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21 mayo 2013

El desierto inundado de Brasil

De las muchas maravillas naturales que tiene Brasil, hoy conoceremos una de las menos conocidas – al menos por los extranjeros. Se trata del Parque Nacional de Lençóis Maranhenses, un sitio que tiene una enorme particularidad: la de ser un verdadero desierto inundado.

En realidad, se trata de una enorme extensión de dunas de blancas arenas, en las que se forman unas piscinas naturales de extrañas formas. Se encuentran en el estado de Maranhão, en el noreste brasileño sobre el océano atlántico. Se trata del Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses.

Este espacio natural ocupa un área de cerca de 300 kilómetros cuadrados, en su mayoría ocupados por el extraño paisaje de arenas blancas conteniendo las lagunas azules. Estas dunas se adentran por más de 50 kilómetros desde la costa marítima. Las suaves ondas de arena que se forman recuerdan a una sábana, y es por ello que este parque recibe este nombre – “lençóis” en portugués significa “sábanas” –

Es que a pesar de tratarse de un paisaje de grandes extensiones de arena como si se tratara de un desierto, lo cierto es que en el área se produce un buen caudal de lluvias al año, cuya agua se acumula en las depresiones de la arena formando las cristalinas lagunas naturales.

El promedio de precipitaciones en el área de Lençóis Maranhenses es de 1.600mm, lo que significa que llueve unas 300 veces más que en el Sahara. A lo largo del año, se produce una estación seca y otra de lluvias. Si bien en la estación seca las aguas se evaporan y las dunas están totalmente secas como si se tratase del más árido de los desiertos, en época de lluvias se crean estas lagunas, que además son un ecosistema donde habitan varias especies de peces, tortugas y almejas. Lo extraño del asunto es que estos seres vivos regresan como si nunca se hubiesen ido. Se sospecha que depositan sus huevos y son preservados en la arena durante la estación seca, hasta que el agua los hace eclosionar.

La laguna más famosa, debido a su belleza, es la Laguna Azul, un espejo de agua turquesa que de tan perfecto, parece irreal.

Cabe señalar que el turismo masivo aún no ha llegado a los Lençóis Maranhenses, razón por la cual es un buen momento para disfrutar de este paraíso sin tener que compartirlo con grandes multitudes.

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