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14 septiembre 2012

El Teatro Colón, donde el arte impera

En el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de Argentina, se alza una majestuosa y monumental construcción que no sólo asombra por sus dimensiones, sino por el conjunto armónico de sus fachadas y por la suntuosidad de su interior. La lujosa decoración, su incomparable acústica y la admiración que despierta hacen que el gran Teatro Colón sea una visita obligada para músicos, melómanos y el turismo en general. Para su inauguración, en el año 1908, se representó la extraordinaria ópera Aida, del inigualable maestro Giuseppe Verdi.

Un bellísimo edificio

Son cuatro los accesos y originariamente había hasta una entrada para carruajes. Su hermosa y exquisita escalinata está realizada en fino mármol de Carrara y las barandas que la bordean en mármol de Portugal. La Sala Principal mide treinta y tres metros de diámetro, cuenta con veintidós filas de plateas y en su entorno hay siete niveles divididos en palcos, cazuela, tertulia, galería y paraíso; en el centro de la misma todos los ojos quedan extasiados al mirar hacia la cúpula que fue decorada por el maravilloso artista plástico Raúl Soldi.

La soberbia y bella araña, realizada en bronce bruñido, tiene siete metros de diámetro y setecientas lámparas eléctricas. El escenario mide 35 metros de ancho por 34 de fondo, con una pronunciada pendiente hacia la sala para que todos los concurrentes puedan apreciar en detalle los espectáculos. El Salón Dorado, sobre uno de sus laterales, se utiliza para conciertos, conferencias y exhibiciones; con sus columnas talladas, con capiteles de oro, frisos y figuras esculpidas en mármol, espejos, arañas y muebles franceses es uno de los ambientes más lujosos del conjunto.

La cultura a tu alcance

Los más grandes exponentes mundiales de la ópera, la música clásica y el ballet pasaron por su escenario. En él cantaron Caruso, María Callas, Schippa y Pavarotti; bailaron Nijinsky, Plissetskaya y Bocca, y dirigieron magistralmente la orquesta Stravinsky, Toscanini y Metha, entre muchos otros destacadísimos intérpretes de esas disciplinas artísticas.

En el taller de Sastrería del teatro se confeccionan todos los trajes de época necesarios para las obras y en su depósito se conservan más de treinta mil de ellos. La espectacular marquesina que luce sobre la entrada de la calle Libertad fue realizada en el taller del ingeniero Luis Zamboni. El ballet y la orquesta estables brindan todo su maravilloso arte en funciones diarias a las que no podemos privarnos de asistir.

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