruta el público. Como dicen en el Museo, allí se muestra la historia desde “el cañaveral al paladar”.

Un tour en el que se recorren diferentes galerías temáticas, se ven maquetas y se aprecia un vídeo que busca dar a conocer la importancia del ron y del azúcar en la cultura del pueblo cubano.

De este modo, el paseo por el Museo del Ron cuenta con guías en los siguientes idiomas: inglés, español, francés, italiano y alemán. Para que los ciudadanos del mundo puedan disfrutar de la historia del ron y culminar el paseo en el Bar de Degustación. Un lugar donde los visitantes podrán catar el ron Havana Club.

Sitio Oficial: Fundación Havana Club

El Mercado de las Brujas, en Bolivia

Uno de los países mas pequeños de América del Sur es Bolivia. Una tierra con mucha historia que realmente merece tener otro presente y que en un recorrido latinoamericano no puede faltar porque aquí está el Lago Titicaca, Tiwanacu, Cochamababa, La Paz y otra serie de ciudades y sitios que son increíbles.

Precisamente en La Paz tenemos uno de los paseos mas recomendables para los turistas: el Mercado de las Brujas o Mercado de la Hechicería. Este mercado se arma en el cruce de las calles Jimenez y Linares, entre Sagarnaga y Santa Cruz, y aquí los puestos están llenos de objetos, hierbas, ranas disecadas y abalorios varios que forman parte de los rituales aymará.

Este mercado pintoresco está situado en el medio del mercado mas turístico de la ciudad, el Mercado de La Paz, y como os dije apunta a aquellas personas que andan buscando hierbas, remedios caseros y una gran variedad de ingredientes con la intención de manipular a los espíritus de la cosmogonía aymará así que hay insectos, polvos mágicos, plantas, sapos y ranas disecadas y vaya a saber qué más.

De todas formas el producto por excelencia del Mercado de las Brujas es el feto de llama disecado, algo bastante llamativo para el ojo occidental. No deja de resultar un poco espeluznante, pero este tipo de objeto suele comprarse para enterrarlo en la tierra como ofrenda a la diosa Pachamama, especialmente cuando se construye un edificio nuevo o se emprende un negocio. La idea es que la Pachamama proteja a los trabajadores y posteriormente traiga buena suerte al negocio.

Bien, que pasear por el Mercado de las Brujas es toda una experiencia y os vais a cruzar con los yatiri o hechiceros-doctores que están vestidos con ponchos y sombreros negros. ¡A no asustarse!

Información práctica sobre el Mercado de las Brujas: Tomar fotos no está muy bien visto así que conviene ser cliente y preguntar antes de animarse a tomar una.

Entrena como un SEAL en tus vacaciones

La mayoría asocia el concepto de viajar con tumbarse al sol a beber mojitos sin hacer mucho más. Pero otros no lo ven de esa manera, y hay para ellos cada vez más opciones.

Una de ellas es entrenarse en un campamento SEAL (Sea Air and Land Forces ó Fuerzas de Tierra, Mar y Aire), que tiene sus orígenes en los escuadrones de demolición subacuática de la Segunda Guerra Mundial.

Existen varios programas para aficionados, el primero es de 24 horas y es tan sólo una introducción a los métodos de entrenamiento de los escuadrones SEAL. Se denomina SEAL Adventure Challenge. El segundo es de seis días y se llama Special Operations Force Academy, donde se entrena exactamente igual que a un miembro, incluyendo elementos de buceo y de paracaidismo.

Ambos programas se dan por instructores altamente especializados, y son demandantes a nivel físico y mental.

Se trata del tipo de desafío personal que muchos buscan, y de seguro a varios les interesará entrenar como si se perteneciera a una fuerza de elite.

Vía: Gadling

02 septiembre 2009

Playa y pescado en Súa, Ecuador

Encontrándonos en Quito y echando un poco de menos la costa del continente, Thomas, Myriam y yo decidimos poner rumbo a Súa en busca de playas y tranquilidad.

Súa es un pequeño pueblo de pescadores que forma parte de la provincia de Esmeraldas en el noroeste de Ecuador. Esta región es una de las más famosas entre los turistas nacionales por su buen pescado y marisco, sus gentes afrolatinas de naturaleza caribeña -su ritmo de vida es exactamente igual al del anuncio (creo que de Malibú) de Me estás estresaaaaannndoooo- y su caliente vida nocturna.

Estando fuera de temporada estival y siendo entre semana, nos comentaron que el tema marcha iba a ser más bien complicado así que nos decantamos por Súa sobre Atacames -lugar de marcha por excelencia de la región- en busca de tranquilidad, solecito y buena comida. De lo primero tuvimos casi en exceso, de lo segundo a ratos y lo tercero es verdad que no faltó.

A pesar de la gran cantidad de turistas que llegan en temporada vacacional, Súa no deja de ser un pueblecito pequeñísimo al que no es tan fácil llegar. Para hacerlo desde Quito tomamos un bus nocturno que partió a las 10.30 de la noche y llegó a un cruce de carreteras, llamado el León, a las 4.15 de la mañana. Aquí esperamos unos 10 minutos en la noche cerrada acompañados de nuestras mochilas y algunos viajeros somnolientos. Otro bus vino y nos llevó a Súa en unos 45 minutos. El coste total fue de unos 8 dólares.

Era madrugada de Sábado a Domingo y cuando llegamos no había ni un alma por las 4 calles -literalmente hablando- que tiene el lugar. Ni siquiera las pensiones u hoteles parecían habitados y sólo los gallos reclamaban para sí el lugar con sus cánticos mañaneros. Al final la familia de Julio -propietario de una pequeña pensión- nos hospedó por las 3 noches que pasamos allí.

El Súa que conocimos -fuera de temporada- es ideal para gente que esté buscando tranquilidad absoluta, relajación, tiempo para sí mismo acompañado de lugareños amables y buena comida. Nosotros fuimos con la madre y hermana de Myriam, así que tuvimos una especie de vacaciones familiares que significaron un cambio en mi ajetreado viaje.

Existe una pequeña playa en el mismo pueblo cuya anchura va decreciendo conforme sube la marea por el día. A decir verdad, no os recomiendo venir a ésta.

