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20 agosto 2009

Ventajas y desventajas de tomar un crucero

Subirse a un moderno crucero y recorrer los mares disfrutando de un servicio cinco estrellas es una forma idílica de pasar nuestras vacaciones. Pero a cada viajero su viaje. A continuación las ventajas y desventajas que los turistas nos comentaron de viajar en cruceros.

Tomar un crucero es fácil: no hay que preocuparse en conexiones y reservas y salir a comer. Todo está sobre el barco y todo es fácilmente accesible. Incluso, si organizamos bien nuestro viaje, puede ser sumamente excitante. Por otro lado, no tendremos la oportunidad de conocer mucho más que algunas ciudades costeras y los puertos donde el crucero haga sus paradas.

Quizás un crucero no es la forma más recomendable de viajar si lo que queremos es descubrir una cultura diferente, pero es definitivamente la forma más deliciosa de tomar un tiempo para relajarse. Algunos cruceros organizan viajes por tierra, por ejemplo si paramos en Le Havre podemos ir a las costas de Normandía y a París con una excursión organizada, pero debemos tener en cuenta que dos tercios del tiempo serán de viaje en bus o tren.

Si bien dijimos que todo está incluido tenemos que tener en cuenta que lo que no esté en el contrato que firmemos puede costarnos una fortuna. Nada de lo que unas vacaciones en un crucero pueden significar será barato: una bebida puede costarnos dos euros, dos copas de vino unos ridículo ¡20 euros!

En lo que respecta a entretenimiento y actividades no tendremos tiempo de aburrirnos sobre un crucero. Todo tipo de deportes, clases de baile, shows de magia, teatro y cine, entre otras cosas, llenarán nuestra agenda.

Definitivamente es una opción con muchos pros y también algunos contras. Todo depende del tipo de vacaciones que queramos pasar.

Consejos de viaje para embarazadas

Es común que las mujeres se pregunten si es seguro o no viajar estando embarazadas. No hay lugar para dudas al respecto: una mujer embarazada puede y debe viajar donde quiera con los cuidados adecuados.

Aquí van algunos consejos para que una embarazada aproveche esta etapa feliz, viajando donde más le guste.

En primer lugar decir que puedes viajar donde te plazca y por el medio que elijas hasta la semana 35 de embarazo. Aquí la única voz con autoridad para decirte algo será tu médico.

Argentina presenta los caminos del Che

El Congreso de la Nación Argentina fue el espacio elegido para lanzar oficialmente la ruta turística que seguirá los sitios que fueron relevantes en la vida del revolucionario Ernesto “Che” Guevara. De esta forma, se intentará dos cosas: incentivar el turismo a partir de una figura de tanta trascendencia, y a la vez reivindicar la vida y las ideas del Che. Se incluyeron también los museos e instituciones que lo homenajean.

“Yo creo que los caminos son muchos. Este es uno: que la gente, a través de cosas concretas se vaya enterando. Nosotros tenemos un vacío muy grande en la Argentina. Pero no solamente de esto. Si uno va a Puerto Madero han puesto mujeres una junto a la otra que si vivieran se estarían matando porque las pusieron juntas. La Argentina es complicada. Pero el turismo es un camino para que el argentino vaya incorporando que hay una persona que en el mundo tiene plagada su imagen y aquí hay una negación a tomarlo como argentino. Este es un camino. Después habrá más”, señaló Juan Martín Guevara, hermano del líder.

Las ciudades argentinas de Alta Gracia (Córdoba), Caraguatay (Misiones), Rosario (Santa Fe) y San Martín de los Andes (Neuquén) forman parte de esta recorrida y todas ellas tienen museos del Che. Nació en Rosario en el año 1928, y luego su familia se trasladó a Misiones, donde compraron unas plantaciones de yerba mate para su explotación. También el asma recurrente de Ernesto llevó a la familia a vivir a las sierras de Córdoba, cuyo clima benévolo era más beneficioso, y también vivieron varios años en Buenos Aires.

Estos son algunos de los parajes por los que pasa el camino del Che.

Vïa: Mensajero web

18 agosto 2009

Argentina: Cerro Catedral, la vigencia de un clásico

A simple vista, las postales de Bariloche parecen siempre las mismas. El Nahuel Huapi con sus aguas frías y cristalinas. Los cerros Catedral, Otto, López y Tronador mostrando su irresistible magnetismo blanco. El Centro Cívico, punto de encuentro de todo el mundo. Colonia Suiza, con sus ritos y productos artesanales. Y el hotel Llao-Llao, que sigue deslumbrando con su ubicación privilegiada y un estilo exquisito.

Sin embargo, la diferencia está en la renovada oferta de servicios y las ampliaciones de los existentes. Si bien este año la temporada comenzó "algo rara" debido a la crisis y la gripe A (se tomó casi una docena de medidas de prevención), los operadores confían en que se llegará a un nivel de vi-sitas similar al de 2008.

El ingrediente central para los turistas, la nieve, ya envolvió con una buena capa la ladera de los cerros y cubrió la base del Catedral, el principal centro invernal de Sudamérica, con 70 años de historia. En la base hay unas 5.000 camas para alojamiento, locales de alquiler de equipos y ropa, una amplia oferta gastronómica, shopping, discotecas, casino, centros asistenciales y todos los servicios de una pequeña ciudad.

Las condiciones para esquiar están dadas. Y la principal novedad en Cerro Catedral es la apertura de la pista de esquí nórdico o de fondo -de unos 4.000 metros- cerca de la estación superior de la telecabina Amancay y rodeada de un bosque de lengas, ideal para principiantes y avanzados.

El Terrain Park, para practicar saltos y piruetas, cuenta con renovados circuitos con cajones, barandas y un multimódulo para novatos, avanzados y expertos. Estos sectores integran las 600 ha de pistas y caminos del centro invernal, que se suman a otras 600 de bosques, cañadones y zonas fuera de pista, una pasión para cultores tanto del esquí y como del snowboard.

Una de las facilidades para los esquiadores esta temporada es el pase online, que permite comprar los pases con tarjeta de crédito a través de Internet. Se carga automáticamente en la keycard o tarjeta de proximidad, que se activa al pasar por el primer molinete de los medios de elevación. En temporada media (hasta el 28/08), los pases diarios cuestan $ 150 para mayores y $ 125 para menores. Por 3 días, $ 410 y $ 335; y por semana, $ 815 y $ 675, respectivamente. También pueden alquilarse snowbikes (bicicletas para nieve), trineos y raquetas para caminar en la nieve.

Uno de los mayores atractivos son las excursiones en cuatriciclos 4x4 y motos de nieve, que permiten una vista diferente al trepar por un desnivel de unos 600 metros hasta el mirador de la pista Amancay. De 9 a 16 se realizan salidas cada hora. Con la asistencia de guías, se arranca sobre cuatris y en la mitad del recorrido se cambia a las motos. La salida cuesta $ 450 y pueden ir dos personas. La vista y las sensaciones son tan placenteras como deslizarse con las tablas por la montaña.

Un toque de distinción del lugar lo da una mezcla de sabores patagónicos y aventura: una cena en La Cueva. Allí, a las 19 y a las 21.30, sólo 17 comensales llegados en estos vehículos especiales pueden disfrutar de una noche mágica, en un pequeño restaurante cavado en la piedra, rodeado de lengas y con la música de casi 50 cascadas de arroyos cercanos. Se pueden disfrutar tablas de ahumados, sopas, cordero patagónico y postres regionales, con bebida libre, por $ 680 por persona, transporte incluido.

Un curanto al dente

A casi 70 años de su segunda inauguración -la primera construcción se incendió-, el hotel Llao-Llao puso a pleno el ala Moreno, un nuevo edificio con habitaciones más amplias, enormes ventanales y aire acondicionado (paquete de tres noches, base doble, $ 4.400).

Es un buen punto de partida para disfrutar la clásica, pero al mismo tiempo poco conocida, ceremonia gastronómica del curanto, palabra de origen araucano que significa "piedra caliente". Quienes tienen el secreto de su preparación son los descendientes de la familia Goye (recuerde a la abuela chocolatera), en Colonia Suiza. ¿Cómo se prepara? Se hace un hoyo en la tierra y se colocan piedras bochas (redondas, típicas de los lagos sureños) previamente calentadas en una hoguera.

Sobre ellas se pone un colchón de hojas de nalca o maqui, y sobre éstas, los ingredientes: carne de vaca, de cordero, cerdo, pollo, achuras, papas, batatas, manzanas y zapallos rellenos con queso, crema, arvejas y choclo. Se tapa con las hojas, sobre éstas se colocan bolsas de arpillera, y se cubre todo con tierra. Unas dos horas y media después se descubre la comida en una particular ceremonia -no apurar ni demorar la cocción es uno de los secretos fundamentales-. ¿El resultado? Carnes y vegetales con sabor y aroma muy particulares. Para no perdérselo.






La NASA quiere entrar en el negocio del turismo espacial

La gran agencia espacial estadounidense se prepara para incursionar en los viajes comerciales al espacio. Para ello, planifica una inversión de 50 millones de dólares que le permitan al viajero promedio llegar a visitar las estrellas.

Las compañías que se sientan capacitadas de crear un medio de transporte eficiente para estos propósitos, tienen 45 días para presentar un proyecto que podría llegar a ser financiado por la NASA.

