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09 mayo 2009

Brasil: El Bondinho, en tranvía por Río

Hoy quiero dejar las grandes rutas y los grandes viajes en tren, para recorrer en su hermano pequeño, el tranvía, el interior de una las grandes ciudades sudamericanas, Río de Janeiro. Hablo del pequeño tranvía que, desde hace ya 113 años (que se dice pronto), y día tras día, ha recorrido el centro de la popular ciudad brasileira para incorporarse al mismo corazón de los barrios más pobres de Río. Es el Bondinho, como cariñosamente lo conocen allí los del lugar.

Apelativo simpático con el que lo bautizaron quienes hoy luchan por él, por mantenerlo vivo en la ciudad, por una tradición tan típica como añeja, y tan querida como pueda serla su Pan de Azúcar, sus playas o el Cristo Redentor.

El Bondinho nos llevará desde el centro de la ciudad hasta los barrios altos de Santa Teresa, un lugar en Río que años atrás era el lugar de las clases altas brasileñas. Es una zona de casa antiguas pero muy bellas, de calles adoquinadas y cuestas empinadas. Precisamente estas cuestas son uno de los atractivos de este pequeño viaje en el Bondinho.

Podemos tomar el tranvía en la parada que hay en el centro de la ciudad junto al edificio de Petrobrás. Desde allí iremos ascendiendo al cerro que nos lleva al barrio de Santa Teresa. Hay varias paradas intermedias que están muy bien, como la del Largo de Guimaraes, donde hay varios locales típicos tanto para comer la típic feijoada algo como para comprar artesanía. Además, no os preocupéis si perdéis uno de los trayectos porque sale uno cada 20 minutos, y además, cuesta poco… sólo unos 15 céntimos de euro al cambio. Curiosamente, sin embargo, quienes viajan de pie agarrado al estribo, viajan gratis, por lo que es bastante habitual que el tranvía esté abarrotado por fuera y los asientos estén vacíos.

El encanto de este pequeño tranvía está en que es cuidado y mantenido gratuitamente por los mismos vecinos del barrios. Ellos se encargan de tenerlo funcionando desde hace muchos años, y de hecho, fue el único que no desapareció en los años 60 de Río de Janeiro. Por el amor y el cariño que le profesaban, el Bondinho se ha mantenido tal cual durante años y años, con la misma maquinaria y el mismo tren.

Y es ese mismo cariño el que ha movilizado ahora a todo el barrio en defensa de su Bondinho al que quieren sustituir por uno nuevo.

Os dejo con un video del Bondinho, para que disfrutéis de su viajecito desde vuestro salón…

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