Machu Picchu, la ciudad perdida de los Incas, es uno de los destinos más cautivantes de América Latina. Recientemente declarada Capital Arqueológica de Sudamérica, la postal de esta civilización está de seguro grabada en la retina de muchos.
Realizar este viaje será sin duda una experiencia que no olvidareís, especialmente si decides recorrerla haciendo trekking, pues sentirás con todos los sentidos la inmensidad del paisaje circundante y la energía que de él emana con la fuerza de la historia.
Los peregrinos y oficiales autorizados del imperio llegaban a esta ciudad sagrada a través del "Camino Inca", como es conocido en la actualidad. El recorrido está pavimentado con bloques de roca y está facilitado el tránsito con escaleras, túneles y puentes de madera que ayudan a franquear ríos, valles, selva y demás obstáculos que se interponen en las alturas andinas.
El Camino del Inca une Cuzco con Machu Picchu y hoy se ha convertido en la ruta de trekking más famosa de todo el continente americano. Existen trenes y buses que os conducen hasta las ruinas pero si estaís dispuesto a la aventura lo mejor es llegar a la ciudadela incaica emulando los pasos de quienes la habitaron. Hacer el itinerario toma tres días de trekking con ascensos y descensos pronunciados, por lo que es importante estar preparado para soportar las inclemencias del clima, o para descansar en campings.
El Camino Inca a Machu Pichu es parte de una sistema de más de 30,000 kilómetros pertenecientes a la red del Tawantinsuyo. Se puede optar por hacer trekking en los circuitos establecidos más frecuentados, fundamentalmente el Camino Inca de Cusco a Machu Picchu, o bien tomar las rutas de Ausangate, Salcantay y Choquequirao, entre otras. Son caminos duros y por ello se recomienda contratar los servicios de una agencia especializada.
También se puede optar por hacerlo de forma independiente con un mapa detallado y valiéndose de las orientaciones de los lugareños. Tener en cuenta que para ciertas rutas, como el Camino Inca, se requiere inscripción con antelación de 4 días a la partida.
Antes de emprender viaje hay que asegurarse el equipo necesario (carpa, bolsa de dormir, calzado y ropa adecuada, linterna, botiquín, etc.) Los diversos tipos de trekking varían en dificultad, exigencia física y duración. Entonces sí estareís listo para largar la excursión desde el punto de partida: el kilómetro 88 de la vías del ferrocarril, en Qoriwayrachina. Desde allí se comienza la travesía de 40 km por el Camino del Inca que os llevará a Machu Picchu, a 2400 metros, en la mañana del cuarto día.
Al llegar a la Ciudad Imperial de seguro no os arrepentireís del largo camino recorrido: terrenos nada uniformes, con desniveles, escalinatas, caminos de cornisa y largos barrancos, yungas. En medio de esa frondosa vegetación (alimentada por las lluvias que se suceden durante la mayor parte del año) descubriraís diferentes ruinas de distintas fortificaciones muy bien conservadas.
Por si hacer senderismo no agotó las fuerzas y aún estaís dispuesto a otro desafío, no dejeís de ir a Wayna Picchu, el imponente cerro sagrado que custodia con recelo Machu Pichu. Prepárate para subir por infinitos escalones que se prolongan en un ángulo que pone a prueba al más intrépido. Desde ya, quienes tengan miedo a las alturas absténganse. Todo en Machu Pichu será una experiencia que os sorprenderá más allá de la imaginación. Todo lo vivido potenciado al máximo por el misterio y la magia de un lugar que emana energía y sabiduría ancestral.
Realizar este viaje será sin duda una experiencia que no olvidareís, especialmente si decides recorrerla haciendo trekking, pues sentirás con todos los sentidos la inmensidad del paisaje circundante y la energía que de él emana con la fuerza de la historia.
Los peregrinos y oficiales autorizados del imperio llegaban a esta ciudad sagrada a través del "Camino Inca", como es conocido en la actualidad. El recorrido está pavimentado con bloques de roca y está facilitado el tránsito con escaleras, túneles y puentes de madera que ayudan a franquear ríos, valles, selva y demás obstáculos que se interponen en las alturas andinas.
El Camino del Inca une Cuzco con Machu Picchu y hoy se ha convertido en la ruta de trekking más famosa de todo el continente americano. Existen trenes y buses que os conducen hasta las ruinas pero si estaís dispuesto a la aventura lo mejor es llegar a la ciudadela incaica emulando los pasos de quienes la habitaron. Hacer el itinerario toma tres días de trekking con ascensos y descensos pronunciados, por lo que es importante estar preparado para soportar las inclemencias del clima, o para descansar en campings.
El Camino Inca a Machu Pichu es parte de una sistema de más de 30,000 kilómetros pertenecientes a la red del Tawantinsuyo. Se puede optar por hacer trekking en los circuitos establecidos más frecuentados, fundamentalmente el Camino Inca de Cusco a Machu Picchu, o bien tomar las rutas de Ausangate, Salcantay y Choquequirao, entre otras. Son caminos duros y por ello se recomienda contratar los servicios de una agencia especializada.
También se puede optar por hacerlo de forma independiente con un mapa detallado y valiéndose de las orientaciones de los lugareños. Tener en cuenta que para ciertas rutas, como el Camino Inca, se requiere inscripción con antelación de 4 días a la partida.
Antes de emprender viaje hay que asegurarse el equipo necesario (carpa, bolsa de dormir, calzado y ropa adecuada, linterna, botiquín, etc.) Los diversos tipos de trekking varían en dificultad, exigencia física y duración. Entonces sí estareís listo para largar la excursión desde el punto de partida: el kilómetro 88 de la vías del ferrocarril, en Qoriwayrachina. Desde allí se comienza la travesía de 40 km por el Camino del Inca que os llevará a Machu Picchu, a 2400 metros, en la mañana del cuarto día.
Al llegar a la Ciudad Imperial de seguro no os arrepentireís del largo camino recorrido: terrenos nada uniformes, con desniveles, escalinatas, caminos de cornisa y largos barrancos, yungas. En medio de esa frondosa vegetación (alimentada por las lluvias que se suceden durante la mayor parte del año) descubriraís diferentes ruinas de distintas fortificaciones muy bien conservadas.
Por si hacer senderismo no agotó las fuerzas y aún estaís dispuesto a otro desafío, no dejeís de ir a Wayna Picchu, el imponente cerro sagrado que custodia con recelo Machu Pichu. Prepárate para subir por infinitos escalones que se prolongan en un ángulo que pone a prueba al más intrépido. Desde ya, quienes tengan miedo a las alturas absténganse. Todo en Machu Pichu será una experiencia que os sorprenderá más allá de la imaginación. Todo lo vivido potenciado al máximo por el misterio y la magia de un lugar que emana energía y sabiduría ancestral.