Luego de siete misiones más el año próximo, la flota espacial será retirada, una vez se ultimen detalles de la Estación Aeroespacial Internacional.

Entonces, los viajes al espacio comerciales parecen ser la salida para la NASA, y para poner nuevamente a los Estados Unidos en la carrera espacial, siguiendo los pasos de los rusos. Boeing, Retro Aerospace, Davidson Technologies y Emergent Space Technologies son algunas de las empresas interesadas en la creación de estas naves.

Vïa: Gadling

Brasil: Bahía, por ese palpitar

Doña Canó vive en Santo Amaro -a unos 70 km de Bahía- y no suele ir a San Salvador a menos que haya una razón especial. Cuando el actual presidente de Brasil, Luiz "Lula" da Silva, quiso conocerla, tuvo que ir hasta su casa -siempre de puertas abiertas- en el 179 de la Av. Ferreira Bandeira. Quizá porque Claudionor Veloso -mejor, Doña Canó- lo amerita: es una institución bahiana, con sus 101 años, a punto de cumplir los 102, el próximo 16 de setiembre. Secular y memoriosa; enjuta y de ojos vivaces, es la madre de Caetano y María Bethania, dos músicos geniales nacidos en esta región de azúcar, café, arena y mar.

Como un prodigioso caldero

Tierra de poetas como los inefables Vinicius de Moraes y Dorival Caymmi -ambos vivieron en Itapuá, la playa más conocida del litoral-, Bahía es un caldero prodigioso donde se guisaron las prosas de "Doña Flor y sus dos maridos" y de "Gabriela, clavo y canela" por quien supo marinar los placeres de la carne con los de la poesía, don Jorge Amado.

Se ha dicho hasta el hartazgo: Bahía es un vientre fértil del que surgieron cientos de artistas como Joao Gilberto (el padre de la bossa nova), intérpretes como Gilberto Gil, voces como la de Daniela Mercuri o María Creuza, y ritmos sincréticos afro-pop brasileños como los que identifican a Carlinhos Brown, quien toma su nombre del rey del soul, James Brown y de H. Rap Brown (ambos exponentes de la música negra).

Un viaje al corazón de la ciudad no admite la mirada distante, "de postal". No se puede "hacer turismo aséptico" en Bahía. Es imposible no involucrarse con sus historias, su magia, su espíritu profano y su sagrado catolicismo saturado de iglesias.

Es inútil sustraerse a los perfumes intensos del aceite de dendé, donde crujen esos camarones enrojecidos de pimientas que impregnan el aire.

Y aunque uno se resista, el cuerpo no obedece y se va, calle abajo, sambando al compás del berimbao. La música ao vivo se improvisa en las esquinas al ritmo de lo que haya para golpear en síncopa o se filtra a través de las janelas (esas ventanas felizmente entreabiertas) que dejan entornadas los tabuleiros (bares típicos con mostrador) para que escapen los vapores de la cachaça, el humo de los cigarros y las melodías antiguas de algún chorinho.

No se puede hacer "turismo distraído". Y menos aquí. Fue la primera ciudad de Brasil y su capital, entre 1549 y 1763. Hoy tiene casi 4 millones de habitantes y el ochenta por ciento son negros.

Como dijo Amado: "Su misterio te envolverá; jamás podrás olvidarla. El aceite de su densa belleza te bañó, su realidad mágica te perturbó. Le darás tu corazón para siempre".

Las dos ciudades

Negros africanos, portugueses y nativos. Una mixtura con buena parte de mulatos. Música, comida y poesía. He aquí de qué está hecha la ciudad, amén de sus paisajes. Construida sobre los morros de una península con costas caprichosas, San Salvador está partida en dos: la ciudad baja, portuaria, y la alta, donde está lo más preciado, el Pelourinho, su casco colonial, Patrimonio Cultural de la Humanidad (UNESCO, 1985).

Un acantilado provoca el cisma pero las distancias se salvan gracias a funiculares, autopistas y el emblemático elevador Lacerda (hecho en 1873, que usan a diario unas 35 mil personas). Justo frente a este ascensor está el Mercado Modelo Beira Mar, un edificio neoclásico de dos pisos, inaugurado como aduana en 1861 y devenido en feria en 1912.

Es famoso por sus artesanías, sus comidas típicas y sus ilustres visitantes: antes, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvouir, Pablo Neruda, Aldous Huxley y Orson Wells. Ahora, Gabriel García Márquez, Leo DiCaprio o Ana Belén, entre otros.

Aunque quien dejó la mayor impronta fue, sin duda, Jorge Amado. Sus novelas de mulatas con mal de amores, fogosos burdeles y poderosos hacendados nacieron con manuscritos hechos sobre las mesas de los bares del Mercado.

Sus relatos se inspiraron aquí. "En Bahía, la cultura popular entra por los ojos, por los oídos y por la boca", escribió en "Bahía de todos los santos", en 1945.

En 1977, Amado rehízo el libro y lo transformó en una guía de la vida cotidiana de los bahianos más marginados, el misticismo y la musicalidad citadinas.

Un escenario emblemático

Es en su casa del Pelourinho -tenía otra en Ilheus, junto a la playa- donde está la Fundación que lleva su nombre y guarda su obra. Es también aquí donde se encuentra ubicado el Largo do Pelourinho, la plaza que tomó el nombre de la estaca donde se castigaba a los esclavos.

Alrededor, las fachadas de las casonas que fueron de los ricos fazenderos, después ocupadas por los sin techo y luego recuperadas y pintadas de rosa, azul, verde y amarillo.

Este es el escenario icónico de Bahía, rodeado por cinco iglesias barrocas, bañadas en oro puro. Sobre una de estas callejuelas empedradas y próximas, está la Escola de Sabor e Arte, la misma donde estudiaba Doña Flor.

La directora -doña Edna Leal- supo preservar la tradicional cocina bahiana, mezcla de ingredientes africanos como el dendé (aceite de palma) y pimientas fuertes, que iban a fusionarse con la mandioca y el coco de los aborígenes, y los cocidos portugueses.

Gran paradoja y mejor ejemplo éste, el de la comida, que no separa el menú del conquistador y el conquistado, que pone en el mismo plato la moqueca de peixe (con dende y leche de coco), el vatapá (con jengibre, maníes y camarones) o los beiju (finas galletas de tapioca). La típica, es una cocina de tres continentes con marcado influjo africano. Y es una culinaria de ofrendas a los Orixas (divinidades afrobrasileñas) preparada por las primeras cocineras africanas con recetas "transliteradas" y servidas en bandeja de plata a sus amos.

En algunas esquinas, negras de blanco con varios discos de faldas almidonadas, preparan los tradicionales acarajés, unos bollitos de verduras y mariscos. En otras, grupos de Capoeira reviven la lucha de los esclavos y los tambores redoblan la herencia africana.

Los cuatro elementos

Misteriosos son los terreiros del Candomblé, espacios de culto a los Orixás y las deidades de los Yoruba (con origen en Nigeria), que simbolizan los cuatro elementos. En el panteón, se venera a Oxalá Dacum que es la Paz y el Amor y a Yemanjá, diosa del Mar y la Fertilidad.

Y si bien en lo religioso la fuerza católica separó los ingredientes que la gastronomía mezcló, los dioses se colaron en ese gran pastel y, para no morir, cambiaron de nombre: Yemanjá trasmutó en Nuestra Señora de la Concepción y Oxalá en el Sagrado Corazón de Jesús. El último día del año, la imagen del Bom Jesús sale de la Iglesia de Boa Viagen y visita a la Virgen en la iglesia de Concepción da Praia.

Miles de barcos, miles de velas

Lo hace a bordo de un saveiro -una barca típica- acompañado de miles de embarcaciones. En este navío del Señor dos Navegantes, Yemanjá está de polizón. Su fiesta será recién el 2 de febrero y en la playa del río Vermelho. Será el momento en que los favelados bajarán del morro y se mezclarán con los turistas, pescadores y todo aquél que tenga fe.

La noche se iluminará con miles de velas y se arrojarán al mar canastos repletos de flores de color blanco, barquitos de papel con pedidos y promesas, y también un gigantesco pez de madera.

Nadie nunca las contó, pero dicen que Bahía tiene 365 iglesias -tal vez, sean más- y una de ellas es la más visitada. Está en una pequeña colina y es la de Nosso Señor do Bomfim, el salvador de los náufragos y el señor de la lluvia.

Aquí están las fitinhas, esas cintas de colores que se atan a las muñecas. La fiesta de Bomfim es a mediados de enero y dura una semana. Entre los crucifijos y la iconografía del santoral católico que representa a este protector de los navegantes, está escondido Oxalá, descubierto por los miles de fieles que, agradecidos, le llevan el pago de sus promesas. Cuestión de fe. Y aquí es lo que sobra.

Todas las voces

Los músicos son la voz de Bahía. Llevan sus canciones por todo el planeta y sus versos reflejan la dura realidad nordestina. No todo es amor, playa y mar en las letras brasileñas; no todo es un romántico paisajismo. Esa suerte de tradición lírica del canto popular se quebró cuando "Pedro pedreiro", la canción de Chico Buarque, introdujo contenido político al narrar las desventuras de un obrero de la construcción.

