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17 diciembre 2008

Peru: Ruta económica para visitar Macchu Pichu


Crónica de diciembre 2008 de cómo llegar a Machu Picchu de la forma más económica desde Cuzco a través de Olaintambo, Santa María, Hidroeléctrica y Aguas Calientes.

Al llegar a la estación de autobuses de Cuzco ya teníamos a un buen grupo de gente ofreciendo sus hostales y tours. Preguntamos, ilusos, si alguno nos podía ofrecer información sobre la forma más económica de viajar hasta Machu Picchu. Sabíamos que existía una ruta que evitaba los abusivos precios en los trenes a través de Santa María y queríamos probarlo para evitar así los más de 150 dólares que cobran por el trayecto en tren hasta Aguas Calientes.

Una mujer nos informó de que podíamos trazar ese recorrido y nos invitó a su hostal donde nos ofreció un mate de coca (ideal para aclimatarse a la altura) y trató de vendernos un recorrido similar por la friolera de 140 dólares. Con la excusa de visitar una ONG en las inmediaciones de Cuzco -que además era cierto- nos largamos.

En la esquina encontramos a la señora Catalina. Una vieja que regienta un puesto de caramelos y periódicos en la calle. Le preguntamos sobre cómo llegar a Aguas Calientes de la forma más barata.

Nos informó sobre los combis y autobuses que parten de la ciudad en dirección a Quillabamba. Tomamos un taxi y por 3 soles llegamos a la terminal de combis.

Por lo visto, nos advertieron de una manifestación en los pueblos del valle. La gente había salido en protesta por los altos precios de la vida cotidiana y el escaso presupuesto que el gobierno destina a la mejora de carretera y los pueblos vecinos a Cuzco.

Por lo visto podíamos llegar hasta Huiros donde quizás podríamos tomar otro combi en dirección Santa María. Probamos suerte. Subimos al cambi pagando 30 soles por cabeza. Los combis suelen partir cuando van llenos y tuvimos suerte. De todas maneras, nos informaron que suele llenarse uno a cada hora. En el interior se encontraba un alemán que pretendía realizar el mismo recorrido.

Partimos de Cuzco y tras unos cuantos kilómetros paramos en la preciosa localidad de Olantaimbo donde existe una vertical ciudad inca en un paraje merecedor de estar al nivel de Machu Picchu.

Seguimos camino ascendiendo la selva más tropical hasta llegar a un collado a unos 4,300 metros de altura donde parecía que pudiéramos tocar los glaciares con la palma de las manos.

A partir de ahí empezamos a descender contemplando parajes desolados de vegetación con casas dispersas y algunas llamas pastando a sus alrededores.

A medida que descendimos más volvimos a la húmeda y espesa selva donde empezamos a constatar la realidad de la revuelta que estaba ocurriendo por la zona.

Al principio encontramos rocas en medio del camino que parecían haber sido retiradas, así como árboles cortando la carretera. Al llegar a la población de Huiros, un enrome boquete en la tierra nos hizo parar. El conductor salió a dialogar y tras un pago de 50 cts de sol por cabeza nos allanaron el boquete y pudimos pasar, no sin quedarnos atrapados en su interior y arrancar más de tres veces para poder salir.

No tardamos demasiado en encontrar más piedras y árboles bloqueando el camino hasta que finalmente dimos de cara con una previsible caravana de furgonetas y camiones parados en el camino.

Fuimos a echar un vistazo y encontramos una gran hoguera en medio del camino y un buen grupo de hombres obstaculizando la vía, la mayoría en estado ebrio. La cosa parecía ir para largo. Encontramos otros turistas que llevaban más de seis horas parados. Nosotros llevábamos unas cuatro horas de viaje en ese momento y quedaba poco para el anochecer. Preguntamos a cuánto quedaba para llegar a Santa María y nos dijeron que en una hroa andando podríamos llegar.

Comentamos la jugada y no nos lo pensamos dos veces. Cogimos la mochila y junto con el alemán nos dispusimos a caminar con el frontal hasta Santa María. La idea era dormir ahí y a la mañana siguiente partir en dirección a Hidroeléctrica donde podríamos tomar el tren hasta Aguas Calientes por unos cuantos soles.

Había oscurecido y sólo perros y mosquitos parecían habitar el lugar. Al cabo de unos treinta minutos Juan pegó un grito que sólo podía traer funestas consecuencias: "¡¿Donde está mi saco?!"

Tras deliberar me ofrecí para subir al pueblo nuevamente y recoger el saco. Ellos me esperarían en el mismo lugar. Puse un ritmo ligero y al llegar al pueblo encontré no una sino dos hogueras ardiendo y cortando el paso a los vehículos. Pude incluso ver una bandera perunana en ascuas. El increíble monopolio chileno-peruano que tiene la compañía ferroviaria pide precvios abusivos e dólares a los turistas y nada de ello llega a los locales de la zona. Protestaban por el alto precio del gas (además no hay que olvidar que la mayor parte del gas que se produce en Perú sale de los alrededores de Cuzco) y por la construcción de una carretera digna en la zona.

Llegué al pueblo y encontré a todas las furgonetas y camiones aparacados en la vía principal. No recordaba la cara del conductor, ni la matrícula, ni tan siquiera el color de la furgoneta... Así que empecé a alumbrar con el frontal el inteiror de cada una de las furgonetas. La gente empezó a preguntarme y la curiosidad en el pueblo por mi búsqueda se convirtió en una nueva conversación en la acalorada noche. Gracias a ello, apareció una niña que recordaba como pasajera en el combi. Me indicó al conductor, fuimos juntos a la furgoneta y felizmente encontramos el saco. Me dfspedí, no sin dar un caluroso beso a la niña y emprendí el camino de vuelta para encontrar a mis compañeros de viaje.

Tras devolver el saco a Juan, descansar y tomar un cigarrillo emprendimos nuevamente la marcha. Caminamos una hora más en la oscura noche de la selva y encontramos una nueva hoguera cortando el camino con unos cuantos locales a su alrededor. Amables nos indicaron el camino.

A la pregunta "¿Cuánto queda hasta Santa María?" nos respondieron "Una hora". Las medidas en los pueblos aconstumbran a ser muy dudosas. Al cabo de 15 minutos volvimos a preguntar y nos dijeron "Dos horas".

No quisimos desmoralizarnos y a paso firme seguimos andando bajo la noche, la neblina y rodeados de la espesa selva.

Mosquitos y perros nos saludaron centenares de veces y finalmente, tras tres horas de camino llegamos a Santa María. Eran las 10 de la noche.

En el único hostal que vimos abierto cenamos, nos duchamos y nos fuimos a dormir no sin tomarnos una cerveza Cuzqueña celebrando la vuelta a la civilización.

Acordamos un coche (taxi) para las seis de la mañana. Por 12 soles por barba acordamos llegar directamente hasta la estación de trenes de Hidróeléctrica pasando por Santa Teresa.

Así lo hicimos. Partimos a las seis junto a otros locales. El alemán decidió quedarse en el pueblo. Siguiendo el precipicio que contornea la silueta del río, llegamos a Santa Teresa en una hora aproximadamente.

Ahí compramos los billetes del tren para Aguas Calientes. 8 dólares. Cada vez que veo precios en dólares en un país que no es Estados Unidos me pongo de mala leche. No puedo evitarlo. Tras unos 20 minutos más de noche llegamos a la estación donde tuvimos tiempo de sobra para desayunar bien en los estantes que miran la vía del tren y tomar finalmente el tren que parte hacia Aguas Calientes a las 8:30 de la mañana.

En apenas media hora nos encontrábamos en la estación de Puente Ruinas donde la silueta del Huayna Picchu nos saludaba.

Ansiosos, bajamos del tren e iniciamos una ascensión por escalera de una hora que nos llevó a la entrada principal de Machu Picchu.

Via: viajablog

Argentina: Mendoza "Viaje al centro del volcán"

La Reserva Provincial La Payunia es sinónimo de vida volcánica. Allí, en el sur de Mendoza, ya no hay humo ni lava ardiente, pero se pueden observar más de 800 conos volcánicos, lenguas de lava negra endurecida o rocas circulares calcinadas. Es la concentración de volcanes más grande del planeta. Una de las piedras preciosas de la Reserva es el volcán Payún Matrú. La ascensión a sus 3.715 metros combina turismo aventura, travesía 4x4, tekking y alpinismo.