El hijo de Julio nos mostró una calita mucho más interesante -nos comentó que es nudista y muy frecuentada por extranjeros en los meses de verano- que está a unos 10 minutos andando del pueblo. Para llegar a ella pasamos por la parte menos turística de la aldea donde las casas y barcas de los pescadores eran un todo y multitud de niños corrían, llenos de barro y sin camisetas, jugando a sus juegos inventados y se bañaban en las turbias aguas de un pequeño estuario que se formaba entre el mar y la tierra firme.

Thomas y yo pasamos casi todo el tiempo en la cala mientras las chicas se quedaban en la playa del pueblo. No había absolutamente nadie. Centenares de cangrejos de colores campaban a sus anchas y se podía aprovechar las primeras horas de la mañana para aventurarse a recorrer las calas rodeadas de pequeños acantilados verdes que se extendían hacia el Sur. Pero tened cuidado porque la marea es traicionera y os cerrará el camino de vuelta si regresáis demasiado tarde.

Las aguas tienen cierta bravura y son de un color grisáceo que, durante estos días, hizo juego con el color del cielo. No tuvimos demasiada suerte con el tiempo y el Sol iba y venía durante todo el día, incluso llegando a llover un par de días.

Aun así disfrutamos de una relajante estancia y comimos genial. El pequeño paseo marítimo del pueblo está salpicado de restaurantes y chiringuitos con bebidas pero, cerraban bastante temprano por la noche, cosa que te obliga a cenar con horario inglés: a las 9 olvídate del tema. Los protagonistas son los mariscos, pescados y zumos de frutas. La mayoría estaban vacíos en esta época pero sus dueños nos aseguraban que no cabía un alfiler en verano.

Un menú te puede salir por unos 6 dólares ya que los precios son bastante turísticos todo el año pero sales cebado y la calidad es bastante buena.

Si tanta relajación no te va -a mí tampoco, pero algunas veces durante un viaje tan largo, viene bien- puedes usar Súa como trampolín para visitar lugares más vivos como su vecina Atacames, foco de farra nocturna y con un turismo playero más desarrollado, pero también -según nos comentaron los sueños- mucho más pendenciero.

La fisionomía de la gente es totalmente diferente a la de la del resto del país ya que son descendientes de los esclavos africanos que trajeron los españoles para cultivar las tierras de la zona, y su carácter es excepcional, siendo muy fácil entablar largas conversaciones con ellos. Eso sí, si tenéis pensado hacer algo después, recordad: ellos no tienen nada de prisa.

Merece la pena venir a relajarse a Súa y si tienes vehículo propio aún mejor porque así podrás recorrerte la preciosa costa de las Esmeraldas.

Via: viajablog

El Salvador: Yendo de la playa al volcán

Selva, playas, lagos, volcanes, ecoturismo, ruinas mayas, aventura, shoppings... y todo en 20.792 km2, una superficie menor a la de la provincia de Tucumán. Así se podría resumir una de las grandes fortalezas turísticas de El Salvador, en Centroamérica: aquí, la mayoría de los destinos turísticos está a menos de dos horas de viaje de la capital, San Salvador, y la amplia variedad de propuestas turísticas satisface prácticamente todas las expectativas.

Sabores y aventuras

La capital salvadoreña tiene poco más de dos millones de habitantes y un estilo bien americano -grandes malls de compras, locales de fast food a cada paso-. Está en medio del "Valle de las Hamacas", así conocido por los movimientos de tierra que sacudieron la ciudad desde su fundación, en 1525, razón por la cual su arquitectura colonial es escasa. El mercado de artesanías de la ciudad se encuentra en un predio que supo ser cuartel militar. En el mercado se encuentran bellísimas máscaras talladas en madera, provenientes de la zona de Ahuachapán; cerámicas utilitarias de las comunidades lencas de Cacaopera o Guatajiagua; y bolsos y carteras tejidos con fibra de agave, con botones de semillas de un típico árbol local, el copinol. Pero muchas buenas artesanías provienen de la que es conocida en El Salvador como "la ciudad artesanal": La Palma.

Desde el centro histórico de la capital se ve la silueta del volcán Quezaltepec, uno de los 25 que elevan sus lomos en el país más pequeño de América Central. En la zona del volcán hay una ruta gastronómica que combina naturaleza, parajes de altura y estancias, con lugares sugestivos y que invitan a la tranquilidad como Café Miranda o Hacienda Cajamarca, que ofrecen paseos turísticos completos.

En muchas de estas estancias se aprecia el legado de la caficultura, ya que muchas de ellas aún conservan sus cultivos y sus selectos procesos de obtención del café. El centro se puede resumir en el Teatro Nacional, el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, con un bello mural del artista Fernando Llort y, en el subsuelo, los restos de monseñor Oscar Arnulfo Romero, el famoso arzobispo asesinado en plena misa en 1980, cuando el país comenzaba a desbarrancarse hacia una cruenta guerra civil. Pero llegó la paz y, en los últimos años, los turistas, muchos de los cuales arriban en busca de aventuras. Así va, poco a poco, ganando adeptos el parapente, que se practica sobre todo en la zona de Entre Pinos, en Chalatenango, donde el cerro El Pital, de 2.700 metros sobre el nivel del mar, oficia de perfecta plataforma de lanzamiento. También hay kayaks en la bahía de Jiquilisco, rafting en los rápidos de los ríos que bajan de las montañas, como el Paz, el Lempa y el Guajoyo, o canopy en Apaneca, Ahuachapan. Cabalgatas, trekking y mountain bike son otras actividades cada vez más comunes en el país.

Por el mundo maya

Hasta El Salvador llega la frontera Sur de lo que fue el imperio maya, que se extendió por el sur de México, Guatemala y parte de Honduras. A 32 km de San Salvador, en el Valle de Zapotitán, vale la pena llegarse hasta San Andrés, que fue un sitio comercial, ceremonial y político maya que, se cree, en épocas precolombinas llegó a tener unos 10 mil habitantes. Hasta el momento se encontraron siete estructuras, entre ellas la gran pirámide escalonada de la acrópolis.

