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12 marzo 2010

Viaje al corazón de la selva

Los sonidos de los animales que se escuchan entre altísimas palmeras y cañaverales hacen que se avance por la maleza con una mezcla de temor y fascinación. Distintos senderos unen selvas, bosques y sabanas, que desembocan en un bellísimo estero. La voluptuosidad y la vida salvaje deslumbran de principio a fin en el Parque Nacional Mburucuyá, en el noroeste de la provincia de Corrientes. Se trata de uno de los más variados ecosistemas del país, ubicado a 150 km de Corrientes capital y cerca del gran corazón húmedo de la provincia: los Esteros del Iberá. Para visitar el parque Mburucuyá es necesario hacer base en la localidad homónima, distante a 11 km. Es un destino ideal para aventureros: hay que estar preparado para amigarse con ese clima cálido y húmedo y la ciudad cuenta solamente con hoteles pequeños, de categoría media.

Con acento danés

Las 17.680 hectáreas que conforman la reserva fueron donadas en 1991 a la Administración de Parques Nacionales por Troels Myndel Pedersen, dueño de la estancia Santa Teresa, en la localidad de Palmar Grande, a unos 10 km de Mburucuyá. Pedersen, quien es parte de la comunidad danesa que reside en Corrientes, heredó las tierras adquiridas por su padre, Nils Peter, quien había llegado al litoral argentino en 1928 para realizar inversiones. En 1945, Troels dejó su Dinamarca natal, colgó el título de abogado y se entregó a su mayor pasión: la botánica. Desde ese momento, comenzó a realizar estudios en la zona y se preocupó de preservar los ambientes naturales que se hallaban dentro de su propiedad. Gracias a su empeño, no se modificaron los bosques nativos ni los bellos palmares que cobijan la fauna silvestre.

La ruta provincial 86, que une las localidades de Mburucuyá y Palmar Grande, es la principal vía de acceso al parque, cuyo relieve se transforma casi abruptamente de acuerdo al camino que se tome. Tiene senderos peatonales señalizados y de fácil recorrido -lo recomendable es ir con un guía- y dos senderos vehiculares, que se suman a la ruta 86, que cruza el terreno de este a oeste: el Camino del Quebrachal, antiguo circuito delineado por los dueños de las estancias Santa Teresa y Santa María para acceder a la lomada situada entre las dos cañadas principales del predio, y los cortafuegos del palmar de yatay.

El sendero Cheroga, que abarca un recorrido de 2,5 km, fue abierto recientemente y se ingresa frente al centro de visitantes, sobre la ruta 86. Tiene dos metros de ancho y es una muestra de la extraordinaria vegetación del lugar, que reúne ejemplares del Chaco, del espinal mesopotámico y de la selva paranaense.

Cientos de ejemplares de quebracho blanco y colorado, viraró y urunday conforman un bosque cerrado. Algo que se mueve rápidamente entre los árboles nos sobresalta: es un gavilán de patas negras, que se desplaza entre las ramas con pequeños y ágiles saltitos. La presencia de los árboles se va haciendo rala y abre paso al monte hasta arribar a dos extensas lagunas, donde retozan cigüeñas y garzas.

Son los primeros espejos de agua que descubrimos en el parque, que cuenta con 111 lagunas circulares. A gran parte de ellas se accede por el sendero peatonal Aguará Popé, que se interna entre palmares jóvenes y montes de laurel. En la zona se pueden distinguir distintas comunidades acuáticas: la bandurria, el biguá y el curioso tuyuyú, son apenas algunas de las 291 clases de aves que habitan en Mburucuyá. Unas 29 especies de peces viven en los espejos de agua, aunque el rey indiscutido es el dorado. No hay como sentarse a la orilla de las lagunas y observar largamente los ritos de los pájaros. Quien tenga paciencia se llevará fotografías únicas. Pero a no distraerse: en las costas de lagunas, esteros y riachos suele haber yacarés negros y overos, quietos y asoleándose, que se mimetizan con el ambiente.