El trayecto hasta la caldera del Payún implica una salida de día completo en vehículos 4x4. El sitio queda 180 km al sudeste de Malargüe, y gran parte del camino se transita por la ruta nacional 40. Al entrar al Circuito Turístico Los Volcanes, el camino interno atraviesa el Campo de Bombas, una extensa planicie cubierta por millones de piedritas negras, que se acumulan conformando un extraño arenal negro.

Por las Pampas Negras

De inmediato aparecen las Pampas Negras, una amplia franja de cráteres. Luego siguen 33 km de naturaleza viva hasta llegar al campamento base La Zanja, donde se recomienda la primera aclimatación para el ascenso. Allí empieza el trekking hasta la cima del Payún, con una aventura que transita por el Rincón de la Fortuna y El Portezuelo, sitios de singular belleza y pasos previos al ascenso mayor.

Luego habrá que caminar una hora entre oscuras rocas gigantes para dar con el espejo de agua central. Sobre un lado se ve el pie del pico Nariz de Marín, antigua cima desplomada del volcán, que ofrece un magnífico mirador.

Llegar al interior del volcán no significa acabar con la excursión; durante su última explosión, hace miles de años, el Payún Matrú se quedó sin sostén y se hundió sobre sí mismo. El resultado es su impresionante caldera de nueve km de diámetro con forma de anfiteatro, que pose una cristalina laguna central. El valor faunístico es un gran atributo del lugar. Hay especies que sólo se reproducen aquí, como el lagarto cola de piche. Los viajeros, además, pueden inspeccionar algunos rincones de la caverna. En la parte oriental hay una fisura volcánica que todavía está abierta. Se puede entrar y descender hasta 50 metros de profundidad. La excursión permite también que quienes lo deseen, acampen y pasen la noche allí. Todo un privilegio.

10 diciembre 2008

Earth Cam: el mundo “en vivo”

Que la tecnología ha acercado las fronteras, no hay ya quien lo dude. Hoy, lo más normal es que cuando visitamos un sitio nuevo, nos invade una sensación de familiaridad, de déjà vu, producto de que previamente, ya hemos visto miles de veces esos rincones en fotografías, en películas, en los diarios, en las noticias, en revistas.

Sin embargo, una herramienta nos brinda una posibilidad mucho más tangible de acercamiento con un sitio remoto, dándonos inmediatez y simultaneidad. Se trata de las web cam, que están ubicadas en rincones de todo el mundo, como un Gran Hermano virtual que capta al momento lo que ocurre aquí a un par de calles, o en las antípodas de esta ciudad.

Earth Cam es un sitio web de estas características, en el que podemos elegir el lugar del mundo que queremos ver, y al instante lo tenemos. Además, tiene aplicaciones para el teléfono móvil.


Una idea muy simpática sería la de ponerte de acuerdo previamente con algún amigo o familiar – ya sea que viajes tú o la otra persona – y dejar alguna “señal” en la hora y minutos indicados, como una forma de conectarse a través del mundo y de la web.

Y si no, al menos tienes la posibilidad de escapar aunque sea por un rato a la rutina diario, viendo qué pasa en este preciso momento en cualquier parte del mundo, algo que hasta hace pocos años, era impensado. El planeta se ha achicada gracias a inventos como éste.

Via: turismito

Valle del Elqui, una escapada alternativa al Norte de Chile

Hoy te propongo un viaje hacia las estrellas en Chile. El Valle del Elqui, a unos 90 km de La Serena y 470 km al norte de Santiago, goza dicen de los cielos más claros del hemisferio sur, razón por la cuál organizaciones internacionales han instalado observatorios astronómicos en las cumbres de algunos de sus cerros.

Considerado un polo energético está también asociado a los OVNI por las comunidades que realizan actividades espirituales en él. El Valle del Elqui es además cuna de la poetisa chilena Gabriela Mistral, ganadora del Premio Nobel de Literatura el año 1945.

Me encontraba en La Serena, localidad chilena situada a 474 Kilómetros al Norte de Santiago, y no sabía muy bien hacía dónde ir. Bolivia me esperaba, pero no me apetecía abandonar Chile todavía. Durante una de las inumerables conversaciones nocturnas acompañadas de pisco sauer que con Francisco, conocido como Pancho y zapatero de profesión, solíamos mantener en Marias Casa, esa cómoda y confortable casa de hospedaje en La Serena que él mismo regenta, apareció su nombre, el Valle del Elqui.

Mi amigo chileno me habló de la paz y la tranquilidad que reina en esa pequeña aldea situada a 107 km Este de La Serena. Mi estancia en esta localidad había sido de todo menos eso, serena, por lo que no dudé ni un instante y seguí su recomendación; empaqueté la mochila y me subí al primer autocar que partía desde La Serena a Pisco Elqui.

Pancho me había proporcionado la dirección de un amigo suyo que vivía en la pequeña aldea y que alquilaba habitaciones a viajeros como yo. No fue difícil encontrarlo; se alegró de recibir noticias de su amigo en La Serena mientras compartíamos, cómo no, unos tragos de pisco sauer. El precio que me cobró por hospedarme en su casa fue, nunca mejor dicho, de amigo; además me dio permiso para utilizar su cocina, de modo que me pude permitir ahorrar algunos pesos más.

Pasé cuatro días en el Valle del Elqui, y créeme, nunca había vivido bajo un cielo tan limpio y tan claro, tanto de día como de noche. Los paseos nocturnos después de la cena se convirtieron en mi actividad favorita; jamás en mi vida había presenciado un cielo tan estrellado como el que cubre las noches en el Valle del Elqui, verdaderamente parecía que pudieras tocar las estrellas con la mano. Cómo diría el bueno de Obélix, parecía que el cielo se nos fuera a caer encima.

En fin, que la breve escapada al Valle del Elqui fue una fantástica parada en el camino, perfecta para recargar pilas antes de adrentarme en el Desierto de Atacama, última estación en Chile antes de penetrar en tierras bolivianas.

Via: viajablog

Bracil: Itacaré, sol y fronda, cacao y mar

Al sur de Salvador de Bahía, 455 km, exactamente, en la Costa do Cacao, se esconde Itacaré, uno de los secretos mejor guardados del nordeste brasileño. Tierra de orixás, capoeira, candomblé, Amado y moqueca, con ritmo de forró; tierra del dendé y del cacao. El universo bahiano tiene demasiados olores, demasiadas sonrisas blancas y profundas de su gente, demasiadas provocaciones. Todo eso sin mencionar sus kilómetros de playas vírgenes y paradisíacas.

Perdida al norte de Ilhéus, donde vivió, se enamoró e inspiró Jorge Amado para escribir su Gabriela, clavo y canela, entre la mata, la misma selva ni más ni menos, la playa y el estuario del río de Contas, se esconde y sobrevive Itacaré, uno de los últimos hallazgos en el mapa privilegiado que arma la arena blanquecina y el agua templada de Morro de San Pablo, Itaparica y Porto Seguro, entre otras playas, puertas de entrada a los portugueses.

Historia y sabor del cacao

El cacao -una planta que necesita la sombra de una nutrida foresta a su alrededor- explica gran parte del pasado del paraíso itacarense, pero también su presente y prometedor futuro. Tierra de capitanes e ignorantes herederos, los temibles barones del cacao sostuvieron durante siglos la pobre economía de la región en base del fruto amargo, indispensable para el mejor dulce, convirtiendo este pedacito de Brasil en el primer productor del mundo.

Esa singularidad económica y tangencialmente ecológica salvaguardó la mata atlántica que hoy protege la UNESCO y que ostenta mayor biodiversidad que la mismísima y similar selva amazónica. Pero en 1989 una plaga devastadora, el hongo "escoba de bruja", acabó literalmente con los cultivos de cacao. No fue suficiente para liquidar la suerte de algunos fazendeiros rápidos de reflejos que reconvirtieron sus latifundios en fastuosos resorts ecológicos.

La cercanía de los aeropuertos de la capital estadual San Salvador y de Ilhéus, sumada a la todavía más reciente rodoviaria, hicieron el resto. La Villa Sao José, por citar un caso, es ejemplo de lo anterior. Antigua plantación de cacao, hoy es un complejo de 200 hectáreas con grandes hoteles.

El Itacaré Village y el Itacaré Eco-resort son dos de las opciones posibles para descansar y disfrutar de la naturaleza sin forzarla. Su menú de actividades deportivas y ecológicas es inmenso: desde tirolesa -los viajes entre las copas de los árboles-, pasando por los náuticos kayacs, rafting y las más relajantes sesiones de spa y gimnasia en playa.