Pero aún hay mucho por excavar, como en todo el país: los sitios arqueológicos abiertos al público en El Salvador son hasta hoy nueve -el más importante, Tazumal-, pero se cree que en total habría al menos 600. Muy cerca está Joya de Cerén, un sitio muy valioso arqueológicamente porque posee las únicas ruinas de arquitectura doméstica de la cultura maya -no tiene monumentos ni pirámides, sino restos de viviendas, de cocinas comunales-. El lugar fue sepultado en el año 650 por una erupción del volcán Loma Caldera, que generó 12 capas de cenizas y conservó en muy buen estado las ruinas. Por su conservación y su valor cultural, Joya de Cerén fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993, y es uno de los grandes tesoros del país.

Tucumán Argentina: Por las sendas de las yungas

Una vida florida se recorre, profunda y graciosa, desde San Miguel de Tucumán. A lo largo de 100 km -en su mayor parte por caminos de cornisa-, el Circuito Chico enlaza Yerba Buena, el cerro San Javier, Villa Nogués, Raco, El Siambón y El Cadillal.

En Yerba Buena

Aquí ingresamos al bosque de yungas por una zona residencial de calles arboladas, por las que se encuentran restaurantes, shoppings y paseos y formidables chalés que ostentan los más pretenciosos jardines del país. Allí surge el cerro San Javier. Cuando llegue el verano, las flores serán una fiesta de colores y perfumes. Desde hace una década, la Reserva Experimental de Horco Molle investiga flora, fauna, geología y arqueología de las yungas. Abre al público todos los días, igual que los parques Sierra de San Javier, Aconquija y Percy Hill.

En todos se siente la fuerza de los arrayanes, guacanes, molles, lapachos, horcos y nogales. Los laureles, que apenas dejan ver el cielo, son un mundo de pajaritos. En una caminata, un "changuito" los va nombrando: celestino, naranjero, carrasquita, chingolo, garganchillo, picaflor, chalchalero. Caminar por el bosque sobre los cerros permite descansar, meditar y llenarse de oxígeno. En Yerba Buena también se puede cabalgar, practicar mountain bike o largarse en aladelta, parapente o trike (aladelta con motor). Los que se animan a volar en el cerro San Javier despegan de Loma Bola, a 1.330 m sobre el nivel del mar, con un desnivel de 800 m. Las condiciones son suaves, el acceso al despegue es cómodo y el aterrizaje, amplio. Dicen que es el mejor lugar del país para volar en parapente. Muchos llegan sólo para volar. Mientras se recorren los senderos, suelen verse esas aves coloridas planeando lentamente sobre el cerro.

Las cabalgatas transcurren por distintas sendas. Algunas salen de las yungas y descubren campos de limoneros (aquí está la mayor producción mundial) y caña de azúcar. Se realizan cabalgatas nocturnas, para ver cómo la luna tucumana derrama la luz de su preñez sobre ríos, árboles y ranchos dormidos.

A pie por el Parque Sierra de San Javier, el silencio, la frescura y el aire hipnotizan. El camino depara tesoros inesperados, viejos rieles y durmientes de quebracho de un antiguo funicular, un puente colgante, el hocico de una mulita que asoma de su cueva, un arroyito de piedras azules, un misterioso rincón de arcilla roja -al que mariposas de alas negras y violetas beben en secreto-, una vieja escuela, las huellas frescas de un chancho, la piel que abandonó una yarará y devoran las hormigas. Son joyas en el Jardín de la República. Desde el hospedaje en Yerba Buena, los paseos a la Puerta del Cielo, los restos del funicular y la Usina de la Quebrada son inolvidables. Al pie de la sierra de San Javier se extienden hacia el este Tafí Viejo, Yerba Buena, San Pablo, Manantial, Lules y San Miguel de Tucumán, ciudad de 900 mil personas.

Hacia el sur, a 35 km de la capital y a 1.300 m de altura, Villa Nougués luce formidables casonas de estilo normando, con muros de piedra del lugar, rodeadas de hermosos jardines. La sobriedad es casi mágica cuando en invierno la villa despierta cubierta de nieve. La aristocracia local erigió este lugar para escapar de la torridez del verano en San Miguel y, a la vez, tener una visión magnífica de la ciudad y la llanura tucumana. La villa veraniega de Raco se levanta en un apacible valle de suaves lomadas, ríos cristalinos, el aroma dulce y silvestre de las hierbas serranas y campesinos que suben por un sendero con catrecitos de tientos. El pueblo tiene un gran recuerdo de Atahualpa Yupanqui, que aquí se nutrió de los cerros tucumanos para hacer las mejores tonadas del folclore nativo.

El monasterio

Cerca de Raco, El Siambón ganó fama por el monasterio benedictino Cristo Rey. Si un lugar de la Argentina país se parece al cielo, es este valle. Los monjes, llegados hace medio siglo como retoños de la Comunidad de la Abadía del Niño Dios, de Victoria, Entre Ríos, trajeron la electricidad a la zona e instalaron una fábrica de dulces, un colmenar y una cortadera de piedras. Al pie del monasterio se pueden comprar productos que elaboran los religiosos, como dulces, miel, cosméticos y artesanías. El monasterio está hecho con piedras grises y rojas de los alrededores. Una roca del río Grande es el altar de la iglesia y a su pie fue colocado un recipiente, en el que los calchaquíes molían el maíz. El convento es lóbrego en el intenso verde de la yunga, cuando brilla bajo un aguacero.

Llegamos al final del Circuito Chico de Tucumán. Rodeado por el cerro Medici y las sierras de Medina, está El Cadillal, gran embalse de 11 km de largo. Han crecido en sus orillas cámpings y clubes náuticos. De lejos se ha llegado para comer un asado aquí, para meterse por última vez en los senderos de la vegetación maciza de estas yungas, Jardín de la República. Se va uno con tristeza de dejar atrás esa vida florida recóndita, listo para sentir añoranza de haberla perdido.

31 agosto 2009

La Patagonia: Aventuras y placeres allá en el lejano Sur

La Patagonia es un territorio límite en muchos sentidos, tanto por su lejanía de los principales centros urbanos como por sus paisajes desolados y su clima feroz. Cuanto más al sur, las estepas son más heladas y desiertas, los mares más bravos y la vida más parecida a una aventura que debe afrontarse día a día.

