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03 julio 2010

Correa de cuello solar para que la cámara no se quede sin batería

¿A quién no le ha sucedido alguna vez durante un viaje, qué justo cuando desea tomar varias fotografías de un lugar de ensueño la batería está agotada? A mi personalmente me ha ocurrido en unas cuantas ocasiones.

A partir de ahora y gracias al diseñador Weng Jie, podremos contar con una correa de cuello solar para nuestras cámaras de fotos.

Esta correa aprovechará las muchas horas que normalmente pasan bajo los rayos del astro rey durante nuestras excursiones.

Quizás las pequeñas placas solares instaladas en la correa no logren recargar por completo la cámara, pero si consiguen mantener la batería y de este modo impiden que llegado el momento nos quedemos sin la posibilidad de continuar sacando fotografías.

Esperemos que este diseño no se quede en un cajón olvidado y un fabricante se lance a producir, la Solar Camera Strap, como ha sido bautizada por su creador.

Turismo: La Habana, tocada por la música

"Echale salsita, échale salsita”, repite la canción, pegadiza como la miel. El quinteto acaba de acomodarse en un rincón del restaurante y ya obliga con su música a mover los pies debajo de las mesas. Estamos en un restorancito frente a la Plaza de la Catedral, que hemos elegido un poco al azar para nuestra primera comida en Cuba y que, según el cartel de la entrada, se llama Don Giovanni pero, según el menú, Doña Isabel.

Días después parecerá que esa elección fue lo que podría llamarse un signo. No por haber sido ésa la primera comida, sino por ser el primer tema musical que escuchamos en Cuba. Echale salsita lo escribió y lo tocó por primera vez en 1933 Ignacio Piñeiro con el Septeto Nacional y hoy muchos le atribuyen a ese título el origen de la palabra “salsa”, que une, entre otros ritmos, merengue, mambo, chachachá, rumba, y desune y confunde a cubanos, dominicanos, venezolanos, estadounidenses de origen latino y todas las nacionalidades que tengan relación con el Caribe. Salsa –me quedo con ésta entre todas las explicaciones que circulan– es una palabra que empezó usándose para marcar cierto sabor de la música del Caribe y que por extensión terminó nombrando de manera imprecisa a una cantidad de ritmos que lo tienen, o presumen de tenerlo.

Como sea, “échale salsita” es la instrucción perfecta en Cuba, la que todos los cubanos aceptan con ganas. Para la comida, para la música, para el baile, para el amor, para la vida. “Salí de casa una noche aventurera, buscando ambiente de placer y de alegría”. Así comienza Echale salsita. Y los cubanos siguen esos versos casi como un mandamiento. Cada noche miles, salen a cumplirlo en las calles de La Habana.

Eso lo sabe uno la primera noche que pisa las calles de la ciudad y se encuentra con pequeñas multitudes reunidas alrededor de la música en el Malecón (la costanera), en los bares, en las plazas o en los cabarets.

Pero antes, durante el día, ha recorrido las maravillas de la Ciudad Vieja, en plena restauración de su patrimonio arquitectónico, y se ha enterado de que la música también reina de día.

Es que todo el tiempo hay grupos –buenos grupos– tocando sones o guajiras en la calle, en los bares y restaurantes, en las plazas. Hay mejores y peores, pero todos tienen nivel profesional. Durante el día, la música de esas decenas de bandas flota en el aire de la ciudad como un aroma, al que no se puede ser indiferente. Nadie pasa por La Habana sin ser tocado por la música.

Así, con ese sonido que, a veces parece la música en off de una película, uno recorre el centro histórico de la ciudad –fundada en 1559 con el nombre de San Cristóbal de La Habana–, unos dos kilómetros cuadrados donde viven 61.000 habitantes. El recorrido por esas maravillas tiene siempre escalas musicales, frente a un grupo que toca en una esquina o en una plaza o siguiendo a una comparsa que desfila por una calle empedrada.

El paseo puede empezar en la Plaza de San Francisco de Asís, frente a la antigua iglesia de San Cristóbal, hoy lugar de conciertos de música clásica. Y dejarse llevar por el oído. Cuando se necesite un descanso del calor y la humedad agobiante, hay varios bares imperdibles. Está la famosísima Bodeguita del Medio, muy cerca de la Plaza de la Catedral, donde se toman los mejores mojitos. Allí, en los dos lugares, seguro hay música: en la Bodeguita y frente a la imponente Catedral.