Un largo camino por el que hace muchos años circulaban vehículos llega hasta la zona donde aparecen pequeños esteros rodeados de vegetación selvática. Es el sendero del Potrero Seis y dominio de la curiyú, una corpulenta boa acuática que alcanza los 4 metros de longitud. Su porte nos prepara para aceptar con naturalidad la presencia de reptiles más pequeños, que veremos más adelante. Unas lomadas arenosas marcan un cambio abrupto en el paisaje, que ahora está dominado por tupidos quebrachales.

Explosión de colores

Alecrines y palmeras pindó, montes de laureles, eucaliptos y árboles frutales... La mezcla de perfumes de la naturaleza, con notas refrescantes y dulzonas, acompaña el recorrido. Será por la pureza del aire, de la que dan cuenta la gran cantidad de líquenes multicolores que cubren los troncos. El suelo ahora se presume llano debajo de un pastizal inundable de paja colorada por el que transitan ñandúes y capuchinos.

Al final del trayecto surge el estero de Santa Lucía, que desagua en el río Paraná. Hay un pequeño muelle desde el cual se aprecia una vista panorámica del extenso humedal y su intimidante fauna. Aquí abundan reptiles como la yarará chica, la culebra ñuazó (de intenso color verde y reflejos azulados) y el yacaré negro.

Al desandar el camino, un sendero de flores sorprende con atípicas formas y colores. Orquídeas blancas manchadas de violeta, citronellas que imitan la figura de una mariposa y la bella mburucuyá o flor de la pasión, que combina verde, blanco, azul y amarillo, forman un túnel cerrado que invita a descubrir nuevas imágenes de este paraje, tan bello como intimidante.

Cuba exigirá desde mayo un seguro médico a todos los turistas

A partir del próximo mes de mayo, quienes viajen a Cuba deberán contar con una póliza de Seguro Médico para ingresar al país, ya sea se trate de turistas extranjeros o de cubanos que viven fuera de la isla y viajen a sus tierras.

Sólo quedarán exentos de esta nueva norma los diplomáticos y los representantes de organizaciones internacionales acreditados en la isla.

Para cumplir el requisito para ingresar a Cuba, aseguradoras cubanas venderán las pólizas en los diferentes puntos de entrada al país. Asimismo, los seguros podrán contratarse con aseguradoras internacionales acreditadas en Cuba.

Al año, llegan a la isla unos 2,4 millones de viajeros, además de unos 300.00 cubanos que residen en otros países y van de visita.

10 marzo 2010

Turismo: El inglés que nadie te enseñó (y vas a necesitar)

Después de años de estudio metódico y sacrificado en la escuela o academia, te encuentras por fin en Londres (Nueva York, Manchester, Boston, da igual) y te das cuenta que con tu inglés… entiendes la mitad de lo que te dicen. Es que nadie te ha enseñado “como se habla en la calle”.

Hemos encontrado unos divertidos diccionarios bilingües (inglés-español español-inglés y también francés-español español-francés) con los aprenderás las palabras y expresiones más útiles y curiosas de la lengua coloquial, tanto del inglés británico como del americano y del francés.

Encontrarás en ellos todas aquellas expresiones que no son “políticamente correctas” pero que te serán de mucha utilidad para seguir una charla en la calle y evitar quedar colgado sin comprender lo que te dice ese colega en el bar, o el chiste del guía.

Todos los temas y frases colociales, con ejemplos extraídos de fuentes reales: series de tv, chats, películas, canciones y, sobre todo, de la calle.

Cuestan 9.90 euros cada uno y los pides directamente desde el sitio web de Pons Idiomas. Allí tambien encontrarás algunas audio guías cortas de distintos idiomas que pueden serte de ayuda.

Viajes: Zapala, cuevas, esquíes y minerales

Neuquén es una de las provincias más interesantes del país, en cada uno de sus rincones hay algo por descubrir, Zapala es la tercera ciudad más importante por encontrarse en el centro de la provincia es el centro de las comunicaciones. Está a más de 1000 metros de altura con la Cordillera del Chanchil predominando el paisaje.

El origen de su nombre no está claro pero se asocia al vocablo aborigen trapal que es el vegetal que crece cercano a los ojos de agua o según algunos historiadores, hace referencia a chapad la que significa “pantano muerto” o “muerto empantanado”.

