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04 enero 2009

Brasil: Todas las formas del agua

Cascadas, ríos artificiales, toboganes, una piletas con olas, baldes gigantes que arrojan litros y litros de agua. Adrenalina en su extremo máximo, por un lado; paseos relajantes por otro. Así de variado y hasta exótico por momentos, es el parque acuático más grande de América Latina. Y si es "o mais grande", lógicamente no puede estar en otro lado sino en Brasil. Se trata de Beach Park, un parque y complejo turístico ubicado a 22 km de Fortaleza, en el estado de Ceará. Abrazado por playas de arenas blancas, tupidas palmeras y frutas tropicales, el paisaje invita al descanso y la diversión.

Un combo perfecto para lograr el desenchufe. El nombre de la ruta que se toma desde el aeropuerto de Fortaleza para llegar al parque ya anticipa el clima: es la Ruta del Sol Naciente escondida entre dunas que le dan justamente el nombre a la playa Porto Das Dunas. La situación privilegiada de estar a pasitos del Ecuador hace que ahí se acumulen 2.800 horas de sol al año y reine una temperatura media de 28°, la misma del mar. Es un lugar donde el invierno resulta desconocido y el visitante tendrá que acostumbrarse a que el día arranca muy temprano. Los primeros rayos del sol asoman poco antes de las seis de la mañana. Y sin titubeos ese mismo sol se desploma en el horizante a la misma hora de la tarde. Por eso, los juegos de agua son la mejor alternativa.

Una fotito de cada visitante que queda registrada en una computadora, un pase por el molinete y a disfrutar del Beach Park.

Mojados hasta el alma

Si Walt Disney hubiera sido brasileño, Beach Park hubiera sido un invento suyo. Por muchas razones, pero sobre todo porque la fantasía aquí no da respiro. Todo comenzó como un restaurante de playa en 1985 y en 1988 se sumaron tres toboganes de agua, empezando a esbozarse lo que hoy es este gran parque de 170 mil m2, 8,5 millones de metros cúbicos de agua en movimiento y 78 juegos para todas las edades. Y no importa desde dónde se comience, rápidamente llega el chapuzón y la diversión.

Lo más importante es leer atentamente las indicaciones para elegir los juegos. Algunos son exclusivamente para adultos, otros sólo para los más chiquitos y un tercer grupo, para que lo comparta toda la familia.

El ejemplo de adrenalina pura es el "Insano". ¿Por qué ese nombre? Dos números lo explican: el visitante se lanza en caída libre desde 41 metros y a 105 km por hora. Los que se animan al desafío, que integra el libro de los récords Guiness, deben comprar la remera de recuerdo: "Yo sobreviví al Insano", (33 reales) para sellar en la memoria esos cinco segundos en que uno cae desde una altura equivalente a 14 pisos y se sumerge de un chapuzón en una piscina azul profundo.

Pero la emoción sin límites también puede vivirse de a dos y en gomón, en el "Kalafrio". Desde unos 11 metros se lanza a un pista en la que los valientes se quedan a una inclinación de 90 grados como en una rampa de skate y se desliza vertiginosamente para sacudirse a 22 kilómetros por hora. Otra opción es "Sarcófago", un tobogán por el que uno se lanza a oscuras, a 80 km por hora. Algunos admiten que abren los ojos recién al final del recorrido.

Los aventureros a toda prueba tienen además dos toboganes de 23 metros de alto para deslizarse por "La Esfinge" para terminar en un tanque de agua después de viajar a 60 km por hora.

El gran baldazo

Existen además juegos para que disfruten grandes y chicos juntos. Por ejemplo, el "Atlantis", con gomones para tres en pista ondulada, o el "Hupa & Hopa", unos tubos de emociones rápidas y con curvas para terminar despatarrados en el agua. Los más chiquitos también tienen lo suyo: la "Isla del tesoro" es uno de sus patrimonios, con barco pirata incluido, fuerte y artillería de agua; el "Arca de Noé", donde aparecen las rampas con motivos de animales, cascadas y piletas de no más de 80 centímetros; el "Pórtico de la Atlántida", para tomar un baño relajante y jugar entre estatuas clásicas y gruesas columnas.

