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17 febrero 2010

Donde guardar el dinero durante un viaje

¿Cual es el mejor modo de llevar el dinero de nuestro viaje de un modo seguro?. Nos referimos a travesías por destinos en regiones poco pobladas, y donde aún el turismo no es invasivo, países riesgosos o hasta ciudades poco fiables.

Viajeros independientes, mochileros, trotamundos, llevar el dinero seguro es condición necesaria para evitar quedarnos anclados en un sitio. Por ello, repasamos algunas soluciones sobre como guardar o donde llevar seguro nuestro dinero.

. Lo más clásico, llevar el dinero debajo de la ropa, algo que por cierto es lo más conveniente. Existen cinturones con bolsillos y cremallera, prendas con bolsillos internos o escondidos, y carteras para llevar debajo de la ropa de un modo imperceptible, que se venden en tiendas especializadas en viajes y hasta en los aeropuertos.

. Llevar una cartera “de viaje” donde llevamos un mínimo de dinero para el día, y todo aquello útil pero que no nos causaría mayores trastornos perder. En caso de robo, entregamos tal cartera mientras llevamos lo importante en otro sitio. También es bueno tener algo que entregar en caso de un asalto, sobre todo a la hora de evitar atracos violentos en zonas o países poco fiables.

. Repartir el dinero en varias carteras, aunque no cometer el error de llevar alguna de las carteras en bolsos que podrían perderse.

. Utilizar pantalones “cargo” con muchos bolsillos suelen despistar mucho. El dinero en alguno de ellos suele estar a resguardo de ladrones con poco tiempo.

. Llevar parte del dinero (el cambio chico) en una cartera a mano, y el resto en el calcetín, es otro clásico no sólo de viajes.

. Dejar los objetos más preciados en la caja del hotel, en caso de que el hotel sea fiable.

Los mismos criterios se pueden aplicar para llevar pasaportes, billetes de avión, y documentación. Lo mejor que nos puede pasar al finalizar un viaje, es no saber que hacer con nuestras divisas, pero tenerlas con nosotros. Y en base a tu experiencia viajera: ¿cuales son las ideas o consejos que podrías aportar?

15 febrero 2010

Brasil: Bahía, la seductora

Salvador de Bahía parece emerger desde el Atlántico como un manto de color interminable, que se esparce resguardado tras las fortificaciones portuguesas que se construyeron en el siglo XVI para protegerla. Y no sólo es en su arquitectura colonial donde se advierte ese mix afro-brasileño-portugués que la vuelve única, sino también en los aromas que se desprenden del aceite de dendé y de la leche de coco, presentes en su comida típica. Los rasgos distintivos de la ciudad más "negra" de Brasil también se revelan en el contoneo rítmico de los cuerpos moviéndose al compás de los sonidos del axé, de la samba y de los tambores de la capoeira.

Salvador de Bahía se fundó en 1549. Convertida en uno de los enclaves arquitectónicamente más espléndidos de toda América, la ciudad fue capital y sede de la administración colonial de Brasil hasta 1763. En ese año, Salvador perdió su estatus de capital, que pasó a Río, pero no por ello dejó de ser una ciudad vibrante, reconocida por su cultura.

Bahía es una metrópoli de sorprendente trazado urbano, que está dividida en dos niveles. Su parte alta, situada a 72 metros por sobre el nivel del mar es el famoso Pelourinho, un centro histórico que alberga a uno de los más grandes legados de la arquitectura colonial del mundo. Desde ahí el visitante puede ir hasta la parte baja, a través del Elevador Lacerda, una imponente construcción de estilo art deco emplazada en la plaza municipal Thomé de Souza, junto al Palacio Rio Branco, que fue inaugurada en 1873.

En la parte baja, hay que visitar la Iglesia de Nuestro Señor de Bomfim, la imagen más popular de Bahía, y que se conoce en otros países por las famosas cintitas multicolores de deseos.

"Es un regalo", le prometen los vendedores a cada turista, para luego demandarles una "colaboración", de uno o dos reales.

De otros tiempos

La magia del Pelourinho (centro histórico bahiano declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1985) va revelándose en cada esquina. Y, aunque recibe su nombre de la columna de piedra que antiguamente se emplazaba en el centro de las plazas, para amarrar y azotar a esclavos y criminales, deja en claro que está bien lejos de sus orígenes: el Pelourinho es hoy un centro cultural a cielo abierto que agrupa, junto a la magnificencia de su arquitectura, a artistas de todos los géneros.

