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15 enero 2009

Los moái, en peligro

Lamentablemente, no es la primera vez que comentamos sobre alguna maravilla de la Tierra, a la que la continuidad de su existencia la amenazan distintas causas, pero que siempre tienen un origen común: la mano del hombre. La isla de Pascua o Rapa Nui – perteneciente a Chile a pesar de internarse varios miles de kilómetros en el Pacífico –, es uno de estos sitios.

Un moái – que en el dialecto rapanui significa “escultura” – es una estatua de piedra monolítica que sólo se encuentra en la Isla de Pascua. No se sabe a ciencia cierta por qué los antiguos habitantes la erigieron a partir de las canteras de roca volcánica que abundan en la isla. Lo cierto es que hay más de 600 distribuidos en todo el territorio insular. Y lo triste es que se están deteriorando cada vez más rápido.


Por ello, instituciones chilenas y estadounidenses están sumando sus esfuerzos en un intento por preservar estas gigantescas máscaras pétreas.

El Instituto de Arqueología de América escogió esta isla como su segundo proyecto de preservación, después del Templo de Atenea en Turquía – que ya se encuentra en una fase avanzada de trabajos –. A partir de allí, y afortunadamente, el proyecto de los moáis cobró fuerza y empuje.

El interior del volcán Rano Raraku concentrará los esfuerzos, donde quedan 397 moáis más en diferentes fases de acabado. Todo indica que la cantera fue abandonada repentinamente, quedando estatuas a medio labrar en la roca.

Así que, gracias a esta iniciativa, los moáis seguirán contemplando el horizonte del Pacífico un buen tiempo más – al menos hasta darnos tiempo a visitarlos algún día.

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