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14 abril 2009

Los Estados Unidos quieren restringir el turismo hacia la Antártida

Los 14 millones de metros cuadrados del blanco continente de la Antártida corren peligro ante al creciente afluencia de turistas de los últimos años. Por ello, Estados Unidos intenta colocar algún tipo de barrera a estos movimientos, de manera tal de preservar este ecosistema tan delicado y fascinante. Por si fuese poco, cualquier cambio en los cascos polares repercute en el clima de todo el mundo, ya que su masa de hielo regula la temperatura global.

El proyecto norteamericano tiene por objetivo endurecer las regulaciones a las embarcaciones con turistas que llegan en forma numerosas hasta aquellas latitudes, para evitar el daño que producen. Hillary Clinton, Secretaria de Estado, fue quien hizo pública esta intención en su discurso de inauguración de la reunión conjunta del Consejo Consultivo del Tratado Antártico y del Consejo Ártico.


Algunos de los puntos de la nueva normativa incluirían un mayor número de salvavidas reglamentarios en las naves – para garantizar la seguridad de los turistas en caso de emergencia – y el control del vertido de líquidos tóxicos por parte de barcos turísticos.

Las nuevas reglas sólo entrarán en vigor si las aprueban todos los países del Tratado Antártico, un total de 47, por lo que Clinton urgió a “todos a moverse lo más rápido posible”.

Vía: Heraldo de Aragón

08 abril 2009

En 2014 todos a Maracaná (Río de Janeiro)

El estadio de Maracaná es junto con el Cristo Redentor y el Pao de Açucar, otro de los símbolos no solamente de Río de Janeiro, sino de todo Brasil. Además, este emblemático recinto fue durante muchos años el más grande del mundo.

El pasado 30 de octubre de 2007 la FIFA asignó oficialmente a Brasil la organización de la Copa del Mundo de fútbol de 2014. Por lo tanto, los brasileños tienen claro que la final se celebrará en este mítico estadio y ya lo están preparando para la ocasión.

Si viajamos a Río de Janeiro, tenemos la posibilidad de visitar el campo que está considerado como el templo del fútbol. ¿Os apetece un tour por el estadio en el jugaron, juegan y jugarán los mejores futbolistas del mundo?

No será la primera vez que se celebre una final de la Copa del Mundo, ya que en 1950 la selección de Uruguay le ganó a Brasil en un partido que pasó a la historia como el ‘Maracanazo’. A este encuentro asistieron más de 200.000 personas y de está manera se batió un récord en cuanto a asistencia de público a un partido oficial.

La superficie total ocupada es de unos 200 mil metros cuadrados y su forma oval ocupa un perímetro de 800 metros. Solamente estadios como el Azteca de México le superan en tamaño y número de espectadores.

Por unos 22 reales podemos comprar una entrada para realizar el tour por el Maracaná. Al contrario de lo que ocurre cuando visitamos estadios como el Bernabéu en Madrid, en el Maracaná no hay sala de trofeos, ya que no pertenece a un único equipo. El Maracaná es compartido por clubs como el Flamengo o el Fluminense.

Podemos visitar los vestuarios, las gradas y el palco, bajar al césped y al entrar al estadio podemos ver las firmas y las huellas de los pies de los mejores jugadores de la historia como Pelé, Maradona o Ronaldo.

Via: diariodelviajero

Consejos de alojamiento en Chile y Argentina


Por: David

Ya van casi 100 días de viaje y tanto el cuerpo como las costumbres se van curtiendo en el Nuevo Continente. La secuencia de hechos y deberes se repite en cada ciudad, pueblo, parque nacional o lo que sea adonde lleguemos: buscar alojamiento, acercarse a la oficina de turismo, preguntar a los locales por buenos lugares donde comer o cenar bien por poco dinero e ir averiguando cómo llegar al próximo destino.