Por sus calles angostas y empedradas deambulan las bahianas ataviadas en sus típicas vestimentas blancas. Faldas anchas y acampanadas y coloridos turbantes que protegen del sol al mismo tiempo que emulan al Candomblé, el culto afrobrasileño que cuenta entre sus deidades con Iemanjá, la diosa del mar. Ella es la responsable de que en las playas del centro puedan verse las ofrendas de flores y comida que algún devoto ofreció al mar.

Dentro del Pelourinho, no se puede dejar de visitar la Plaza 15 de Noviembre, más conocida como Terreiro de Jesús, debido al nombre de la Iglesia de los Jesuitas y actual Catedral Basílica, un templo de corte manierista de la segunda mitad del siglo XVII. Esta plaza está rodeada por la primera escuela de medicina del país, y los museos Afro-brasileño, el de Arqueología y Etnología. Otros imperdibles: la Iglesia de Nossa Senhora do Rosario dos Pretos, (construida por los negros, ya que tenían la entrada prohibida a los demás templos); y la Fundación Casa de Jorge Amado.

Riquezas y contrastes

Pero, es en los muros del Convento de San Francisco donde quedó el registro de la descomunal riqueza y los fuertes contrastes sociales que marcaron los años en que nació Bahía. Conocida como la Iglesia de oro, su ornamentación barroca está íntegramente trabajada con tallados y arabescos en lámina de oro y ornamentos de jacarandá. Diseños en los que pueden descubrirse guiños secretos, y no tanto, cincelados en venganza por los esclavos al haber sido forzados a trabajar en la construcción del templo. Así, algunas figuras muestran los rostros un tanto desfigurados; y las muecas de los ángeles parecen mofarse de los presentes.

Antes de dejar el Pelourinho, el imperdible es una comida en el Museo de Gastronomía Bahiana, un reducto ambientado con estética de "fazenda", y en el que se sirve la tradicional "moqueca", un guisado especiado de pescado y camarones que deja en los paladares una fusión de sabores oceánicos y tropicales. El sabor de Salvador de Bahía.

Tour de compras en la feria La Salada

Si bien el cambio de moneda aún favorece a los europeos a la hora de viajar a Sudamérica, en los últimos dos años la Argentina ha sufrido una gran escalada en sus precios y si bien a nivel global aún es un destino conveniente a la hora de comprar artículos hay que mirar bien pues, paradojas de la vida, algunos productos están más baratos en España que en la Argentina.

Lo curioso es que si las cifras sorprenden a los turistas extranjeros mucho más desaniman a los habitantes del país, quienes deben hacer piruetas para mantener el ritmo de vida y de compras que siempre han llevado.

Muchos han optado por bajar sus consumos o suspender gastos superfluos mientras que otros se las ingenian descubriendo alternativas más económicas, como es el caso de la Feria La Salada, el nuevo fenómeno de los últimos años.

Situada en el conurbano bonaerense, hablamos de un mercado que nació en forma espontánea en 1991 cuando algunos vendedores comenzaron a ofrecer artículos de distinto tipo, mayoritariamente prendas de vestir, en unos terrenos abandonados de la localidad de Ingeniero Budge. Pronto la feria se transformó en un importante polo comercial hasta llegar a ser la más grande de Latinoamérica.

No sólo eso, con el correr del tiempo La Salada se “profesionalizó”, adaptándose a los cambios e inaugurando un galpón con tiendas que hoy se alquilan a un precio de 20.000 dólares el metro cuadrado, cuatro veces más que lo que cuesta en Puerto Madero, uno de los barrios más exclusivos de la Capital Federal.

Más allá de su popularidad, la feria se transformó en un paseo turístico para quienes desean comprar una gran cantidad de productos a precios muy bajos. Tal es la afluencia de compradores que hoy día se organizan “tours de compras” que invitan a visitar el mercado de Ingeniero Budge para comprar todo tipo de artículos.

Muchos de estos tours llegan en buses organizados desde distintas provincias del país aunque también hay excursiones desde Uruguay, Bolivia y Brasil. Y luego están los turistas que se acercan desde la Capital Federal para realizar sus compras y vivir una experiencia única en un recinto ferial que durante la noche se transforma en un hormiguero. ¿Por qué?

La gran salvedad de la feria es que su horario de atención es por la noche, a partir de las 23 horas. Es entonces cuando los feriantes abren las puertas de sus negocios para cerrarlas sólo cuando han agotado su amplia mercadería, que va desde ropa, calzado y marroquinería, hasta telefonía, electrodomésticos, electrónica de consumo, muebles, artículos para el hogar y juguetes.

