Los viajeros que se encuentren hasta el martes día 9 de marzo en Buenos Aires no pueden perderse la oportunidad única de visitar muchos de los grandes veleros escuela más importantes del mundo. El 31 de enero de 2010, en la ciudad de Río de Janeiro, comenzó la regata de la amistad “Velas de Sudamérica” que es una de las actividades que conmemora el 200 aniversario de Argentina como nación independiente. La amistosa competición finalizará en Veracruz a fines de junio de este mismo año.
Aproveché la tarde de ayer para recorrer algunas de estas majestuosas e históricas embarcaciones. Caminar sobre la cubierta de estos enormes veleros es una experiencia que nos transporta en el tiempo. Uno puede imaginar con facilidad lo que supondrá el viajar despacio, tan solo mecido por las aguas del océano y empujado por las fuerza volátil del viento.
Se pueden visitar por ejemplo la fragata “Libertad” y “Bernardo Houssay” de Argentina, “Juan Sebastián Elcano” de España, “Cisne Blanco” de Brasil, “Gloria” de Colombia, “Sagres” de Portugal, ...
Algunas de las embarcaciones como la méxicana y brasileña nos deleitan con música local. El ambiente es distendido y muy marino, se respira aire de antaño, cuando estos grandes veleros reinaban los siete mares.
En el “Juan Sebastián Elcano” podemos realizar una visita guiada por los Guardia Marinas, que se encuentran en su cuarto curso de academia de la armada.
Una de las anécdotas que me contaron los guardia marinas de varias embarcaciones, es que el velero canadiense se hundió frente a las costas de Porto Alegre, Brasil, debído a las malas maniobras de un equipo inexperto de estudiantes que iban de tripulación en dicho velero. Una gran tormenta, de la cual todos hablaban fue la culpable.
Por suerte no hubo víctimas mortales. La marina brasileña rescató a todos los tripulantes.
La embarcación más antigua que encontraremos fondeada es “Elcano”, que navega desde el año 1927.
Siempre que uno recorre un puerto, más aún en esta ocasión donde se respira tanto “viaje”, la llamada a la aventura se hace presente. Personalmente daría cualquier cosa por poder embarcarme, aunque fuera de polizón y poner rumbo a puertos desconocidos.
