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09 enero 2009

Chile: Chiloé un descanso para el viajero en

Me encontraba en Mendoza (Argentina) disfrutando del gran ambiente con el que se viste esta espléndida ciudad durante el Festival de la Vendimia. En el hostal en el que me hospedaba, situado en la calle de Las Heras, conocí a un chileno procedente de Chiloé, y me habló tan bien de su tierra natal, que no dudé ni un instante en pasarme por allí cuando me recorrí toda la costa de Chile.

Tras cruzar la Patagonia argentina de norte a sur, parando en Bariloche y en Calafate antes de llegar a Ushuaia, lugar popularmente conocido como ‘el fin del mundo’ al tratarse de la ciudad más austral del planeta, tocaba volver hacia arriba; de forma que me crucé Chile de sur a norte, primero atravesando la Patagonia chilena bordeando la cordillera de los andes, para después seguir rumbo hacia Bolivia costeando el océano Pacífico.

Por carretera hasta Puerto Montt, y un ‘ferry’ para cruzar el canal Chacao. Así fue como llegué a Chiloé, un archipiélago al sur de Chile, que además de un gran número de islas de menor tamaño, comprende a la Isla Grande de Chiloé.

Pasé tres días en Castro, ciudad puerto capital de la provincia de Chiloé desde 1982 y tercera ciudad más antigua de Chile. Un lugar tranquilo y pintoresco, en el que se puede gozar de largos paseos con vistas maravillosas. Una mención especial merecen sus iglesias, costruídas durante los siglos XVIII y XIX y que destacan por haber perdurado a pesar de estar hechas de madera.

También me pasé por Ancud, que fue la capital de la provincial hasta 1982 y es la segunda ciudad más importante de la isla. Paseando por una de sus playas me paré a conversar con los pescadores locales. Me hablaron de un pequeño islote que no se hallaba demasiado lejos de la costa y en el que al parecer se ‘alojaban’ varias familias de pingüinos. Conseguí convencerlos para que me acercaran hasta allí con una de sus zodiacs para verificarlo. Y efectivamente, tras unos minutos rumbo mar adentro, llegamos hasta un pequeño peñon ‘habitado’ por un montón de graciosos pingüinos que se dedicaban a pasear de un lado a otro con ese curioso caminar y a tirarse al agua en busca de algo con lo que llenarse la tripa. Realmente una divertida experiencia la ‘visita’ a los pingüinos de Ancud.

Disfrutar de las delicias del pisco sour, bebida local por excelencia, es otra de las experiencias de las que guardo un magnífico recuerdo a mi paso por Chiloé (y por Chile en general…), aunque de ello os hablaré en otra ocasión...

Si te pasas por Chile, Chiloé es sin ninguna duda un buen lugar para perderse y relajarse durante unos cuantos días.

Via: viajablog

Consejos para viajeros mayores

Sabemos que para viajar no hay edad. De hecho muchos de nosotros hemos comenzado nuestra “vida de turistas“ a bordo de nuestra propia madre embarazada y después hemos recorrido mundo con 5, 15, 20 o más años. En cada etapa, los viajes representan algo diferente pero siempre vienen acompañados por una pizca de aventura.

Ahora bien, cuando el viajero es una persona de edad madura, ese sentimiento de “aventura” no debe llevarle a olvidar que el ritmo de viaje debe adecuarse a sus posibilidades, y no al revés. Veamos algunos consejos para los “viajeros mayores”.

1* Consulta antes de decidir el destino del viaje. Hoy por hoy, casi todos los gobiernos tienen información en sus páginas web sobre las condiciones de seguridad y sanidad de otros países, recomendando (o desaconsejando) viajar a los mismos.
2* Visita al médico. Sabemos que estás bien, pero no está de más visitar al médico que te conoce, comentarle sobre el viaje y escuchar sus consejos.

3* Lleva medicación extra. Controla que llevas suficiente cantidad de la medicación que sueles tomar, y un poco más aún previendo que el equipaje pueda llegar demorado o se pierda. Por ende, recomendamos que no lleves todos los medicamentos en el mismo lugar, sino que repartas un poco de cada uno entre la maleta que vayas a despachar y el equipaje de mano.

4* Asegúrate que las medicinas que llevas no son consideradas sustancias prohibidas en otros países.

