La capital azteca es una de las ciudades más grandes del mundo, no obstante lo cual hay algunos rincones que por historia, cultura y encanto logran destacarse de otros, veremos en este post uno de estos sitios privilegiados.
Se trata del café Sanborns – reconocida cadena de cafeterías y tiendas mexicana – pero particularmente el que se ubica en la histórica Casa de los Azulejos. La historia de esta cadena se remonta a más de un siglo, y fue en este lugar donde los hermanos californianos fundadores trasladaron su negocio hacia 1919.
En aquellos años, se consideraba a este selecto café-restaurante y tienda el más elegante de todo México. Se emplazó en lo que fue una casona del siglo XVI en pleno casco histórico de la ciudad, y es uno de los ejemplos más destacados del barroco en el país.
Esta casona se distingue por el excelente estado de conservación de su fachada, con azulejos de colores – de allí su nombre – piedra gris y balcones de hierro forjado.
Otros espacios a destacar en el lugar son el patio morisco, la espléndida escalera y un mural de José Clemente Orozco – afamado artista azteca – llamado “Omnisciencia”.
Esta residencia fue también sede de la Casa del Obrero Mundial en los años de la Revolución mexicana.
A diferencia de otros restaurantes en cadena, la calidad de la comida aquí es de destacar. Tienen un variado menú de platos tradicionales mexicanos, así que es un buen sitio para comenzar a probar la famosa gastronomía mexicana. También, es posible disfrutar de los rollos de canela y nuez, los pastelillos daneses o los más pedidos: la sopa Sanborns y las enchiladas suizas. Los postres son legendarios en este lugar, hasta los presidentes han ido aquí a darse un gusto.
Otra gran diferencia con las cadenas de comidas son las maravillosas tazas en las que sirven las infusiones, un agregado de placer a los sentidos.
Por eso, si estás en la capital azteca, darte una vuelta por Sanborns es de visita obligada.
Se trata del café Sanborns – reconocida cadena de cafeterías y tiendas mexicana – pero particularmente el que se ubica en la histórica Casa de los Azulejos. La historia de esta cadena se remonta a más de un siglo, y fue en este lugar donde los hermanos californianos fundadores trasladaron su negocio hacia 1919.
En aquellos años, se consideraba a este selecto café-restaurante y tienda el más elegante de todo México. Se emplazó en lo que fue una casona del siglo XVI en pleno casco histórico de la ciudad, y es uno de los ejemplos más destacados del barroco en el país.
Esta casona se distingue por el excelente estado de conservación de su fachada, con azulejos de colores – de allí su nombre – piedra gris y balcones de hierro forjado.
Otros espacios a destacar en el lugar son el patio morisco, la espléndida escalera y un mural de José Clemente Orozco – afamado artista azteca – llamado “Omnisciencia”.
Esta residencia fue también sede de la Casa del Obrero Mundial en los años de la Revolución mexicana.
A diferencia de otros restaurantes en cadena, la calidad de la comida aquí es de destacar. Tienen un variado menú de platos tradicionales mexicanos, así que es un buen sitio para comenzar a probar la famosa gastronomía mexicana. También, es posible disfrutar de los rollos de canela y nuez, los pastelillos daneses o los más pedidos: la sopa Sanborns y las enchiladas suizas. Los postres son legendarios en este lugar, hasta los presidentes han ido aquí a darse un gusto.
Otra gran diferencia con las cadenas de comidas son las maravillosas tazas en las que sirven las infusiones, un agregado de placer a los sentidos.
Por eso, si estás en la capital azteca, darte una vuelta por Sanborns es de visita obligada.