Para un poquito más grandes, el catálogo presenta atracciones como "La Corriente Encantada", que consiste en un viaje de 300 metros durante un recorrido de 7 minutos por un río artificial en cómodos gomones. Otra propuesta es "Maremoto", la mayor piscina de ondas de América Latina, en la que uno se zambulle en 3 millones de litros de agua en movimiento.

Pero la diversión más simple y absoluta es el impresionante Acqua Show con plataformas de altura desde las que los cañones disparan agua. La estrella en este juego es el balde de 1.800 litros. Irresistible no ponerse allí abajo y esperar la ducha refrescante de ese inolvidable baldazo.

La felicidad, ahora

Cuando el sol cae, el parque cierra. La actividad se traslada entonces de la playa y el parque a los complejos hoteleros que bordean al mismo Parque. Se trata del Beach Park Suites Resort y del recientemente inaugurado Acqua Resort, sumando más de 10 mil m2 de hoteles estacionados a metros de la orilla. Todos tienen sus propias piscinas con bares para beber y seguir jugando si es que quedan energías. El atardecer es ideal para un paseo en buggy o caminatas a lo largo de las extensas playas. A las siete, la oscuridad es total. El equipo de entretenimiento de los dos resorts siempre tendrá alguna actividad para los más chicos. En Beach Park, en Fortaleza, no hay tiempo para el aburrimiento. Y eso lo resume el lema del Parque: "La onda es ser feliz ahora".

Argentina: Pinamar, la magia del bosque


Levantar "una ciudad jardín, en forma irregular, siguiendo los desniveles del terreno". Así soñó Jorge Bunge a Pinamar hace más de sesenta años, y con constancia y decisión, el arquitecto se lanzó a fijar los médanos que lo conmovieron desde un primer momento y que formaban una indómita barrera con el mar. Los recuerdos fluyen, inevitablemente, para Elsa Shaw de Canale, nieta de Bunge y orgullosa testigo de la concreción de aquellos "conceptos urbanísticos y ecologistas muy avanzados para la época".

Debe ser extraño haber crecido entre dunas móviles, aliadas con el viento, y recorrer hoy esta ciudad totalmente forestada y con una infraestructura en la que predominan verdaderas mansiones.

Con sus 22 km de playas -que incluyen a los balnearios cercanos de Cariló, Valeria del Mar y Ostende-, Pinamar es un clásico de los veranos e intenta consolidarse, en forma paulatina, como un destino para visitar durante todo el año. Para ello, juegan a su favor los 360 km que la separan de Buenos Aires y un calendario de eventos siempre en crecimiento.

Además de sus bosques frondosos de pinos, sus senderos ondulantes y sus singulares cul de sac (calles sin salida), Pinamar se distingue por las múltiples opciones que brinda para la práctica de deportes. Los visitantes alternan entre el tenis (la ciudad cuenta hasta con una cancha de césped) y los deportes acuáticos en la zona de La Frontera, como el kitesurf, el windsurf y las motos de agua.

En las tardes calurosas de sol, muchos eligen realizar una cabalgata o andar en bicicleta o en cuatriciclo entre las calles de arena reparadas por la sombra de los árboles. En cambio, quienes se dirigen a los altos médanos pueden practicar sandboard o bajar en su 4x4 a la playa de El Límite.

La pesca es una actividad tradicional en Pinamar y el Club de Pesca, fundado en 1950, es una de las instituciones pioneras. Sin embargo, hay dos deportes que tienen un gran protagonismo: el polo y el golf. Para los fanáticos de este último, hay torneos a diario en Links Pinamar, un complejo con 18 hoyos y profesionales que se dedican a la enseñanza. Y cerca de allí, se encuentra la cancha chica para los principiantes.

Los amantes del mundo hípico se concentran en La Herradura. Es un predio de 110 hectáreas al noroeste, con dos canchas de polo y de tenis, cancha de fútbol, dos jaulas de golf, club house, piscina, centro hípico y caballerizas. Con un lago artificial de 7 mil m2, se accede por el nuevo Camino Parque y cuenta con un restó y escuela de ponys, salto y equitación. Además se organizan cabalgatas guiadas y en la temporada funciona la escuela de polo. Hay torneos y competencias todo el verano.