Mucho menos esfuerzo cuesta descansar, capirinha en mano, en las hamacas paraguayas idealmente ubicadas en cada balcón de la Villa y la región. Entre tanto relajo e invitación al romance, los más chicos tampoco se quedan afuera ya que disponen de un programa combinado de arte y entretenimiento a prueba de aburrimiento.
Prainha, una entre tres

Lo más espectacular para los residentes en la Villa o los visitantes ocasionales, que también pueden acercarse, es Prainha, catalogada como una de las 3 mejores playas del nordeste brasileño. Más allá de la arbitrariedad de semejante clasificación, Prainha provoca primero una liberación de adrenalina; y segundos después, un impulso pacífico invade el ánimo del turista más urbano y frenético que pueda llegar hasta esta costa surcada por grutas, erizos de mar y olas que convocan a un número acotado pero privilegiado de surfers.

Quince kilómetros más al sur, el cartel de ingreso a otra de las playas selectas de la costa de cacao: Itacarezinho, o "el paraíso", como la llaman sin sentir que exajeran. Lejos del lugar común o del fanatismo, se trata de un Edén con agua templada, 27° de temperatura promedio, bananeros, cocos, y el color de las santas ritas y rosas chinas que brotan en cada rincón.

Lejos del lujo de los eco-resorts, no es menos relajante romper la burbuja natural, adentrarse en el verdadero Itacaré y caminar por la principal y empedrada rua Pituba.

Sobrecargada de negocios con productos autóctonos y, como no podía ser de otra manera, de fábricas de chocolate, no faltan bahianas cocinando en plena calle, que como norma general siempre regalan -y nunca impostan- sonrisas blancas que contrastan con esas caras oscuras.

A la noche la calle Pedro Longo es el centro nocturno y la referencia obligada. Pero basta con caminar apenas otros cuatrocientos metros, tomar la transversal rua da Orla para divisar los edificios más antiguos y auténticos de la ciudad como la Iglesia de Sao Miguel, erigida en 1727. Enfrente se divisa la desembocadura del río de Contas.

En el estuario, donde la corriente fría del río se mezcla con la cálida que entra del mar, se estacionan los saveiros de los pescadores, grandes y pequeñas barcazas que terminan por pintar el cuadro. Escasos reales y un poco menos de vergüenza se necesitan para regatear con un lanchero un paseo por los canales de la zona. Si sobra el tiempo, vale remontar el río hasta la Pancada grande, uno de los saltos más espectaculares de todo el estado. Algo se quiebra, permanece para siempre en Itacaré. De manera definitiva también queda esa porción, instantánea única, irrepetible, de saudade bahiana.

05 diciembre 2008

Parque Nacional Los Quetzales en Costa Rica

Todos sabemos que Costa Rica es un país que ha sido privilegiado por la naturaleza y esto se puede comprobar en el gran número de exquisitos paisajes de exóticas y blancas playas y verdes selvas tropicales.

Pero en esta ocasión vamos a detenernos en un sector que cuenta con una superficie de aproximadamente 16 kilómetros cuadrados y que se encuentra ubicado a una distancia de 122 kilómetros de San José, capital del país.

Con el nombre de Los Quetzales y creado por decreto como Parque Nacional en el año 2005, esta zona ofrece a quienes se acerquen la oportunidad de disfrutar de una rica diversidad biológica y de vivir aventuras respetuosas con el medio ambiente admirando a 25 especies diferentes, 116 tipos de mamíferos y humedales como las lagunas que se generaron en la época glacial gracias a los siete diferentes niveles de altura que tiene el Parque.

El gobierno está proponiendo prácticas responsables con la preservación del medio ambiente las cuales se ajustan a una política de turismo sostenible que desde hace ya un tiempo están aplicando las autoridades con el objeto de neutralizar a cero las emisiones de CO2 para el año 2020.

Cabe mencionar que Costa Rica solamente ocupa el 0,01% de la superficie del planeta albergando el 3% de la diversidad biológica del mundo y el 3,5% de la vida marina del globo.

De este modo Costa Rica inaugura la región de los Quetzales como su vigésimo octavo Parque Nacional ratificando una vez más que es uno de los países más avanzados en cuanto a la protección de su biodiversidad y de sus especies.

Vía: Expreso

Argentina: Bariloche, sensaciones a cielo abierto

Bariloche, en Río Negro, es la ciudad cosmopolita de la Patagonia. En temporada llegan uno tras otro vuelos nacionales e internacionales con turistas de todo el mundo. La capacidad de alojamiento superará este verano las 23 mil plazas. Confluyen aquí todas las posibilidades del turismo. Y el abanico abarca desde las actividades extremas hasta la pesca.

A continuación, un panorama de esta diversidad de alternativas en uno de los más bellos paisajes de la Argentina.

Exploración por las alturas

Los rayos de sol que se cuelan entre las ramas de los pinos trazan fugaces chicotazos de luz en el cuerpo que atraviesa como una flecha el aire fresco del bosque. Porque así es el canopy: se vuela como un pájaro, deslizándose por un cable de un árbol a otro. La actividad nació como una técnica para estudiar las selvas sin alterarlas y fue adoptada por el turismo de aventura. En Bariloche, Canopy Adventure Tour la ofrece en el Cerro López, en las inmediaciones de Colonia Suiza, desde donde se llega con una travesía en 4x4. Tras el entrenamiento (los instructores son muy serios y la seguridad rigurosa) uno se lanza por el aire, en nueve vuelos, los primeros cortos, los últimos de hasta 210 metros de recorrido. El principio en la espesura del follaje de los coihues, luego ante la visión gloriosa del lago Moreno, la península de San Pedro dentro del Nahuel Huapi, más allá el Hotel Llao Llao, Puerto Pañuelo.

Otra manera de explorar las alturas de la zona la propone Bariloche Aéreo con inolvidables vuelos en planeador. Consultas en Web: (www.canopybariloche.com / www.barilocheaereo.com.ar)

A pescar se ha dicho

Quizás cuando lleguemos, el Paraíso nos resulte familiar: nos recordará los días que pescamos en Bariloche. En verano el clima es agradable, las lluvias son escasas, los días largos, los ríos van cargados de abundante agua en la que se agitan las truchas que regresan a los lagos. Las posibilidades de obtener un buen trofeo son muchas. Truchas marrones, truchas de arroyo, truchas de lago, truchas arco iris. Durante años las autoridades han establecido normas contra la depredación y han recomendado enfáticamente devolver los pescados al agua. El resultado es que donde antes se veían solamente unos pocos peces pequeños, este verano se pescarán peces de buen porte.

Los expertos dicen que la vedette es el río Limay -en donde se vienen consiguiendo ejemplares de hasta siete kilos-, con su variedad de ambientes ideales para el buen pique y recomiendan los lagos Mascardi, Gutiérrez, Fonk, Hess, y el río Manso.

Paisajes desde la bici

Todos los caminos y las sendas de Bariloche son circuitos de mountain bike, lo que sintoniza con ese rasgo genético que tiene la bicicleta de poder llegar a todas partes. Máquina familiar por excelencia, todos pueden usarla y descubrir mil rincones escondidos. Esta es la razón por la que el cicloturismo es una de las actividades más populares de Bariloche en verano. Es vasta la oferta de operadoras de cicloturismo que ofrecen desde un simple paseo hasta una expedición de diez días por ríos, valles, montañas y quebradas o recorridas a la luz de la luna. Se contratan guías, bicicletas, cascos y sobran las travesías: a Colonia Suiza, o a Ñirihuau, por la estepa patagónica, o una travesía del Lago Mascardi al Lago Steffen, del Lago Steffen a Río Villegas, de Paso Pérez Rosales a Chile. La bici nunca se cansa.

Las aguas bajan puras

Las aguas que chorrean de los glaciares por las laderas empinadas de las montañas son un regalo para los corazones jóvenes que festejan el chapoteo más ajetreado. En Bariloche se recorren rápidos, estanques y toboganes. Son aventuras por lagos y ríos del agua más pura del planeta, en el corazón del bosque andino-patagónico o en la estepa, entre piedras de formación tempestuosa y alerces y coihues eternos. Pueden hacerse excursiones de un día para que toda la familia navegue por el río Manso Inferior, junto a playas de arena y bosques, desde el Lago Steffen, o por el mismo río hasta la frontera con Chile, con más emoción (se exige condición física y saber nadar), atravesando los Andes a través de estrechos cañones silenciosos rodeados de vegetación exuberante. El Manso nace en los glaciares del Cerro Tronador y recorre los lagos Mascardi, Los Moscos, Hess y Steffen. Las excursiones incluyen traslados, guías, kayak de apoyo, trajes de neoprene y comidas. Se hacen en balsa, aunque la adrenalina brota intensamente cuando se recorren los ríos en kayaks o duckies, los nuevos kayaks inflables. Entre los lagos Los Moscos y Hess, los intrépidos desafían el vértigo en el escenario de competencias súper exigentes como el Raid Gauloises y el Eco Challenge. Otras aventuras en el Manso o en el río Aluminé llevan tres días, e incluyen campamentos, trekkings y una intimidad con el río y con los compañeros de viaje que crea lazos perdurables. Más tranquilo es el floating: dejar que las aguas soñolientas del Limay lleven al aventurero a la deriva en gomones por la yerta estepa que se extiende hasta el Atlántico, junto a fabulosas rocas volcánicas bajo el sol.