Las compañías de cruceros están comenzando a tener en cuenta a los viajeros solos

Quienes deciden viajar solos tienen que correr con el gasto. Los viajeros solos son los peores tratados de toda la industria turística, llegando a pagar entre 150% y 200% más que quienes viajan acompañados.

Por ello, muchas empresas navieras comenzaron a tener en cuenta a los viajeros solos. No se trata de los tours de singles, destinados a que solteros y solteras se conozcan, sino simplemente poner el foco en aquellas personas que se embarcan en un crucero familiar a descansar, pero van solos.

En Julio, la Norwegian Cruise Line lanzará el Epic, que ya tiene previstos camarotes para viajeros solos, sin que paguen por un habitación doble.

Otra compañía de cruceros, la Holland American tiene un programa llamado Single Partners Program, por el cual un viajero solo comparte el cuarto con otro en iguales condiciones, del mismo sexo, y cada uno paga la mitad de la tarifa, con los precios de una habitación doble. Puede ocurrir que un viajero quede solo: en ese caso, ocupará la habitación solo pero pagará lo mismo que si la hubiese compartido.

Esperemos que otras compañías realicen también sus propuestas de similares características a los viajeros solos.

12 febrero 2010

Wikiloc, rutas y puntos de interés GPS

Las herramientas que ayudan a los viajeros a planear sus viajes son muy variadas e inundan la web. Pero esta me ha resultado muy interesante, se llama Wikiloc y brinda la posibilidad de crear rutas manualmente, exportarlas desde el GPS y compartirlas, aunque también ofrece la opción de descargar las ajenas en el propio dispositivo de navegación satelital.

Un sitio que ofrece sus servicios de manera gratuita y que trabaja de la mano de Google Earth y Google Maps para dar forma a los recorridos y visualizarlos de una mejor manera.

De este modo, una vez que las rutas estén demarcadas, se le podrán incluir datos extra como lo son diversos puntos de interés que se encuentren en el camino, fotografías, vídeos y observaciones tales como nivel de dificultad, longitud e incluso enlaces a otros sitios relacionados con la ruta.

Panama, Placeres y lujo entre dos océanos

A primera vista, la Ciudad de Panamá no parece un país de Latinoamérica. Cuando se camina por la zona comercial, entre las calles en diagonales y las palmeras que se asoman con el océano de fondo, aparecen autos de lujo, personas que hablan con sus BlackBerry o salen de sus trabajos en busca de un café y una dona para llevar. Los shoppings -que ocupan hasta tres manzanas- trabajan sin parar con cientos de personas que entran y salen cargando bolsas de las tiendas más famosas.

En la costa, el ambiente se hace más playero pero no menos glamoroso: las chicas pasean en rollers y en los estéreos de los descapotables se escucha a todo volumen el reggaeton. Hay que levantar la vista para llegar a ver la hilera de los modernos rascacielos que bordean el agua. Por todo eso, los guías turísticos la llaman "la pequeña Miami". El paisaje natural es lo único que no habla de marcas ni culturas: el mar azul que se confunde con el cielo es como los que aparecen en los catálogos de turismo, que se miran con deseo a través de la vidriera de una agencia de viajes.

"Aquí te puedes vestir de pies a cabeza por 15 dólares, pero también hay un mercado de lujo porque te encuentras con las cuatro marcas más sofisticadas del mundo", dice Adriana Kudo, gerente del Grupo Roble (la empresa que desarrolló varios de los más importantes centros comerciales de la ciudad), mientras señala el más moderno de los seis shoppings que hay en Panamá: el Mall Multiplaza Pacific. Con un piso brilloso y enormes columnas plateadas, este centro comercial tiene 260 tiendas exclusivas. Es el paraíso de los fanáticos de las compras.

A esta altura del viaje, parece que Panamá busca diferenciarse: al desarrollo comercial -una pequeña réplica del estilo de vida en las principales ciudades de Estados Unidos- se suma un paisaje típico de Centroamérica. Hay playas a los costados (de un lado, el Pacífico; del otro, el Caribe), palmeras y árboles con diferentes tonalidades de hojas verdes. El calor y la humedad obligan a detenerse, mirar alrededor y confirmar que, si existe lo sublime, está en la naturaleza.