En los 60 y a fines de esa década, el Tropicalismo o la Tropicália tuvo un abanderado, Caetano Veloso. Y miles de músicos afiliados a ese movimiento escribieron las verdades de un Brasil real. No fue como la bossa-nova que había nacido con un fin artístico, sin compromiso social. Dictadura militar y exilios mediante, los cantautores regresaron a sus filas y proclamaron la libertad, pero nunca abandonaron la descripción de su exultante natureza.

La letra de "Samba da Bencao", que Vinicius de Moraes compuso con Baden Powell, dice: "Porque el samba nació allá en Bahía" y, afirman los que saben, que la bossa-nova también, ya que serían las lavanderas de Juazeiro (ciudad natal de Joao Gilberto) a quienes él habría escuchado canturrear al compás repiqueteado de sus tablas de fregar.

Una identidad única

Traje de baño, protector solar, sombrero, ojotas... Tudo bom y en cualquier época del año, porque la temperatura media del agua es de 26 grados. Pasajes, documentos, dinero y expectativas previas al viaje. Tudo legal. Pero e bom demais advertirlo: aquél que decida conocer Bahía lleve toda su sensibilidad, porque será una vía ineludible para conocer la "bahianidad", un sentir y un ser únicos, que quedarán para siempre en la memoria emocional.

12 agosto 2009

Cámara digital USB para deportes de aventura

Si te va la adrenalina y los deportes de aventura te encantará saber que por unos 70 euros te puedes acoplar una cámara digital en tu casco y grabar las locuras que haces con la mountain bike, bajando en rafting o incluso deslizándote por algún tobogán realizando barranquismo.

La USB Action Camera puede acoplarse facilmente a un coche, a una bicileta o a cualquier casco. Viene equipada con una VGA de 640×480 con 30 capturas por segundo. En su interior lleva una tarjeta de memoria con 2G y sólamente pesa 80 gramos. El software que lleva incorporado funciona perfercamente con cualquier editor de vídeo PC o Mac.

Ideal como regalo para todo freaky de los deportes de aventura que se quede corto contando sus peripecias.

Vía: Digital Cameras

Flexotel: el hotel flexible y portátil

Una empresa danesa de diseño ha inventado una moderna solución, útil para ocasiones especiales en las que una ciudad ve desbordada su capacidad hotelera y tiene visitantes que requieren alojamiento por una o dos noches.

Se trata de un concepto innovador que propone casi un hotel descartable. Es un cuarto de hotel en un contenedor, que puede ser desempacado y amueblado en diez minutos.

Cada container aloja dos habitaciones, una de cada lado, y un solo camión puede transportar varias habitaciones. El set se completa con instalaciones para el personal de servicio y con facilidades para servir el desayuno en la cama a los huéspedes del Flexotel.

Está claro que no tendremos baño, aire acondicionado, ducha, lavabo o televisor. Pero sin embargo, en su primer evento masivo demostró ser un éxito. Mucha gente prefiere este hotel portátil antes que una carpa.

Vïa: Gadling

Argentina: Tras los pasos de los jesuitas

Entre las ciudades de Corrientes que se recuestan sobre el río Uruguay, la Ruta de los Jesuitas es una presencia mágica, llena de mitos y leyendas, donde conviven relatos sobre los guaraníes, restos de las misiones fundadas por la Compañía de Jesús y recuerdos de los crueles ataques de los cazadores de esclavos brasileños. A cada paso se hace presente la historia, en los trazados originales de los pueblos, en los antiguos túneles y murallas que los defendían, en las casas con sus muros de piedras acarreadas y talladas por los indios.

El circuito de reducciones fundadas por los jesuitas en Corrientes recorre el extremo oriental de la provincia, sobre las márgenes del río Uruguay, y es también un paseo por sus playas y estancias. Pasa por cuatro ciudades que fueron importantes misiones jesuíticas: Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé y San Carlos. Cada una en su estilo, todas conservan una gran riqueza cultural y arqueológica, pero se han modernizado al punto de ser destinos que ofrecen buena infraestructura y atractivas opciones de turismo alternativo.

La higuera de San Martín

En más de un siglo, hasta la expulsión de la Compañía en 1767, los jesuitas fundaron misiones y estancias, construyeron iglesias y viviendas, cultivaron yerba y algodón y crearon un comercio a gran escala. Luego de la expulsión, muchos poblados fueron destruidos, pero varios conservan restos del trazado original y reliquias de riqueza histórica y arqueológica.

La primera ciudad del circuito jesuítico correntino, Yapeyú ("fruto maduro", en guaraní), fue una de las misiones más importantes del continente y también el pueblo natal de José de San Martín, motivos ambos de gran orgullo para sus pobladores, que aportan manteniendo calles y casas con una limpieza inmaculada y contestando a cada consulta, amables e informadísimos. Uno de los grandes hitos de Yapeyú es el higuerón de 300 años bajo cuya sombra, dicen, jugaba el Libertador de niño, y que aún sigue en pie en la plaza principal. También se puede visitar la casa donde nació San Martín, en la que están las cenizas de su padre; el Museo Jesuítico Padre Furlong, con una importante colección de documentos históricos y objetos de la antigua reducción; el Museo Sanmartiniano, con la cama que ocupaba el general; la iglesia San Martín de Tours, donde había una capilla de la época jesuítica y donde hay una talla en madera de una Virgen Morena. Por toda la ciudad sobrevuelan los vestigios del pasado, cuando Yapeyú era epicentro cultural, religioso y económico de los padres jesuíticos, y funcionaban allí una escuela de música, talleres de carpintería y tornería, tejeduría, panadería, zapatería, molino, astillero.

Pero Yapeyú no es sólo historia: hermosas chacras en los alrededores ofrecen alojamiento y actividades rurales. Y la costa del río Uruguay, con playas de arena y de fondo los montes correntinos, es ideal para la pesca de bogas, dorados y surubíes.

Pocos km al norte está La Cruz, fundada en 1630, la ciudad más antigua de la provincia, junto con la capital. En varios puntos todavía se pueden ver restos de la muralla original, y en la plaza principal se conservan algunas luminarias -columnas de piedra que se usaban para alumbrar-. La Cruz rebosa de elementos del pasado, vasijas, pedazos de tejas, imágenes religiosas. La cortada Primer Centenario, en el casco histórico, es impactante: calle de arena y paredes y pisos de casas hechas con piedras talladas por los guaraníes. Detrás de la iglesia hay un reloj de sol de 18 pies de altura, una de las reliquias más famosas de las misiones. También hay buenas playas sobre el río y un lindo lugar para el turismo aventura: Los Tres Cerros.

Historia y fiestas de carnaval

Siguiendo hacia el norte por la ruta 14 se llega a Santo Tomé, donde se instalaron los jesuitas en 1683. El poblado fue incendiado por tropas portuguesas y refundado en el siglo XIX, y hoy es una ciudad moderna, con excelentes hoteles y varios balnearios y campings a orillas del río. Al igual que en las otras ciudades de este recorrido, aquí los carnavales son una gran fiesta, con comparsas desfilando por la avenida San Martín acompañadas por un hervidero de gente.

En el museo Pablo Argilaga de Santo Tomé hay numerosos objetos de la época jesuítica, como restos de columnas, tallados en piedra y un reloj de sol. En la iglesia Inmaculada Concepción se conserva también una pila bautismal y una campana fundida en 1688. Otros lugares interesantes son la plaza San Martín y el monumento a Andresito Guacurarí, el caudillo mestizo que luchó contra los portugueses e impuso reglas más justas para su pueblo.

A 9 km del límite con Misiones está San Carlos, fundada en 1631 y tal vez el pueblo que mejor conserva el trazado original de la reducción: se ven claramente la iglesia, la plaza y los túneles, y se conservan muros de 2 m de altura. Hay casas coloniales con galerías y calles de tierra colorada. Y no hay que perderse el museo de Arte Jesuítico, con cerámicas europeas e indígenas, piedras para boleadoras y candelabros; un Centro de Documentación, con bibliografía y piezas y trabajos de herrería; y la iglesia San Carlos Borromeo, ubicada sobre el templo jesuita del siglo XVII.

06 agosto 2009

Huellas prehistóricas en la costa argentina

En 1986, el ojo experto del doctor Roque Bianco, se topó con las huellas de grandes mamíferos en una playa al sur de Buenos Aires. Desde entonces, los hallazgos se continúan. Las huellas prehistóricas en la costa argentina, a escasos 600 kilómetros de la capital, necesitan ser preservadas para las futuras generaciones.

Se trata de unos 5 a 6 kilómetros de arcilla que dicurren por debajo de la arena de la playa entre Monte Hermoso y Bahía Blanca. Por allí pasaron en el Pleistoceno tardío megaterios, mastodontes, macrauquenias, scelidoterios (foto) y gliptodontes. Allí quedaron sus huellas en un yacimiento único en el mundo que está en peligro de desaparecer.

A pesar de los estudios realizados por la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, y la Universidad Nacional de La Plata, el área está pobremente preservada y con deficiente infraestructura y señalización.

Si bien sólo se permite el acceso peatonal a la zona, los vehículos pasan cerca y ponen en peligro la estabilidad y conservación de las huellas. La Reserva Geológica, Paleontológica y Arqueológica Provincial “Pehuen Co – Monte Hermoso” necesita algo más que un alambrado para proteger este patrimonio.

En la zona ya se han identificado 22 especies distintas entre mamíferos y aves que convivieron hace miles de años aquí.