En Zapala se puede notar la diferencia de climas y territorios, casi podrá pararse con un pie en el verde Alto Valle y con el otro en la amarillo verdoso de la estepa de la Patagonia. En esta meseta la vegetación es casi como la del desierto, es la antesala de la Cordillera de los Andes.

En el centro de la ciudad encontrará todas las comodidades para hacer de su estadía un placer. Para visitar tiene 2 Museos imperdibles, el Museo Municipal Etcheluz y Luis Monti donde podrá conocer como era Zapala en sus comienzos gracias a las fotografías donadas por los habitantes, objetos de uso cotidiano y profesional, armas, documentos y arte mapuche. También podrá consultar una biblioteca especializada.

El otro Museo es uno de los más importantes es América del Sur, es el Museo Mineralógico Profesor Olsacher; dedicado a las ciencias biológicas, en especial a los minerales y a la paleontología de Neuquén. Encontrará gran diversidad de minerales, piedras semi preciosas, invertebrados de la era Mesozoica inferior y del Holoceno, vertebrados y reptiles marinos de las mismas eras y una colección inigualable de paleobotánica.

A 20 kilómetros en la localidad de Mariano Moreno es donde se puede jugar con el paisaje verde del Valle y amarillo verdoso de la estepa. También está el curso de agua más cercano al centro de Zapala, el Arroyo Covunco, que durante el verano es ideal para pasar la tarde.

Para los que quedaron encantados con las visitas a los parques de dinosaurios, Zapala guarda en Las Lajas espectaculares sitios para practicar espeleología, con cavernas y cavidades naturales para los aventureros que están listos para más.

No puede irse de Zapala sin conocer el Parque de Nieve Primeros Pinos, si llega en invierno es ideal para aprender a esquiar, está en el cerro Quelli-Mahuida. Aquí también podrá disfrutar de alojamiento y restaurantes.

Viajes: Ahora, Google Earth no sólo nos traslada en el espacio, sino en el tiempo

Seguramente más de un ávido viajero sueña con la posibilidad de viajar en el tiempo además de en el espacio. Google Earth no cumple el deseo, pero se acerca un poco.

Es que la aplicación de Google que funciona como un mapamundi digital y nos permite ver imágenes satelitales de casi cualquier rincón del mundo, ahora nos deja ver cómo era ese mismo sitio unas cuantas décadas hacia atrás.

Es absolutamente interesante ver las imágenes no sólo de la actualidad, sino de cómo era una ciudad hace varias décadas, y mejor aún comparar ambas imágenes: la histórica y la actual. Es lo que hace posible el Google Earth en su versión 5.0.

Así, podemos ver un sector de la ciudad de San Francisco (EEUU) en 1946 y cómo es actualmente, tal como revela la fotografía.

En el vídeo, podemos acceder a un archivo de imágenes que da cuenta del entorno de la construcción del estadio Allianz Arena en Munich, Alemania. Es tan sólo una de las nuevas posibilidades de la aplicación.

09 marzo 2010

Viajes: Esa música de los valles

No en balde se ganó Tucumán, desde antiguo, el título de "Jardín de la República". Su reducida geografía -en la que todo queda cerca- reúne fértiles llanuras, donde verdes mares de caña de azúcar suceden a doradas huertas de limoneros, con montañas que lucen a lo lejos de un plácido azul que se revela intrincada nuboselva al treparlas. Y, detrás de ellas, luminosos valles de altura cercados por cumbres vertiginosas que custodian vestigios de las más antiguas culturas indígenas del país. Tan contrastantes paisajes rodean a la más populosa ciudad del norte argentino, centro geopolítico, económico y cultural de la región.

San Miguel de Tucumán

Para el visitante, la capital provincial es, ante todo, una ciudad histórica en la que han tenido lugar hechos decisivos de la vida nacional, y que guarda orgullosa el recuerdo de ellos en sus monumentos y museos. El más importante es, desde luego, el Museo Histórico Casa de la Independencia, el reconstruido sitio donde, en 1816, un soberano Congreso General Constituyente declaró a las Provincias Unidas de Sudamérica "una nación libre e independiente".