Es por eso que, desde mediados del siglo XIX, el extremo sur de América ha sido destino de exploradores, buscadores de oro, pistoleros y pioneros que tuvieron la dosis de locura necesaria para lanzarse hacia los confines del mundo en busca de fortuna. Como testimonio de la colonización de la Patagonia más austral -una gesta épica, pero también llena de episodios oscuros- queda un buen puñado de estancias que dan cuenta de lo dura y, a la vez, maravillosa que fue la vida en aquellos años.

En un viaje por Tierra del Fuego y el sur de Santa Cruz, es posible visitar muchos de estos establecimientos, que alguna vez supieron exportar lana a las principales metrópolis del planeta, y hoy combinan sus tradicionales actividades ganaderas con la recepción de turistas. En su mayor parte, se trata de hospedajes de tipo boutique, en los que es posible pasar la noche al calor de una salamandra y arrullados por el silbido del viento patagónico, disfrutar de un cordero asado a la cruz o perderse en cabalgatas por parajes de belleza virginal. Es, también, un viaje a un pasado plagado de historias asombrosas y leyendas, a veces alegres y a veces trágicas, como la propia historia de la Patagonia.

El secreto de Tierra del Fuego

En el corazón de Tierra del Fuego, casi a mitad de camino entre Río Grande y Ushuaia, se encuentra la Estancia Rivadavia. Fundada en 1925 por el colono croata José Antunovic, está situada en uno de los parajes más hermosos y secretos de toda la isla, en el que se combinan los últimos vestigios de la estepa que domina toda la franja norte y las montañas boscosas típicas de la zona más cercana a la costa del Beagle.

El viaje desde Río Grande es veloz cuando se transita por la Ruta Nacional 3, pero se complica al ingresar a la complementaria H, que avanza hacia el oeste, de espaldas al océano Atlántico. De todas maneras, la lentitud que impone el camino de ripio es un regalo que permite disfrutar sin prisas de paisajes magníficos, como el paso por la costa del lago Chepelmut, uno de los grandes secretos de Tierra del Fuego, rodeado de bosques de ñires que cobran un profundo color ocre durante el otoño.

A un costado de la ruta H, una tranquera que parece innecesaria entre tanta soledad marca la entrada a la estancia, cuyos dominios se extienden por nada menos que 10.000 hectáreas. Regenteada por Myrna, nieta de don Antunovic, tiene un elegante casco de típica estampa patagónica, estratégicamente situado sobre una suave colina desde la que se goza de una hermosa vista de las montañas y los bosques circundantes.

El casco cuenta con cuatro dormitorios amueblados con buen gusto y clasicismo, en los que se respira un inconfundible aire a autenticidad rural, con aromas a troncos quemados en la chimenea y a dulces caseros cocinados durante horas en ollas de cobre. La estancia es famosa por la gran variedad de actividades al aire libre que propone, muchas de las cuales implican un importante esfuerzo físico. Es por eso que el casco ofrece elementos de confort que se agradecen mucho al regresar de las excursiones, como una sala de estar siempre cálida y con hermosas vistas, o un comedor en el que aguardan cada noche platos típicos de la zona, protagonizados por truchas, cordero y frutos rojos.

Entre las numerosas excursiones que se pueden realizar desde la estancia se destacan los paseos en cuatriciclos que van atravesando bosques de lengas y ñires hasta llegar al Chepelmut o al un poco más lejano lago Yehuin, donde se suele realizar un picnic antes de pegar la vuelta. También se organizan cabalgatas y es posible presenciar el espectáculo conmovedor de la doma de caballos salvajes, que allí se realiza con un método paciente y muy poco agresivo con los animales que vale la pena ser visto.

Al caer la noche, se impone un cordero al asador, que se cocina mientras en torno al fuego circulan los vasos de vino y las anécdotas sobre caballos ariscos, nevadas catastróficas y plagas de castores.

En la costa del Beagle

La Estancia Harberton es un hito ineludible en una visita a Tierra del Fuego por muchas razones. Para empezar, allí es donde comenzó la historia de la colonización de la isla, cuando, en 1886, el pastor anglicano Thomas Bridges decidió instalarse con su familia en la entonces virginal costa del Beagle. A diferencia de muchos otros estancieros de la zona, que persiguieron a los habitantes nativos o contrataron pistoleros para que lo hicieran, los Bridges fueron protectores de los yámanas, el pueblo originario de la franja sur de Tierra del Fuego.

El trayecto desde Ushuaia puede hacerse en barco o por la ruta complementaria J, que recorre la costa del Beagle, pasando por lugares llenos de encanto como la laguna Victoria y un mirador que da a la isla Gable. En el camino aparecen también varios ejemplares de las famosas "lengas banderas", árboles inclinados por la acción de los vientos furiosos que barren la costa del Beagle.

La estancia se encuentra en una bella bahía protegida de los vientos y cuenta con un antiguo casco que ha sido recientemente remodelado para recibir visitantes, en habitaciones dobles y triples, todas equipadas con baño privado. Declarada Monumento Nacional en 1999, Harberton atrae cada año a centenares de turistas por dos grandes razones. Una es su famosa casa de té, situada justo frente a las aguas del canal, donde es posible disfrutar de una pastelería deliciosa, elaborada con dulces de frutos típicos de la zona, como el ruibarbo. La otra gran atracción de la estancia es la Museo Acatushún, impulsado por la bióloga norteamericana Natalie Goodall, que alberga una impresionante colección de aves y mamíferos marinos y es considerado como uno de los más importantes de su tipo en Latinoamérica. En sus salas hay esqueletos completos de ballenas, delfines y los enigmáticos zífidos (que habitan aguas profundas), hallados por los investigadores del museo en distintos lugares de la costa de la isla.

Otros de sus puntos fuertes son los paseos y las excursiones, entre las que se destacan las cabalgatas por la llamada "Ruta del Atlántico" y las caminatas autoguiadas por las antiguas sendas frecuentadas por los Bridges y sus amigos yámanas, que pasan por bosques, arroyos y castoreras.