Según explica la geóloga y paleontóloga Teresa Manera: “El sector más vulnerable es el de las huellas de animales, que incluyen algunas huellas humanas. Pero cerca de los balnearios de Monte Hermoso hay 0,5 kilómetros con gran cantidad de huellas humanas de hace 7000 años y que no están asociadas con los megamamíferos extinguidos, sino con fauna más parecida a la actual.“

Piezas e información recogida en el yacimiento argentino de Monte Hermoso, pueden verse en el Museo de Ciencias Naturales Charles Darwin, en Coronel Rosales muy cerca de Bahía Blanca, Argentina.

Via: diariodelviajero

Santa Cruz de Mompox, en Colombia

A 248 kilómetros de Cartagena, capital de Colombia, se encuentra la antigua ciudad de Santa Cruz de Mompox. Es accesible por vía terrestre y aérea, pero también se puede llegar a ella por vía fluvial, a través del río Magdalena.

La ciudad fue fundada en 1530, y es una de las urbes coloniales más hermosas y mejor conservadas del país. Durante años, fue hogar de un importante puerto estratégicamente ubicado para ser un sitio clave de la ruta comercial.

Pero todo ello terminó en el siglo XVIII, cuando el cauce del río Madgdalena cambió y la ciudad quedó totalmente aislada, además de perder su situación privilegiada como puerto. En 1995, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Muchos son los lugares y monumentos que visitar en Mompox. Uno de los conjuntos más impresionantes lleva el nombre de Casa de los Portales de la marquesa de Torrehoyos. Se trata de un grupo de cuatro viviendas fácilmente identificables por los portales que caracterizan a su fachada.

La Casa del Recuerdo es otro emblema arquitectónico. Fue edificada entre 1806 y 1809, junto a la iglesia de San Juan. Hoy funciona en su interior un albergue para ciudadanos mayores.

También son muy famosas las Casas Altas y las Casas Bajas. Están ubicadas frente a la plaza de San Carlos, y antiguamente eran hogar de los personajes ilustres de la ciudad. La casa baja se distingue, además de por su tamaño, por la gran cantidad de ornamentaciones que adornan su fachada.

La casa alta fue originalmente del tamaño de la casa baja, pero con el tiempo se la fue ampliando y se edificó una segunda planta. La fachada cuenta con numerosos balcones de estilo cartagenero.

La iglesia de Santo Domingo es otro sitio imperdible. Fue construida por los frailes de la orden Dominica, pero debió ser reconstruida en 1856, tras un derrumbe casi total.

Via: sobreturismo


Iberia ofrece rebajas en vuelos a Sudamérica

A partir de este mes, la compañía aérea Iberia ofrece unas beneficiosas ofertas para volar desde Madrid a diversos destinos del sur del continente americano.

Grandes destinos como San Pablo en Brasil, Buenos Aires en Argentina, o Santiago de Chile, son muy interesantes para un viaje, y ahora Iberia acerca un poco más la posibilidad.


Es necesario consultar el calendario en el portal web de la aerolínea, ya que las ofertas no están todos los días, y además están sujetas a disponibilidad, por lo tanto es para aquellos que estén muy alertas.

El buscador es una herramienta que posee este sitio web oficial que puede facilitar la tarea de encontrar nuestro destino deseado.

Vía: Expresso

04 agosto 2009

Argentina : Chaco leyendas y secretos del Impenetrable

Cae la tarde. Tras el monte, dispersos, van muriendo los colores del ocaso. En la penumbra se adivinan un par de pecaríes, corren algunos guazunchos. Y más allá, entre sombras, la fantasía me hace ver un yaguareté. Extinto hace ya tiempo en estas tierras de quebrachos, el animal me mira, me olfatea. Hasta que, al llegar fatalmente la noche, la utopía se desvanece.

En el Impenetrable, provincia de Chaco, conviven lo posible y lo imposible. Amparada por leyendas que la hicieron por largo tiempo inaccesible para la civilización, esta geografía se torna misteriosa, vedada como aquellas cosas que abruman por su desconocimiento. Entre árboles y tierras secas, entre arroyos y riachos, hay animales esquivos, historias perdidas de tobas y wichis, hombres de rostros curtidos y aldeas estaqueadas por el tiempo.

Asentado principalmente en la llanura occidental chaqueña, el Impenetrable es un enorme monte de más de 40 mil km2, que debe su nombre a su salvaje y cerrada vegetación. Salpicada por inmensas áreas en estado aún virgen, la región apenas tiene unos cuantos caminos que recorren sus rincones, un par de ellos asfaltados; el resto, carreteras de tierra consolidada o serpenteantes picadas en las que sólo transitan bicicletas o carros.

Uno de aquellos caminos asfaltados me permitió entrar al Impenetrable. A bordo de una 4x4 y junto a Luis, conocedor de la zona, salimos una mañana de Presidencia Roque Sáenz Peña, la segunda ciudad de Chaco. Rumbo al oeste, por la Ruta Nacional 16, llegamos a Pampa del Infierno. "A partir de aquí el paisaje lo hipnotiza a uno, porque ya no hay más que quebrachos y soledad", me dijo un anciano de sonrisa desdentada en la puerta de un almacén. Tenía razón: salir de Pampa del Infierno fue dejar atrás casi por completo todo rastro de civilización. El asfalto se fue haciendo cada vez más imperfecto hasta que, al llegar a Los Frentones, tomamos rumbo norte por un camino de tierra que serpenteaba entre campos de espesa vegetación.

A poco de andar, los quebrachos comenzaron a hacerse dueños de las postales, trastocando los contornos del horizonte. De tanto en tanto, alguna gallina montaraz se cruzaba frente al vehículo, despertando la quietud; a un lado y otro, un paraíso de sereno verde.

En estado puro

Comenzaba a consumirse la tarde cuando llegamos a la Reserva Tantanacuy, un encantador rincón de monte virgen ubicado en el corazón del monte chaqueño. Casi alejada del mundo, la reserva toma su nombre de una voz quechua que quiere decir "reunión de personas", algo que parece impensado en medio de esta soledad. "Es el reino de lo salvaje, de los tatúes, los osos mieleros, los zorros y las yararás", me explicó Luis, mientras llevaba las provisiones a una casa de colores vivos, donde dormiríamos esa noche. Preparada para recibir a turistas, ofrecía un par de habitaciones bien acondicionadas.

Una cena que comenzó con una tabla de quesos chaqueños y siguió con un estofado de cabrito fue la antesala para una caminata nocturna por senderos abiertos en la espesura a fuerza de machete. Bajo un cielo de estrellas, cobijados por una luna casi llena, nos dejamos perder en la huella del monte, como en un laberinto de hojas y troncos.

Río arriba, río abajo

Pasamos dos días en Tantanacuy, en medio de la más completa soledad, y el tercero volvimos a la camioneta para tomar nuevamente rumbo norte, primero hacia Juan José Castelli, siguiendo la larga senda arenosa de la ruta Juana Azurduy, y luego a Villa Río Bermejito. Ubicado en el cruce de los ríos Teuco y Bermejito, este pequeño poblado se transformó en los últimos años en uno de los sitios más visitados por el turismo que se aventura hasta aquí, en especial por la inagotable fauna que permite la proximidad del río. Yacarés, loros y monos están allí, al alcance de cualquiera, listos para ser fotografiados.

A la tarde, salimos a navegar por el río Bermejito. Desde el catamarán avistamos legiones de aves, y sobre las aguas, aquí y allá, flores de irupé flotaban a la deriva. Ya casi sin luz, amarramos en el mismo embarcadero del que habíamos partido horas atrás. Esa noche dormiríamos en Villa Río Bermejito y al día siguiente saldríamos hacia Fuerte Esperanza, histórica reserva natural dominada por formaciones boscosas en las que el palo santo y el guayacán se hacen omnipresentes. Y habría más monte, más verde, más misterios amparados por quebrachos. Como en cada leyenda de cada rincón del enorme Impenetrable chaqueño.

Por: Carlos Albertoni

Algunos consejos para salir de vacaciones “conectados”

Cada vez se impone más la tendencia de ir de vacaciones con el ordenador portátil y continuar “on line”, ya sea por cuestiones de trabajo o simplemente a través de las redes sociales, blogs y demás, en donde vamos dando cuenta de nuestros días de descanso.

La compañía informática Asus reveló, a partir de una investigación, que el 56% de los españoles salió de vacaciones con el ordenador en la maleta. Un 62% de ellos revelan que lo necesitan para navegar por la Red.

En principio, sería útil estar al tanto de las tarifas de conexión en los sitios en los que estemos – para evitar facturas siderales –, dejar el router desconectado cuando no está en uso y mantener el equipo actualizado.

Pero otro aspecto de este fenómeno tiene que ver con las redes sociales y con informar en las mismas que no estamos en casa. Si nuestros contactos saben la fecha de salida y llegada de nuestro viaje, o la dirección de nuestra casa porque lo informamos en la red social, podemos sufrir un disgusto ya que algún aprovechado podría aprovechar para robarnos: “La ocasión hace al ladrón”.

Otro dato a tener en cuenta es verificar la seguridad si usamos un ordenador público, para evitar que alguien se infiltre, por ejemplo, en nuestro correo electrónico o en la cuenta bancaria.

Mantener el router apagado evitará que alguien utilice nuestra conexión cuando no estamos, y lo que es peor, se infecte la red con software malicioso.