Pero el lugar donde siempre se quiere volver es el Floridita, el hermoso bar y restaurante donde Hemingway tomaba sus daikiris y ahora lo reemplaza una escultura de bronce, con sonrisa canchera y un brazo apoyado en la barra con su copa cónica de daikiri. Nadie pasa por allí sin sacarse una foto con él. Ahí también hay música, desde luego.

La restauración de La Habana Vieja es un proyecto hoy muy vinculado con el crecimiento del turismo occidental, que comenzó en Cuba en 1993. Hoy, la isla recibe dos millones y medio de turistas cada año, que ya son la principal fuente de ingresos.

Hay sobre todo tres zonas de la ciudad donde se alojan y que recorren los turistas: Miramar y Vedado, dos barrios residenciales, y la Habana Vieja. Y es también en esos barrios donde por la noche se escucha música y se baila. Las opciones para conocer ese circuito son innumerables, y el siguiente es sólo un recorrido posible.

Casa de la Música Miramar (con sows en vivo y baile)
Sobre todo para jóvenes. Conviene llegar antes de las 12 de la noche para encontrar mesa, pero el show en vivo empieza cerca de la una. Aquí, el principal contratiempo es el volumen de la música, que llega a doler en los oídos. Antes del show, todo ocurre en las mesas, donde se charla, se fuma, se toma sobre todo ron. La voz del DJ anima el ambiente con informaciones y saludos entusiastas: “¡Hoy nos acompaña Boris, el tecladista de los Van Van! ¡Hay una mesa de argentinos, saludos para la Argentina! ¡Por allá está Bernardo, el único negro rubio de La Habana!” Después llega la música en vivo, generalmente grandes bandas de jazz latino. Casi todo el mundo baila, sobre todo los cubanos, que son mayoría. Después del show en vivo lo que más suena es el reggaeton. Hora de irse. Calle 20 N° 3308 esq. 35, Miramar, teléfono: (537) 204 6147. La entrada cuesta US$ 15.

La Zorra y El Cuervo (conciertos de jazz y cocteles)
Es un sótano bien de jazz que abrió en 1997, muy tranquilo, con ambiente de pub inglés, muy buen sonido, una barra y alrededor de veinte mesas ocupadas por mayoría de turistas y una minoría de intelectuales, estudiantes, músicos y artistas. Hay un show de 11 a 12.15 y otro una hora más tarde. Nos tocó escuchar al grupo Bellita & Jazz Tumbatá. Bellita es una excelente cantante y tecladista. Buen daikiri, aunque más flojo que el de La Floridita. Calle 23 entre M y N, Vedado, teléfono: 833 2402. La entrada sale US$ 10 e incluye dos tragos.

Habana Café (cenas, boleros y espectáculos de danza)
Dirigido principalmente a los turistas, es un restaurante y café donde se cena a la carta y se escucha excelente música cubana en vivo, con un ambiente que recrea el de La Habana de los años 50, la de los años previos a la Revolución. La decoración incluye una antigua motocicleta Harley-Davidson, un Buick de 1957 y hasta una avioneta, además de antiguos carteles publicitarios (inclusive de Coca-Cola), una rareza en Cuba, donde la publicidad está prohibida por ley. El público es en general mayor de 30 años. Además de música, hay espectáculos de danza y varieté. Nos tocó ver a Racatán, ungrupo de danza de una destreza deslumbrante y a Los Diéguez, una pareja que hizo un espectáculo de circo que podría llamarse “Todo lo que un hombre y una mujer pueden hacer sobre una bicicleta y Ud. ni imaginaba”. Después llegaron la Havana Jazz Band, orquesta de unos veinte experimentados músicos de boleros. Un problema de este lugar: el volumen de la música que hace imposible cualquier conversación. La música llena el espacio. Lo demás es silencio.
Habana Café. Hotel Meliá Cohíba. Paseo y 3a, Malecón, tel: 833 3636. La entrada es de US$10 e incluye dos tragos.