Allí desemboca el Paseo de la Independencia, un recorrido urbano de tres o cuatro cuadras que nace en la Plaza Independencia. Es la principal de la ciudad y en su centro se erige una estatua de la Libertad tallada en mármol por Lola Mora. Alrededor hay edificios significativos como la Casa de Gobierno, la iglesia y convento de San Francisco, la Casa Padilla, el Jockey Club, la Casa Nougués, el Palacio de Hacienda, la Casa Rougés y la iglesia Catedral, inaugurada en 1856 y en la que puede verse la Cruz de la Primera Fundación de San Miguel.

El paseo sigue por calle 24 de Setiembre hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, monumento nacional donde se conserva el bastón de mando que Manuel Belgrano usó en la Batalla de Tucumán (1812) y entregó luego a la Virgen en agradecimiento por el triunfo patriota sobre los realistas.

Por calle Congreso se pasa por la Casa de Nicolás Avellaneda, que alberga hoy el Museo Histórico Provincial y el Museo de Arte Sacro para llegar a la cuadra de la Casa de la Independencia, en cuyas esquinas hay dos plazoletas. Una, llamada de los Congresales, es ocupada por artesanos. La otra es un amplio espacio, con paneles que digraman una línea del tiempo que sitúa 1816 en el devenir histórico previo y posterior, y que sirve de escenario, además, de una recreación teatral de la vida cotidiana de Tucumán en la época de la Independencia.

La ciudad posee varios otros lugares llenos de historia, como el Parque 9 de Julio, inaugurado en el Centenario de la Independencia, donde se mantiene en pie la casa del obispo Colombres, congresal de 1816 y fundador de la industria azucarera. Y exhibe además una potente vida cultural en torno a las actividades de las cuatro universidades locales, los cuerpos artísticos estables (orquestas, cuerpos de teatro, ballets), los teatros y salas de exposición de la provincia, de la Municipalidad y de la Universidad Nacional de Tucumán, y los grupos independientes. La oferta gastronómica va desde los platos típicos locales hasta distintas variedades de la cocina internacional. Es notable también la intensidad de la vida nocturna.

Circuito de las Yungas

Algunas de las mayores bellezas naturales que ofrece Tucumán están apenas a un paso de la ciudad.

Tal es el caso del dique El Cadillal, un enorme espejo de agua encajado entre cerros, a sólo 25 kilómetros al nordeste, donde es posible bañarse, navegar y practicar deportes acuáticos. En el lugar se puede acampar, hay una confitería y funciona un Museo Arqueológico provincial. Además, está prevista la inauguración próxima de una aerosilla.

Al doble de distancia, en dirección noroeste, a 1.100 metros y atravesada por un río, está la villa turística de Raco, el lugar que Atahualpa Yupanqui eligió para vivir varios años de su juventud y donde se levanta un monumento en su memoria. Un poco más adelante, por el mismo camino, está El Siambón, donde se erige un monasterio benedictino. Los monjes se dedican a la agricultura, la apicultura y la ganadería y son muy apreciados la miel y los dulces que producen y venden.

San Javier está al oeste de la capital, a sólo 25 km, sobre la sierra del mismo nombre dominada por un Cristo bendicente de 28 metros de altura, a la que se trepa por un camino de cornisa que serpentea por la selva. Hay hosterías y restaurantes. La vista de la ciudad abajo es magnífica. Sobre el mismo cerro, hacia el sur, está Villa Nougués, otrora lugar de residencia de las familias más aristocráticas de la provincia, que se caracteriza por sus espléndidas mansiones de estilo normando. Posee la cancha de golf más alta del país.

Valles Calchaquíes

Detrás de la sierra de San Javier y de los cerros del Aconquija, a unos 2.000 metros de altura, está Tafí del Valle, puerta de entrada a los Valles Calchaquíes, que continúan en su parte tucumana (tienen también su parte salteña) en Amaicha del Valle, Quilmes y Colalao del Valle.

A Tafí se llega yendo primero hacia el sur por la ruta nacional 38 hasta Acheral y luego hacia el oeste por la provincial 307, que es un camino de cornisa que bordea la quebrada del río Los Sosa. Son en total 107 kilómetros.

