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21 octubre 2009

Jamaica presenta su sitio web en español

Quienes deseen visitar el verdadero paraíso terrenal que es Jamaica, ahora podrán organizar toda su travesía en la comodidad de sus propios ordenadores y con información de primera mano, ya que la Oficina de Turismo de este país caribeño lanzó su sitio web en español.

Así, es realmente fácil conocer en pocos minutos las ofertas turísticas que tiene Jamaica para ofrecernos, ya sea en materia de alojamiento, excursiones, playas o gastronomía.

Mención aparte merecen las fotografías, que tratándose de un rincón tan privilegiado del planeta, por supuesto que son paisajes que quitan la respiración.

Tampoco faltan consejos para el turista, como “Visitjamaica.com es una excelente fuente de información para documentarse y preparar un futuro viaje a la isla. Estamos muy satisfechos de haber podido lanzar la web en castellano, que es un extracto de la versión original en inglés, antes que otras versiones para los demás mercados europeos. Esto subraya el creciente interés que suscita nuestro mercado dentro del sector turístico jamaicano. En estos momentos estamos también trabajando en la versión portuguesa, que lanzaremos próximamente”, sostuvo Marc Meister, director del Jamaica Tourist Board para España y Portugal.

Así que no esperes más y sumérgete en esta página, que tus vacaciones de ensueño te están esperando.

Vía: Expreso

Bolivia: El espíritu de la Chiquitanía

Las melodías del Barroco y el Renacimiento fluyen afinadas desde el escenario hacia las butacas, en la Casa de la Cultura de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Los acordes de las 25 voces del coro Paz y Bien se enriquecen cuando se acoplan diez violines, cuatro cellos y un contrabajo. No puede ser mejor la presentación del Festival de Temporada de Música Americana, que se celebra todos los años entre agosto y septiembre. El ensamble de jóvenes y adolescentes de San Ignacio de Velasco honra así -sin artificios- su pasado de misión jesuítica, aunque no reniega del más lejano origen chiquitano.

Más de 200 km al nordeste de esta ciudad, el avance de la colonización se cruzó con trece naciones originarias y desarrolló una estrategia que priorizaba la creatividad, bien diferente del modelo que alentaba el sometimiento a sangre y fuego. La deslumbrante arquitectura de los templos levantados entre 1691 y 1760 fue acompañada por talleres de música y escuelas de tallado en madera, oro y plata.

Esa herencia, decididamente enfocada en la expresión artística, se refleja hoy en la proliferación de compositores, musicólogos, instrumentistas, luthieres y maestros talladores. Un amplio bagaje de espíritus dedicados a crear.

Punto de partida

En San Javier, primera escala de la Ruta de los Jesuitas -que diez aldeas conforman desde aquí hasta Santo Corazón-, las calles de piedra avanzan empinadas entre gallineros y cercos de caña, hasta converger en la Piedra de los Apóstoles, una colina que amontona rocas bajo el sol demasiado caliente. En el centro de este escenario natural, diez mamas (las señoras mayores de las comunidades indígenas) dan la bienvenida a la Fiesta Grande de la Chiquitanía, un acontecimiento que convoca anualmente a fines de agosto a todo el pueblo y era anunciado desde hacía rato por el golpeteo de tamboritas, colgadas de los esmirriados cuerpos de cuatro ancianos.

"Ahora vamos a bailar", invitan aquellas mujeres de rostros brillantes y oscuros, a las que aquí se debe el mayor de los respetos. A unos pasos, el cacique mayor Francisco, líder del Cabildo Chiquitano, aprueba a mano alzada. Turistas y periodistas aportan sus pasos arrítmicos al yaritús, la danza nativa que la etnia pipoca bailaba desde mucho antes de la llegada de los jesuitas, para rogar una buena cosecha al dios avestruz. El ritual pagano nunca dejó de celebrarse, aunque los lugareños tuvieron que adecuarse a sus visitantes inesperados: San Pedro y San Pablo pasaron a ser los destinatarios de sus mayores plegarias.

Las voces y colores de la Bolivia profunda afloran sin la menor señal del paso del tiempo en 44 comunidades desperdigadas como un collar sin engarzar alrededor de San Javier. Asoman al costado de la ruta 4, en precarios puestitos donde las niñas vocean refrescos, yuca frita, arroz con leche, chicha (jugo de maíz o maní), somó (chicha con semilla), pan marraqueta y chipilo (plátano frito y salado), sin disimular su timidez.