Gato Tuerto (restaurante, boleros y café-concert)
De lo mejor en la noche de La Habana: una antigua casona que resulta un poco chica para la gente que atraen su música y sus artistas. Un lugar para la bohemia de los cubanos y muy amigable para los turistas. Tuvimos la suerte de escuchar a una de las mejores voces de Cuba, la mulata Osdalgia, que llenó la noche de boleros. Pero, sobre todo, de asistir al show de una leyenda viviente de Cuba: Juana Bacallao, una negra de 90 años que a fuerza de canto, humor, presencia magnética y un dominio absoluto de la escena y del público, se hace querer en minutos. Cuando termina su magia, se saca la peluca verde y deja el escenario ayudada por sus músicos, convertida otra vez en una anciana encorvada. Calle 0 esq. 19, Vedado, teléfono: 836 0212. La entrada es de US$ 5 e incluye un trago. Jazz Café (cena, baile y bandas de jazz latino)
Está entre los preferidos por los cubanos de entre 25 y 35 años. Se puede cenar y a las 11 tocan grupos de jazz, sobre todo latino, y se baila. Calle Paseo y 3a, Vedado, tel: 838 3302. La entrada es de US$ 10 e incluye consumición.

Tropicana (shows con músicos, cantantes y bailarinas)
Un cabaret de fama mundial, similar a lo que son en París el Lido o el Crazy Horse, que es una tradición cubana desde su creación en la década del 30. Se lo identifica por su escenario a cielo abierto, –“un paraíso bajo las estrellas”– y por su arco de cristal. Actuaron allí estrellas como Nat King Cole, Josephine Baker o Libertad Lamarque. En el show participan 200 músicos, cantantes y bailarinas de primer nivel. Pero en este siglo le falta un toque de ironía, que le permita sostener esa estética un poco Carmen Miranda, de brillos, flores y frutas en la cabeza. www.cabaret-tropicana.com, tel. (537) 267 1717. Entrada, de US$ 70 a 90, según ubicación.

Extraordinaria muestra de momias comienza en Los Ángeles

Los amantes de la arqueología deben comenzar a estar atentos, puesto que la ciudad de Los Ángeles es la primera en el mundo en albergar una impresionante muestra de momias, que reúne cuerpos momificados accidental o artificialmente de seres humanos y animales.

En total, habrá unas 140 momias humanas que van desde un bebé peruano de 6.500 años de antigüedad, pasando por un noble alemán, una familia entera de Budapest, varios animales egipcios hallados junto a sus dueños, entre otros.

La muestra “Mummies of the World” – Las Momias del Mundo – comenzará a recorrer una serie de ciudades, de manera que no hace falta estar en Los Ángeles para verla sino que hay que esperar a que esté más cerca de casa.

La exhibición además cuenta con espacios multimedia donde se explican los numeroso métodos y técnicas científicos que se utilizan para estudiar estas momias sin deteriorarlas. Así, se puede conocer la antigüedad de cada una de ellas, las causas de la muerte, edad exacta al momento de morir, entre otras cosas que son de utilidad para la ciencia.

Hay momias y piezas procedentes de casi todos los rincones del mundo: Sudamérica, Europa, Asia, Oceanía y Egipto.

30 junio 2010

Quito, la preciosa capital ecuatoriana

Quito es una ciudad preciosa, capital de Ecuador. Es la ciudad más antigua de todas las capitales del subcontinente americano, además, es la ciudad más poblada de su país. Su nombre real es San Francisco de Quito, pero todos la conocen como Quito.

Este hermoso lugar se encuentra rodeado de montañas, muchas de ellas son antiguos volcanes que conforman un paisaje único, sin dudas, este es uno de los puntos de interés turístico más importante de la ciudad, junto también con el inmenso tesoro colonial, que hoy en día se sigue conservando y que contiene una serie muy interesante de pinturas, tallas y esculturas.

Algunas compañías low cost ofrecen vuelos baratos a Quito, si se reserva el billete de vuelo con anterioridad a través de Internet. Ésta es una excelente posibilidad para ahorrar un poco y conocer uno de los lugares más lindos del mundo.

Quito fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el año 1978, es que en ésta mágica ciudad encontraremos más de 100 edificaciones declaradas de gran interés turístico, entre ellas importantes museos y monumentos como la Basílica del Voto Nacional, la Iglesia de La Catedral, el Museo de la Ciudad de Quito, el Museo del Banco Central y la Capilla del Hombre.

Paseos imperdibles en La Paz, Bolivia

Bolivia tiene sus encantos, sus paseos por diferentes regiones nos da la pauta de que es un país con diferentes paisajes y formas de vivir las tierras altiplanas. Una de las grandes atracciones de este país es sin dudas La Paz.

Llegué en un vuelos La Paz una mañana fría pero soleada, donde descubrí la belleza de una ciudad enorme, contrastrante y siempre en movimiento. En el momento que partí de mi hotel y salía recorrer la ciudad infinita, rodeada por altas cumbres, muchas veces nevadas en sus picos.

