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03 octubre 2012

El Sudoeste de la Península de La Florida

Desde la primitiva belleza de los Everglades hasta las mecas de moluscos de las islas de Sanibel y Captiva, el Sudoeste de La Florida ofrece una costa excitante y muy diversa. Exclusivos balnearios y soberbios restaurantes le aportan una sofisticación placentera que atrae hasta a los más exigentes.

Entretenimiento en La Florida

En la clásica Fort Myers, famosa por sus bulevares bordeados de palmeras, se puede visitar la Casa de invierno y jardines de Thomas Alva Edison, donde están expuestos su colección de gramófonos, sus autos y las bombillas eléctricas creadas por este famoso inventor.

El aficionado a la vida al aire libre  disfruta allí tanto de excursiones de pesca entre los manglares como de paseos en los típicos cochecitos por las marismas; a través de los ríos Caloosahatchee y Orange puede uno internarse hasta la selva a través de los Everglades.

Las islas cercanas a la costa son tan encantadoras como la ciudad misma. Se llega a ellas alquilando una lancha en alguna de las marinas.

Las exóticas Captiva y Sanibel están colmadas de deleites para los visitantes; sus blancas arenas, la excelente pesca tanto de agua salada como de agua dulce, el avistamiento de aves, los famosísimos caimanes y la posibilidad de hallar mientras paseamos por la playa estrellas de mar, erizos y ostras de las más variadas formas.

El lado oeste de la isla Sanibel es un Refugio Nacional de fauna salvaje. En ella un estrecho camino de tierra conduce a través de muchos brazos pantanosos, los renombrados bayous, que separan el agua dulce de la salada.

El mejor lugar para viajar

Punta Gorda y su ciudad gemela Port Charlotte ofrecen más calma. Allí también se destacan las actividades acuáticas, hay cotos de caza, se puede ir de pesca (es particularmente curiosa la pesca de ranas), navegar y comer mariscos hasta hartarse.

En los confines del Pantano del Gran Ciprés nos encontramos con Naples, famosa por su muelle que se adentra algo más de 300 metros en el Golfo de México, sus Caribbean Gardens y sus almacenes y vagones convertidos en tiendas.

La comunidad de Marco Island, con sus anchas playas y su abundante fauna, da comienzo la región de las Diez Mil Islas, un verdadero laberinto entre los manglares que se puede explorar en lancha.

Las islas se funden en el mar a la entrada del Parque Nacional Everglades, cuya área total ocupa alrededor de un millón y medio de acres. Allí se pueden encontrar más de 600 variedades de peces, 300 de aves, e innumerables mamíferos, reptiles y anfibios.

Es en Everglades City donde se aprende mucho de la historia natural y ecología de esta tierra que sigue estando bajo el gobierno exclusivo de la naturaleza desde que comenzó a formarse hace ya seis millones de años. Si se entramos al parque desde el sur el Royal Palm Visitor’s Center será la primera parada, desde allí se continúa hasta Long Pine Key, donde hay lugares para acampar y merendar. También se puede visitar Flamingo, que fuera antaño una aldea pesquera accesible solamente a través del agua. Desde ella parten excursiones hasta Cape Sable.

Todo por ver, todo por descubrir, un territorio donde el verde paisaje guarda sorpresas maravillosas.


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