Para la temporada 2009, el calendario de eventos incluye: deporte en la playa (caminatas para abuelos, aerobics y juegos), fútbol de famosos, beach vóley, handbol de playa, torneo de fútbol y tocata de rugby. El 18/1 será la Maratón del Desierto y el 24/1, la Reebok. Se suman variadas muestras de arte, presentaciones de libros (estarán Felipe Pigna y Federico Andahazi, entre otros), espectáculos teatrales ("Confesiones de mujeres de 30", "El diario privado de Adán y Eva" y El mago Emanuel, por ejemplo) y musicales (el Festival de Jazz, del 17 al 25/1).

Según la Dirección de Turismo, la estadía promedio de los visitantes a Pinamar fue de 11 días en 2008, con gran afluencia en los fines de semana, y se cree que esta tendencia seguirá en la temporada que acaba de comenzar. Es que la gente que elige Pinamar siente por algún motivo la necesidad de volver, de la mano de una fuerte sensación de "pertenencia". En los últimos años ha crecido mucho Cariló, combinando mar y bosque con un animado centro comercial. Junto a Pinamar, son las opciones más exclusivas de la zona, y la sensación es que todos han estado aquí alguna vez y, por ende, se conocen.
Ciudad del arte

El vínculo de Pinamar con el arte tiene numerosos ejemplos: en primer lugar, noviembre quedó instaurado como el Mes de la Música, con la organización de Cristian Siste. El Festival cumplió 4 ediciones y aúna en un espacio abierto y gratuito a todos los géneros musicales. A su vez, hay tradiciones que se mantienen, como la curiosa cacería del zorro (un jinete lleva una cola de zorro y otros 50 lo siguen sorteando obstáculos), a cargo del Círculo Argentino de Cacerías Hípicas.

Mientras se organiza Pantalla Pinamar 2009 -encuentro de cine que se llevará a cabo del 7 al 14 de marzo-, siguen creciendo otros proyectos culturales. Es el caso de El Ojo de las Artes, un multiespacio donde arte, stand up, teatro y música son bienvenidos. También ha surgido Pinamar+Arte o "una propuesta de ciudad", como prefiere definir el proyecto Flavio Di Francesco. Y galerías, como Hoy en el Arte y Altera (esta última, creación de Clorindo Testa). Por supuesto, las propuestas no se agotan aquí, ya que siguen creciendo cada día. Como Pinamar.

27 diciembre 2008

¿Sera mas barato viajar en 2009?

Con el barril de petróleo en la banda de 30 a 40 dólares, y una recesión económica que ha impactado severamente en la demanda de productos y servicios en muchos países desarrollados, parece bastante poco arriesgado suponer que en 2009 enfrentaron costos de viajes menores a los de 2008. En particular, la segunda mitad de este año ha sido muy difícil, con los pasajes de avión a valores que no se veían desde hace bastante tiempo.

Como consumidores, desde ya nos importa que ciertos precios bajen. Pero los más interesados en el tema de los costos son las empresas, que enfrentaban costos cada vez más altos en el tema de los viajes de negocios. Y a eso había que agregarle un constante aumento de los precios de los hoteles de más estrellas en las ciudades donde se hacen los negocios más importantes.

El año que viene, muy probablemente, no nos asustemos tanto con los precios de las tarifas aéreas o de la hotelería. Pero para la industria turística habrá muchas preocupaciones. Tras varios años de performance muy buena de los números del turismo mundial, en 2009 el crecimiento seguramente será sustancialmente menor. En particular, en la primera mitad del año que viene.

En América Latina, en particular, la industria podía lucir muy buenos números de crecimiento de la llegada de turistas internacionales. Y aunque los números definitivos de 2008 recién estarán para dentro de un mes y medio, lo que más interesará ver es la diferencia en las estadísticas entre la primera y la segunda mitad de 2008. Pero para eso hay que esperar un poco más.

