El origen de su nombre no está claro pero se asocia al vocablo aborigen trapal que es el vegetal que crece cercano a los ojos de agua o según algunos historiadores, hace referencia a chapad la que significa “pantano muerto” o “muerto empantanado”.
En Zapala se puede notar la diferencia de climas y territorios, casi podrá pararse con un pie en el verde Alto Valle y con el otro en la amarillo verdoso de la estepa de la Patagonia. En esta meseta la vegetación es casi como la del desierto, es la antesala de la Cordillera de los Andes.
En el centro de la ciudad encontrará todas las comodidades para hacer de su estadía un placer. Para visitar tiene 2 Museos imperdibles, el Museo Municipal Etcheluz y Luis Monti donde podrá conocer como era Zapala en sus comienzos gracias a las fotografías donadas por los habitantes, objetos de uso cotidiano y profesional, armas, documentos y arte mapuche. También podrá consultar una biblioteca especializada.
El otro Museo es uno de los más importantes es América del Sur, es el Museo Mineralógico Profesor Olsacher; dedicado a las ciencias biológicas, en especial a los minerales y a la paleontología de Neuquén. Encontrará gran diversidad de minerales, piedras semi preciosas, invertebrados de la era Mesozoica inferior y del Holoceno, vertebrados y reptiles marinos de las mismas eras y una colección inigualable de paleobotánica.
A 20 kilómetros en la localidad de Mariano Moreno es donde se puede jugar con el paisaje verde del Valle y amarillo verdoso de la estepa. También está el curso de agua más cercano al centro de Zapala, el Arroyo Covunco, que durante el verano es ideal para pasar la tarde.
No puede irse de Zapala sin conocer el Parque de Nieve Primeros Pinos, si llega en invierno es ideal para aprender a esquiar, está en el cerro Quelli-Mahuida. Aquí también podrá disfrutar de alojamiento y restaurantes.