El temperamental y hermosísimo lago Nahuel Huapi está resultando fantástico para el kitesurfing y el windsurf y un observatorio mágico si se lo navega a vela. Otros bucean sus aguas en la Isla de las Gallinas y la Isla Victoria.Los entusiastas pueden dar un paso más allá del turismo y hacer un curso de kayak. (Informes: www.extremosur.com)

Caminantes, hay caminos

La naturaleza barilochense es formidable para ser explorada con el cuerpo sin intermediación de ninguna máquina. El cuerpo se larga a andar por las laderas, desde Pampa Linda hasta el valle del Castaño Overa, cruza un río, remonta otro, llega al pie de una cascada encajonada, se mete en un bosque de coihues, sube hasta que los coihues se han transformado en lengas achaparradas. Ha llegado al Paso de las Nubes, donde descansará. Cuando baje hacia el otro lado de la cumbre hará el camino inverso por otro bosque sintiendo los paredones de roca que perfora el Glaciar Frías. Oirá el agua que entra en las rocas formando cataratas, caminará por un valle y encontrará un río. Lo atravesará por un tronco y se encontrará finalmente en la orilla del lago Frías: escarpadas paredes recubiertas por vegetación que se zambullen en las aguas. Esta es una de las travesías recomendadas por el Club Andino Bariloche, la del Paso de las Nubes (1.335 metros de altura), 27 km de Pampa Linda a Puerto Blest, viendo las laderas del Cerro Tronador, el Cerro Constitución, el valle Frías y el valle Alerce.

Hay un laberinto infinito de travesías dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, los pies pisando las montañas, la cabeza metida en el aire perfecto, los ojos observando lo que no nos atreveríamos a desear, el Cielo en la Tierra.

La intendencia de Parques Nacionales y el Club Andino Bariloche mantienen una Red Troncal de trekking. Unas 70 mil personas las recorrieron el verano pasado. Para las travesías se recomienda contratar guía (hay listado en el Club Andino: 20 de febrero 30, tel. 52-9277). Además, dado que el estado de las sendas cambia, debe procurarse información antes de salir, en las oficinas de Parques Nacionales o en el Club Andino. Conviene inscribirse en el Sistema de Registro de Trekking. Este verano se inaugura un servicio online; también puede hacerse en las oficinas de Parques Nacionales, San Martín 24, Tel. 02944-423111. (Más información: www.clubandino.com.ar / www.nahuelhuapi.gov.ar).
Y escala las piedras...

En Bariloche imanta el desafío de la tercera dimensión: la altura. Están todos los desniveles del terreno para trepar, subir, escalar. Hay guías instructores y rocas fabulosas. Rocas sedimentarias, rudáceas, calcáreas, silíceas, ferríferas; rocas magmáticas, volcánicas, plutónicas; rocas graníticas, monolíticas, metamórficas. A todas se trepa. El refugio del Frey, en el cerro Catedral, está rodeado por uno de los mejores lugares para escalar de la Argentina, una profusión de torres y paredones de granito, con vías de hasta 300 metros. El cerro Ventana, El Trébol, el Valle Encantado y Villa Llanquín son santuarios de la escalada deportiva. Para los que tienen más entusiasmo que experiencia, a 6 km de la ciudad, está Piedras Blancas, con paredes y torres de entre 10 y 50 metros y aproximadamente unas 100 vías de ascenso. Desde el Refugio Otto Meiling se puede hacer una escalada en hielo y caminata por los glaciares del Monte Tronador. ¿Cómo seguir la vida normalmente, con hielos milenarios esperándonos para que los trepemos y los abracemos? Más información (www.clubandino.com.ar / www.nahuelhuapi.gov.ar).

Consejos sobre seguridad en Brasil

A la hora de plantearse cualquier tipo de viaje, mucha gente se preocupa por diversos factores encontrando siempre la seguridad como uno de ellos, y de los más importantes.

Gran parte de Sudamérica tiene mala fama respecto al tema. Tras dos semanas de viaje y una buena charla con Juan, un amigo colombiano que encontré hace unos días en el hostal de Sao Paulo, cada vez me doy más cuenta del gran poder de persuasión que tienen los medios informativos. El turismo de países como el suyo -Colombia- se ve seriamente afectado por la imagen que se da en los medios de los mismos. Él me comentaba que la gente sigue creyendo que el país está inmerso en una guerra diaria con los narcos y resulta que éso fue hace 10 anos y ahora todo está muy tranquilo. Y no sólo lo dice él, sino también Isa -española-, Jacob -australiano- y Emmo -holandés- con los que he hablado del tema en el último mes (con Isa hace más) y no dudan en colocarlo en el top 2 en sus destinos en toda Centro y Sudamérica.

Brasil no es un país extremadamente seguro y quizás sea justo decir que su estándar de seguridad se encuentra por debajo del que tenemos en la mayoría de países europeos, pero de ahí a las afirmaciones de que no puedes ir ni con un paquete de cigarros a la playa de Copacabana porque te lo roban seguro, hay un trecho.

Hasta ahora hemos pasado unos días en las dos urbes más grandes de brasil: Río de Janeiro y Sao Paulo, sin tener ningún percance en ninguna de ellas.

En ambas te aconsejan que evites los transportes públicos a partir de la caída de la noche y nosotros hemos montado en autobús y metro a las 11 de la noche sin tener ningún asomo de percance. A ver, si te coges el bus que pasa por todas las favelas de la ciudad, claramente multiplicas tus posibilidades de ser robado, pero eso es así en todas partes, imagino.

Por el día, incluso fuera de las zonas más turísticas como el centro de la ciudad o el Barrio de Santa Teresa en Río, o la Praça do Sé en Sao Paulo -donde los vagabundos duermen en la plaza a cualquier hora- no percibimos ninguna situación de peligro.

Sólo tuvimos una anécdota reseñable que fue cuando la policía encerró a un bus en pleno centro de Copacabana y los agentes salieron corriendo pistola en mano tras un tío que escapó del bus. No sé con qué frecuencia ocurren este tipo de cosas pero allí había una cámara para filmar el tema, así que imagino que cierta excepcionalidad tendría.

Eso sí, debes siempre tener cierto cuidado con algunas cosas como:
  • No caminar por alrededores de favelas -u otras zonas que te puedan parecer demasiado solitarias o conflictivas- a partir del anochecer y nunca por dentro de ellas.
  • No dejarte ver como un guiri auténtico por zonas poco turísticas. O sea, no me vayas con el pasaporte asomándote del bolsillo, la cámara y la riñonera. Así te roban en cualquier ciudad, aunque sólo sea por pringao.
  • Intenta no llevar grandes cantidades de efectivo contigo por la calle. Si las llevas, al menos repártelas en diferentes lugares.
  • Cuando vayas a pagar algo no saques un gran fajo de billetes y te pongas a contar delante de la gente. Se entiende que estés un poco oxidado con el tratamiento de moneda nueva, pero eso no quita para que sepas más o menos cuanto dinero llevas y cómo lo tienes repartido. Mírate el tema antes de salir de casa o del hotel.
  • No vayas demasiado asustado. Si vas por la calle apretando la mochila contra ti con cara de tensión, con los tendones marcados y mirando para todos lados, puede que lleves un llavero del Naranjito en la bolsa, pero alguien puede pensar que son los planes del punto débil del Pentágono como mínimo. Lo mismo si cada 10 minutos te ajustas el cinturón donde llevas el dinero justo por debajo de los gayumbos. A este movimiento tan casual le suele acompañar un buen goterón de sudor y una mirada nerviosa del tipo: ¿me habrá visto alguien?
En ciudades más pequeñas nos hemos mezclado con la gente en bares y demás y no hemos tenido ningún problema.

¡Así que haced la mochila y disfrutad!