Via: blogdeviajes

Argentina: Los tesoros secretos de la Cordillera

Allí donde la provincia de La Rioja se empieza a mezclar con suelo chileno, en plena Cordillera de los Andes, hay un paraíso semioculto: la reserva Laguna Brava, creada en 1980 para preservar comunidades de vicuñas, flamencos y guanacos que, por la caza furtiva, estaban al borde de la desaparición. A 450 km al oeste de la capital riojana, la reserva tiene 5.000 hectáreas, y su nombre es el mismo que el de la mayor laguna de la región, con una superficie de 17 km de largo por 4 de ancho. La reserva abarca también lagunas menores que se forman en época de deshielos.


Tan deslumbrante como la meta final de este viaje es el camino hacia ella. Vamos por la Ruta provincial 26 -que cruza la Cordillera- hacia el paso internacional Pircas Negras. Dejando atrás el pueblo de Vinchina, una huella de tierra que se puede transitar con autos comunes asciende por la Quebrada de La Troya. Este pintoresco camino de cornisa, de unos 7 km, desemboca en el último pueblo antes de ingresar en la inmensidad de los Andes. Su nombre es Alto Jagüé, y su calle principal -que en verano, con los deshielos, se convierte en un río- es una huella profunda entre dos barrancos de tierra sobre los que se asienta un caserío. Las casas son de adobe, y sus pequeñas puertas y ventanas de madera, suelen permanecer herméticamente cerradas. Desde el destacamento de Guardafaunas, sale entusiasmado uno de los baqueanos que, por su conocimiento de la zona, registran el ingreso de turistas a la reserva y los acompañan en la travesía.

Desde Alto Jagüé el camino continúa por la Quebrada Santo Domingo, con suaves lomadas que, por los minerales del suelo, parecen recubiertas de terciopelos azules, verdes, violetas y anaranjados. La quietud de piedra de estos parajes desérticos se interrumpe cada tanto con la grácil carrera de guanacos y vicuñas.

La siguiente cuesta es la "Quebrada del Peñón", llamada así por las salientes rocosas en las montañas. Por la ventanilla desfilan enormes piedras que el sol pinta de dorado cuando de pronto, a la orilla de la ruta, vemos una curiosa construcción circular de piedra y argamasa (mezcla de cal y tierra) de 5 m de diámetro por 3,5 de alto. Su arquitectura -similar a la de un iglú- termina en una cúpula con una pequeña abertura en la parte superior. Es uno de los 13 refugios construidos en la zona entre 1864 y 1873 para alojar a los arrieros que conducían ganado a Chile durante la guerra de ese país contra Perú y Bolivia.

El ascenso continúa hasta los 4.000 metros de altura, cuando se abandona el camino principal para avanzar por una huella de ripio sobre las lomadas. Al acercarnos al centro del valle, aparece una laguna ovalada rodeada por majestuosos picos (el Veladero, el Bonete Chico y el Pissis, el segundo más alto de América). Un viento helado sacude sin pausa la escasa vegetación, compuesta por molles y coirones secos de color dorado. La serenidad inmóvil del ambiente se rompe cuando un centenar de flamencos rosados extiende sus alas y levanta vuelo. El paisaje despliega tanta belleza que, si el viaje terminara aquí, ya nos daríamos por satisfechos.

Cerca del cielo

Pero ascender al cráter Corona del Inca es un anhelo de todo apasionado del turismo aventura. Es la cima de una antigua montaña que, por la actividad volcánica, se desplomó sobre sí misma, formando un hueco de 5 km de diámetro. El fenómeno creó una especie de anillo, y el agua del deshielo de los penitentes -filosos montículos de hielo- se depositó en el centro, formando una laguna de aguas azul zafiro de 2 km de largo por 1 de ancho, y 350 metros de profundidad.

La excursión es una extenuante travesía que comienza cerca de la Laguna Brava, a través de Pampa del Veladero, un campo con arena volcánica. A la derecha del camino aparece de repente la postal más asombrosa: en una extensa ladera se levantan miles de penitentes que, pese a las temperaturas de la época, mantienen su helada forma puntiaguda.

Es entonces cuando comienza la ascensión más exigente: el único lugar para avanzar es el lecho del río Veladero, de poco caudal. Más adelante lo abandonamos para hacer un desvío de unos 500 metros, y tras la ventanilla aparece la cima de un gigantesco cordón montañoso. Los cerros Veladero y Bonete vigilan el valle, y varios grupos de penitentes se dispersan de manera espaciada.

