Ottawa es multiétnica, sofisticada y ordenada. He disfrutado de su pasado que entrelazó distintas culturas que han sabido dejar sus huellas en el carácter único del patrimonio arquitectónico.
He andado sus calles con influencias europeas importadas por los primeros colonos. He pasado por Peace Tower, el ícono inconfundible. Por todo ello, de todos mis viajes Canadá el último ha sido mi favorito.
Una ciudad que ha sabido levantarse de sus cenizas, literalmente, ya que un incendio la destruyó por completo en una ocasión. Otawa se muestra distinguida a los ojos del viajero, con una mezcla justa entre historia, modernidad y tecnología.
La capital canadiense encanta a los viajeros a quienes, como a mi, les gusta que el paisaje urbano se compense con mucha vegetación y una cantidad importante de parques. Particularmente, me ha gustado mucho el Canal Rideau, un curso de agua que en primavera florece con botes que pululan por su curso y en invierno se convierte en la pista de patinaje natural más larga del mundo.
El Canal Rideau corre desde el corazón de Ottawa y discurre hasta conectar con el Río Ottawa, a través de unas exclusas que hay pegadas a Parliament Hill. Antes de terminar drásticamente, son 202 kilómetros los que el Canal recorre uniendo hermosos lagos y ríos. Este tramo va acompañado por parques deslumbrantes, bici sendas y jardines que vuelven más que idilíco al Canal. He podido recorrer parte del mismo, y en verdad que no tiene desperdicio.
El Rideau es obra del hombre, ya que fue creado en 1832 y por su edad, se ha convertido en el más antiguo que está en funcionamiento en Norteamérica. Por su valor ha sido reconocido como Sitio Histórico Nacional y también como Sitio de herencia cultural por la UNESCO. No se me había ocurrido hasta conocerlo que un canal pudiera significar tanto para la vida cultural de un pueblo.
A partir de octubre, cada año, el Canal está abierto para cruceros destinados a disfrutar del paisaje, comprar artesanías, andar en canoa y kayaks, a remo. Todos se pueden alquilar en Dow’s Lake Pavilion. En los meses invernales, en Ottawa la mayor atracción es patinar sobre el Canal, siempre y cuando el clima lo permita. No he perdido oportunidad de disfrutarlo en sus dos modalidades.
Por último, les recomiendo ver Mosaika, se trata de la historia de Canadá que se proyecta sobre la fachada de Parliament Hill. Durante el verano, el espectáculo es bilingüe y se presenta por la noches.
He andado sus calles con influencias europeas importadas por los primeros colonos. He pasado por Peace Tower, el ícono inconfundible. Por todo ello, de todos mis viajes Canadá el último ha sido mi favorito.
Una ciudad que ha sabido levantarse de sus cenizas, literalmente, ya que un incendio la destruyó por completo en una ocasión. Otawa se muestra distinguida a los ojos del viajero, con una mezcla justa entre historia, modernidad y tecnología.
La capital canadiense encanta a los viajeros a quienes, como a mi, les gusta que el paisaje urbano se compense con mucha vegetación y una cantidad importante de parques. Particularmente, me ha gustado mucho el Canal Rideau, un curso de agua que en primavera florece con botes que pululan por su curso y en invierno se convierte en la pista de patinaje natural más larga del mundo.
El Canal Rideau corre desde el corazón de Ottawa y discurre hasta conectar con el Río Ottawa, a través de unas exclusas que hay pegadas a Parliament Hill. Antes de terminar drásticamente, son 202 kilómetros los que el Canal recorre uniendo hermosos lagos y ríos. Este tramo va acompañado por parques deslumbrantes, bici sendas y jardines que vuelven más que idilíco al Canal. He podido recorrer parte del mismo, y en verdad que no tiene desperdicio.
El Rideau es obra del hombre, ya que fue creado en 1832 y por su edad, se ha convertido en el más antiguo que está en funcionamiento en Norteamérica. Por su valor ha sido reconocido como Sitio Histórico Nacional y también como Sitio de herencia cultural por la UNESCO. No se me había ocurrido hasta conocerlo que un canal pudiera significar tanto para la vida cultural de un pueblo.
A partir de octubre, cada año, el Canal está abierto para cruceros destinados a disfrutar del paisaje, comprar artesanías, andar en canoa y kayaks, a remo. Todos se pueden alquilar en Dow’s Lake Pavilion. En los meses invernales, en Ottawa la mayor atracción es patinar sobre el Canal, siempre y cuando el clima lo permita. No he perdido oportunidad de disfrutarlo en sus dos modalidades.
Por último, les recomiendo ver Mosaika, se trata de la historia de Canadá que se proyecta sobre la fachada de Parliament Hill. Durante el verano, el espectáculo es bilingüe y se presenta por la noches.