Antes de Tafí está el pueblo de El Mollar, donde han sido reunidos en un parque más de un centenar de los singulares menhires (grande piedras alargadas de hasta 3 metros de altura, en algunos casos labradas y pintadas) que en el pasado estuvieron repartidos por toda la zona y que fueron levantados hace unos 2.000 años por la cultura más antigua que habitó el territoria argentino.

El Mollar está separado de Tafí del Valle por el lago del dique La Angostura, en el cual se pesca pejerrey y se practican deportes náuticos. Tanto en uno como en otro pueblo hay una variada hotelería y sitios de camping. Hay turismo de estancia y circuitos de excursiones de aventura que ascienden a las altas cumbres o van más allá, hasta lugares como Chasquivil, Anfama y Mala-Mala.

El producto típico de Tafí son los quesos, famosos desde el siglo XIX por su sabor único, que algunos comparan al Cantal francés.

Unos 60 km más adelante, por la misma ruta, y luego de trasponer el Abra de El Infiernillo, a unos 3.000 metros de altura y volver a bajar a los 2.000, se descubre un paisaje distinto -más árido, rara vez llueve. Estamos en Amaicha del Valle, pueblo de comuneros indígenas célebre por su Fiesta de la Pachamama (Madre Tierra) que coincide con el Carnaval, a la que asisten miles de personas de todo el mundo.

Un poco más al norte, a 20 km por la provincial 357 y la nacional 40, están las Ruinas de Quilmes, un impactante rastro de lo que fueron las culturas originarias de la región. Allí, encaramada en las estribaciones del cerro Alto del Rey, se reconstruyó lo que fue la fortaleza de una gran poblada y centro de la mayor resistencia indígena al colonizador español en toda América durante las Guerras Calchaquíes del siglo XVII.

Tras la rendición del baluarte, en 1666, los quilmes fueron desterrados, obligados a caminar hasta cerca de la ciudad de Buenas Aires, donde se los confinó en una reducción. De allí el nombre de la actual localidad bonaerense.

Siguiendo hacia el norte por la nacional 40, a la vera del río Santa María o Yokavil, está el pueblo de Colalao del Valle, donde hay hosterías y pensiones. Los productos locales son la nuez, los dulces, el vino patero y el aguardiente. A 8 km, hacia el oeste, se halla el caserío de El Pichao y, junto a él, otro grandioso monumento de las antiguas culturas precolombinas: las Ruinas de Condorhuasi.

Colalao y los caseríos de la zona son habitados por la Comunidad India de Quilmes, que mantiene su organización ancestral en comunidades de base, un consejo de ancianos y una jefatura que ejerce un cacique elegido periódicamente.

Lo dicho: más que bien merecido tiene Tucumán el título de "Jardín de la República". Aquí el viajero percibirá los perfumes y los ecos de un paisaje mágico, impregnado de historia, que nunca termina de asombrarlo.


Grandes veleros históricos en Buenos Aires

Los viajeros que se encuentren hasta el martes día 9 de marzo en Buenos Aires no pueden perderse la oportunidad única de visitar muchos de los grandes veleros escuela más importantes del mundo.

El 31 de enero de 2010, en la ciudad de Río de Janeiro, comenzó la regata de la amistad “Velas de Sudamérica” que es una de las actividades que conmemora el 200 aniversario de Argentina como nación independiente. La amistosa competición finalizará en Veracruz a fines de junio de este mismo año.

Aproveché la tarde de ayer para recorrer algunas de estas majestuosas e históricas embarcaciones. Caminar sobre la cubierta de estos enormes veleros es una experiencia que nos transporta en el tiempo. Uno puede imaginar con facilidad lo que supondrá el viajar despacio, tan solo mecido por las aguas del océano y empujado por las fuerza volátil del viento.

Se pueden visitar por ejemplo la fragata “Libertad” y “Bernardo Houssay” de Argentina, “Juan Sebastián Elcano” de España, “Cisne Blanco” de Brasil, “Gloria” de Colombia, “Sagres” de Portugal, ...

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