5* Consulta la normativa de seguridad aérea en los aeropuertos europeos con respecto al equipaje de mano. Si tu viaje te lleva a otros rincones del mundo, consulta a través de tu agente de viajes o compañía aérea, y también en los sitios oficiales de turismo de cada país y aeropuertos.

6* Si requieres servicios especiales, pídelos. En algunos casos, por prescripción médica o cualquier grado de discapacidad, los pasajeros necesitan ayuda para el embarque o desembarque de trenes, barcos o aviones. Las empresas de transporte brindan asistencia cuando se hace el pedido junto con la reserva. Con los aeropuertos pasa lo mismo, si necesitas que alguien te ayude con el equipaje o una silla de ruedas para desplazarte, solicítalo al llegar.

7* Informa a familiares, amigos o vecinos, sobre la ruta de tu viaje. Si llevas los hoteles reservados, deja los números de teléfonos para poder contactarte en caso de emergencia. Si viajas a algún país “exótico” no estará de más avisar a la embajada de tu país que estás paseando por allí.

8* Guarda tus datos personales. Puedes enviar un mail a tu mejor amigo, a tu hijo o una persona de tu completa confianza con los datos básicos que necesitarás en caso de emergencia e incluso con los documentos escaneados: fechas de emision del pasaporte, su número y fecha de vencimiento, seguro de salud o de vida, números de tarjetas de crédito y códigos de seguridad, teléfono móvil o de contacto en destino, nombres y contacto de los operadores y/o guías que te atendrán, etc.

9* No cargues con todo. Viaja ligero. Recuerda que existen servicios de envío del equipaje hacia tu destino y de regreso a casa.

10* Sé moderado en las comidas, las bebidas, los ejercicios físicos, durante tu viaje. Camina, pero no hasta la extenuación. Adecua los horarios de salidas de acuerdo a la temperatura del lugar y a tus posibilidades.

Por lo demás, ten en cuenta los consejos sobre seguridad para cualquier viajero.

Via: diariodelviajero

04 enero 2009

National Geographic Adventure calificó a Brasil como Mejor Destino para el Turismo de Aventura

La prestigiosa publicación de turismo National Geographic, en su división Aventuras, ha galardonado a dos países, Brasil y Nepal, con la distinción Best of Adventure 2009, que los califica como los mejores destinos para la práctica del Turismo de Aventura.

Entre los sitios brasileños ideales para este tipo de viajes, podemos mencionar a la isla Fernando de Noronha, uno de los mejores puntos para el buceo en el mundo. Se conjugan aguas cristalinas, formaciones rocosas, arrecifes de coral y antiguos barcos hundidos.

No es necesario bucear para encontrarse con la vida submarina: en las playas de Atalaia y Bahia do Sancho sólo basta asomarse a la orilla para ver pasar los cardúmenes de peces de colores.

Jalapão presenta un paisaje fabuloso, con arroyos y lagunas salpicadas por dunas de arena fina y rojiza, en un contexto de espesa vegetación del cerrado – sabana arbórea. Deportes como rafting, barranquismo y descenso se practican en condiciones inmejorables.


En Lençois Maranhenses el período de las lluvias – entre diciembre y junio – es el ideal para conocer las arenas blancas y las enormes dunas. También, es lo época en la que encontramos llenas las lagunas de aguas azules y tibias, que se prestan para un placentero baño. Otra opción es visitar los pueblos aislados dentro del área de los Lençóis Maranhenses, como Queimada dos Britos y Baixa Grande.

La actividad que se practica es la caminata, que llevan de ocho horas a un día y exigen la presencia de un guía con experiencia. Una alternativa es llegar hasta la minúscula ciudad de Santo Amaro do Maranhão, en el otro extremo del Parque, a unos100 kilómetros de Barreirinhas, que tiene la espectacular Lagoa da Gaivota. Es necesario alquilar un jeep para arribar a este destino.

Brasil está lleno de opciones diferentes para los aventureros, ya que en un territorio tan vasto no falta ninguna de las geografías que podemos buscar para realizar las diferentes actividades implicadas en el Turismo de Aventuras.