26 noviembre 2008

Jamaica el paraíso



Si tenemos la imagen de Jamaica como el paraíso de aguas azules, música cadenciosa y buena compañía, estamos en lo cierto. En esta pequeña isla, cuya costa está bordada de resorts y hoteles, encontraremos todos los ingredientes para mezclar el mejor viaje: diversión, buen clima, muchas opciones de ocio, deportes o vida nocturna, tranquilidad o movida sin fin.

Por el momento, nos quedamos con estas imágenes de la isla de Jamaica, que nos estimulan a soñar (por qué no) en una escapada a la cuna del raggae.

Via: diariodelviajero

Se construye el crucero más largo del mundo


Hace apenas unos días, se ha lanzado al mar para las pruebas el nuevo integrante de la flota de Royal Caribbean, una embarcación de casi 400 metros de eslora. En las cercanías de Helsinky, se comenzó a probar este nuevo gigante de los océanos.

El barco contará con 16 cubiertas para pasajeros, y podrá albergar a 6.300 de ellos, distribuidos en 2.700 cabinas, más la tripulación. Lo más impresionante es que tendrá un estadio al aire libre que será del tamaño de uno de los de tierra firme.

No sólo eso: habrá un anfiteatro griego, una pista para skating, entre otras amenities. Construirlo costará 2.500 millones de dólares. Se llamará Oasis of the Seas, y estará listo recién en 2010.

Los cruceros tiene la gran ventaja de permitirte recorrer en unos pocos días varios sitios a la vez. Por otra parte, cada vez vienen equipados con más y más entretenimientos, de manera tal que el viaje sea tan ameno que no desees bajar del barco. Los modernos cruceros son verdaderas ciudades flotantes con todo lo que te puedas imaginar, distribuidos en miles de metros cuadrados y varios pisos.

En el Oasis of the Seas no faltarán un área verde denominada Central Park, y otra de compras con múltiples tiendas, además de spa, y un bar que levitará subiendo y bajando por tres pisos: el Rising Tide. También habrá restaurantes, discotecas, teatros y todo a lo que Royal Caribbean tiene acostumbrados a sus viajeros.

Si eres un amante de los cruceros, debes estar atento al bautismo de esta nueva nave como parte de la flota oficial de Royal Caribbean.

Vía: Gadling

Argentina: San Juan La ciudad, los viñedos y el lago

A las puertas de la ciudad de San Juan, detrás de las brumas grisáceas del viento zonda, se dejan ver los primeros viñedos, alternados con cultivos de nogales y almendros. Este oasis era inimaginable hasta hace unos siglos, cuando el paisaje empezó a reverdecer mientras tomaba forma un enjambre de canales y acequias, que acercan al Valle de Tulúm el agua de deshielo que el río San Juan baja desde la Cordillera hasta el embalse de Ullum.

La sensación de aridez, de todas maneras, persiste entre las calles abrazadas por la Avenida de Circunvalación, un sorprendente anillo verde de 16 kilómetros alimentado por un sistema de riego artificial por goteo. En el camino hacia las cumbres nevadas, las mujeres mantienen impecables a puro lampazo con querosén las anchas veredas de la avenida San Martín, un bulevar muy forestado por moras y plátanos. El aire se llena de pelusas y bolitas vegetales y, repentinamente, la urbanización cede ante la brusca irrupción de la precordillera, en forma de muralla enrojecida por la piedra caliza, que se acomoda junto a la ruta 12.

El Parque de los Poetas -antesala de la espectacular Quebrada del Zonda- vuelve a dotar una pátina verde al paisaje pedregoso. Fogones, piscina pública y miradores naturales posibilitan una pausa al vertiginoso camino de rectas y curvas frecuentes. En el km 18, la quebrada cobija en sus entrañas los túneles de Cavas del Zonda, una de las tres bodegas de espumante del mundo que funcionan en el interior de una montaña. Fue creada en un corredor abandonado de 200 metros por el enólogo catalán Aquiles Cuadra, quien detectó aquí condiciones ideales para elaborar y almacenar la bebida: penumbra, silencio, pared y techo abovedados y sin vibraciones, 18° todo el año y humedad estable.

Por la Ruta del Vino

El espumante resurge con los mejores vinos sanjuaninos en la Ruta de las bodegas artesanales, que se extiende a lo largo de 25 km al sur de la capital. El zonda ya despidió su aire caluroso y es ahora el viento sur -más frío e intenso- que cubre todo el horizonte y recorta el contorno de las viñas y los cerros. Los propios dueños atienden sus pequeñas bodegas, celosos a la hora de controlar la producción a baja escala pero de gran calidad. Desde enero hasta abril, la cosecha manual arranca tijera en mano siempre antes de las 6. Después, en Fabril Alto Verde y Miguel Mas -entre otros establecimientos- sólo tienen cabida productos orgánicos en el proceso de elaboración.

En general, la gastronomía de San Juan marca una fuerte predilección por las especialidades locales. Es cosa de todos los días el éxodo masivo de gente de todas las edades y clases sociales hacia las sencillas lomotecas que tientan desde el costado de la autovía de Circunvalación. Es que no tiene desperdicio el tradicional pan árabe cargado con lomo, jamón, queso, tomate y huevo.

Prefiero evitar cualquier desborde, al menos hasta después de solazar la vista y el oído en el lujoso Auditorio Juan Victoria, una obra de arte mayor levantada en 1970, donde se escuchan delicadas melodías de guitarra, piano y violín. La pieza más vistosa de la sala principal es un órgano con 3.565 tubos de madera y cobre, importado de Alemania.

La casa del prócer

Algo más añeja y endeble, la casa natal de Sarmiento se sostiene sobre paredes de adobe. Construida en 1981, esta vivienda colonial con sus habitaciones orientadas hacia un patio central conserva el famoso telar que entretenía a Paula Albarracín, la madre del ex presidente, gobernador y maestro.

Sigo viaje a pie por las ocho cuadras que separan la cuna del prócer de la estación de tren y me llevo una fugaz desilusión. Fue clausurada hace dos décadas. Pero el ánimo se recompone, en vista de que en el edificio inglés funciona ahora el Museo de Ciencias Naturales. Un plantel multidisciplinario de científicos -biólogos, paleontólogos, geólogos y arquitectos-, asistido por diseñadores gráficos, se dedica a reconstruir cuerpos y esqueletos y recrear con réplicas de fósiles el escenario que presentaba hace 228 millones de años el Parque Provincial Ischigualasto.

En menos de un cuarto de hora, el colectivo 12A une el centro con el barrio Desamparados (al noroeste de la ciudad), donde el gigantesco edificio de la Bodega y Museo del Vino Graffigna acredita un pergamino de peso. Es la bodega más antigua de San Juan, fundada en 1870 por el inmigrante italiano Santiago Graffigna. La recorrida termina de la mejor manera: una degustación de cabernet sauvignon, syrah y malbec, que se torna lenta aunque reconfortante en la enorme barrica de algarrobo del wine bar.

De la ciudad al dique

El tinto y el rosado mutan a rojo intenso y otros colores vivos a 15 km de allí. El río Jáchal corre verde y muy correntoso a los pies de las barrancas de arcilla y se aquieta a expensas del dique de Ullum. El lago -bordeado por cabañas, motorhomes y casas rodantes- parece garantizar espacio para todos sus visitantes. Sin encimarse, comparten sus placeres los aficionados a las motos de agua, wind surf, veleros y botes a remo, pescadores de pejerrey y dientudo y turistas absortos ante un paisaje decididamente reparador.

Como corresponde, regreso a la ciudad de buen talante. Ahora sí es momento de dar cabida al ocio. Lo sugiere una sesión de vinoterapia en la cava familiar Spa del Vino, de la mano de un té verde con jugo de naranja y tostadas con dulce de uva. Como para despedirse de este vergel por la buena senda, la que marcan los viñedos que brillan bajo el sol.

20 noviembre 2008

Chile, La ruta del vino en tren

Entre los increíbles atractivos que nos brinda Chile, sin duda se destacan sus paisajes combinando la montaña con el océano y por supuesto su destacada producción de vinos famosos en todo el mundo.

Es con este objetivo de seguir conociendo su riqueza vitivinícola que los turistas pueden disfrutar de un paseo en el Tren del Vino en un sorprendente recorrido de un día entero de duración por el Valle de Colchagua.

En un viaje a unos 30 o 40 kilómetros por hora, es posible elegir entre 3 tipos de rutas pudiendo observar entornos diferentes y las cuales salen desde Santiago los sábados por la mañana.

Un paseo ideal para aquellas personas que disfrutan de la fotografía ya que los ambientes son maravillosos, y antes de subir al tren también podrán degustar deliciosos vinos y quesos de la región.