El primer paso -el alojamiento- es de los más importantes cuando estás realizando un largo viaje como éste, en el que decides el destino tan sólo unos días antes y apenas tienes tiempo de mirarte nada por anticipado. El hostal, pensión, camping u hotel en el que te quedes será uno de los principales gastos del viaje y además influirá en tu forma física -un buen descanso es necesario para pasar tantos meses on the road- de manera decisiva. En resumen, todos buscaremos el típico bueno, bonito, barato que tanto nos gusta a los españoles, nos vayamos 2 semanas o 7 meses.

Nosotros hasta ahora nos hemos alojado principalmente en hostels compartiendo habitación con varias personas más por un mejor precio, pero también hemos estado en apartamentos alquilados en Río de Janeiro y Buenos Aires, y en casas familiares en el que para mí es el medio ideal de alojamiento en Chile.

Para la gente mochilera que visite y busque alojamiento en Argentina pienso que el tema iría por zonas. En lugares como Buenos Aires, Península de Valdés, Iguazú, Salta, Mendoza y las zonas más al sur como Usuahia y quizás Calafate, aconsejaría que os alojarais en hostales.

Quizás en lugares pequeños como Calafate tengáis que reservarlo con alguna semana de antelación en temporada de verano si no queréis arriesgar, pero en la mayoría de lugares bastará con que os dirijáis a la oficina de turismo nada más llegar o vagabundeéis las zonas de alojamiento que encontréis en vuestra guía en busca del que más os contente. Tened en cuenta que la mayoría de websites tipo hostelworld os mostrarán precios mayores si lo reserváis con antelación. Al menos eso hemos encontrado nosotros hasta ahora: en general sale más económico llegar sobre la marcha y preguntar que reservar el mismo hostel por algun intermediario.

Sin embargo, en la región de los lagos de Bariloche, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y demás poblaciones de los alrededores -incluyendo zonas más septentrionales de la Patagonia como el Chaltém, Bolsón, Esquel e incluso el Calafate- los precios de los hostales se encarecen algo y la opción de la tienda de campaña -para los amantes del camping- pasa a ser la número 1. Además, ya no sólo se trataría de un tema económico sino que la belleza natural de la zona hace que sean muchos los campings que se extienden alrededor de preciosos lagos rodeados de montañas nevadas y bosques mágicos. Es el preciado tesoro de levantarse y ver amanecer en lugares maravillosos.

Yo allí me alojé sólo en hostales porque no tenemos carpa -como la llaman aquí- y mis compañeros de viaje no son muy fans del camping, pero han sido muchísimos los viajeros que nos aconsejaron hacerlo en las zonas que os he comentado.

En cuanto a Chile, la cosa cambia. Dejaros de hostales y demás. Aunque nos hemos quedado un par de noches en uno en Puerto Varas, en los demás lugares hemos optado por alojarnos en hospedajes caseros. Se trata de familias que abren sus casas a viajeros de buena fe para poder tener un ingreso extra que les viene muy bien. Hasta ahora la experiencia ha sido positiva, consiguiendo una habitación propia con baño casi exclusivo y muy buen trato de las personas dueñas de la casa. Además el precio bate a los hostales. Mención especial para la casa de la señora Silvia en Cucao, una pequeña población en la maravillosa isla de Chiloé, que por 4 euros la noche nos alojó en una bonita y acogedora casa a la que daba gusto volver cada noche. En estos casos además, como la gente es del lugar, podrán ayudaros a la hora de moveros por allí, buscar los mejores restaurantes en cuanto a calidad precio y la mejor forma de visitar los puntos de interés de la región. Ni que decir tiene que podréis conversar con ellos y aprender muchísimas cosas de las gentes que pueblan los lugares por donde pasáis que es, al fin y al cabo, uno de los anhelos que colma a cualquier buen viajero.

La opción del camping vuelve a ser posible en las zonas patagónicas, Puerto Varas, Pucón y la isla de Chiloé, siendo muy popular entre los chilenos.

