No hay viaje a la ciudad de Nueva York sin visitar la Estatua de la Libertad. Es uno de los iconos de la ciudad así que no hay perdón si te lo pierdes. La estatua fue donada por los franceses a fines del siglo XIX para conmemorar la Declaración de la Independencia estadounidense. Y sí, es Patrimonio de la Humanidad. Mide 46 metros de alto y llega a 93 considerando la base del monumento. Está sobre una pequeña isla, la Isla Liberty, y para llegar hasta ella hay que tomar un ferry cuyo muelle está en Battery Park.En la corona hay un mirador y para acceder a él hay que comprar los billetes por Internet y con semanas por anticipado. Si piensas ir considera hacer esto porque sería terrible llegar allí y no poder trepar hasta arriba de todo. Los grupos son reducidos, de 10 personas. Por supuesto, este es uno de los lugares mas turísticos de Nueva York así que a toda hora hay gente. Hay gente en el muelle, gente en el ferry y gente en la isla. Para evitar la, un poco, te conviene llegar temprano al muelle. A primera hora de la mañana se venden los billetes para entrar a la estatua así que no te quedes dormido y llegues despues de las 10 que habrá mucha pero mucha gente.
¿La Isla Ellis? Sí, la puedes conocer en el mismo viaje. Es la siguiente parada del ferry después de la Isla Liberty. El ferry con las visitas a las dos islas cuesta 13 dólares por adulto.