Brasil: Todas las formas del agua

Cascadas, ríos artificiales, toboganes, una piletas con olas, baldes gigantes que arrojan litros y litros de agua. Adrenalina en su extremo máximo, por un lado; paseos relajantes por otro. Así de variado y hasta exótico por momentos, es el parque acuático más grande de América Latina. Y si es "o mais grande", lógicamente no puede estar en otro lado sino en Brasil. Se trata de Beach Park, un parque y complejo turístico ubicado a 22 km de Fortaleza, en el estado de Ceará. Abrazado por playas de arenas blancas, tupidas palmeras y frutas tropicales, el paisaje invita al descanso y la diversión.

Un combo perfecto para lograr el desenchufe. El nombre de la ruta que se toma desde el aeropuerto de Fortaleza para llegar al parque ya anticipa el clima: es la Ruta del Sol Naciente escondida entre dunas que le dan justamente el nombre a la playa Porto Das Dunas. La situación privilegiada de estar a pasitos del Ecuador hace que ahí se acumulen 2.800 horas de sol al año y reine una temperatura media de 28°, la misma del mar. Es un lugar donde el invierno resulta desconocido y el visitante tendrá que acostumbrarse a que el día arranca muy temprano. Los primeros rayos del sol asoman poco antes de las seis de la mañana. Y sin titubeos ese mismo sol se desploma en el horizante a la misma hora de la tarde. Por eso, los juegos de agua son la mejor alternativa.

Una fotito de cada visitante que queda registrada en una computadora, un pase por el molinete y a disfrutar del Beach Park.

Mojados hasta el alma

Si Walt Disney hubiera sido brasileño, Beach Park hubiera sido un invento suyo. Por muchas razones, pero sobre todo porque la fantasía aquí no da respiro. Todo comenzó como un restaurante de playa en 1985 y en 1988 se sumaron tres toboganes de agua, empezando a esbozarse lo que hoy es este gran parque de 170 mil m2, 8,5 millones de metros cúbicos de agua en movimiento y 78 juegos para todas las edades. Y no importa desde dónde se comience, rápidamente llega el chapuzón y la diversión.

Lo más importante es leer atentamente las indicaciones para elegir los juegos. Algunos son exclusivamente para adultos, otros sólo para los más chiquitos y un tercer grupo, para que lo comparta toda la familia.

El ejemplo de adrenalina pura es el "Insano". ¿Por qué ese nombre? Dos números lo explican: el visitante se lanza en caída libre desde 41 metros y a 105 km por hora. Los que se animan al desafío, que integra el libro de los récords Guiness, deben comprar la remera de recuerdo: "Yo sobreviví al Insano", (33 reales) para sellar en la memoria esos cinco segundos en que uno cae desde una altura equivalente a 14 pisos y se sumerge de un chapuzón en una piscina azul profundo.

Pero la emoción sin límites también puede vivirse de a dos y en gomón, en el "Kalafrio". Desde unos 11 metros se lanza a un pista en la que los valientes se quedan a una inclinación de 90 grados como en una rampa de skate y se desliza vertiginosamente para sacudirse a 22 kilómetros por hora. Otra opción es "Sarcófago", un tobogán por el que uno se lanza a oscuras, a 80 km por hora. Algunos admiten que abren los ojos recién al final del recorrido.

Los aventureros a toda prueba tienen además dos toboganes de 23 metros de alto para deslizarse por "La Esfinge" para terminar en un tanque de agua después de viajar a 60 km por hora.

El gran baldazo

Existen además juegos para que disfruten grandes y chicos juntos. Por ejemplo, el "Atlantis", con gomones para tres en pista ondulada, o el "Hupa & Hopa", unos tubos de emociones rápidas y con curvas para terminar despatarrados en el agua. Los más chiquitos también tienen lo suyo: la "Isla del tesoro" es uno de sus patrimonios, con barco pirata incluido, fuerte y artillería de agua; el "Arca de Noé", donde aparecen las rampas con motivos de animales, cascadas y piletas de no más de 80 centímetros; el "Pórtico de la Atlántida", para tomar un baño relajante y jugar entre estatuas clásicas y gruesas columnas.

Para un poquito más grandes, el catálogo presenta atracciones como "La Corriente Encantada", que consiste en un viaje de 300 metros durante un recorrido de 7 minutos por un río artificial en cómodos gomones. Otra propuesta es "Maremoto", la mayor piscina de ondas de América Latina, en la que uno se zambulle en 3 millones de litros de agua en movimiento.