Vía: Nuestro Rumbo

¿Viajar en efectivo, con tarjeta o cheques de viaje?

Probablemente más de uno se ha planteado esta pregunta antes de realizar un viaje de larga temporada: ¿Me llevo efectivo, cambio el dinero previamente en mi banco, tiro de tarjeta o me llevo unos cheques de viaje?

Existen múltiples opciones para administrar tu dinero de viaje y Yola las desgrana estupendamente en su blog. Se nota que está preparándose para un largo viaje y da gusto que lo comparta con todos nosotros. Nos propone incluso ideas ingeniosas como llevarse una tarjeta caducada para usar en situaciones críticas y también toda una serie de artículos que nos facilitarán la labor de llevar el dinero encima.

Para mi las reglas de oro son fotocopias, números de teléfono para cancelar la tarjeta a mano y llevar dinero y documentos en lugares distintos por si nos roban.

A modo personal, siempre he sido partidario en mis viajes de llevar un poco de dinero en efectivo, unos cuantos billetes de 10 dólares en el taparrabo (ideales para cambiar a la moneda local en lugares fronterizos donde sablan a comisiones) y luego ir tirando de tarjeta en los cajeros. Al fin y al cabo, las comisiones tanto para efectivo en los cajeros como para cheques viene a ser la misma.

Otra opción ideal si viajas a países anglosajones es usar la técnica del cashback en los bares para obtener dinero sin comisiones de tu propia tarjeta mientras disfrutas con una buena cerveza entre las manos.

Vía, Dónde está Yola

Brasil: Natal, la novia del sol

Con toda justicia, en este caso poética, a Natal, la capital del estado de Río Grande do Norte, en Brasil la llaman "la novia del sol". No es sólo una metáfora. Fundada en 1599, tiene sol 300 días al año y goza, aseguran, del aire más puro de América gracias a los vientos alisios y a la ausencia de industrias. A esto se añaden las bellas aguas de un mar cristalino recorridas por las corrientes cálidas del golfo (22 grados promedio todo el año) y una infinidad de disfrutables alternativas.

En Natal, los días nacen a las 5 de la mañana y salir a recorrer la playa a esa hora es un placer que se completa al regresar al hotel, con el suculento desayuno: papaya, maracuyá, mango, plátanos, carnes, panqueques, cereales, zucos, tortas y panes de todos los sabores y colores.

Esquí de arena
Joaquim, nuestro guía, se encarga de introducirnos en la magia de Natal. Vamos por la Vía Costeira, el Barrio Ponta Negra, una zona de hoteles que se enhebran a lo largo de praia Ponta Negra, que termina en la inmensa duna Morro do Careca (morro del calvo). Una de sus laderas, bordeada de vegetación, resulta perfecta para el esquí de arena. Desde lo alto puede plantear dudas, pero vale la pena animarse: ¡hay que experimentar esa gloriosa forma de ir, pendiente abajo!

Un poco más tarde descubrimos las calles del pintoresco centro histórico. Se impone allí una visita a la Nueva Catedral, el Faro de la Mae Luiza y el antiguo barrio de la Riveira, donde se conservan las casas más tradicionales, incluida la del Club Náutico y la del gobierno.

Historias para ser contadas
Camino a la Fortaleza dos Reis Magos -construida por los portugueses a orillas del mar en la desembocadura del río Potengi- se puede ver la céntrica Praia de los Artistas, llamada así porque era frecuentada por personalidades famosas de Brasil y del exterior, entre otras la mítica Brigitte Bardot. En la fortaleza palpitan las historias de la flota comandada por Aires de Cuña, a servicio del rey de Portugal, que vino a colonizar las tierras de la región, y encontraron resistencia de los indios portiguares y los piratas franceses, que traficaban la madera conocida como palo Brasil.

Estos remotos acontecimientos le dan un consistencia especial a la estadía. Allí uno se entera de que los holandeses invadieron la ciudad entre 1633 a 1654 y Natal pasó a llamarse Nueva Ámsterdam. Eso hasta que la Segunda Guerra Mundial la transformó definitivamente: los americanos reconocieron su estratégica localización (queda a 3.000 kilómetros de Dakar) y la transformaron en base militar para sus operaciones en el norte de Africa.

De regreso al hotel, impacta el Parque de las Dunas, el segundo parque urbano más grande de Brasil e ideal para practicar senderismo. Este gigante de 1.200 hectáreas de mata atlántica y ejemplares únicos de fauna y flora esconde el Teatro Alberto Maranhao, escenario de conciertos y espectáculos de ballet.

El día ha sido intenso y la noche nos recibe en el restaurante del hotel Manary que forma parte de lo que allí llaman Roteiros de Charme (las rutas con encanto). Una fiesta de sabores: parrillada de mariscos y verduras.

Con rumbo a Pipa
El segundo día, Joaquim -un guía ideal, culto y paciente-, propone una aventura a 30 km de la ciudad. Partimos en cuatro buggy que atraviesan primero el puente Newton Navarro sobre el río Potengi (río de los camarones), y llegamos a Genipabú, una de las playas más famosas del estado.

Es una zona de dunas gigantescas, algunas de hasta 30 metros, salpicadas de palmeras, manglares y lagunas. Desde allí se tiene una vista magnífica de Natal que se recorta en el cielo azul.

Se puede pasear en dromedario, practicar sandboard, lanzarse con los buggy por las dunas y, desde luego, tomar una o más caipirinhas con ramas de canela en medio de la apacible lagoa de Pitangui: porque sí, ahí, en el centro, están instaladas las mesas con las sombrillas.

Pero es casi una ley: no se puede estar en Natal sin llegar hasta Pipa. Se viaja por la vía 101, entre plantaciones de caña de azúcar y los ojos se llenan de esa vegetación espesa y alta. A lo largo del camino hay pequeños pueblos con banderas rojas y amarillas en cada casita; con ellas, los pobladores expresan su adhesión o rechazo del candidato a prefeito.

En una de las curvas sorprende un lavadero municipal, una gran galería abierta atravesada por un arroyo donde las lavadeiras, en cuclillas, frotan las prendas a mano. Alrededeor, los niños juegan y practican capoeira. Una simple escena, bella y cotidiana, que se graba en la memoria.

Llegamos a Praia do Madeiro y después de instalarnos en el hotel Ponta do Madeiro bajamos los 150 escalones del acantilado que protege la playa. Allí los delfines se acercan hasta la arena a jugar con los bañistas. ¿Dos sugerencias? No desperdicie la oportunidad de hacer una caminata hasta praia de Pipa, en Bahia dos Golfinhos (Bahía de los Delfines). Le va a encantar. Y disfrute de un almuerzo en el restaurante del complejo Sombra e Agua Fresca, entre sus animales tallados en madera, perfectamente ensamblados en la agradable decoración.

Lo que no necesita ser sugerido es el inevitable paseo que hay que dar por Pipa, esta deliciosa y vieja villa de pescadores que conserva sus callecitas empedradas, angostas e intrincadas. Por ellas, la noche parece encenderse.

Son muy transitadas por viajeros de todo el mundo ya que el pueblo se instaló en la categoría de los destinos del turismo internacional. Hay que recorrerlas para descifrar sus encantos y no será mala idea visitar la llamada praia do Amor.

Para cerrar el día, la Pousada Toca da Coruja será una buena elección: cocina gourmet con tamales de camarón, róbalo y láminas de coco. Además, caipirinhas con mandarina y jengibre. Como en Natal, en Pipa el viajero siente que el cemento de las grandes ciudades es algo remoto.

11 noviembre 2008

Buenos Aires fue elegida como la mejor ciudad para el turismo gay

Buenos Aires es, sin dudas, un destino muy completo, atractivo, bello y multicultural pero, además, es una ciudad gay friendly por su apertura y su gran cantidad de actividades y establecimientos dedicados específicamente al colectivo homosexual.

Es por ello que, por segundo año consecutivo, la revista Out Traveler, especializada en turismo gay, la eligió como la mejor ciudad del mundo para la comunidad homosexual. De este modo, y con el doble de la cantidad de votos obtenidos un año atrás, Buenos Aires logró posicionarse primera y seguida por Barcelona y Amsterdam, respectivamente.

Es que la capital de la Argentina, con el resurgimiento del turismo en el país debido a cómo favorece el cambio monetario a los viajeros europeos y norteamericanos, sumado a su gran oferta cultural y nocturna, a sus atractivos arquitectónicos, a sus tours de compras y, además, a los diferentes circuitos gays, como lo son los barrios de Palermo y San Telmo, se ha convertido en uno de los paraísos para parejas homosexuales o viajeros solitarios que buscan descubrir a la misteriosa Buenos Aires.