En Santiago me quedaré en casa de un buen amigo pero imagino que de nuevo habrá que volver a hostales de allí para arriba.

Os aconsejo que no os agobiéis en absoluto con el tema de buscar alojamiento por adelantado en un viaje de este tipo porque no tendréis ningún problema para encontrar sitio. Nosotros vamos sobre la marcha y no nos hemos quedado nunca en la calle y pocas veces hemos tenido quejas. Yo intento siempre dejaros los lugares, precios y demás de los sitios por los que voy pasando, pero ya sabéis, no cortaros en entrar, preguntar y, sobretodo, regatear que en Chile nos está sirviendo bastante bien para ahorrarnos unos buenos pesos por noche. En hostales es más complicado pero en los hospedajes chilenos si les decís que os quedáis más de una noche, pedidles que os rebajen el precio y lo harán.

Desde uno de estos hospedajes, en Pucón (Chile) me despido por hoy que ya se hace tarde por aquí.

Via: viajablog

En la Antártida, podría haber un nuevo Titanic

Los científicos ponen énfasis en algo que vienen advirtiendo hace ya algún tiempo: el aumento de navíos turísticos que llega a la zona de la Antártida supone muchos peligros, entre los cuales se puede mencionar al riesgo de naufragios al chocar con icebergs, tal como ocurriese con el Titanic en el Atlántico Norte hace un siglo.

Es uno de los temas principales a discutir en la reunión anual del Tratado Antártico, que hoy comienza con una ceremonia en Washington.

Es preocupante que lleguen cruceros con más de 2.000 pasajeros sin la preparación necesaria para navegar las heladas aguas, que al menor impacto con una masa de hielo se abrirían al medio.

El riesgo se incrementa más si se considera que no hay una cartografía completa de la zona, más allá que los modernos instrumentos ayuden.

Otro peligro es la gran roca en medio de la entrada a la bahía de la isla Decepción, en especial para las embarcaciones de mayor porte, aunque esta sea una de las zonas más bellas, con el único volcán en actividad al que se puede fondear.

También está la cuestión de los ecosistemas, ya que su delicado equilibrio se ve alterado por las especies foráneas que llegan en los barcos o hasta en los calzados de los turistas.

Todas estas cuestiones serán analizadas en la reunión, de manera tal que sea posible arribar a un acuerdo que nos permita seguir visitando el Continente Blanco, pero conservándolo para generaciones futuras.

Vía: El mundo

06 abril 2009

La malaria y otras enfermedades tropicales aumentan entre los viajeros

Los destinos exóticos se popularizan y esto implica la llegada del ‘turismo de masas’, que muchas veces baja la guardia ante las más elementales normas de seguridad y precaución. Esto se ha traducido, en los últimos años, en un aumento de los casos de malaria y otras enfermedades tropicales.

Así lo han constatado los expertos en medicina tropical tanto en el Hospital Carlos III de Madrid como en las Jornadas Catalanas de Salud celebradas en Barcelona. En el hospital madrileño apuntan un aumento del 104% (es decir, más del doble) en los últimos cinco años, para enfermedades como la malaria o el dengue.

Antes de viajar a destinos tropicales exóticos, especialmente en África, es necesario informarse de las situaciones de riesgo y acudir a un médico con antelación en caso de que sean necesarias algunas vacunas.

Los riesgos aumentan cuando se realizan viajes poco planificados, muchas veces siguiendo ofertas de última hora. Hay que recordar que los médicos, además de administrar las vacunas, nos pueden aconsejar sobre otras medidas sanitarias. Algunos hospitales disponen de una unidad de atención al viajero que centraliza toda esta información.

Las cifras hablan por sí solas, ya que mientras las cifras de viajeros aumentan, las de vacunas disminuyen, o al menos así lo han constatado algunos hospitales. Así que antes de viajar a destinos exóticos, lo mejor consultar con el médico unas semanas antes, especialmente si dentro del grupo hay pacientes de riesgo como niños, embarazadas o personas con cualquier tipo de inmunodeficiencia.