Olvidarse de todo

No pensar dónde ir a cenar, cuándo ir a bailar, en qué momento almorzar, si tomar un trago en la pileta o quedarse en la playa. Nada, o todo al mismo tiempo. Las ofertas hoteleras de Panamá apuntan a que el turista se olvide de llevar su billetera, porque paga una vez y lo demás es sólo para disfrutar. La última novedad en hotelería es el Breezes Resort & Spa Panamá, que opera bajo el sistema Super-Inclusive. ¿Qué quiere decir esto? Comida gourmet, habitaciones equipadas, bebidas internacionales, deportes terrestres y acuáticos, salones de juego, cinco piscinas, cuatro restaurantes, cuatro bares y playa, todo incluido e ilimitado. Este hotel está ubicado a menos de dos horas del Aeropuerto Internacional de Tocumen, en el exclusivo condominio Bijao, de la región de Santa Clara, y sobre una de las playas más bellas del Pacífico panameño. Rodeadas de vegetación tropical, estas playas solitarias son ideales para caminar y contemplar los movimientos del océano, que cambia drásticamente su marea entre la mañana y la tarde.

Un buen comienzo para entender por qué Panamá ni siquiera tembló con la crisis económica mundial es visitar el Canal. Esta conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico, principal motor de la economía local, funciona con tres esclusas. El principal centro de visitantes está en Miraflores, que además de un museo y un centro de interpretación, ofrece la posibilidad de almorzar en un restaurante con vista al Canal. En este lugar es común ver gente que se levanta de un minuto a otro de su mesa, deja el plato de comida (no les importa que se enfríe el arroz con frijoles) y corre hasta las barandas de la terraza para ver pasar los enormes barcos que cruzan el Canal. De un lado y de otro, aparecen las cámaras de fotos: los turistas saludan a cinco marineros filipinos que se asoman en la cubierta de un barco que transporta petróleo. Después de esta experiencia, se puede visitar el Cerro Ancón, que ofrece una vista panorámica de la Ciudad de Panamá. En el camino suelen encontrarse osos perezosos, trepados en lo más alto de los árboles, y a los costados cientos de orquídeas, la flor nacional de Panamá.

A dos horas de la ciudad, se encuentra el Valle de Antón, en la provincia de Cocle. Es la caldera de un volcán que se eleva 600 metros sobre el nivel del mar; su paisaje selvático es para muchos un santuario de la meditación. El camino (hay perfectas calles para recorrerlo) está cubierto de plantas, con casitas que aparecen entre los árboles. A medida que se gana altura, las nubes comienzan a cubrir el cerro y las montañas. A uno de los cerros se le llama India Dormida porque según los pobladores adquirió esa forma de mujer en reposo. El Valle de Antón cuenta con un zoológico y tiene aguas termales, donde se ofrecen masajes y máscaras de barro a la sombra de los árboles. Por donde se busque hay excursiones por los bosques. Encontrarse con una víbora venenosa es uno de los riesgos que se corren al pasear por un volcán. El otro, más improbable en esta época, es que, de repente y sin aviso, deje de estar inactivo.

Haz tu propia ruta ecológica con las nuevas aplicaciones de Nokia

Hace poco te contábamos sobre la propuesta de Nokia para que sus móviles inteligentes tengan de forma gratuita navegación GPS y acceso a guías de viajeros como Lonely Planet y Michelin. Pero explorando un poco más, estos teléfonos realmente se traen entre manos aplicaciones interesantísimas para viajeros.

Entre ellas, se destaca el Green Explorer, que es parte guía de viajes, parte servicio de guía en el móvil, y parte guía de turismo sustentable. Ofrece contenidos de Lonely Planet, la WWF, la UNESCO, routeRANK y TripSketch.

El resultado es un portal de viajes ecológicos en el móvil, perfecto para consultarlo directamente en las rutas, con opiniones de usuarios recabadas y galerías de fotos de cada destino ofrecido. Se pueden consultar la localización de sitios del Patrimonio UNESCO, tips ecológicos de la WWF, y calcular la forma más eficiente ambientalmente de llegar a un destino desde otro.


Como forma parte de los Ovi Labs de Nokia, puedes guardar rutas y direcciones en el móvil, para recurrir a ellas después. Así, puedes convertir tu móvil en una guía GPS ambientalmente sustentable, si combinas todas las aplicaciones.

Todavía está en período de prueba, por lo tanto esta aplicación se irá enriqueciendo a medida que más y más usuarios agreguen fotos y comentarios de destinos ecológicos.

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