Al sudoeste de Santa Cruz

Había que tener una gran necesidad de soledad -o fobia con el resto del mundo- para asentarse en 1917 sobre la costa sur del lago Viedma, al sudoeste de la actual provincia de Santa Cruz. Vaya a saber uno que deseos o fantasmas perseguían al finlandés Alfred Ramström cuando decidió cruzar el mundo e instalar una granja en ese lugar que aún hoy -un siglo más tarde- continúa siendo un canto a la soledad. En honor a su cuidad de origen, Ramström bautizó a su establecimiento como Estancia Helsingfors. Años más tarde, su hijo Knud comezó a levantar el casco actual de la estancia y en torno a ella plantó secuoyas, hayas y cedros, que hoy protegen y adornan uno de los hospedajes rurales más cautivantes de toda la Patagonia.

Llegar a Helsingfors no es sencillo, pero cada kilómetro de ripio recorrido desde El Calafate por la ruta nacional 40, y luego por la provincial 21, vale la pena.

Se encuentra a mitad de camino entre El Calafate y El Chaltén, bien metida hacia la cordillera, en medio de un paisaje dominado por la figura del monte Fitz Roy y las aguas turquesas del lago Viedma. El antiguo casco ha sido reciclado para adaptarse a la exigencia de visitantes que llegan de la Argentina y el extranjero. Cuenta con ocho habitaciones, algunas de ellas equipadas con jacuzzi, y otras con ducha escocesa, un comedor donde todas las noches tienen lugar cenas de estilo gourmet y una sala de estar ideal para disfrutar de sus célebres pisco sour al calor de la chimenea.

Desde la hostería parten nuemerosos senderos de trekking que recorren quebradas, miradores y lagunas, pero sin dudas su punto fuerte reside en las excursiones embarcadas que llegan hasta las mismas paredes del glaciar Viedma. Partiendo desde el embarcadero de la estancia, y tras un paseo de 40 minutos por el lago, la lancha se coloca justo delante del glaciar, cuyas paredes alcanzan más de 60 metros por encima del nivel de las aguas. Se trata de una experiencia única y conmovedora, que se completa con una caminata por la morena lateral del glaciar, donde es casi imposible no sentirse abrumado por la inmensidad helada de este glaciar que no tiene nada que envidiarle en magnificencia a su mucho más famoso vecino Perito Moreno.

Experiencias únicas

A orillas del lago San Martín, lejos de cualquier vestigio de civilización, en una de las zonas más vírgenes de la Patagonia, se encuentra la Estancia El Cóndor, un sitio ideal para los amantes de la aventura y la naturaleza en estado puro. No cuenta con los altos estándares de confort de las estancias anteriores, pero brinda en cambio la posibilidad de vivir experiencias únicas de vida al aire libre y conocer la cara más auténtica de los gauchos patagónicos.

El casco de la estancia tiene un hospedaje con cuatro habitaciones sencillas y entrañables, una biblioteca y un comedor con chimenea en el que se ofrecen comidas elaboradas con productos de su propia huerta y carnes de los novillos que allí se crían. Para recordar toda la vida son las cabalgatas que parten desde el casco y bordean el lago para luego internarse montañas adentro hasta el puesto La Nana, habitual refugio de arrieros. Allí, durante los meses de verano, se hace noche en bolsas de dormir, sin más protección que la de un cielo rebosante de estrellas y tan amplio como las estepas mágicas y desiertas de la Patagonia.

Museo de Imagen y Sonido en Brasil

El estudio Diller Scofidio + Renfro fue el ganador del concurso abierto para diseñar el nuevo Museo de Imagen y Sonido que tendrá lugar en Río de Janeiro, Brasil. El importante museo incluirá galerías, áreas de educación, auditorios, cafés, bares, restaurantes y como si esto fuera poco, una sala de cine al aire libre sobre su techo.

Se estima que su construcción concluirá en el año 2011. La arquitectura del Museo de Imagen y Sonido de Río toma como punto inicial las playas de Copacabana en sí; mar, arena, montañas, peatones, bañistas y bicicletas. Es así como nace este peculiar museo, siendo parte de la continuación de la rambla que bordea la playa, constituyendo una suerte de pasarela que se quiebra, formando diferentes niveles a medida que aumenta su altura.

De esta forma, el museo se hace llamar como boulevard vertical, siendo parte indiscutida del entorno, e invitando a los turistas y pobladores a disfrutar de sus exposiciones y enseñanzas, intercaladas mediante espacios interiores y exteriores que se asoman a la costa.

El Museo se concibe como un instrumento de apreciación de la ciudad de una manera diferente: sus grandes pasarelas permiten dar al turista una visión de la playa Copacabana y de la ciudad en sí en forma panorámica, siendo un sitio privilegiado para tomar un aperitivo, comer platos típicos, disfrutar de la cultura y ver un filme bajo la luz de las estrellas.

Argentina: Las cumbres en las que reinó el inca

A diez años del gran hallazgo arqueológico de Llullaillaco, una visita al museo, las momias y las ruinas de Sta. Rosa de Tastil.

Cuentan que más de un visitante se mostró indignado al observar las vitrinas del Museo Arqueológico de Alta Montaña (MAAM) por pensar que allí se exhibían réplicas del hallazgo arqueológico conocido como "Los Niños del Llullaillaco". Es que las tres momias y sus 170 objetos de ofrendas se encuentran casi intactas, tal como las dejaron los incas hace cinco siglos en la cima del volcán Llullaillaco, en Salta.

Creado para resguardar, estudiar y difundir uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años, el museo se encuentra equipado con la más moderna tecnología pese a ocupar un edificio señorial de mediados del siglo XIX ubicado frente a la plaza principal de la ciudad de Salta. A metros de la Catedral y del Cabildo histórico, tiene como prioridad la conservación de su colección preciada, con un control automático de sus salas que mantiene el aire filtrado y desbacterizado, a una temperatura constante de 18° C y una humedad relativa de 45 por ciento. Además, cuenta con un sistema de iluminación que varía su intensidad en las vitrinas ante la presencia o no de público.

Según explica el director del MAAM, Miguel Xamena, en una visita guiada al pasado incaico, para las culturas americanas precolombinas la naturaleza era sagrada, en especial, las montañas. Es por eso que el estado inca le dio suma importancia y construyó en las cimas pequeños edificios para los rituales religiosos, hoy llamados "adoratorios o santuarios de altura". De las 200 montañas con restos arqueológicos situados en la Cordillera de los Andes, sólo Salta tiene 40. Y de todos los picos de la región, el volcán Llullaillaco es el más alto, con 6.739 metros de altura, en el límite con Chile.