Pero la diversión más simple y absoluta es el impresionante Acqua Show con plataformas de altura desde las que los cañones disparan agua. La estrella en este juego es el balde de 1.800 litros. Irresistible no ponerse allí abajo y esperar la ducha refrescante de ese inolvidable baldazo.

La felicidad, ahora

Cuando el sol cae, el parque cierra. La actividad se traslada entonces de la playa y el parque a los complejos hoteleros que bordean al mismo Parque. Se trata del Beach Park Suites Resort y del recientemente inaugurado Acqua Resort, sumando más de 10 mil m2 de hoteles estacionados a metros de la orilla. Todos tienen sus propias piscinas con bares para beber y seguir jugando si es que quedan energías. El atardecer es ideal para un paseo en buggy o caminatas a lo largo de las extensas playas. A las siete, la oscuridad es total. El equipo de entretenimiento de los dos resorts siempre tendrá alguna actividad para los más chicos. En Beach Park, en Fortaleza, no hay tiempo para el aburrimiento. Y eso lo resume el lema del Parque: "La onda es ser feliz ahora".

Argentina: Pinamar, la magia del bosque


Levantar "una ciudad jardín, en forma irregular, siguiendo los desniveles del terreno". Así soñó Jorge Bunge a Pinamar hace más de sesenta años, y con constancia y decisión, el arquitecto se lanzó a fijar los médanos que lo conmovieron desde un primer momento y que formaban una indómita barrera con el mar. Los recuerdos fluyen, inevitablemente, para Elsa Shaw de Canale, nieta de Bunge y orgullosa testigo de la concreción de aquellos "conceptos urbanísticos y ecologistas muy avanzados para la época".

Debe ser extraño haber crecido entre dunas móviles, aliadas con el viento, y recorrer hoy esta ciudad totalmente forestada y con una infraestructura en la que predominan verdaderas mansiones.

Con sus 22 km de playas -que incluyen a los balnearios cercanos de Cariló, Valeria del Mar y Ostende-, Pinamar es un clásico de los veranos e intenta consolidarse, en forma paulatina, como un destino para visitar durante todo el año. Para ello, juegan a su favor los 360 km que la separan de Buenos Aires y un calendario de eventos siempre en crecimiento.

Además de sus bosques frondosos de pinos, sus senderos ondulantes y sus singulares cul de sac (calles sin salida), Pinamar se distingue por las múltiples opciones que brinda para la práctica de deportes. Los visitantes alternan entre el tenis (la ciudad cuenta hasta con una cancha de césped) y los deportes acuáticos en la zona de La Frontera, como el kitesurf, el windsurf y las motos de agua.

En las tardes calurosas de sol, muchos eligen realizar una cabalgata o andar en bicicleta o en cuatriciclo entre las calles de arena reparadas por la sombra de los árboles. En cambio, quienes se dirigen a los altos médanos pueden practicar sandboard o bajar en su 4x4 a la playa de El Límite.

La pesca es una actividad tradicional en Pinamar y el Club de Pesca, fundado en 1950, es una de las instituciones pioneras. Sin embargo, hay dos deportes que tienen un gran protagonismo: el polo y el golf. Para los fanáticos de este último, hay torneos a diario en Links Pinamar, un complejo con 18 hoyos y profesionales que se dedican a la enseñanza. Y cerca de allí, se encuentra la cancha chica para los principiantes.

Los amantes del mundo hípico se concentran en La Herradura. Es un predio de 110 hectáreas al noroeste, con dos canchas de polo y de tenis, cancha de fútbol, dos jaulas de golf, club house, piscina, centro hípico y caballerizas. Con un lago artificial de 7 mil m2, se accede por el nuevo Camino Parque y cuenta con un restó y escuela de ponys, salto y equitación. Además se organizan cabalgatas guiadas y en la temporada funciona la escuela de polo. Hay torneos y competencias todo el verano.

Para la temporada 2009, el calendario de eventos incluye: deporte en la playa (caminatas para abuelos, aerobics y juegos), fútbol de famosos, beach vóley, handbol de playa, torneo de fútbol y tocata de rugby. El 18/1 será la Maratón del Desierto y el 24/1, la Reebok. Se suman variadas muestras de arte, presentaciones de libros (estarán Felipe Pigna y Federico Andahazi, entre otros), espectáculos teatrales ("Confesiones de mujeres de 30", "El diario privado de Adán y Eva" y El mago Emanuel, por ejemplo) y musicales (el Festival de Jazz, del 17 al 25/1).

