
En 1905, el multimillonario Abbot Kinney decidió darse un caprichito. A sus 16 años había ido a estudiar a Europa, y después de recorrer varias ciudades suizas e italianas, se trajo la imagen de Venecia grabada en su memoria. Años mas tarde, decidió clonarla en su California y para ello construyó una red de canales que servían de marco temático para una urbanización que sería revolucionaria.
Lamentablemente, el gusto popular no pasaba por trasladarse en góndola por allí sino que a principios de siglo XX, cuando el coche se hizo popular en las clases mas acomodadas, se buscaba más un garage amplio que un atracadero en la puerta de casa.
Para 1929 se rellenaron buena parte de los canales de la “Venecia de California”. Y más tarde siguieron desapareciendo o quedando en el olvido. Recién a comienzos de la década de los años 90 los canales volvieron a ser dragados y saneados para poco a poco ganarse (ahora sí) el favor de las clases más acomodadas para construir allí sus casas.
Hoy en día, el Distrito de Canales de Venecia se extiende desde el Bulevar Washington y hasta el Bulevar Venice. Es una zona netamente residencial pero si no pisas el césped, te dejarán pasar.