De pronto, se ve de frente la cumbre nevada del cerro Pissis, que con sus imponentes 6.882 metros, eclipsa a sus vecinos. El GPS marca 5.500 metros sobre el nivel del mar cuando, finalmente, aparece la cumbre del Corona del Inca. En medio del resplandor blanquecino de los glaciares, que forman una especie de "corona de hielo", se despliega una laguna azul profundo. Su transparencia perfecta, y la blancura de la nieve que la rodea, crean un mundo de aura límpida y virginal. La sensación es la de haber llegado al núcleo mismo de un infierno extinguido, donde reina la paz más absoluta del universo.

Por América Latina, en ómnibus

Imagínese un pase que le permita a los turistas movilizarse en ómnibus por las distintas regiones de la Argentina y alcanzar varias ciudades en países como Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Perú.

Con el antecedente del europeo Euroline -también un pase para viajar en ómnibus- o el famoso Eurail Pass -para trenes-, ya funciona en parte de América Latina el South Pass / Argentina By Bus. El objetivo principal es, claro, facilitar e incentivar los viajes de los turistas extranjeros en ómnibus. De la mano del Grupo Plaza, este pase abre las puertas a más de mil salidas diarias hacia unas 260 ciudades de los siete países ya mencionados.

"Tratamos de crear un producto bien flexible. Justamente, la gran ventaja de este pase es que no posee límite en el kilometraje a recorrer y se puede adquirir tanto en el exterior como en la Argentina, a través de agencias, de la Web o por vía telefónica", explica Marcos Sydor, director del South Pass.

Entre otras facilidades, el pase -por ahora destinado a extranjeros y argentinos residentes en el exterior- habilita a su portador a utilizar, por ejemplo, el recién inaugurado salón VIP de la terminal de ómnibus de Retiro.
A rodar

El funcionamiento de este sistema parece sencillo e ideal para aquel turista que viene a la región por más de 12 o 15 días y con el plan de recorrer varios lugares. El ahorro que implica la compra del South Pass dependerá de los viajes y los destinos que el pasajero planee hacer.

En principio, el viajero debe comprar el pase seleccionando la cantidad de días (corridos) durante los cuales hará uso del mismo (10, 14, 21, 30, 60 o 90 días) y según la categoría que le corresponda: Joven (hasta 25 años inclusive), Adulto, Familiar (2 mayores con un menor) y Adulto Mayor (para quienes tienen más de 60 años). El pase de 10 días para Adulto, por ejemplo, cuesta 160 dólares, y el de 21 días, 286 dólares; mientras que los que están dirigidos a los menores de 25, cuestan 120 dólares y 214 dólares por la misma cantidad de días.

El único requisito para el portador del South Pass es que antes de iniciar cada viaje, debe hacer la reserva para el destino y horario deseado -vale lo mismo para un servicio cama o semicama- y retirar el pasaje en las boleterías de las terminales de ómnibus donde se encuentre. Sin tener el pasaje en mano no se puede abordar un ómnibus.

Por otro lado, la planificación de los recorridos está, lógicamente, sujeta al mapa de rutas que cubre la empresa Grupo Plaza junto con otras empresas asociadas. De hecho en la web www.argentinabybus.com.ar que estará renovada y completa para los primeros días de enero- el viajero puede obtener el mapa y los destinos que puede alcanzar con su pase. "La idea es poder ayudar al viajero, desde la Web, para que pueda organizar su circuito, su viaje, a partir de las conexiones que le ofrece esta red", agrega Sydor.

Si bien el South Pass fue pensado para incentivar el turismo receptivo, no se descarta que una vez que su funcionamiento esté asentado, el programa se extienda también a los viajeros argentinos.

20 diciembre 2008

Peru: Iquitos la ciudad más exóticas de todo Latinoamérica.

Iquitos estás considerada una de las ciudades más exóticas de todo Latinoamérica. Situada a unos 1.000 kilómetros de Lima, en Perú, en el área del Amazonas nororiental, Iquitos es ideal para las personas que quieran explorar la naturaleza virgen de la jungla, aprovechando los numerosos albergues que existen en plena selva y muy cerca de la ciudad.

