Los viajeros no tan friolentos pero muy amantes del trekking tienen una aventura en el fin del mundo que no se pueden perder. En el sur de Chile se encuentran las majestuosas y soberbias Torres del Paine. Aunque pareciera que los glaciares que rodean este parque intentarán esconderlo, miles de turistas del mundo entero llegan hasta Puerto Natales para emprender los circuitos de senderismo.
Antes de iniciar la caminata es recomendable presenciar una charla por los guardaparques en Puerto Natales, un pintoresco pueblo que sirve de antesala ideal para todo el paisaje que nos deslumbrará. Luego, es importante decidir cuánto durará nuestra estadía. Por suerte, hay circuitos para todos, para aquellos que se quieren quedar pocos o muchos días pero también pocas horas. Sin duda, el recorrido más famoso es aquel que tiene forma de W.
Sin importar cuánto tiempo estaremos, hay algunos atractivos que siguen siendo imperdibles. Empecemos por el más conocido, el Cuerno de Paine, uno de los más visitados no sólo por la imponente belleza de su paisaje sino porque, si tenemos suerte, podremos ver cóndores volando a su alrededor. Otro que no nos podemos perder es el llamado Valle del Francés.
Nos resultará tan sorprendente como tenebroso, como las clásicas películas de terror allí la niebla se vuelve moneda corriente. En el Lago Grey se puede navegar siempre con ayuda de un guía porque los bloques de hielo desprendido suelen jugar a los autitos chocadores entre sí. Sin embargo, para llegar a ese maravilloso espejo patagónico, tenemos que ser valientes y no mirar para abajo para cruzar con éxito un vertiginoso puente colgante.
El Parque Torres de Paine ofrece refugios a lo largo de todos sus senderos además de información y guarderías, las cuales en general se encuentran cerca de cada laguna, en donde se pueden recuperar fuerzas, tomar un pequeño descanso o pedir ayuda en caso de cualquier inconveniente.
Ya no tenemos excusas, sólo necesitamos llegar a Puerto Natales, hacer un par de ejercicios de elongación y comenzar a disfrutar el increíble paisaje que el sur chileno tiene para ofrecernos.
Antes de iniciar la caminata es recomendable presenciar una charla por los guardaparques en Puerto Natales, un pintoresco pueblo que sirve de antesala ideal para todo el paisaje que nos deslumbrará. Luego, es importante decidir cuánto durará nuestra estadía. Por suerte, hay circuitos para todos, para aquellos que se quieren quedar pocos o muchos días pero también pocas horas. Sin duda, el recorrido más famoso es aquel que tiene forma de W.
Sin importar cuánto tiempo estaremos, hay algunos atractivos que siguen siendo imperdibles. Empecemos por el más conocido, el Cuerno de Paine, uno de los más visitados no sólo por la imponente belleza de su paisaje sino porque, si tenemos suerte, podremos ver cóndores volando a su alrededor. Otro que no nos podemos perder es el llamado Valle del Francés.
Nos resultará tan sorprendente como tenebroso, como las clásicas películas de terror allí la niebla se vuelve moneda corriente. En el Lago Grey se puede navegar siempre con ayuda de un guía porque los bloques de hielo desprendido suelen jugar a los autitos chocadores entre sí. Sin embargo, para llegar a ese maravilloso espejo patagónico, tenemos que ser valientes y no mirar para abajo para cruzar con éxito un vertiginoso puente colgante.
El Parque Torres de Paine ofrece refugios a lo largo de todos sus senderos además de información y guarderías, las cuales en general se encuentran cerca de cada laguna, en donde se pueden recuperar fuerzas, tomar un pequeño descanso o pedir ayuda en caso de cualquier inconveniente.
Ya no tenemos excusas, sólo necesitamos llegar a Puerto Natales, hacer un par de ejercicios de elongación y comenzar a disfrutar el increíble paisaje que el sur chileno tiene para ofrecernos.