A la vuelta del viaje, si no se tomaron las adecuadas medidas, hay que estar alerta y comunicar cualquier síntoma sospechoso urgentemente ya que la eficacia de los tratamientos aumenta cuanto antes de detecte la enfermedad.

En el caso de la malaria, los médicos advierten que si se detecta pronto el tratamiento es sencillo y no suele haber secuelas graves. Sin embargo, si la detección se demora o el diagnóstico es equivocado las consecuencias pueden ser fatales.

Via: diariodelviajero

Argentina: Conozca el imponente Valle de la Luna sanjuanino.

Ubicado en la provincia de San Juan,en Argentina,encontramos uno de los sitios más famosos e interesantes de toda la Argentina: el Parque Provincial Ischigualasto o más conocido como: Valle de La Luna. Envuelto en un paisaje desértico plagado de formaciones arcillosas, comprender más de 60 hectáreas convirtiendose en el principal atractivo turístico de la provincia.

Investigaciones geologicas confirman que fue alrededor de 60 millones de años atrás cuando las masas rocosas de las Cordilleras de los Andes apretaron a la zona de Ischigualasto contra las Sierras Pampeanas poniéndolas al descubierto y exponiéndolas a los agentes erosivos. De este modo, la naturaleza por sí misma ha tallado las más asombrosas siluetas que puedes apreciar al visitar el lugar.Son formaciones rocosas realmente interesantes; para que den una idea, los nombres que reciben son: “El Gusano”, “La Esfinge”, “El Submarino”, “El Hongo”, destacándose una de las màs impresionantes “Cancha de Bochas”, superficie plana sobre la que yacen esferas perfectamente pulidas en forma circular, conformadas por el mismo material del suelo.

Interesante por donde se lo observe, el Valle de la Luna tiene para ofrecernos un paisaje inigualable. Si estás próximo a visitarlo, te comento que se ubica a tan solo 300 kilómetros de la capital de San Juan y claro que, por ser un excelente atractivo turístico,, podrás encontrar cerca del Valle hoteles, restaurantes y todo aquello necesario para que tu, como turista, disfrutes de un excelente viaje.

Via: viajesunicos

Argentina: A caballo, por las alturas de los Andes

A la noche, la nena sale de la carpa para estar con su yegua. La crin de Rubia y el pelo de la nena tienen el mismo color de la miel oscura. La nena la llevó a tomar agua y le dio pasto en la boca. Es una yegüita consentida y al principio tomó la iniciativa, pero poco a poco la nena, de la mano de la guía de la cabalgata, fue imponiendo su autoridad y al fin terminaron jugando como dos amigas que juegan seriamente.

La cabalgata que están haciendo recorre una zona de la Cordillera de los Andes. Los veinte jinetes, incluidos guías, explorarán un territorio al que se accede a caballo. Llegarán a 3.800 m y nunca bajarán de 2.500. Los organizadores, Pioneros Cabalgatas, la llaman "El Techo de América".

La tropa salió del valle de Uspallata para meterse directamente por los cerros asombrosamente gigantes de la Cordillera del Tigre. La cabalgata durará cinco días y cuatro noches. La marcha no es agitada. En la bienvenida los baqueanos dieron indicaciones: "No apuren a los caballos. Si las bajadas son empinadas, la rienda corta, el cuerpo para atrás".

Llevan varias horas por el desierto de Mendoza, entre arbustos, los gruesos cactos de espinas rojas y las piedras secas. La guía ha advertido que el primer día es para alejarse de la urbanización rumbo a los Andes, mientras humanos y caballos se conocen. El olor del caballo se les impregnará y algunos se sorprenderán de sentirlo tan íntimo. Estarán descubriendo que la relación entre los humanos y los caballos es anterior a cualquier memoria.