Mantener al día la seguridad del ordenador, realizando las tediosas actualizaciones puede evitar muchos problemas en el futuro.

Por último, hay que prestar atención a correos desconocidos que ofrecen vacaciones de ensueño a precios irrisorios, porque muchas veces tienen por finalidad solamente obtener nuestros datos o infectar nuestro equipo.

Vía: El Mundo

Argentina: El camino de las maravillas

Una duna gigante y blanca parece interrumpir la ruta. Unos metros más adelante, la ilusión óptica se desvanece al alcanzar una curva cerrada hacia la derecha. De lejos, parecía el portal de entrada a un mundo fantástico. Como muchos de los sitios escondidos en la misteriosa Puna catamarqueña, no tiene nombre. Es un buen augurio: los indicios que deparan grandes aventuras suelen presentarse así, de repente y sin nombre.

Ese recodo de la mítica ruta nacional 40 abre las puertas al rincón más remoto del noroeste de Catamarca, entre salares, volcanes, desiertos e inesperadas lagunas.

El pueblo El Peñón, un puñado de casas de adobe rodeadas de álamos ralos, es el punto de partida de este impactante recorrido. Para llegar hay que transitar 490 kilómetros desde San Fernando del Valle de Catamarca, en los que el terreno trepa hasta los 4.000 metros de altura.

Los altísimos cardones de la Quebrada de la Sébila dan la bienvenida a la aridez, apenas matizada por débiles cursos de agua de vertiente, que se esfuman entre las rocas al tomar la ruta 60.

En un tramo que se interna naturalmente en el norte de La Rioja, el camino lleva a los olivares de Aimogasta hasta el empalme con la ruta 40. Rumbo a Hualfin, donde haremos noche, comienzan a dibujarse las primeras constelaciones en el cielo rosado.

Por rincones secretos

Todavía es de noche cuando partimos hacia El Peñón por un sinuoso camino de ripio. Son las 7.30 y sólo la calefacción de las camionetas 4x4 nos devuelve el alma al cuerpo. Nuestra actitud aletargada se desvanece con el entusiasmo del guía, Fabrizio Ghilardi, un economista italiano que decidió abandonar Milán tras unas vacaciones en la Puna. Sus exploraciones en la zona hicieron posible el acceso a sitios deslumbrantes, aún no invadidos por el turismo masivo.

Al final del tramo no asfaltado está la ruta 137-36. Así son las cosas por aquí: o no tienen nombre o tienen más de uno. La cuestión parece esconder algún misterio o la intención de que unos pocos descubran las maravillas que esperan más adelante.

Es una sola ruta pero depende de la dirección que se tome -al oeste o al norte- se convertirá en una u otra. Elegimos la 36, que asciende hacia el norte hasta los 3.400 metros. Es el inicio de la Puna, el reino de las vicuñas, que nos vigilan a distancia.

El suelo llano y los cerros rosados quedan atrás cuando una duna de arena blanquísima domina el paisaje en un recodo de la ruta 40. Sin nombre en los mapas, los lugareños la llaman Cuesta de Randolfo, acaso en homenaje al primer hombre que se topó con este tótem de arena que, de no ser por unas pisadas que ascienden hasta la cima, podría decirse que es el límite entre este mundo y otro deshabitado. Algo de eso debe haber, porque al costado de la ruta se suceden las apachecas, piedras apiladas, una ofrenda de los viajeros a la Pachamama en agradecimiento por haber dejado atrás un sitio para llegar a otro. Así que cumplimos con el rito y seguimos viaje.

El suelo comienza a cubrirse de burbujas de sal. Primero, unos copos entre el pasto ralo hasta formar una capa blanca uniforme. Es el ingreso a Laguna Blanca, una Reserva de Biósfera creada para proteger a los cisnes de cuello negro, que flotan a lo lejos.

También se ven cisnes rosados, patos y guares pero es imposible acercarse porque el suelo, muy húmedo y resbaloso, hace que nuestros pies se hundan como si se tratase de un pantano. Todo el valle está cubierto de colpa -salitre muy denso-, a la que los pueblos originarios de la región le atribuían valores sagrados y curativos. La consideraban beneficiosa para conciliar el sueño y para armonizar ambientes donde la energía estaba "estancada".

El almuerzo en El Peñón es una buena pausa para aclimatarnos a la altura. Con un té de rica-rica, una hierba local, mitigamos los primeros síntomas del "soroche" o mal de altura.

Ciudad de arena y piedra

Poco después emprendemos una expedición hacia uno de los sitios más deslumbrantes de la Puna catamarqueña. El camino asciende hasta los 3.600 metros por una huella de arena y sal abierta por el espíritu explorador de Fabrizio. Y aparece un inesperado Sahara en plena Puna: dunas blancas, gigantes, se recortan en diagonales tajantes contra el cielo azul.

Este universo blanco, que unos pocos descubrieron para practicar sandboard, es también un exótico mirador desde el que se divisa un paisaje sorprendente o, acaso, un espejismo: un mar de crema en el que flotan copos de merengue. Arena y piedras calcáreas conforman esta ciudad fantasmal -de 25 km por 10 km de extensión- que es el Campo de Piedra Pómez.

Los últimos rayos del sol proyectan las sombras de las deidades porosas, que se multiplican hasta el infinito. Sin decir palabra, nos echamos a correr entre los médanos en distintas direcciones.

Desafío en zig zag

La luz de la mañana va ganando brillo en un nuevo día que en una prometedora excursión nos lleva hacia Antofagasta de la Sierra.

La altura, junto a la escasez de agua, hace que los árboles brillen por su ausencia en esta zona de la puna catamarqueña. Sólo unos hilos de agua de vertiente crean pequeños oasis, como un espejismo, donde el pasto ralo atrae a mulas y llamas que dejan de pastar y parecen posar para las fotos. A poco de andar, los modestos pastizales son reemplazados por roca volcánica. El suelo se viste de negro, apenas matizado con racimos de rica-rica, que visten de copos redondos y dorados el horizonte, donde se recorta la silueta triangular del volcán Antofagasta.

Tras atravesar a pie el campo de lava, el viento y las laderas empinadas del gigante avisan que llegar a los 3.500 metros de altura será un verdadero desafío. El recorrido está delineado por cinco zig-zag, una huella trazada por otros hombres, a fuerza de voluntad, en un suelo muy resbaloso, ya que está compuesto únicamente de pilis (pequeñas rocas de lava solidificada).

Esos senderos, que desde abajo parecen las pinceladas de un artista, deben respetarse de modo fiel, con pausas necesarias para recobrar el aire.

Al alcanzar la cima, apenas queda aliento para gritar ¡Eureka!. Sin embargo, además de las nubes, el viento parece haber borrado de un soplo el cansancio y el mal de altura: en primer plano se ven las lagunas azules del volcán, y lejos, el Campo de Piedra Pómez.

Final del juego

Bordeando hacia la derecha la cumbre -el volcán tiene dos picos, separados por una lomada ondulada, que indica la división del cráter en dos partes-, la vista se extiende hasta el volcán Alumbrera.

El último alto de esta travesía nos lleva a un pueblo donde los carteles que señalizan las calles sólo tienen impresos signos de interrogación. Desconcertados, preguntamos por los nombres, impulsados por la necesidad racional de colocarle a todo un rótulo.

¿Qué importa dónde estamos?

Las deliciosas casitas de adobe, las voces amables, el viento y ese aroma de la leña quemada nos provocan una extraña atracción de las cosas que nos resultan incomprensibles, pero que recibimos sin preguntar, porque hemos aceptado su misterio.

31 julio 2009

El Museo de Eva Perón

Días atrás se cumplieron 57 años de la muerte de Eva Duarte de Perón, más conocida como Evita. Una mujer que vivió sus pocos años muy rápido, marcó un estilo y, tras su muerte, se convirtió en un mito. Si bien en su país natal, la Argentina, cuenta con tantos fanáticos como detractores, no puede negarse de que se trata de una de las mujeres más importantes del siglo pasado. Es por ello que, en Buenos Aires, Evita tiene su propio museo.

El mismo abrió sus puertas en 2002 el día del 50° aniversario de su muerte y quienes deseen saber un poco más de la vida y la obra de esta mujer, podrán visitarlo en el barrio de Palermo, en una antigua casa de comienzos del siglo XX en la que funcionó el Hogar de Tránsito número 2 de la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón.

Pues ahora, el edificio alberga muestras permanentes y exposiciones temporarias en las que se refleja la vida, la obra y el pensamiento de Evita. Un recorrido por los distintos momentos de su vida y, en consecuencia, de parte de la historia argentina.

Así, la muestra permanente se encuentra dividida en tres grandes bloques: Eva Duarte (prólogo, mito, Eva actriz, Encuentro con Perón), Eva Perón (17 de Octubre, el casamiento, Primera Dama/Viaje a Europa, Hogar de Tránsito N°2, voto femenino, Constitución del 49, Fundación Eva Perón) y Un final inesperado (el renunciamiento, la enfermedad, la muerte y su cuerpo, la razón de mi vida).

De este modo, en las salas podrán apreciarse objetos que pertenecieron a Evita, fotografías y documentos, entre otras cosas. Además, el establecimiento cuenta con la Biblioteca del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas-Museo Evita en la que se recopila todo el material bibliográfico existente sobre su vida y su obra.