Precisamente, este año se cumple una década desde que el arqueólogo norteamericano Johan Reinhard, junto a colegas argentinos y peruanos, descubrió las tumbas incas más altas de la región y, quizás, del mundo. Recientemente, la antropóloga forense Angélique Corthals dirigió una nueva investigación de los cuerpos momificados en busca de respuestas sobre la muerte de los niños que fueron reveladas en un documental de National Geographic Channel.

"No son simples objetos que se exponen en una vitrina. Son seres humanos cuya exhibición puede generar diferentes tipos de reacciones y sentimientos. Por eso el visitante puede elegir si desea o no observar los cuerpos, con respeto y silencio", se advierte.

El ritual y la polémica

Uno de los rituales más importantes del calendario inca era la Capacocha, que puede traducirse como "obligación real". Entonces se hacían fiestas de gratitud y sacrificios. Los niños de Llullaillaco tuvieron que recorrer 1.600 km desde Cusco hasta el volcán de la ofrenda, vestidos con su mejor ropa. En el camino, les daban de beber chicha (alcohol de maíz) para bajarlos dormidos a un pozo de 1,67 m de profundidad, junto a un rico ajuar. Para los incas, los niños no morían, sino que se reunían con sus antepasados.

Entre los objetos encontrados hay ushutas (sandalias de cuero y lana), vasijas, peines y estatuillas de camélido y antropomorfas (cuerpos de oro y plata vestidos en miniatura y tocados de plumas).

En cámaras con cápsulas crioconservadoras a 20° bajo cero, el MAAM guarda las tres momias. La "Doncella", de 15 años, está sentada con las piernas cruzadas y un vestido marrón claro. Fue encontrada con un tocado de lana y plumas blancas, que hoy se exhibe junto a una estatuilla de plata. Su largo cabello está peinado con pequeñas trenzas y su rostro pintado con pigmento rojo. El "Niño", de 7 años, está atado y sentado con la cara sobre las rodillas. Los rastros de sangre y saliva en su manta indican una lesión interna, por lo que Corthals sospecha una muerte violenta. Sin embargo, Mario Bernaski, ingeniero del MAAM, tiene su hipótesis: "Puede haber sufrido un edema pulmonar por la altura del volcán y pueden haberlo atado porque estaba agonizando o muerto cuando llegó a la cima".

Para su preservación, se muestra un niño por vez y rotan cada 4 meses. Ahora está expuesta la "Niña del Rayo", de 6 años, sentada con el rostro en alto y parte del cuerpo quemado por el rayo que la alcanzó después del entierro.

Ruinas de Santa Rosa de Tastil

Son 100 km hasta Santa Rosa de Tastil, para continuar el tour arqueológico en busca de vestigios indígenas. Se llega por un camino inolvidable, entre montañas multicolores de formas fantásticas. Lo mejor es visitar las ruinas con un guía, para entender la disposición de estas viviendas, petroglifos y espacios públicos preincaicos que abarcan 12 ha, a 3.200 mts. de altura. En este caso, Christian Vitry explica la reciente teoría sobre la presencia del inca en el lugar. Es que estas tierras guardan tantos tesoros como misterios.

29 agosto 2009

Un concurso intenta averiguar cuál es el Mejor Destino Gay del Mundo

El colectivo gay es un público muy interesante para los empresarios del turismo debido a su mayor poder adquisitivo y a su gusto por los viajes y el lujo. Es así que muchas ciudades en el mundo se autodenominan gay friendly. Pero, ahora, la prensa especializada ha decidido elegir al Mejor Destino Gay del Mundo a través de un concurso organizado por el canal Logo que pertenece a MTV.

Así, este canal dedicado al público GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) de la mano del sitio web de turismo gay Trip Out Gay Travel, han comenzado a buscar aquella ciudad que les sienta mejor. Así, las opciones son las siguientes: Río de
Janeiro, Barcelona, Buenos Aires, Londres, Montreal y Sidney
.

De este modo, estos cinco destinos fueron elegidos por periodistas, editores, profesionales de viajes y colaboradores de la web y del canal pero, el veredicto final, será dado por el público a través de su voto online.

Los mejores paseos de La Habana, Cuba

La Habana, capital de Cuba se conserva sin grandes cambios en su fisonomía desde hace décadas, tanto como para generar en los viajeros que la visitan la sensación de internarnos en el túnel del tiempo. La Habana, es tan especial e interesante en su totalidad como lo es aún más en sus paseos y atractivos más concurridos. A continuación, repasamos algunos de los mejores paseos (e imperdibles) de La Habana.

La Plaza de la Catedral: con el marco de la iglesia jesuita del siglo XVI, sus mesas al aire libre en restaurantes y sus shows musicales, el ambiente de la plaza es imperdible.

El Malecón. Nadie pasa por La Habana sin pisar su Malecón, la explanada en la bahía con ocho kilómetros de extensión, donde pareciera que todo sucede. En el Malecón, la vida social de la ciudad se entremezcla con los turistas. Los sábados por la noche es el lugar donde divertirse.

Paseo Martí, Paseo del Prado. con un boulevard arbolado, que a fines del siglo XVIII era epicentro de los paseos en carruajes, en medio de palacios y mansiones, el Paseo Marti conserva un aire nostálgico, con construcciones en ruinas pero recordando el esplendor de la zona, junto a numerosos vendedores y artistas callejeros.

Feria de artesanías. En la Calle Tacón, funciona el mercado de artesanías al aire libre de La Habana, un lugar ideal para pasear y descubrir pequeñas obras de arte para llevar de recuerdo. No muy lejos, funciona el mercado de libros de segunda mano.

Parque Central. En uno de los extremos del Paseo Martí, se encuentra el Parque Central, un punto de reunión donde los habitantes de la ciudad se sienten muy a gusto al aire libre, y junto al magnífico edificio del Capitolio.

La Torre. En Vedado, podemos ascender a lo alto del Edificio Focsa para obtener en su piso 36, algunas de las mejores vistas en altura de La Habana.

