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03 junio 2013

El Tren Crucero de Ecuador

Ecuador como destino turístico está adquiriendo cada vez más fuerza dentro de América Latina, y es por ello que las opciones turísticas que ofrecen están siendo cada vez más publicitadas. Y en este marco, el Tren Crucero de Ecuador es una grandiosa experiencia de viajar sin apuros desde los maravillosos paisajes de los Andes hasta el Pacífico, atravesando vistas escenográficas y conociendo más a su gente y su cultura.

Este tren ofrece un maravilloso viaje de más de 450 kilómetros de longitud, que asciende por escarpadas geografías hasta alcanzar una altitud máxima de 3.600 metros sobre el nivel del mar, para luego descenderlos casi por completo. Durante la travesía, es posible cruzar por paisajes tan cautivantes como la Avenida de los Volcanes, la Nariz del Diablo y el Bosque Nublado – que se considera la división entre Sierra y Costa –.

Pero además, se trata de un tren muy pintoresco, que por tramos es impulsados por una histórica locomotora a vapor del siglo XX, permitiéndonos ver cómo era aquella forma de viajar. Y no hay que dejar de destacar que el viaje contempla además el contacto con comunidades indígenas, para que el viajero conozca su particular cultura milenaria.

El viaje cubre la ruta entre la capital Quito en plena zona andina, y la ciudad de Guayaquil, de gran importancia en Ecuador, y más cerca de la costa del Pacífico. En medio, atraviesa las verdes planicies del Parque Nacional Cotopaxi – nombrado así en honor a un imponente volcán –, también es posible divisar el famoso Chimborazo, el el volcán y montaña más alta de Ecuador y el punto más alejado del centro de la Tierra, es decir el punto más cercano al espacio exterior, por lo que poéticamente se lo llama “el punto más cercano al sol”.

Y desde luego, un plato fuerte del menú del Tren Crucero es atravesar la Nariz del Diablo, como se llama al accidente geográfico por el que se emprende un vertiginoso descenso de casi un kilómetro, zigzagueando por una escarpada ladera rocosa, un paso temerario pero imprescindible para descender hasta la costa.

El viaje dura en total cuatro días y tres noches, aunque claro que puede hacerse un tramo más reducido, pero de todas formas recomendamos emprender la aventura completa pues es realmente inolvidable.

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