Se trata de un espacio rectangular de 341 hectáreas ubicado en pleno Manhattan, limitando al oeste con la famosa Quinta Avenida, una de las calles más distinguidas de Nueva York. Si bien en el Central Park predominan los espacios verdes, los jardines y los céspedes, donde los turistas aprovechan para recostarse y relajarse mirando el cielo, también el hombre ha puesto su mano para crear lagos y lagunas artificiales, una fantástica pista de patinaje sobre hielo y áreas especiales para practicar actividades deportivas.
También hay espacio para los monumentos en el Central Park. Uno de los más imponentes es el Castillo Belvedere, una construcción de la época victoriana donde actualmente funciona el observatorio meteorológico de Nueva York. La imagen de este castillo sobre el largo es una de las mejores postales que se puede apreciar desde el parque. Otro monumento destacado a la altura de la 72th Street, frente al Edificio Dakota, es el Strawberry Fields en homenaje a John Lennon, el ícono de Los Beatles, asesinado hace casi 30 años cerca de esa parte de la ciudad.
Los deportistas también tienen su rincón en el parque. Desde los principiantes que salen a correr para bajar sus kilitos de más hasta corredores, ciclistas y patinadores profesionales se ejercitan en los espacios del Central Park. De hecho, allí se organizan carreras y la Maratón de Nueva York finaliza en ese lugar, además de espectáculos, obras de teatro y conciertos.
Por último, y si eres amante de los animales, te encantará saber que el Central Park es el hogar de muchísimas especies. Podrás encontrarte con simpáticas ardillas, conejos, pájaros, peces, tortugas, ranas y otros animales.
¿No te han dado ganas de visitar Central Park?