Calle Neptuno. Si se trata de realizar compras y conocer mejor el sistema cubano, nada mejor que un paseo por ésta calle, para encontrar todo tipo de artículos en un particular ambiente y colorido. Otra calle imperdible es la Calle Obispo, un concurrido punto de reunión.

Chile tendrá nuevo portal turístico de Internet

La nueva página web de Chile fue presentada recientemente nada menos que por la presidenta Michelle Bachelet. En este espacio virtual, los cibernautas de todo el mundo tendrán la oportunidad de informarse sobre áreas como los recursos y atractivos naturales, las oportunidades de inversión, turismo, ofertas de estudio y otros datos de interés.

El sitio tiene una versión en castellano o en inglés y fue presentado en una ceremonia ala que asistieron diplomáticos, funcionarios y otras personalidades en el Palacio de La Moneda. De esta forma, Chile quiere mostrarle al mundo su progreso y evolución de los últimos años y que es un destino de lo más interesante para muchas actividades, como hacer turismo, hacer negocios o estudiar. Próximamente, también tendrá una versión en idioma chino.

El portal se divide en cinco áreas temáticas: Acerca de Chile (su naturaleza, geografía, clima), Negocios (sobre las condiciones existentes para invertir), Turismo (con descripciones de todas las zonas geográficas), Estudiar (programas de pre y posgrado) y Vivir (para quienes quieran radicar en Chile).

La presidenta Bachelet sostuvo al respecto que, “vamos a poder utilizar todos los mecanismos que la tecnología permite para contar Chile y, a través de ello, lograr reconocernos lo que somos y hacemos, mirándonos no sólo con nuestros ojos, sino también con los ojos del mundo”.

26 agosto 2009

Colombia el lugar más lluvioso de la Tierra

Según los registros el lugar más lluvioso de la tierra se encuentra en Colombia , dentro del departamento de Chocó. Precisamente hablamos del municipio de Lloró, donde las lluvias, se pasan de abundantes. Tan sólo por citar un ejemplo, el régimen de lluvias de Lloró multiplica por diez el promedio de milímetros de lluvia caídos en zonas como La Pampa argentina, una de las llanuras más fértiles del mundo.

En Lloró, la exagerada caída de agua (del lagrimal del cielo) alcanza una precipitación anual promedio de 13.300 mm. La cifra de agua, aunque abultada, es curiosamente muy pareja durante todo el año, y supera con creces a la ciudad de Cherrapunji, en India, que por años se consideró la más lluviosa del mundo.

Algo diferente sucede en Cherrapunji, con una media anual de 11.430 mm, pero concentrados en la estación monzónica. Durante un período acotado, Cherrapunji superaría con creces la sensación de encontrarnos ante el diluvio universal. De hecho, cuenta con el registro de mes más lluvioso registrado sobre la tierra. En Lloró, sin embargo, las lluvias anuales superan la cantidad de la ciudad India pero con un régimen más repartido en todo el año.

Lloró cuenta con una temperatura media cálida durante casi todo el año. El clima y el paisaje, propician el cultivo de frutas tropicales, además de arroz y maíz.. El Departamento de Chocó, en el que se encuentra, está situado al noroeste del país, junto al Pacífico Colombiano, y en una región entre bosques selváticos y numerosos ríos. Controversia aparte, si viajamos por Cherrapunji o Lloró, de más está decir que el piloto y paraguas serán esenciales en nuestro equipaje.

Via: locuraviajes

Museos de arte en Buenos Aires

Buenos Aires es una ciudad peculiar. Combina en ella los barrios más dispares, las realidades más contrastantes, y ofrece al turismo un gran número de atracciones capaces de satisfacer a los más variados gustos. Los museos de Buenos Aires también son muy variados. Desde el Museo de Bellas Artes hasta el Museo de Caricaturas, todos tienen mucho que ofrecer a todos los públicos.

Hagamos un repaso de los principales museos de arte de Buenos Aires, los más reconocidos y algunas perlas ocultas y altamente recomendables para disfrutar de la estadía en esta hermosa ciudad.

El Museo de Bellas Artes es el museo de arte por excelencia de la capital argentina. Su colección incluye obras de destacados artistas, como Edgar Degas, Paul Cezanne, Juan Carlos Castagnino, Gustav Courbet, Toulouse Lautrec, Edouard Manet, Jean Millet, Claude Monet y muchos otros.

El Museo de Arte Latinoamericano es un museo privado y también se incluye entre los más conocidos y visitados de Buenos Aires. Cuenta con obras de Frida Khalo, Antonio Berni y muchos más artistas de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela.

Por su parte, el Museo de Arte Moderno guarda en su interior unas 6000 piezas que representan los máximos exponentes del arte argentino desde el año 1920 hasta el presente. En la actualidad, se encuentra cerrado por reformas.

El Museo de Arte Hispanoamericano, un poco menos promocionado para el turismo pero igualmente recomendado, tiene un buen número de colecciones, destinadas a diversos aspectos del arte en Hispanoamérica: Platería, Pintura, Imaginería, Otras piezas de la época del Virreinato y obras del siglo XIX.

Finalmente, el Museo de la Caricatura es una verdadera delicia para grandes y chicos. Allí se puede uno encontrar con destacados personajes de renombre nacional e internacional, ilustrados por la mano de los maestros de la caricatura argentina, y muchas de sus participaciones en publicaciones ya emblemáticas del país.

Via: sobreturismo

El metro en Brasil comenzará a instalar asientos para personas con sobrepeso

La obesidad se está convirtiendo en una verdadera epidemia que acompaña al desarrollo, y lamentablemente son cada vez más las personas que sufren esta enfermedad. Brasil, por ejemplo, ve crecer cada vez más el porcentaje de población afectada.

Pero no menos cierto es que las personas con problemas de peso tienen derecho a viajar con comodidad en los diferentes medios de transporte: de corta, media o larga distancia.

Las estaciones del metro brasileñas incorporaron estos asientos azules para personas obesas, que son casi el doble de anchos y que además pueden soportar hasta 250 kilos sin quebrarse.

De todas formas, los responsables de la compañía afirman que no son usados, porque las personas con sobrepeso se sienten avergonzadas de hacerlo.