Según la Dirección de Turismo, la estadía promedio de los visitantes a Pinamar fue de 11 días en 2008, con gran afluencia en los fines de semana, y se cree que esta tendencia seguirá en la temporada que acaba de comenzar. Es que la gente que elige Pinamar siente por algún motivo la necesidad de volver, de la mano de una fuerte sensación de "pertenencia". En los últimos años ha crecido mucho Cariló, combinando mar y bosque con un animado centro comercial. Junto a Pinamar, son las opciones más exclusivas de la zona, y la sensación es que todos han estado aquí alguna vez y, por ende, se conocen.
Ciudad del arte

El vínculo de Pinamar con el arte tiene numerosos ejemplos: en primer lugar, noviembre quedó instaurado como el Mes de la Música, con la organización de Cristian Siste. El Festival cumplió 4 ediciones y aúna en un espacio abierto y gratuito a todos los géneros musicales. A su vez, hay tradiciones que se mantienen, como la curiosa cacería del zorro (un jinete lleva una cola de zorro y otros 50 lo siguen sorteando obstáculos), a cargo del Círculo Argentino de Cacerías Hípicas.

Mientras se organiza Pantalla Pinamar 2009 -encuentro de cine que se llevará a cabo del 7 al 14 de marzo-, siguen creciendo otros proyectos culturales. Es el caso de El Ojo de las Artes, un multiespacio donde arte, stand up, teatro y música son bienvenidos. También ha surgido Pinamar+Arte o "una propuesta de ciudad", como prefiere definir el proyecto Flavio Di Francesco. Y galerías, como Hoy en el Arte y Altera (esta última, creación de Clorindo Testa). Por supuesto, las propuestas no se agotan aquí, ya que siguen creciendo cada día. Como Pinamar.

27 diciembre 2008

¿Sera mas barato viajar en 2009?

Con el barril de petróleo en la banda de 30 a 40 dólares, y una recesión económica que ha impactado severamente en la demanda de productos y servicios en muchos países desarrollados, parece bastante poco arriesgado suponer que en 2009 enfrentaron costos de viajes menores a los de 2008. En particular, la segunda mitad de este año ha sido muy difícil, con los pasajes de avión a valores que no se veían desde hace bastante tiempo.

Como consumidores, desde ya nos importa que ciertos precios bajen. Pero los más interesados en el tema de los costos son las empresas, que enfrentaban costos cada vez más altos en el tema de los viajes de negocios. Y a eso había que agregarle un constante aumento de los precios de los hoteles de más estrellas en las ciudades donde se hacen los negocios más importantes.

El año que viene, muy probablemente, no nos asustemos tanto con los precios de las tarifas aéreas o de la hotelería. Pero para la industria turística habrá muchas preocupaciones. Tras varios años de performance muy buena de los números del turismo mundial, en 2009 el crecimiento seguramente será sustancialmente menor. En particular, en la primera mitad del año que viene.

En América Latina, en particular, la industria podía lucir muy buenos números de crecimiento de la llegada de turistas internacionales. Y aunque los números definitivos de 2008 recién estarán para dentro de un mes y medio, lo que más interesará ver es la diferencia en las estadísticas entre la primera y la segunda mitad de 2008. Pero para eso hay que esperar un poco más.

Via: blogdeviajes

Argentina: Los tesoros secretos de la Cordillera

Allí donde la provincia de La Rioja se empieza a mezclar con suelo chileno, en plena Cordillera de los Andes, hay un paraíso semioculto: la reserva Laguna Brava, creada en 1980 para preservar comunidades de vicuñas, flamencos y guanacos que, por la caza furtiva, estaban al borde de la desaparición. A 450 km al oeste de la capital riojana, la reserva tiene 5.000 hectáreas, y su nombre es el mismo que el de la mayor laguna de la región, con una superficie de 17 km de largo por 4 de ancho. La reserva abarca también lagunas menores que se forman en época de deshielos.