Completan las instalaciones de este Museo un auditorio, un restaurante y la correspondiente tienda de recuerdos.

Cabe destacar que el sitio se encuentra abierto de martes a domingos, de 11 a 19 horas y que el precio de la entrada es de alrededor de 2,20 euros al cambio sin guía o de 3,35 euros la visita guiada.

Sitio Oficial: Museo Evita

Perú tendrá su primer hotel All Inclusive

La cadena Thunderbird Hotels desembarca en Perú constituyendo lo que será el primer establecimiento Todo Incluido de este maravilloso país. Se trata del hotel Thunderbird Resort El Pueblo, ubicado en el distrito de Ate.

A un precio único, el huésped podrá disfrutar de todos los servicios del hotel, que incluyen bebidas alcohólicas y no alcohólicas, aperitivos a cualquier hora del día, servicios de entretenimiento como cine, karaoke, bolera, discoteca, espectáculos, entre otros, además de diversos juegos para niños. Se incluye además la práctica de deportes como tenis, fútbol, golf, squash, voley, basquet. También encontraremos un gimnasio, saunas, ducha española y jacuzzi.

Además, en este resort hay servicio de comidas 22 horas al día. Está diseñado según la arquitectura de los pueblos de la serranía peruana.

Frances Marti, gerente general de Thunderbird fue quien se ha complacido en anunciar a la prensa la novedad, aseverando que todos los visitantes pagarán el mismo precio para acceder a la totalidad de los servicios.

Vía: Expreso

Chile: Una ciudad sobre el Estrecho de Magallanes

Lo primero que hay que hacer en Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, es pararse en la plaza Muñoz Gamero, corazón de la ciudad, para mirar alrededor. De un lado se huele el mar, los muelles del puerto y los barcos. A pocas cuadras, el Cerro de la Cruz tiene la mejor vista hacia el casco histórico: los techos rojos típicos, a orillas del Estrecho de Magallanes y, a lo lejos, la costa de la isla de Tierra del Fuego. Alrededor de la plaza, los palacios y monumentos hablan del esplendor de una ciudad que -allá por 1906- era frecuentada por los barcos de diez líneas interoceánicas -no existía el Canal de Panamá- y se enorgullecía de su red de teléfonos y luz eléctrica, su teatro de ópera, el hipódromo y las filiales bancarias. Aún hoy se pueden ver frente a esta plaza los imponentes palacios afrancesados de los "reyes sin corona" de la Patagonia de comienzos del siglo XX, como José Menéndez, Mauricio Braun, Jean Blanchard y Adolfo Stubenrauch, entre otros.

Así es, tanta magnificencia se explica porque hasta la década de 1920 -cuando se derrumbó la cotización mundial de la lana de oveja y se abrió el Canal de Panamá- esta ciudad fue la capital comercial, política y cultural de la Patagonia. "Es una Montevideo del sur", dijo el escritor argentino Roberto J. Payró en 1899 cuando visitó Punta Arenas para hacer la crónica del encuentro de los presidentes de Chile y Argentina, Errázuriz y Roca. Un testigo de aquellos años domina hoy la plaza Muñoz Gamero, es el monumento al navegante Hernando de Magallanes, que pasó por aquí en 1520 rumbo al Océano Pacífico. El monumento fue pagado por José Menéndez y ahora los turistas, por cábala, le tocan el pie al indio que acompaña a Magallanes en el bronce: así, se dice, seguramente se repetirá la visita.

Leyendas sureñas

Después de Magallanes pasaron muchos otros marinos. En 1671 el inglés John Narborough la bautizó "Sandy Point" -punta arenosa, origen del nombre actual- contento de encontrar en las solitarias aguas del estrecho un puerto natural, agua potable, carbón, buena caza y tehuelches amigos. Darwin y Fitz Roy navegaron en 1832 con el bergantín "Beagle" los canales fueguinos y vivieron para contarlo. De aventuras está hecha la historia de Punta Arenas, que se inició en 1848 cuando el gobierno de Chile estableció allí una colonia penal cerca del viejo Fuerte Bulnes. Desde entonces, chilenos e inmigrantes europeos llegaron a Punta Arenas atraídos por sucesivas "fiebres": la caza de lobos marinos y ballenas en 1860, el descubrimiento de oro en 1880, el auge de la cría de ovejas entre 1884 y 1920, la fiebre del petróleo desde 1945 y luego la pesca, el carbón y el turismo.

Otro testigo de aquel esplendor es el céntrico Museo Regional Braun Menéndez, ubicado en el edificio de estilo francés construido en 1905 para Sara Braun. A pocas cuadras, el Museo Salesiano cuenta la vida de los indios de la región en la implacable Patagonia de finales del siglo XIX, un tema que inspiró relatos del popular escritor chileno Francisco Coloane. Punta Arenas es hoy una moderna ciudad de 120.000 habitantes, pero su mitología vuelve de muchas maneras. Por caso, en estos días culmina el Carnaval de Invierno, un desfile de carrozas, murgas y comparsas con temas del folclore local. La época pionera revive en el Museo del Recuerdo -con carruajes y objetos del siglo XIX- creado por el historiador Mateo Martinic en el Instituto de la Patagonia, de la Universidad de Magallanes.

Por cierto, habrá turistas fascinados con las ofertas de la Zona Franca local: son trece hectáreas de locales comerciales, visitados diariamente por miles de personas que pueden hacer compras sin impuestos, o deleitarse ante un plato de centollas, cordero o salmón. No faltan los turistas europeos fascinados por el cementerio de la ciudad: sus bóvedas barrocas, como la de Sara Braun, recuerdan a la Recoleta. Y están los turistas que se preparan para navegar por canales fueguinos con los cruceros Australis - que van y vienen entre Ushuaia y Punta Arenas- tras las huellas patagónicas de Darwin y Fitz Roy.

El Milodón y las montañas

Hay más para ver, si se aprecian las leyendas. Bruce Chatwin cuenta en su libro "En la Patagonia" que su fascinación con el sur nació al oír la historia de la Cueva del Milodón, un animal prehistórico -algo así como un oso gigantesco- que hace 15.000 años vivió en la zona de Puerto Natales, bien al norte de Punta Arenas. En 1895 el explorador sueco Nordenskjold recorrió la cueva, que hoy es un sitio turístico en un desvío del camino al parque Torres del Paine.

En 1898 el científico argentino Ameghino dijo que aún debía haber un Milodón vivo. Desde Londres llegaron los científicos del British Museum y los periodistas. Nadie encontró un Milodón vivo pero muchos se maravillaron con las Torres del Paine, un paisaje de montañas, lagos, ríos, glaciares y bosques que hoy visitan los entusiastas del trekking. Así es, Punta Arenas también se ha construido con leyendas.

27 julio 2009

El Chaltén, la estrella argentina del senderismo



Ubicado en el sudoeste de la provincia de Santa Cruz y dentro del Parque Nacional Los Glaciares, el pequeño pero pujante pueblo de El Chaltén es sin dudas una de las joyas de la Patagonia Argentina - un destino de por sí imperdible. Su principal encanto reside en su maravilloso entorno natural verdaderamente exhuberante. Este es un breve repaso como para invitarlos a descubrir en las imágenes algunas de sus actracciones naturales más impactantes.

Como lo indica el nombre de esta área protegida, la estrella son los glaciares. A alguno de ellos es posible llegar en embacaciones -como en el caso del Viedma a través de una navegación por el lago que lleva su mismo nombre- y otros como el Glaciar de los Tres, el Torre, el Piedras Blancas se encuentra a algunas horas de caminata partiendo desde el pueblo, ideales para aquellos amantes del senderismo ya que con una exigencia intermedia se llega a las mejores panorámicas de la zona.

Entre ellas sin dudas hay que mencionar al famoso mundialmente monte Fitz Roy, un imponente cerro de 3405 mts que es posible contemplar realmente desde muy cerca (junto con su glaciar) desde la Laguna de Los Tres, maravillándonos de su inmensidad.. algo verdaderamente inolvidable.

Muy cerca de allí, y también luego de un trekking -en este caso algo más sencillo- se encuentra el majestuoso cerro Torre, con sus agujas y su “hongo” de hielo en la cima que lo ha convertido en uno de las rutas de escalada más dificiles del mundo entero. Al pie del cerro, un vez más encontramos un majestuoso glaciar y su respectiva laguna, y a muy pocos metros de allí se emplaza un camping libre, ideal para los cultores del campamentismo que tendrán la oportunidad unica de ver al gigante Cerro Torre recortado con el fondo de los mágicos colores de la puesta del sol. Además quienes disfrutan del Turismo Aventura, pueden hacen un Trekking sobre Hielo sobre el glaciar y practicar también escalada en hielo.

Pero esto es sólo una pequeñisima parte de lo que ofrece el Chaltén a todos los amantes de la naturaleza.. otros bellísimos atractivos son las estancias patagónicas, el bosque andino patagónico, la Laguna Capri, el Lago del Desierto, el Río de las Vueltas, y el Hielo Continental Patagónico (una travesía de alta exigencia para trekkers expertos). Un lugar único y realmente imperdible para los que quieran descubrir a fondo la Patagonia Argentina.

¿Dónde se quiere más a los americanos?

Muchos son los tópicos que circulan por el mundo sobre los ciudadanos de los Estados Unidos. En algunos lugares, los turistas americanos no se sienten bien recibidos por diversas razones. Pero ¿dónde se les quiere más?