Tal vez la culpa sea de un cartel por encima del asiento que indica que son prioritarios para personas obesas, y tal vez muchos sientan incomodidad de sentarse junto a los discapacitados o personas mayores.

Vía: austriantimes

24 agosto 2009

Zoo de Buenos Aires y sus videos promocionales

Un ejemplo de marketing emocional, el video que se realizara en el año 2006 para el Zoo de Buenos Aires apela a nuestros sentimientos para tentarnos a una visita.

Una historia universal, de emociones, separaciones y reencuentros llevada con exquisita elegancia y síntesis visual. Un ejemplo de cómo “vender” un destino o atractivo turístico.

Este corto publicitario se llama “Juntos”. Dejamos a continuación otro vídeo del Zoo de Buenos Aires donde la creatividad y el buen humor están presentes.

24 horas de tráfico aéreo en un minuto

Muchas veces se ha hablado del crecimiento constante del tráfico aéreo, y de los millones de personas que a diario se desplazan en avión por el mundo. Pero una cosa es decirlo, y otra conocer los detalles de estos grandes movimientos migratorios, sin dudas una de los más fascinantes factores de la modernidad.

Se calcula en 2.290 millones de personas al año la cantidad de pasajeros transportados. Es decir que a diario son varias decenas de miles de aeronaves las que surcan los cielos del mundo. Y este vídeo permite ver de manera gráfica el tráfico aéreo global en 24 horas.

El video está acelerado a escala de 1:1440, es decir, un minuto de video representan 1.440 minutos (24 horas) en tiempo real. Se trata, ni más ni menos, que del registro vía GPS del tráfico aéreo a nivel mundial.

Como se puede observar en el video, los destinos y puntos de recepción más requeridos son los Estados Unidos, Europa y Asia. Mientras tanto, América Latina, África y Oceanía solo reúnen un parte minoritaria del tráfico.

También los efectos de luces y sombras dan cuenta del día y la noche en cada área del globo, como así también el verano boreal queda de manifiesto por una mayor iluminación del sol. Si se observa detenidamente, vemos que al anochecer el tráfico disminuye un poco en algunas zonas.

Vía: fayerwayer


Argentina: Los duendes de Villa Ocampo

Más que una mansión típica de la elite argentina hacia el año 1900, Villa Ocampo -enclavada desde 1891 en las barrancas de San Isidro- es como una autobiografía de su dueña, la escritora y mecenas Victoria Ocampo (1890-1979). Es que a veces la arquitectura "habla", como en este caso. Y lo que dice es: aquí vivió alguien que miraba a Europa como una fuente inspiradora -de allí trajo amistades y vanguardias artísticas- pero a la vez no olvidaba sus raíces, que se hundían en estas tierras hasta la época del virreinato español.

En una habitación de esta casa se ve el piano que tocó Igor Stravinsky, la biblioteca de 11.000 volúmenes que deleitaba a Albert Camus, a Graham Greene, a André Malraux, a Le Corbusier. Y no cuesta mucho imaginar los paseos por el jardín que hacían Borges y Bioy Casares. Todos ellos son los duendes de esta mansión de paredes de color rosa viejo, duendes que se confunden en el hall de entrada con otros: los antepasados de la escritora -Manuel Ocampo y Clara Lozano- retratados por el pintor Prilidiano Pueyrredón en el siglo XIX. Desde el año 2005 la mansión está abierta al público: no es un museo -aunque se pueden ver los cuartos donde vivía Victoria, sus cuadros, libros y muebles originales- sino un centro cultural, con cafetería y una tienda de recuerdos. Sus salones son ahora el escenario de conciertos, obras de teatro y danza, recitales literarios, exposiciones de arte y actividades para chicos. Así culmina la restauración iniciada en 2003 por cuenta del Proyecto Villa Ocampo de la UNESCO que orienta Nicolás Helft. Ahora, con la habilitación del primer piso -donde estaban las habitaciones principales de Victoria y sus hermanas, su biblioteca y el escritorio- la restauración está casi terminada.

Tradición y vanguardia

"Borges lo dijo bien: siendo argentinos tenemos derecho a reclamar toda la tradición occidental y, de verdad, los visitantes extranjeros que han llegado aquí en los últimos tiempos -pienso en el diseñador Kenzo, o en el escritor Julian Barnes, entre otros- coinciden en que acá te conectás simultáneamente con una cultura cosmopolita y muy rioplatense", dice Helft. Otra vez, la casa "habla": es una combinación de gran chalet y villa de verano que el padre de Victoria -el ingeniero civil Manuel Ocampo- construyó inspirándose en la arquitectura de distintas partes de aquella Europa que él admiraba. Como han dicho los expertos Ivonne Bordelois y Fabio Grementieri, la casa tiene ecos victorianos con toque francés, un poco de renacentismo italiano a la manera de Palladio, techos escalonados a la normanda, tejados de pizarra, torreones, áticos con lucarnas que conviven con galerías y balcones con balaustradas. En resumen, un eclecticismo muy rioplatense.

En la década de 1940 la escritora volvió a vivir en Villa Ocampo y le dio su toque personal, sobrio, enterrando para siempre las marcas victorianas de su niñez. Nada de paredes empapeladas ni bibelots. Ella blanqueó las paredes, puso unos pocos muebles de los más distintos estilos -armarios chinos, camas francesas, lámparas Bauhaus, tapices de Picasso y pinturas de Figari- para dejar todo el lujo en los baños, revestidos en madera. "En Villa Ocampo, que iba a ser mía, se hablaba de la historia argentina como de un asunto de familia. Pero estas historias de la Historia me tenían sin cuidado. Sólo soñaba con deslizarme sin ser vista en la cocina donde Paul, de la Martinica (rostro negro y bonete blanco), hacía dulces, humitas, pastel de choclo y bizcochuelos célebres", decía la escritora. Camus dijo que todo evocaba a la mansión de "Lo que el viento se llevó". Pero si esta casa "habla", dice más que el monólogo de una élite privilegiada. Para quienes la visiten con los ojos abiertos, Villa Ocampo prueba que se puede unir tradición y modernidad, con una originalidad fatalmente argentina.

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