Visité Fortaleza el verano pasado, con un grupo de amigos y en verdad me sentí en una ciudad llena de vida y ritmo, con una especie de fulgor que emanan tanto el lugar como sus habitantes, llenos de hospitalidad y de atención con sus visitantes.
Cuano estuvimos allí nos maravillamos con la belleza tanto de la ciudad, en relación a lo moderno que hay hoy y a los edificios históricos que recuerdan los inicios del pueblo, fundado como un fuerte tras la guerra entre holandeses y portugueses en el siglo XVII. Además sus playas son increíbles, parecen trazadas a pincel.
Una de las playas más conocidas de Fortaleza es sin dudas la playa de Iracema, con una ubicación muy céntrica y que se encuentra cera de muchos hoteles y restaurantes de gran envergadura.
En esta playa se destaca el Puente de los Ingleses, un gran muelle en cuyo extremo la vista de la ciudad en todo momento, pero en especial en el atardecer, nos enamoró del lugar y nos llenó de cierta nostalgia.
Pero este sentimiento duró poco, esta playa posee una importante movida nocturna, así salimos de recorrida disfrutando de la noche fresca pero amigable, rodeada de tragos y de muy buena música. El bar El Pirata es un clásico de esta playa.
También estuvimos conociendo la hermosa playa de Meireles, con gran atractivo en sus costas y sus arenas blancas y finas. Entre la playa y la avenida se pueden encontrar varias barracas, ideales para pedir algún plato típico de la costa o bebidas frescas, la más rica y clásica en la costade Brasil es el agua de coco: es deliciosa y refrescante.
Otra de las playas que nos encantaron en nuestra experiencia en Fortaleza fueron las tardes vividas en la Playa del Futuro, que si bien es una de las más alejadas, es la mejor para bañarse en el mar. Sus bravas olas y su tranquilidad en la zona la hacen la predilecta de los deportistas acuáticos.