Conoceremos un café encantador de la ciudad de Nueva York. En medio de tanta vorágine y con todos los estímulos que la Gran Manzana tiene para los sentidos, este espacio permite una agradable pausa en un rincón cálido y acogedor. Si lo tuyo son las películas románticas, puede pasarte que al ingresar al Café Lalo, sientas que ya has estado allí.
Y es que este fue uno de los sitios de encuentro de Meg Ryan y Tom Hanks en su cinta “Tienes un e-mail”.El Café Lalo se ubica en el Upper West Side, a pocas cuadras del Central Park, corazón de la urbe. Es por ello que se presta para una pausa, ofreciendo un ambiente acogedor y distendido, con música jazz o clásica de fondo.
Los golosos están de parabienes en este café, ya que ofrece nada menos que 50 variedades de tartas, que se suman a una treintena de clases de cheescake, la tarta más neoyorquina de todas y que admite tantas variantes deliciosas.
Además, el café que se sirve es realmente bueno – algo que no es frecuente de encontrar en los Estados Unidos – y también hay algunas variedades, como un rico capuchino.
Desde fuera, el café Lalo parece de hecho bastante europeo, parisinos para ser exactos, con sus ventanas de estilo francés, complementados con los cuadros y portadas de menús que tienen el estilo de aquellos de principios del siglo XX.
El ambiente en Lalo es muy desestructurado y jovial, se ofrecen grandes tazones de café como en la serie Friends, así que no cuesta tanto sentir que estamos en la cocina de casa, aunque disfrutando de una pastelería admirable, y algunos sándwiches o bocadillos salados simples por si quieres una comida rápida.
Y es que este fue uno de los sitios de encuentro de Meg Ryan y Tom Hanks en su cinta “Tienes un e-mail”.El Café Lalo se ubica en el Upper West Side, a pocas cuadras del Central Park, corazón de la urbe. Es por ello que se presta para una pausa, ofreciendo un ambiente acogedor y distendido, con música jazz o clásica de fondo.
Los golosos están de parabienes en este café, ya que ofrece nada menos que 50 variedades de tartas, que se suman a una treintena de clases de cheescake, la tarta más neoyorquina de todas y que admite tantas variantes deliciosas.
Además, el café que se sirve es realmente bueno – algo que no es frecuente de encontrar en los Estados Unidos – y también hay algunas variedades, como un rico capuchino.
Desde fuera, el café Lalo parece de hecho bastante europeo, parisinos para ser exactos, con sus ventanas de estilo francés, complementados con los cuadros y portadas de menús que tienen el estilo de aquellos de principios del siglo XX.
El ambiente en Lalo es muy desestructurado y jovial, se ofrecen grandes tazones de café como en la serie Friends, así que no cuesta tanto sentir que estamos en la cocina de casa, aunque disfrutando de una pastelería admirable, y algunos sándwiches o bocadillos salados simples por si quieres una comida rápida.