El casco urbano de San Javier es un modesto caserío de tejados a dos aguas, a la sombra de la monumental obra de arte pergeñada por el religioso, músico y arquitecto suizo Martin Schmid en el siglo XVII: el diseño de la iglesia remite a un chalé centroeuropeo, cargado de ornamentación barroca en cedro tallado, tirantes del techo de tejas de cuchi (quebracho colorado), paredes de barro, pila bautismal de bronce y campanario sostenido por troncos del árbol momoqui. Una vistosa joya, replicada apenas con detalles diferentes, a 60 km de San Javier: en Concepción se devela uno de los misterios que la cultura chiquitana ocultó durante tres siglos. Fue otro helvético inquieto, el arquitecto Hans Roth, quien en 1972 se animó a indagar el contenido de unos cofres polvorientos, olvidados en dependencias de las iglesias jesuíticas, que el abandono parecía consumir a fuego lento.

La tarea de restauración de los templos le llevó 27 años, hasta su muerte en 1999. A lo largo de esa gesta llena de contratiempos, Roth descubrió unas cajas de cuero y extrajo los papeles ajados de 3.052 partituras, libros de bautismos, defunciones y matrimonios (el más antiguo está fechado en 1738) y consignó en su diario: "Gran parte están deterioradas, sucias, gastadas y quemadas en las orillas, falta gran parte de las tapas y los cuadernillos son meras hojas sueltas". A partir de la apertura de la Sala de Restauración y la recuperación del material, el panorama que desanimó a Roth fue cambiando, en un minucioso proceso hoja por hoja, todavía inconcluso.

Del silencio a los ruidos molestos

El techo a dos aguas de la Catedral de Concepción dibuja una gigantesca "v" invertida frente a la plaza de Concepción. Sólo las figuras esbeltas de cuatro palmeras -que indican los puntos cardinales- y la cruz central parecen desafiar la opulencia de la obra cumbre. Repentinamente, la atmósfera silenciosa de la Chiquitanía sucumbe ante el paso alocado de las mototaxis.

Sin embargo, no parece haber motor capaz de interrumpir el sueño profundo en el hotel Chiquitos. En lo mejor de ese momento sublime -alrededor de las 4 de la madrugada-, dos golondrinas inoportunas deciden anidar debajo del tejado. Raspan el cielorraso de cañas sin ningún miramiento, se ganan una serie de maldiciones y el descanso se hace trizas, hasta que el canto de un gallo piadoso ordena levantarse.

Unos minutos más tarde, la Chiquitanía y su gente vuelven a prodigar su característica hospitalidad. Osvaldo Parada Achával, el dueño del hotel, se ríe a carcajada limpia del desplante de los pájaros e invita un delicioso paseo por el parque, teñido de los fucsias de algunas de las 627 variedades de orquídea que cultiva.

En las afueras del pueblo, las sesenta familias de la comunidad Guayaba se esmeran por ofrecer el auténtico desayuno chiquitano. Sacudidas por el ritmo de la Banda Guayabera, las mujeres sirven sus masas en una enorme hoja de plátano. Desfilan panes de arroz, masacos (plátano con charque), yuca y roscas de maíz, mientras las tejedoras en liencillo trabajan a la vista y el maestro tallador Sebastián Supayabe le saca lustre a un ángel en madera.

15 octubre 2009

Río aumentará su capacidad hotelera para los juegos olímpicos del 2016

Ante el reciente anuncio de que Río de Janeiro será la sede olímpica de los juegos del 2016, y a sus atractivos turísticos y ya expandida capacidad hotelera, le sumará aún más plazas para albergar a quienes quieran presenciar las competencias.

En efecto, además de los esfuerzos que el gobierno brasileño ha hecho para quedarse con esa sede, se suma el de muchos empresarios privados que ampliarán su infraestructura para recibir a los turistas del mundo.

El proyecto entregado al Comité Olímpico Internacional garantiza 52,8 mil habitaciones, siendo que el mínimo exigido por el COI es de 40 mil habitaciones.

La cadena hotelera Red Windsor, por su parte, sumará 1.830 nuevas plazas en cinco nuevos hoteles, dos en Barra da Tijuca y en Copacabana, las zonas cariocas más exclusivas. Otros hoteles de la cadena, serán a su vez remodelados.

11 hoteles en total han comprometido esfuerzos a mejorar la capacidad hotelera de Río, como así también de otras subsedes como San Pablo, Salvador de Bahía, Belo Horizonte y Brasilia.

Vïa: locura viajes

Las 500 millas de Daytona, pura velocidad

Ya sabemos que los estadounidenses hacen de todos los deportes un verdadero show, un espectáculo. Les gusta lo grandilocuente, la fiesta, el vértigo y no importa si se trata de atletas o de coches, el entretenimiento está asegurado porque son unos verdaderos maestros en el arte del show.