Se ha realizado una encuesta en 21 países para saber dónde son mejor recibidos, que cultura o país los acepta tal cual son y sienten afinidad con ellos.

Hay muchos estereotipos que circulan por ahí: que se creen el centro del mundo, que ignoran todo del resto del mundo, que no saben apreciar culturas distintas, que no se esfuerzan por aprender otro idioma, que no se integran, etc.

Veamos, a pesar de todo ésto, dónde son bien acogidos:

Argentina: Un recorrido por los alrededores de Mina Clavero. Pueblos tranquilos, arroyos cantarines

Si no fuera uno de los conservacionistas más famosos del país, uno podría decir que Fabián Ramallo nació para contar historias. En el restaurante de la Fundación Cóndor, una solitaria construcción que balconea sobre las sierras del camino de las Altas Cumbres, en la provincia de Córdoba, Ramallo contagia su pasión por las aves y por el paisaje que lo rodea. Estamos a más de mil quinientos metros de altura, cerca de un cielo que parece pintado, rumbo al Valle de Traslasierra. El locro, la charla a la que van sumándose varios parroquianos, el vino y el sol, son buenos presagios de lo que seguirá.

Ramallo no es el único que encontró su lugar en este valle ubicado al oeste cordobés. Desde que José Gabriel Brochero, conocido como el Cura Gaucho, abrió a fines del siglo XIX la "Casa de Ejercicios Espirituales" en el pueblo que hoy lleva su nombre, cientos de peregrinos llegaron en busca de paz espiritual, de las milagrosas aguas de sus ríos y de su clima benévolo. Pasaron más de cien años desde entonces, y Traslasierra mantiene su mística.

Pero aún estamos en el kilómetro 69 del camino de las Altas Cumbres, escuchando historias de cóndores y pumas. "El cóndor tiene un destino de grandeza: nació para andar por el cielo", dice Ramallo con tono épico, mientras muestra la foto de Tupac, un cóndor de alas entumecidas que luego de 27 años de cautiverio fue rescatado y pudo volver a volar, a fuerza de cuidados y entrenamiento. Hace catorce años que la Fundación se dedica a la protección de estas aves. Y aunque hoy no tenemos la suerte de verlas planear entre las sierras, sí podemos imaginarlas a partir de los entusiastas relatos que acompañan el almuerzo.
El camino desciende en curvas y se ven los pueblos que brillan con sus techos plateados. Mina Clavero, Nono, los ríos, forman parte del mismo cuadro brilloso de tonos musgo y grisáceos.

De cerámica negra y té inglés

Dora nació en Liverpool -la ciudad de los Beatles-, y hace más de treinta años que decidió instalarse en Loma Bola, donde "por milagro" logró comprar la casona donde ahora sirve el té. Dora y su marido tienen ojos muy claros y hablan entre ellos un inglés de libro. En algún momento instalaron en esta casa un exclusivo internado bilingüe para hijos de embajadores y empresarios. Lejos de los años de docencia, hoy sirven el té en tazas verdes de cerámica con budín de banana, escones y otras delicias. "Las mismas que usó la princesa Diana", ironiza su marido, pero enseguida aclara que es una broma.

Loma Bola es un pequeño poblado a los pies de un Vía Crucis de catorce estaciones que subimos trabajosamente para obtener una panorámica del valle. El esfuerzo bien vale la pena, sobre todo si al descender uno se encuentra con la casa de té Villa Dora, o con un paseo por los jardines del antiguo y bellísimo hotel Loma Bola.Pero para llegar hasta aquí desde las Altas Cumbres hemos atravesado gran parte del Valle de Traslasierra, a través de la serpenteante Ruta Provincial 14.

El recorrido comenzó en Mina Clavero, ciudad famosa por su casino, por su buena infraestructura y por la figura de Héctor Recalde, el campeón de rally que puso esta región en los mapas del mundo. Precisamente por la Avenida Héctor Recalde se llega al Camino de los Artesanos, un recorrido entre las sierras de 18 kilómetros en el que varias familias muestran su producción de cerámica y tejidos con secretos guardados durante generaciones.

Una cruz marca la entrada del taller de Atilio López, donde uno puede ver cómo se fabrican perfectas piezas de cerámica negra. Pero aunque todo el proceso esté a la vista, el secreto está en la arcilla, y López explica que él sabe exactamente dónde encontrarla en uno de los ríos de la zona.

De locros, gatos y chacareras

En el pueblo de Nono damos una vuelta a la plaza para ver las antiguas construcciones de ladrillo a la vista, la iglesia y una auténtica pulpería. Allí tomamos un desvío que nos lleva a uno de los imperdibles de esta zona: el Museo Polifacético Rocsen. El Dique La Viña es otra de las paradas que impone la ruta hacia el Sur. Se trata de un paredón de más de cien metros que contiene las aguas del Río Los Sauces y forma un embalse. No muy lejos de allí, en el Club de Pescadores las Rabonas, damos un paseo en botes de alquiler.

Seguimos hacia Los Hornillos, Villa Las Rosas y Las Tapias, algunos de los pueblitos que se suceden con sus producciones de aceite de oliva, hierbas medicinales y artesanías. En invierno el paisaje es grisáceo: piedras y arbustos resecos brillan con fondo de sierras.Pero cuando uno llega a San Javier, el paisaje cambia: se impone el verde y la sombra de los árboles sobre las calles empedradas. El pueblo va trepando y uno no puede eludir la imponente sombra del Champaquí, el cerro más alto de la región, con una altura de 2.790 metros sobre el nivel del mar. Es domingo de peña junto a la iglesia de San Javier, y un grupo de chicas se acerca al escenario con sus polleras largas y el pelo engominado en larga trenza. Angel prepara el locro en una olla gigantesca desde las 8, y espera que esté listo para las 13. La gente prueba alguna que otra empanada, entre gatos y chacareras. La jornada sigue, dice el animador, "hasta que el cura nos eche porque tiene que dar la misa".

En la plaza, el pequeño Nicolás, de cuatro años, da la tercera vuelta en burrito, mientras su amigo Tiago lo lleva de la cuerda. Empedrados, viejas construcciones coloniales, sauces, ferias artesanales y el murmullo del arroyo que pasa discretamente bajo la calle son algunas de las imágenes que uno se lleva de San Javier. Yacanto está casi pegada a San Javier, y es famosa por su antiguo hotel en el que los ingleses solían pasar sus vacaciones a principios del siglo pasado. Vale la pena hacer una pausa para el almuerzo y pasearse por los jardines que enceguecen de tan verdes. La Población es el pueblo que sigue, con una paz mística en sus calles de tierra que trepan por el cerro. La ruta sigue hacia el Sur y se torna más solitaria. La vegetación se reseca otra vez y se cubre de espinas. Aparece un lindo pueblo con un nombre más que apropiado: da la impresión de que sólo podría llamarse La Paz. Un desvío de un par de kilómetros conduce a Loma Bola: entonces sí llegamos a la Casa de Té Villa Dora.

Volcanes, túneles y palmeras

Puede resultar difícil imaginar un paisaje de palmeras en las sierras cordobesas, pero es lo que uno encuentra cuando sale de Mina Clavero hacia el norte por la solitaria Ruta Provincial 15. La excursión hacia Los Túneles nos llevará todo el día.El panorama nada tiene que ver con lo que conocimos hasta ahora. Aquí casi no hay pueblos, y la vegetación achaparrada desaparece. Sierras, palmeras y volcanes solitarios: el paisaje parece importado de otras latitudes. Las palmeras caranday recortan sus siluetas desplumadas contra el volcán Boroa, una pirámide perfecta que parece calcada de un libro de geometría. El camino se interna entre las Sierras de Pocho, y aparecen algunos pueblitos con arroyos y rebaños de cabras. En Las Palmas entramos a una capilla de adobe de más de trescientos años, dedicada a la Virgen del Rosario.

El camino sigue, hasta que después de una curva aparece la espectacular vista panorámica de los llanos riojanos. Ingresamos a la Reserva Natural Chancaní, y descendemos por la montaña a través de cinco túneles construidos en 1930, una extraordinaria obra de ingeniería para la época. Poco antes de cruzar el último túnel, paramos en un mirador. Un muchacho tiene allí un puesto en el que vende arropes, alfajores y dulces regionales. "Hace un rato estuvieron los cóndores, pasaron tan cerca que hasta les veíamos los ojos", dice ante nuestra mirada incrédula. Pero tiene razón: levantamos la vista y los vemos planear sobre las montañas como grandes barriletes negros. Vuelan en silencio, impulsados por el viento. "Destino de grandeza"

25 julio 2009

Planifica tu vuelta al mundo on line

¿Siempre has querido dar la vuelta al mundo pero no sabes por donde empezar? La Star Alliance te da una mano. A través de su sitio web puedes organizar tu itinerario y reservar todos los vuelos, con un máximo de 15 paradas intermedias.

Lo más interesante es que el portal nos presenta un planisferio, de manera tal que visualmente podemos imaginar la ruta que deseamos recorrer. Así, vamos marcando puntos en el mapa y armamos nuestro propio trayecto para dar la vuelta al globo, volando en cualquiera de las compañías que forman parte de esta alianza.