Tan deslumbrante como la meta final de este viaje es el camino hacia ella. Vamos por la Ruta provincial 26 -que cruza la Cordillera- hacia el paso internacional Pircas Negras. Dejando atrás el pueblo de Vinchina, una huella de tierra que se puede transitar con autos comunes asciende por la Quebrada de La Troya. Este pintoresco camino de cornisa, de unos 7 km, desemboca en el último pueblo antes de ingresar en la inmensidad de los Andes. Su nombre es Alto Jagüé, y su calle principal -que en verano, con los deshielos, se convierte en un río- es una huella profunda entre dos barrancos de tierra sobre los que se asienta un caserío. Las casas son de adobe, y sus pequeñas puertas y ventanas de madera, suelen permanecer herméticamente cerradas. Desde el destacamento de Guardafaunas, sale entusiasmado uno de los baqueanos que, por su conocimiento de la zona, registran el ingreso de turistas a la reserva y los acompañan en la travesía.

Desde Alto Jagüé el camino continúa por la Quebrada Santo Domingo, con suaves lomadas que, por los minerales del suelo, parecen recubiertas de terciopelos azules, verdes, violetas y anaranjados. La quietud de piedra de estos parajes desérticos se interrumpe cada tanto con la grácil carrera de guanacos y vicuñas.

La siguiente cuesta es la "Quebrada del Peñón", llamada así por las salientes rocosas en las montañas. Por la ventanilla desfilan enormes piedras que el sol pinta de dorado cuando de pronto, a la orilla de la ruta, vemos una curiosa construcción circular de piedra y argamasa (mezcla de cal y tierra) de 5 m de diámetro por 3,5 de alto. Su arquitectura -similar a la de un iglú- termina en una cúpula con una pequeña abertura en la parte superior. Es uno de los 13 refugios construidos en la zona entre 1864 y 1873 para alojar a los arrieros que conducían ganado a Chile durante la guerra de ese país contra Perú y Bolivia.

El ascenso continúa hasta los 4.000 metros de altura, cuando se abandona el camino principal para avanzar por una huella de ripio sobre las lomadas. Al acercarnos al centro del valle, aparece una laguna ovalada rodeada por majestuosos picos (el Veladero, el Bonete Chico y el Pissis, el segundo más alto de América). Un viento helado sacude sin pausa la escasa vegetación, compuesta por molles y coirones secos de color dorado. La serenidad inmóvil del ambiente se rompe cuando un centenar de flamencos rosados extiende sus alas y levanta vuelo. El paisaje despliega tanta belleza que, si el viaje terminara aquí, ya nos daríamos por satisfechos.

Cerca del cielo

Pero ascender al cráter Corona del Inca es un anhelo de todo apasionado del turismo aventura. Es la cima de una antigua montaña que, por la actividad volcánica, se desplomó sobre sí misma, formando un hueco de 5 km de diámetro. El fenómeno creó una especie de anillo, y el agua del deshielo de los penitentes -filosos montículos de hielo- se depositó en el centro, formando una laguna de aguas azul zafiro de 2 km de largo por 1 de ancho, y 350 metros de profundidad.

La excursión es una extenuante travesía que comienza cerca de la Laguna Brava, a través de Pampa del Veladero, un campo con arena volcánica. A la derecha del camino aparece de repente la postal más asombrosa: en una extensa ladera se levantan miles de penitentes que, pese a las temperaturas de la época, mantienen su helada forma puntiaguda.

Es entonces cuando comienza la ascensión más exigente: el único lugar para avanzar es el lecho del río Veladero, de poco caudal. Más adelante lo abandonamos para hacer un desvío de unos 500 metros, y tras la ventanilla aparece la cima de un gigantesco cordón montañoso. Los cerros Veladero y Bonete vigilan el valle, y varios grupos de penitentes se dispersan de manera espaciada.

De pronto, se ve de frente la cumbre nevada del cerro Pissis, que con sus imponentes 6.882 metros, eclipsa a sus vecinos. El GPS marca 5.500 metros sobre el nivel del mar cuando, finalmente, aparece la cumbre del Corona del Inca. En medio del resplandor blanquecino de los glaciares, que forman una especie de "corona de hielo", se despliega una laguna azul profundo. Su transparencia perfecta, y la blancura de la nieve que la rodea, crean un mundo de aura límpida y virginal. La sensación es la de haber llegado al núcleo mismo de un infierno extinguido, donde reina la paz más absoluta del universo.

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