Iquitos es el lugar ideal además para los turistas y viajeros que se animen a adentrarse en zonas de selva resguardadas como parques y reservas, donde existen aún lugares por descubrir y que jamás fueron explorados. La ciudad, es una curiosidad en sí misma: aislada por la densidad impenetrable de la selva, Iquitos es accesible sólo por vía fluvial o aérea, encontrándose al margen del río Amazonas, en la región de Loreto. El aspecto de la ciudad, en su mayor parte, es el de una aldea, poblada por la tribu de los Iquitos, de quienes la ciudad tomó finalmente el nombre al ser fundada en sintonía con la fiebre del oro y porteriormente, el furor del caucho.

Fue durante los años dorados entre los años de 1880 y 1912, que Iquitos vivió su época de máximo desarrollo y esplendor. La ciudad vivió mirando a Europa y alejada de la propia ciudad de Lima, a tal punto, que se importaron mansiones con materiales traídos del viejo mundo, incluyendo una casa diseñada por Gustave Eiffel que se puede observar en la actualidad en la Plaza de Armas. La Plaza es el eje de la vida social de la ciudad, que cuenta con curiosidades como las casas flotantes junto al río, todo un emblema de Iquitos, en el llamado barrio de Belen.

En la actualidad, Iquitos es la ciudad más importante junto al Amazonas en Perú. Cuenta con varios atractivos, pero para muchos, el especial interés por llegar a Iquitos se centra en su cercanía con zonas selváticas para explorar y disfrutar con el ecoturismo. La selva no sólo puede visitarse, sino también, vivirla en primera en persona en los albergues o lodges cercanos a las reservas naturales. Es posible internarse en el Amazonas en barcos de excursiones, o contratar guías para explorar zonas poco accesibles. Iquitos es una ciudad de poco desarrollo, e incluso muy pobre en muchas de sus zonas. Sin embargo, es una de las formas más recomendables de conocer una de las tantas caras del exuberante amazonas y su selva.

Isla de Pascua: maravilla de Chile.

Es una isla de Chile, pero está situada en Polinesia. Isla de Pascua es una de las más remotas porciones de tierra en el Océano Pacífico, y también una de las regiones más misteriosas. Isla de Pascua también se conoce como Rapa Nui, en el idioma original de los nativos de la isla, el pueblo rapanui. La isla de Pascua es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Chile, gracias a la fama global de sus moáis, las esculturas gigantes que custodian la isla como si fuera un enorme museo a cielo abierto.

La isla de Pascua, está situada a 3.526 kilómetros de distancia del continente americano, aunque mucho más cercana, están las islas Sala y Gómez, el punto más oriental de Oceanía. De origen volcánico, la Isla de Pascua es el resultado de la erupción de tres volcanes submarinos que emergieron a superficie hace más de tres millones y medio de años. Los tres volcanes al elevarse, conformaron una isla de forma triangular con un volcán en cada uno de los vértices. El volcán Maunga Terevaka, con 539 metros sobre el nivel del mar, es el más alto de la isla.

De un aspecto virtualmente deforestado, en donde un antiguo bosque originario ha desaparecido por completo a lo largo de miles de años, en la Isla de Pascua apenas hay unos pocos árboles y un paisaje ondulado de costas abruptas bajo un clima tropical de gran influencia oceánica. La isla, apenas poblada, varía permanentemente su cifra gracias a la llegada de turistas. El principal centro poblado se encuentra en Hanga Roa. La única ruta de vuelo que conecta con la Isla de Pascua a diario proviene de Santiago de Chile, la capital del país.


La isla de Pascua, con sus playas desiertas y los gigantescos moáis dispersos y agrupados en sectores de la isla, fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1995. Las estadías en la isla, permiten realizar excursiones de exploración y jornadas de sol y playa. El principal evento de la isla, es la fiesta de Tapati, durante la primera quincena de febrero. En el festival de Tapati se realizan rituales ancestrales, además de competencias tradicionales de gran atractivo. La isla de Pascua, marcada por la cultura y tradiciones de los rapanui, es sin dudas un destino que deja marcado a cada visitante.

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