Sólo haces click en cada ciudad en donde deseas hacer una posta, añadiendo la fecha de cada partida, y listo: el sistema te devuelve calculado el precio del billete, con un precio especial. Si sólo estás planeando, puedes guardar tu itinerario creado de forma personalizada para más adelante.

Para tener una idea, una prueba del sistema de reservas, con el itinerario: Madrid – Estambul – Dubai – Hong Kong – Sydney – Los Ángeles – Nueva York – Madrid, cuesta unos 3.000 euros, así que evidentemente necesitas unos ahorros considerables para cumplir este sueño, pero de todas formas, no deja de ser una ventaja que ahora organizarlo sea mucho más fácil.

Vía: Diario del viajero

Argentina: Fin de semana en San Clemente del Tuyú

San Clemente del Tuyú no sería la que es sin el parque Mundo Marino, que está cumpliento justo su 30° aniversario. ¡el oceanario más grande de Sudamérica! La aventura comienza con el show de delfines y las orcas en el Estadio del Mar, podrás disfrutar no solo de sus saltos, sino además de acercarte al piletón y tocarle la naríz a uno de ellos. Posteriormente cruzas el parque de punta a punta para encontrarse con “los amiguitos de esmoquin”, que no han sido entrenados para deslumbrar a la audiencia, pero sí para enternecer con su andar particular.Los pingüinos despliegan sus destrezas frente a los ojos incrédulos de los más pequeños. Podrás ver algunos integrantes del parque con el ”Laboratorio Marino”, que ofrecen un espectáculo simpático, con moraleja ecológica incluida: los villanos que quieren contaminar el mar reciben su merecido.

Otras de las actividades que podrás disfrutar es del “Encuentro Submarino”, es una excelente manera de acercarse a los delfines, observándolos a través del acrílico de un piletón sumergido, también a bordo de una aerolancha podrás ver los hipopótamos y las aves. Por el parque se puede pasear en tren o hacer un recorrido en un safari terrestre. Pero en Mundo Marino no son todos shows de animales, sino que hay entretenidas representaciones infantiles, cómo: “Los Cantacuentos de Pinguy y Orky” y “Las aventuras submarinas del Nautilus”, que fascinan a los más pequeños, y ni que hablar de los juegos para niños, con sus puentes, redes colgantes… Ten presente que en el parque no está permitido ingresar con alimentos, de manera que el almuerzo es un costo extra obligado.

Via: viajesdestinos

Argentina: Ushuaia, el fin del mundo o donde todo comienza

Kenai mira con insistencia, ansioso, a Martín, el conductor de un trineo a punto de partir tirado por una formación de ocho perros huskies siberianos y alaskanos, en Llanos del Castor, un centro invernal cercano a Ushuaia, en Tierra del Fuego. Kenai sigue mirando fijamente hasta que Martín grita la esperada orden: "¡Okeeeeyyyy!" Entonces sí, se da vuelta y, junto a sus siete compañeros, arrastra con inacabable energía el trineo rumbo al bosque de lengas, donde se dibujan varios circuitos para estas divertidas excursiones de trineos tirados por perros.

Esta es una de las actividades con la que los centros invernales de Tierra del Fuego reciben a los visitantes que disfrutan del espectáculo único de la naturaleza más austral del continente: montañas y bosques de lengas y coihues cubiertos de blanco, ríos y arroyos a medio congelar que bajan suavemente las laderas, la Cordillera de los Andes que aquí, en el fin del mundo -o el comienzo de todo, como prefieren llamar al lugar los fueguinos-, desciende y se hunde en el Canal de Beagle. Un escenario tan espectacular como perfecto para realizar gran cantidad de actividades que en invierno, claro, se basan en el contacto con la nieve.

Esquí y cordero a la cruz

Son al menos 14 los sitios para practicar actividades invernales en Ushuaia, pero sin dudas la estrella es Cerro Castor, uno de los centros de esquí más nuevos y modernos de Sudamérica, 26 km al nordeste de la ciudad, por la ruta nacional 3. El pasado 9 de julio Castor festejó su 10° aniversario, con novedades como nueva telesilla, nueva pista y dos alfombras transportadoras -novedosos medios de elevación- en la cota 480. Así el centro suma ya 24 pistas y una temporada que por la latitud, el clima y la disposición geográfica -las pistas prácticamente no reciben sol en forma directa, por lo que la nieve se conserva más tiempo con excelente calidad-, se extiende desde junio hasta mediados de octubre.

Aquí las estrellas son el esquí y el snowboard, claro, pero también la buena mesa, sobre todo en el restaurante Morada del Aguila. Entre sus mesas, en torno de un gran fogón, el deporte favorito es contemplar el bosque nevado a través de los grandes ventanales. Bueno, al menos hasta que llega una suculenta y humeante cazuela de cordero. Además del cordero -que también se puede saborear asado a la cruz-, el otro gran distintivo de la gastronomía fueguina es la centolla, que en Cerro Castor se puede degustar incluso en sushi, en el cálido refugio de Cota 480, en medio de la montaña blanca.

Bajando del cerro, la ruta 3 surca, sinuosa, el Valle de Tierra Mayor, donde varios complejos invernales ofrecen aprender y perfeccionarse en actividades como caminatas con raquetas, excursiones en motos de nieve, trineos con perros y esquí de fondo. Y ya que Ushuaia es la "Capital Nacional del Esquí de Fondo", hay muchas pistas para elegir, e incluso travesías de más de un día, pasando la noche en carpa. El tercer fin de semana de agosto, la tradicional travesía de esquí de fondo "Marcha Blanca" une los distintos centros de este valle. Varios de ellos, además, ofrecen excursiones nocturnas por la nieve, que combinan raquetas, motos de nieve y trineos, y finalizan con una suculenta cena.

Cuando estamos por irnos de Llanos del Castor, un zorro colorado se acerca temeroso y curioso, resulta una víctima repentina de mil fotografías, y demora nuestra partida. A los "forasteros" este contacto con la fauna puede parecernos raro, pero es otro gran atractivo de la zona. También se ven guanacos, conejos, patos, carpinteros patagónicos y, claro, castores, especie introducida en la década del 40 que se transformó en plaga. Y aunque en invierno hibernan, una de las caminatas con raquetas aquí propone visitar una cercana castorera habitada.

"El tren de los presos"


"Aquí finaliza la Ruta Nac. N° 3. Buenos Aires, 3.079 km. Alaska, 17.848 km". El cartel, en el ingreso a la Bahía Lapataia, extremo sudoeste del Parque Nacional Tierra del Fuego, es sin dudas uno de los más fotografiados de todo el país. La foto con la señal tallada en madera de lenga parece un paso obligado de los turistas que bajan a contemplar la bahía en la que desemboca el río Lapataia, palabra de origen yámana -etnia originaria de la zona- que se traduce como "Bahía de la buena madera".

La nieve y el hielo obligan a caminar con cuidado por las pasarelas de madera que cruzan la turba -típico suelo de la zona, muy utilizado como abono natural-, y las nubes bajas y borrascosas ayudan a que por momentos el paisaje parezca en blanco y negro. Tan distinto a la primavera y el verano, cuando aquí todo es verde, flores y pájaros. El Parque Nacional tiene 63.000 hectáreas de extensión, y es el único del país que combina costa, bosques y montañas.

Una buena opción para adentrarse en el Parque es tomar el Tren del Fin del Mundo, un ferrocarril turístico, con pintorescas locomotoras a vapor, que hace el mismo recorrido que décadas atrás -desde comienzos del siglo XX hasta 1952- hacía el tren que transportaba a los presos del presidio de Ushuaia, hoy convertido en museo. Los numerosos troncos de árboles talados que se ven en los alrededores de las vías, enmarcadas por el río Pipo y el monte Susana, son el recuerdo del trabajo que debían realizar los reclusos de entonces: conseguir madera para la cocina y la calefacción del presidio.

Sobre el Cabo de Hornos

El atardecer siempre tiene un encanto especial en la Patagonia, y ni qué hablar si se disfruta desde una piscina climatizada con vista al Canal de Beagle, o desde un comedor con grandes ventanales, chocolate humeante de por medio. Todo esto es posible en el hotel Los Cauquenes, en un nuevo barrio de la ciudad que casi "se moja los pies" en el Beagle.

Hacia el otro lado se divisa la Cordillera, en uno de cuyos rincones el pequeño centro de esquí Glaciar Martial, que ofrece más actividades en la nieve -incluyendo un circuito de canopy en el bosque- y también una de las vistas más espectaculares de la ciudad de Ushuaia, el canal y, detrás, las cimas nevadas de Chile.

Con esa vista seguramente sólo pueden competir las que se consiguen desde el Pipper Cherokee que realiza vuelos de bautismo desde el aeroclub local. Hay distintos circuitos para elegir: se puede volar sobre lagos, montañas, estancias como Harberton o Rivadavia, el Canal de Beagle y el faro Les Eclaireaurs. O llegar hasta el mítico Cabo de Hornos, ese encuentro de océanos responsable de tantos naufragios. El aeroclub está armando un nuevo espacio de turismo cultural: el museo aeronáutico más austral del planeta. Ya cuenta con un viejo DC3 restaurado, y recientemente inauguró una réplica del emblemático "Cóndor de Plata", aquel biplano que, al mando del alemán Gunther Plüschow, pasó a la historia por ser el primero en sobrevolar estas tierras frías y ventosas, allá por 1928.

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