Una de sus principales carreras de coches dentro de la NASCAR Cup y una tan importante como el Gran Premio de Estados Unidos, son las 500 millas de Daytona. Sí, ya sé, inmediatamente uno piensa en las 500 millas de Indianápolis pero esa es otra carrera popular. Yo os hablo de la carrera que inspiró el popular juego de Sega, uno que trato de jugar siempre que piso un salón de arcades.

Las 500 millas de Daytona, llamada también el Super Bowl de los coches, se corre en el autódromo de Florida, el Daytona International Speedway, a mitad del mes de febrero y todos los años desde que comenzó, en 1959.

Clasificarse para las 500 millas determina una mejor posición de partida pero esto queda solo en manos de los mejores pilotos y el resto de los participantes tiene sí o sí que correr alguna carrera clasificadora para obtener una mejor posición de largada, carreras a las que no les falta adrenalina ni velocidad y que se llaman Gatorade Duels (vaya auspicio).

Con los resultados de las carreras ya se arma la grilla de corredores de las 500 millas: los de la primera carrera corren la columna interna y los de la segunda en la externa. Y entonces sí, se baja la bandera y esos coches locos y veloces comienzan a girar y girar en ese óvalo sin fin. Debemos decir que las 500 millas de Daytona fue la primera carrera de Estados Unidos en transmitirse por televisión a todo el país y que las velocidades que alcanzan estos coches es terrible así que los accidentes eran y son bastante frecuentes.

Es mi juego favorito en videojuegos, es cierto, pero para ver por televisión me parece super aburrido. Prefiero los rallys que ver cochecitos corriendo en un óvalo sin parar. Pero bien, que a los estadounidenses les encanta. Si os gusta también, este es el sitio web oficial de la carrera.


14 octubre 2009

Chile: En la casa de un tal Pablo Neruda

Dicen que el rumor del agua fue uno de los argumentos centrales para convencerlo de que era el lugar indicado. El refrescante arroyo que corría por una ladera del Cerro San Cristóbal, muy cerca del centro de Santiago, convenció a Pablo Neruda de comprar el terreno, para luego construir allí la que sería una de sus tres casas de Chile: La Chascona, una suerte de jardín colgante con espacios en distintos niveles -living, dormitorio, bar, comedor- unidos por escaleras y terrazas. El arroyo pasaba junto a un ventanal, y daba la sensación de estar navegando. Dato clave para un poeta amante de la mar, pero que se audotefinía como "marinero de tierra".

Y todo en pleno barrio Bellavista, quizás el más pintoresco de Santiago, con aires bohemios, talleres de arte y bares y restós que invitan a una pausa relajada.

Desniveles y pasadizos

En las rejas de las ventanas se entrelazan las iniciales "P" y "M". En sus inicios, La Chascona fue el refugio del amor entonces todavía secreto entre Pablo y Matilde Urrutia, cuando el poeta aún estaba casado con Delia del Carril. Luego se separaría y oficializaría su relación con Matilde, a quien le dedicó la casa. O, mejor dicho, a sus cabellos rebeldes: chascona es un término quechua muy común en Chile, que significa "despeinada".

Don Pablo compró el terreno en 1952, y al poco tiempo le pidió al arquitecto español Germán Rodríguez Arias, que le diseñara una casa, que luego él mismo modificó totalmente, para hacer una casa a su gusto, sin otra lógica que la de sus imaginativos caprichos: desniveles, recovecos, pasadizos secretos y grandes ventanales con vista a los jardines. El salón, por ejemplo, está "a varias escaleras y terrazas" del comedor.

Neruda se mudó a La Chascona en 1955, y entonces vino la compra de un terreno vecino y las ampliaciones, que hacia 1958 dejaron la casa como se la ve hoy: tres grandes volúmenes separados, en pendiente, unidos en el exterior por escaleras y terrazas, con formas irregulares, distintas alturas y materiales. Como en sus otras residencias en Chile -Isla Negra, a orillas del mar, y La Sebastiana, en Valparaíso-, aquí los ambientes más importantes son los sociales, aquéllos en los que el autor de Canto General recibía a sus amigos para opíparos banquetes y largas sobremesas.

Por ejemplo, el bar continuo al comedor, donde se inicia el recorrido. En él asoman colecciones de pinturas y algunos cuadros de artistas chilenos, muchos de los cuales ilustraron poemas de Neruda. El bar pertenecía a un antiguo barco francés, con cubierta de peltre; el comedor es una mesa larga y angosta en una sala con un techo de barco que termina en una pequeña y escondida puerta, que da a una escalera de caracol secreta, estrecha, que lleva a un dormitorio. Por allí se "escapaba" el poeta a tirarse unas siestitas cuando las reuniones se extendían demasiado.