La tierra de la Cordillera está desolada por milenios de viento y aridez. Y sin embargo, está viva, no con la vida orgánica, sino con la vida que tienen los minerales. A lomo de caballo se ven los colores fluir por los cerros. Una ladera verde es roja en unos minutos, y luego negra. Un cañón profundo en un momento es un abismo y en otro es un rincón soleado y angelical. En este lugar, las luces, las sombras y los colores de los minerales han danzado sin parar desde el principio de los tiempos.

Cuando las sombras comienzan a alargarse los jinetes se apean y comienzan los preparativos para armar las carpas junto a un arroyo que corre por el valle angosto de Chacay. Se hace fuego, circula un mate en el silencio con el que se mastica el cansancio. Los caballos se dejan pastando en un manchón de pasto. El murmullo del arroyo retumba contra la ladera de una montaña lejana.

La misma vida

La gente se ha arrimado al fogón. Alguien está haciendo el asado. El contingente se ha formado al azar; la mayoría viene de mundos distintos, jamás se encontrarían en la ciudad, pero aquí viven la misma vida. Toman del mismo vino, comen la misma carne, escuchan el mismo silencio, los ilumina el mismo crepitar de las brasas.

La formación del grupo es una aventura más. Todo empieza a ser una aventura, cruzar el arroyo por una parte honda, el perro que los sigue, una tormenta intempestiva, el sombrero que se fue volando, el frío de la noche, la chica con fobia a los tábanos, el cóndor que ha aparecido en el cielo. La caravana marcha subiendo y bajando montañas por el Rincón de los Ranchillos. Los jinetes bajan por una ladera que parece no tener fin, van por un desfiladero, suben una falda empinada, llegan a una cumbre tan alta que desde allí pueden observar las rugosidades de la precordillera perderse hasta un horizonte que se confunde con el cielo. Mientras caminan ven cómo, lamiendo las montañas, se deslizan en silencio las sombras de las nubes. Todo es descomunal en los Andes. Un juez aficionado a la gesta de San Martín por esta zona se ha quedado en una elevación y observa al grupo bajar. Minúsculos en el paisaje infinito, los jinetes casi se le pierden de vista, son restos de pequeñas flores de colores. Piensa que sólo a caballo puede conocerse realmente este territorio.

La Cueva de la Bruja

Los jinetes dormirán una noche en la Cueva de la Bruja, en una cañada honda que enmarcan dos paredes que se enfrentan hasta más de 60 m. Están hechas de una roca de aspecto siniestro, negra, brillante y despojada de plantas. Cuando la oscuridad ha devorado todo, un estudiante de Letras está acostado sobre la montura que le ha quitado al caballo. Charla con una turista sueca, mientras de la cueva salen una luminosidad roja, risas y zambas que el resto canta junto al fuego. Los dos jóvenes observan hacia arriba la Via Láctea reventando de luz en la brecha que se abrió entre las murallas oscuras.

En territorio del Cordón de Bonilla la tropa ha dado con una llanura y se han largado a la carrera. Cabalgando llegan a una zona donde se levantan montañas de polvo de tiza de colores: verde, naranja, blanco, violeta, rosa, amarillo, marrón. Alguien lleva al caballo hasta una pared y toca, y efectivamente, tiene la consistencia del talco. Poco después los jinetes están frente al Cerro de los Siete Colores. A la hora del almuerzo el sol es despiadado. El grupo se refugia en la sombra de unas piedras. Están hechas de una aglomeración de caracoles marinos. "Tomá", le dice una joven consultora de marketing a la nena, "te regalo un mejillón de cien mil años". El juez sanmartiniano interviene: "Este es el mismo sol que iluminó al general Las Heras en 1817, cuando pasó por acá para encontrarse con San Martín en Chile". El mismo sol, las mismas montañas, las mismas nubes. La Argentina se hizo a caballo. Y se vuelve a hacer cada vez que unos entusiastas meten la izquierda en el estribo, revolean la derecha sobre el lomo y, arriba, con esa dicha salvaje en el corazón, se largan a cabalgar.

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