Las bellezas que atesora La Paz son muchas, especialmente en relación a la arquitectura y cultura indígena y colonial. Una recorrida por las iglesias y templos antiguos nos da la pauta de la belleza de antaño, que posee grandes reliquias antiguas.

Los museos están a la orden del día en La Paz, con una oferta muy variada e interesante. Visité varios de ellos entre los que mas me gustaron fueron el Museo de Tiwanaku, sobre el nacimiento de la cultura americana, el Museo de Arte y de Tambo Quirquincho está recién remodelado y cuenta con nuevas piesas en su haber, además del Museo de Etnografía y Folklore, en donde se pueden aprecián muy buenos montajes etnográficos, así como también de disfrutar de una excelente y completa biblioteca.

Otro de los paseos imperdibles por La Paz fue conocer los mercados artesanales que se encuentran en una de las calles laterales de la Iglesia de San Francisco, el templo más importante del centro de la ciudad. Allí pude encontrar objetos decorativos, comidas típicas y artesanías de los pueblos originarios, con una belleza totalmente singular.

También me divertí con la experiencia que visitar la calle de los brujos, en una calle empedrada y escondida, donde tradicionalmente montan sus puestos los Yaritis (brujos en aimará), allí uno de ellos, a través de los elementos de la tierra me habló de mi pasado y mi futuro, de lo que me deparaba la madre naturaleza para mi.

Sin dudas este brujo dejó algo en claro: que volveré a visitar Bolivia. Y en verdad no se equivoca al decir eso, pues mi corazón y mis ansias de viaje se quedaron con ganas de conocer mucho más de La Paz.

Turismo bajo lluvia en México DF

Mientras el hemisferio sur entra de lleno en el invierno el hemisferio norte empieza a caldearse y a temer por esos terribles días de extremo calor. Esperemos no contar este año con olas de calor tan intensas como las de los veranos anteriores, ¿no es cierto? Pero bien, que mientras los del norte pueden viajar al sur en vacaciones y escapar del calor los del sur, con vacaciones de invierno, llegan al norte para disfrutar de algunos días cálidos. En América del Norte uno de los países más interesantes desde el punto de vista histórico, cultural y de bellezas naturales en México.

México tiene de todo, playas bonitas, ruinas milenarias, misterios, museos, un gran pasado colonial… ¿qué más puedes pedir? La puerta de entrada a este país suele ser el DF, el Distrito Federal o Ciudad de México. Es una ciudad cosmopolita, enorme, con tiendas, teatros, cines, centros comerciales, restaurantes, bares y museos. Debes dedicarle unos días antes de seguir viaje a la costa del caribe que sé, es uno de los destinos favoritos de muchos turistas. ¿Pero hace mucho calor en el DF mexicano? Bueno, la ciudad tiene un clima templado y no suele sufrir temperaturas extremas. Así, mientras en invierno la máxima es de 18ºC en verano ronda los 28ºC. Aunque es una temperatura tolerable entre mayo y septiembre llueve mucho, casi todos los días.

Entonces, ¿qué puedes hacer cuando llueve en el DF? Pues puedes visitar el Museo Nacional de Arqueología, el Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Frida Khalo, el palacio de la Minería, la Casa de los Azulejos y la espeluznante Exposición de instrumentos de tortura y pena capital sobre la Calle de Tacuba. Como ves, en tu ruta deberás incluir sitios techados así que si llueve lo mejor que puedes hacer en Ciudad de México es no dejar un museo sin ver.

27 junio 2010

Turismo: Días a todo placer en los Siete Lagos

Desde el primer km de la ruta 234, que une San Martín de los Andes con Villa La Angostura, Neuquén, pareciera que la melodía que emerge del paisaje forma parte de un disco de música “new age”: el piar de los pájaros, el agua de un lago manso golpeando sobre la orilla y el leve movimiento de los árboles producido por la brisa invernal.

El paisaje –lleno de colores ocres, fuertes y contrastantes–emociona, relaja y hace feliz. Esta mezcla de sentimientos de bienestar convierte al Circuito de los Siete Lagos en un lugar para volver una y otra vez, ya que en los distintos momentos del año muestra una cara diferente. Se trata de un circuito turístico ideal para buscar aventura con mochilas cargadas en la espalda, dada la cantidad de opciones que ofrece: los lagos Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso y Espejo Grande.