Vía: Turismo 530

Argentina: La comarca de los bosques

En un recodo de los cerros más vistosos de la cadena andina, donde Neuquén estalla en lagos transparentes, bosques y ríos que bajan de la Cordillera a los saltos-, San Martín de los Andes descubre su aspecto de aldea de montaña con pretensiones de ciudad.
Es la base imprescindible para disfrutar de las recurrentes bellezas naturales que se distribuyen alrededor, un collar brillante y dotado de colores que encandilan: desde el azul intenso de los lagos hasta los picos nevados, todo reluce en este rincón seductor, atravesado por sonidos agradables y largos silencios.

El pavimento que serpentea desde Bariloche y Villa La Angostura anticipa imágenes de la magnificencia natural que espera a los turistas más al norte, donde la vistosa Ruta de los Siete Lagos es adornada por una larga secuencia de bosques de lengas, ñires y coihues sólo interrumpidos por hilos de agua que surgen envueltos en un murmullo apenas perceptible. Ya desde esa coqueta antesala del Parque Nacional Lanín es posible pasar de la mera contemplación a tomar parte activa del paisaje. Más que eso, sería lo ideal para estrecharse en un abrazo reconfortante con tanta belleza.

Por ejemplo, esa amable sugerencia del entorno puede empezar a plasmarse a través de una cabalgata por el cerro Abanico, con una vista permanente del lago Lácar a los pies. Los pliegues inferiores de la ladera verde surgen como una aparición y, de a poco, invaden los sentidos. Cada alazán que cabalga hasta la cascada Quila Quina se toma su tiempo para dar cada paso sin desviarse del sendero. Frena y toma impulso antes de superar un vado. Pero después apenas trota y retoma el ritmo parsimonioso. Semiocultos por una alfombra de flores silvestres, los pobladores no dejan de hachar, cargar leña, arrear ovejas y reforestar robles y raulíes.

Una cascada en las alturas

Más arriba, el camino se estrecha, muta en una angosta huella que se acomoda con dificultad en la cornisa y una espesa cortina de pellines, cipreses, raulíes, coíhues y radales se encarga de perfumar, refrescar y ensombrecer el ambiente. Del lago apenas se espían delgadas vetas celestes. Entonces, la furiosa cascada que se transforma en el río Quila Quina gana el centro de la escena.

En San Martín de los Andes, cada detalle de la Naturaleza ejerce un extraño influjo sobre los visitantes. Por eso, induce a buscar el momento preciso para embarcarse en cada uno de los paseos posibles. El abordaje del circuito de los Siete Lagos debería despegar con una navegación de día entero por el lago Lácar. El trayecto en lancha brinda la posibilidad de recrear la vista (una obviedad en estos parajes) en el paraje Hua Hum -recostado sobre el límite con Chile- y la villa turística Quila Quina.

Del mismo modo, se puede disfrutar durante horas de la magnificencia del lago Escondido y las termas de Queñi a través de una excursión al Parque Nacional Lanín en 4x4. Hacia el norte, pasando por la pintoresca iglesia y el Centro Cultural Mapuche de Junín de los Andes, el río Chimehuín viborea, en un trayecto a pedir de los más experimentados pescadores de truchas con mosca. A su vez, un catamarán hace frente al intenso oleaje de los lagos Huechulafquen y Epulafquen, hasta alcanzar la franja de lava de 6 km del volcán Achen Niyeu. Para coronar tal exquisitez, se levanta al fondo la cumbre siempre nevada del volcán Lanín (de 3.776 m de altura) y el manchón verdoso del lago Paimún.

En la ciudad, la gastronomía es una acabada síntesis de los tentadores sabores de la zona: el paladar se solaza con abundantes platos a base de trucha, ciervo, cordero, guanaco y jabalí y salsas de hongos o de frutos rojos. Las piezas sueltas se suman y parecen perderse en un plano infinito. Son los brillos de una joya preciada, posible de alcanzar.

Reabre sus puertas el Museo del Oro de Colombia


Luego de diez años dedicados a su restauración, no sólo en cuanto a lo edilicio se refiere, sino también en su museografía, el Museo del Oro de Bogotá, Colombia, volvió a abrir sus puertas al público.

De este modo el establecimiento podrá, nuevamente, exponer su numerosa colección de orfebrería prehispánica considerada la más importante del mundo, no sólo por la cantidad, sino por la calidad de las piezas que la componen.

Pues ahora, luego de una década dedicada a la mejora del lugar y a una inversión cercana a los 20 millones de dólares, tanto los colombianos como los viajeros extranjeros podrán disfrutar de este maravilloso lugar que los llevará a viajar en el tiempo a través de joyas, máscaras y objetos cotidianos o rituales fabricados en metales preciosos, cerámicas, hueso y madera, entre otros materiales nobles utilizados por las culturas prehispánicas que habitaron el territorio colombiano.

Entonces, entre los cambios efectuados en el Museo se encuentra el de haberse adaptado a una nueva narrativa en lo que tiene que ver con el ciclo de la metalurgia en aquellos tiempos, en aquel lugar…

Por su parte, los cambios en la arquitectura tienen que ver, entre otras cosas, con la incorporación de vitrinas controladas por sensores de precisión, un interesante sistema de iluminación que ahorra grandes cantidades de energía, salas de exhibición totamente renovadas en las que las piezas exhibidas son las únicas protagonistas y, además, dispositivos audiovisuales didácticos.

Ya lo sabes, ahora, en Bogotá, tienes una nueva atracción para visitar y conocer un poco más de las diferentes culturas que habitaron o habitan Colombia.

Vía: Revista Ñ

03 noviembre 2008

Argentina: Por la Ruta del arriero

Un proyecto que recrea las travesías de los baqueanos que cruzaban de Argentina a Chile hasta hace un siglo.

La iniciativa apunta a brindar la posibilidad de recorrer los caminos que transitaban los arrieros en tiempos de la Colonia y durante el siglo XIX y principios del siglo XX.

Estos experimentados pobladores de las zonas montañosas próximas a la Cordillera unían el Valle Central con los departamentos del este y el oeste a través de huellas y senderos de la Puna, para transportar mercadería y arriar ganado. Llevaban vacas, caballos, mulas y burros, además de tejidos, hasta llegar a Chile por el Paso de San Francisco y a Bolivia, a través de Antofagasta de la Sierra. La travesía se inicia en San Blas de los Sauces y, entre otros pueblos, atraviesa Cerro Negro, La Punilla, Tinogasta, Fiambalá y Las Tamberías.

De acuerdo al mapa presentado por la Secretaría de Cultura provincial, este circuito se complementa con la "Ruta del adobe", que, a lo largo de 50 km desde Tinogasta hasta Fiambalá, exhibe centenarias construcciones de piedra, madera, adobe y paja.

Brasil: Un museo del fútbol en honor al Rey Pele

Desde este mes, los fanáticos del fútbol en todo el mundo cuentan con su museo, en donde a partir de modernos elementos multimedia podrán disfrutar de lo que es la historia de este deporte nacional para el populoso país de 190 millones de habitantes, cuyas tierras han dado una constelación de estrellas destacadas en el manejo del balón, pero el sol en ese firmamento, sin dudas tiene nombre y apellido, Edson Arantes do Nascimento, conocido como Pelé.

Brasil ha obtenido a lo largo de su historia cinco copas del mundo, siendo el equipo que más veces ha alcanzado este pedestal, y se autodenominan los “pentacampeones”. Dentro de las instalaciones del estadio Paulo Machado de Carvalho, “Pacaembú”, en la gigantesca San Pablo, un despliegue de 6.900 metros cuadrados da cuenta de esta historia, indivisible del adn brasileño.

La primera muestra del museo se denomina “la marca del Rey”, y hace referencia a las glorias alcanzadas por Pelé, de tales dimensiones que los seguidores lo coronaron como el monarca del fútbol, y sólo el argentino Diego Maradona ha podido estar a la altura de su trono. En ella, se exponen piezas y recuerdos, al conmemorarse el primer título mundial de los “verdeamarelhos”. En aquella ocasión, el astro se calzó la casaca de Brasil, tal como lo hizo en cuatro ocasiones más, tres de las cuales tuvieron como resultado el dorado trofeo en manos brasileñas.

