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17 junio 2011

La Habana Vieja, un tesoro arquitectónico

Una melancólica canción de Pablo Milanes o un buen tema de Buena Vista Social Club pueden ser la mejor compañía para un recorrido por el barrio más antiguo de la capital cubana. La Habana Vieja enamora a cada turista que lo visita. El mismo Ernest Hemingway quedó fascinado con su belleza y arquitectura.

Declarada desde 1982 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta zona se caracteriza por sus construcciones coloniales. Su época de esplendor arquitectónico ocurrió entre los siglos XVI y XIX. Nuestro recorrido debe empezar desde donde se escribió la historia cubana, en la casa del gobierno, frente a la Plaza de las Armas. Sin embargo, hay otra plaza que se lleva todos los aplausos, la Plaza de la Catedral, y tal vez no sea por mérito propio sino por la majestuosa vista de las torres de la Catedral de San Cristóbal.

¿Se imaginarían un castillo en Cuba? Bueno, en la Habana Vieja existen, de hecho hay tres. El más conocido es el Castillo de la Real Fuerza y su fuerte es el más antiguo aún en pie de América. La nave del oeste del castillo tiene un tesoro único, una escultura de bronce llamada La Giraldilla que data del año 1632.

En todo nuestro recorrido la nostalgia se encuentra presente, más aún al observar los automóviles antiguos que circulan por las pequeñas calles de este barrio. Sin duda la gran riqueza arquitectónica nos enamorará, pero la calidez de los cubanos jugará un papel importante en nuestro nuevo amor caribeño.

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