También vale la pena aprovechar los senderos sugeridos en los parques nacionales Nahuel Huapi, Lanín y Arrayanes. La ruta serpentea entre los hermosos espejos de agua que se complementan con cascadas, pequeñas bahías y pueblitos de ensueño. Conviene realizar el paseo en auto, para poder detenerse en cada mirador y lugar encantado. También es posible realizarlo en bicicleta o a pie, aunque para disfrutarlo sin complicaciones conviene tener un buen estado físico.

Las condiciones de la ruta son irregulares y se están llevando a cabo tareas de pavimentación. Durante los momentos más intensos del invierno, Vialidad Nacional suele tomar la decisión de cortar la ruta por precaución, de acuerdo a la cantidad de nieve. El tramo más complicado es el de 45 km de ripio entre Pichi Traful y el cruce de las rutas 234 y 231. Los restantes 65 km están pavimentados. Para evitar inconvenientes, lo mejor es informarse a través de la Secretaría de Turismo de San Martín de los Andes, llamando al teléfono (02972) 427-347.

Los colores del bosque

El primer lago a visitar es el Lácar, cuya orilla llega al casco urbano de San Martín de los Andes. De color azul verdoso, que según la hora del día refleja los árboles y las montañas, el lago se abre lugar entre la Cordillera y el bosque de cipreses. Si el visitante tiene tiempo y hace el circuito sin un cronograma ajustado, puede desviar en el km 5, donde aparece la entrada a la playa Catritre. Cien metros más adelante, la ruta 108 conduce hasta Quila Quina, donde habita la comunidad mapuche Curruhuinca. Aquí se levantan viviendas residenciales, un muelle desde donde se obtiene una vista muy distinta del Lácar. Frente a esta escollera, tienta una confitería, ideal para probar una picada de trucha, ciervo, jabalí y otras exquisiteces regionales, arropados por el fuego del hogar mientras ventanas afuera sopla un viento que se hace cada vez más frío con el correr de la tarde.

Volviendo hacia la ruta, se observa el cordón Chapelco de frente, mientras el camino asciende por el bosque de roble pellín y se llega al mirador Pil Pil. Desde aquí se obtiene una panorámica sobre el Lácar, con los cerros Vizcachas, Sabana y Colorado. Apenas un kilómetro hacia la izquierda aparece el desvío para ir al centro de esquí Chapelco. Fuera de la temporada invernal, se puede practicar trekking y otros deportes de aventura. Pero, quién sabe, quizás durante el otoño se produzca alguna nevada impensada que permita calzarse los esquís. No sería raro.

Cinco kilómetros más adelante, en el mirador del arroyo Partido, hay que detenerse para observar la belleza de la vista panorámica y los dos brazos del arroyo. Uno va a desembocar en el Atlántico y el otro, en el Pacífico. El izquierdo se convierte en el arroyo Culebra, que serpentea las aguas del río Hermoso, mientras que el derecho se convierte en el Pil Pil. Unos metros más adelante hay un cruce de caminos. Hacia la izquierda, la ruta conduce a Bariloche, pasando por el lago Meliquina y el Paso Córdoba, mientras que el Circuito de los Siete Lagos sigue a la derecha. La siguiente parada es el lago Machónico, delimitado por estepas y bosques. Unos 7 km más adelante, luego de tomar un pequeño desvío, se llega al lago Hermoso, que hace honor a su nombre. Entre la vegetación, aparece la cascada Vuliñanco, para volver a detenerse unos minutos, sacar fotos y seguir viaje. Con las nieves eternas que controlan desde lo alto, los siguientes dos lagos aparecen en simultáneo. A la izquierda, se encuentra el Falkner y, a la derecha, el Villarino, que ofrece otra vista mágica, con los tibios rayos de sol atravesando los árboles, destacando los colores intensos del bosque.

Tal como indica su nombre, el lago Escondido se oculta entre la vegetación, aunque un cartel lo delata. Al estar frente a frente, se distingue su profunda tonalidad verde esmeralda. Antes de llegar a La Angostura, aparecen los lagos Espejo y Correntoso. El primero cuenta con una de las vistas más lindas del paseo. Llamado así por la transparencia de sus aguas, el Espejo es el más concurrido por los mochileros. El Correntoso, en cambio, es ideal para pescar salmónidos. En este lago nace el río homónimo, uno de los más cortos del mundo, que desemboca en el lago Nahuel Huapi. Al final del circuito, un cruce de caminos invita a girar a la izquierda, e ir en busca de una taza de chocolate caliente en alguno de los encantadores cafés de Villa La Angostura y repasar, al abrigo del fuego, las imágenes de un paseo distinto, pero igualmente fascinante.

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