Memorias del saqueo

En el salón hay un famoso cuadro de Matilde pintado por Diego Rivera, en el que aparece, oculto entre las ondulaciones del pelo de su amada, un perfil del poeta. Y hay, por toda la casa, objetos. El mismo Neruda se definía como "coleccionista de objetos", y aquí hay una buena muestra: botellas, mascarones de barcos, máscaras, moais de Rapa Nui. Y varios diseños de Piero Fornasetti, amigo de Neruda, que fueron furor en los 50: mesas, cubos, bandejas, biombos, paragüeros, platos, copas. También hay artesanías chilenas típicas y en el ambiente más alto, la biblioteca y el escritorio, donde se exhiben las condecoraciones y premios recibidos por el poeta, incluyendo la medalla del Nobel.

La Chascona está relacionada con lo mejor y lo peor de la historia de Neruda y de Chile: por un lado, su creatividad y su incansable imaginación para crear espacios originales y coleccionar objetos inverosímiles de todo el mundo. Por el otro, con la destrucción a la que la sometieron los militares poco después del golpe del 11 de septiembre de 1973. La casa fue saqueada e inundada con las aguas de su propio arroyo, y pocos días después el poeta moría, se dice -y no está mal creerlo-, de tristeza. Pese a la devastación, Matilde veló a Neruda en La Chascona, y desde aquí partió su cortejo fúnebre. Quizás, entonces, la primera manifestación pública contra la dictadura.

09 octubre 2009

El Teatro Colón en peligro

La organización no gubernamental World Monuments Fund ha elaborado una lista de los monumentos del patrimonio cultural mundial que se hallan en peligro. Entre esta larga lista, en la cual figuran 93 lugares, se encuentra el Teatro Colón de Buenos Aires.

El Teatro Colón, que cumpló su centenario el año pasado, está considerado uno de los mejores teatros del mundo, tanto por su acústica como por el valor artístico de su construcción. En sus 58.000 metros cuadrados, hay asientos para nada menos que 2.478 personas y se calcula que otras 500 pueden presenciar los espectáculos de pie.

Por allí han pasado figuras de gran prestigio como los compositores Richard Strauss, Arthur Honegger y Manuel de Falla, cantantes de la talla de Plácido Domingo o Luciano Pavarotti, o bailarines destacados como Anna Pavlova, Antonio Gades o Julio Bocca.

Hace ya tres años que el Colón fue cerrado para que el Gobierno llevara a cabo un plan de renovación, un “Plan Maestro” para revalorizar el edificio y llevar a cabo una actualización tecnológica de la caja escénica.

Este plan ha recibido numerosas críticas desde algunos sectores, y la ONG encargada de elaborar la lista de monumentos en peligro se ha sumado también. Denuncia el cierre del edificio, que “desmanteló todas las actividades, dispersó el personal sin que haya un plan de acción claro y calendario para su reapertura”.

Una pena que un lugar así, que ha competido para ser una de las nuevas siete maravillas del mundo en 2005, se encuentre ahora en esta situación de incertidumbre.

Crucero en memoria del Titanic se anuncia para 2012

En el año 2012 se cumplirá un siglo de la tragedia en altamar que se llevó al Titanic, el trasatlántico que se creía era invencible, hasta que se topó con un iceberg.
Por ello, una agencia de viajes británica está organizando un crucero en memoria de aquellos acontecimientos, y planea cubrir exactamente la misma ruta y en la misma fecha, sólo que 100 años después – y esperemos que sin iceberg.

De esta forma, la embarcación Balmoral partirá del puerto inglés de Southampton el día 8 de abril del 2012. Luego, realizará una parada en Cobh, Irlanda, tal como lo hiciera el Titanic.

Luego se hará a la mar para cruzar la ruta del Atlántico Norte, siempre siguiendo el mismo itinerario, para llegar la noche del 15 de abril al mismo sitio exacto donde el Titanic encontró su destino final. Se realizará un homenaje y finalmente se dirigirán a Halifax, Nueva Escocia, donde muchas de las víctimas fueron enterradas.

El viaje concluye en Nueva York, que era lo que el Titanic tenía programado.

El Balmoral tiene capacidad para 1350 pasajeros y una tripulación de más de 500 personas. El crucero de lujo servirá el mismo menú que el Titanic también. También se realizarán a bordo lecturas históricas especiales. El precio de un billete para este crucero parte de los 3.900 dólares.

Vía: Gadling

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