Bajo las gradas del monumental estadio, los visitantes podrán conocer la historia de este deporte, en Brasil y en el mundo, aunque asombra la popularidad que ha alcanzado en este país, teniendo en cuenta que comenzó como un deporte de elite, exclusivo de los inmigrantes europeos que lo introdujeron.

El Ministro de Turismo Caio de Carvalho declaró que se esperan unas 600.000 visitas al año. Este lugar será sin dudas la meca de los fanáticos de este deporte, que despierta pasiones inexplicables.

Vía: Futbol Red


Bolivia: En la ciudad de la plata

La primera mirada invita al silencio, a la contemplación minuciosa de los detalles. Potosí, la antigua ciudad de la plata, marcha con un ritmo calmo y guarda aún en sus entrañas las memorias de un tiempo en el que supo ser una de las poblaciones más importantes de América, con 160.000 habitantes en el siglo XVII. Transitar sus callecitas adoquinadas, de veredas casi inexistentes, implica sumergirse en las huellas de la colonia, sobre todo en el aspecto arquitectónico.

Ese pasado de esplendor ya no existe, aunque hoy la ciudad se ilumina con sus múltiples fiestas populares, que rescatan el valor de la tradición y la hermandad de un pueblo esencialmente minero.El departamento de Potosí es uno de los nueve en que se divide Bolivia, al sudoeste del país, en las planicies de la Cordillera Oriental de los Andes.

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, la ciudad se ubica a más de 4.000 msnm, lo que la convierte en la segunda más alta del mundo. Sin embargo, está sumergida en un valle ondulado, lo que le da a sus calles una pendiente permanente. Por eso, para conocerla sin sufrir el rigor de la altura conviene caminar sus calles sin prisa y, de paso, apreciar así cada detalle.

Desde los cerros circundantes se puede observar casi por completo la totalidad de las casitas, los edificios de su centro cívico y la imponente construcción de la Universidad Tomás Frías.

La plaza y los templos

El primer vistazo a la ciudad puede darse desde la plaza mayor, eje central de las fiestas locales y de su riqueza cultural.

A unas cuadras, en los mercados, tejen y venden sus productos las cholitas, vestidas con ropa hecha a mano como sus ancestros quechuas. Algunos de sus descendientes, en cambio, ya se han adaptado al incontenible paso de la modernidad.

En el camino aparecerá alguna de las 80 antiquísimas iglesias, templos y monasterios de la ciudad, algunos con varios siglos de historia. La Torre de la Compañía, con tres cúpulas y 32 columnas salomónicas, es una muestra de la espiritualidad de la época. Poco más adelante (18 kilómetros camino a Oruro), los baños termales de Miraflores y sus sulfurosas aguas proponen un día a puro relax, bajo un magnífico marco natural.

Pero si de recuperar energías se trata, cómo no probar la cazuela de Potosí, una sopa a base de maní, con papas, arroz, carne o pescado; o los chambergos, roscas de harina con azúcar molida. Para los más valientes, el desafío será el picante de pollo, con ají amarillo en cantidades considerables. Pero si la idea es recorrer la ciudad sin pausa, lo ideal no es ingerir comidas pesadas que hagan de la altura un verdadero rival.

Mitos y leyendas

La excursión más requerida, que se puede contratar en alguna de las decenas de agencias del centro de la ciudad, conduce a las minas que, según recientes estudios, aportarán riquezas durante 500 años más.

Mitos y leyendas se entrelazan en torno de su cerro Rico. La más nombrada cuenta que fue el indio Diego Huallpa, buscando una de sus llamas, quien subió al cerro y arrancó unas matas de paja donde brotaba una veta de plata del tamaño de un hombre, como una vena emergente del corazón de la tierra.

Descubierto el tesoro, llegaron los españoles desde Porco, donde ya se trabajaban minas desde la época incaica, para hacer de esa montaña un milagro económico que benefició a Europa.

La extracción de plata, estaño y otros minerales sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso de gran parte de la población de Potosí.

Al llegar a la mina se acostumbra comprar hojas de coca para agasajar a los mineros, quienes permiten a los viajeros conocer el lugar que les da y les quita la vida, ya que es difícil que un minero pase los 45 años de edad.

Sólo unos pasos por los estrechos caminos alcanzan para comprender la dureza de su trabajo en los más de 5.000 túneles de la montaña.

Todo el tiempo se habla del "Tío", el espíritu que, según los mineros, habita las minas y es dueño de la riqueza escondida y de la vida de los hombres.

Los mineros brindan a su nombre, le ofrendan hojas de coca y le piden permiso para realizar la extracción de metales. Sus imágenes aparecen en cada uno de los socavones.

Otro de los imperdibles de la ciudad de Potosí es el Museo Casa de la Moneda. Su edificio es para los expertos una de las construcciones más importantes de la arquitectura colonial de Sudamérica. Sus salones atesoran pinturas, esculturas, monedas y hasta momias, que la visita guiada permite observar y admirar.

En el primer piso del Museo, bajo riguroso control, descansan tres inmensos conjuntos de engranajes de madera, como paletas de viejos barcos a vapor: son las maquinarias de laminación para acuñar monedas, que siglos atrás producían para gran parte del mundo.

En su planta baja todavía se puede observar en el piso la marca circular de los animales y las pisadas de los indígenas, que hacían girar los engranajes para convertir el metal en monedas. Vigas de cedro soportan pisos y techos, y sus piezas fueron traídas una a una desde España.

Una importante colección de cuños y troqueles termina por ofrecer la inolvidable experiencia de hacerse una moneda propia, como recuerdo del paso por la ciudad de la plata.

23 octubre 2008

Para lavarse los dientes sin cepillo

Hay momentos, durante un viaje, en los que lavarse los dientes es difícil, ya sea porque estamos realizando un viaje largo, o porque de pronto estamos en una expedición por algún rincón del mundo lejos de las facilidades de la civilización. Sin embargo el hombre es un animal de costumbre, y después de muchas horas sin higienizarnos la boca – en especial si comimos o dormimos – nos sentimos realmente muy incómodos, y no queremos hablar con nadie muy de cerca.

Para estos casos es ideal este producto Floss & Wipe, muy fácil de llevar en cualquier bolso o mochila, ya que ocupa muy poco lugar. Se trata de unos pequeños sobres, que contienen un trozo de tejido especial, y un trozo de hilo dental.

Simplemente tenemos que proceder a limpiar los dientes con la tela, pasar el hilo, volver a limpiar con la tela, y listo. Desechamos el dispositivo – que es descartable y viene envuelto individualmente – y ya refrescamos nuestro aliento hasta tanto encontremos un lugar para higienizarnos adecuadamente. Contiene menta, que ayuda a sentirnos frescos y limpios, y xylitol, que protege el esmalte.

Claro está que no reemplaza un cepillado correcto, pero nos ayuda a salir del paso en ciertas situaciones que se nos presentan cuando viajamos. Me pareció un excelente producto para el bolso de mano a la hora de viajar, que ayudará a que nos sintamos más a gusto durante la travesía.

Vía: Travel Product Guide

Brasil y Chile, esa gran tentación

El rumor ya está instalado. Que ante la crisis mundial y la devaluación del real y del peso chileno, a los turistas este año les convendrá cruzar la frontera para ir a veranear. Amenazados ante la posible pérdida de turistas, Uruguay que en unos días lanzará una fuerte campaña de promoción en Argentina, pondrá como anzuelo medidas que ya anunció el Ministerio de Turismo. Incluye un sistema para la devolución de impuestos a los extranjeros (como el que rigió el año pasado) y medidas que apuntan a evitar subas de precios, que en estas circunstancias de inestabilidad podrían operar como factor disuasivo para los visitantes. El feriado del 12 de octubre fue para los uruguayos un botón de muestra de lo que puede llegar a ser la temporada de verano. Según los diarios locales se notó "fuerte presencia argentina" en Colonia, Montevideo y Punta del Este. Ya empiezan a arrimar agua a su molino.

Pero lo cierto es que los empresarios del turismo en Argentina relativizan estas afirmaciones. "Se están haciendo apreciaciones como si se tratara de futurología. La devaluación del real y del peso chileno ha sido una corrida netamente de resguardo de capitales. Hoy es más barato viajar a Brasil y a Chile para los argentinos, pero no podemos saber qué pasará en diciembre. Lo que sí podemos afirmar es que el país más barato para los argentinos, va a ser Argentina", dice Ricardo Roza, vicepresidente de la Cámara Argentina de Turismo y organizador de la Feria Internacional de Turismo (FIT).

La única afirmación que puede hacerse es que aún no se sabe a ciencia cierta cómo se comportarán los mercados cruzando las fronteras.

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