Así, se lograron recrear los espacios donde Gabo pasó su infancia gracias al testimonio de familiares y amigos, siendo una casa característica de las viviendas caribeñas de la primera mitad del siglo XX.
Cuenta en total con 14 espacios que han surgido de los recuerdos del mismo escritor – básicamente lo que narró en Vivir para Contarlo –, testimonios de la madre del Nobel, Luisa Santiaga Márquez; exploraciones realizadas en el predio y testimonios de familiares y amigos.
Así, desde este sitio se le rendirá homenaje a la vida y obra de García Márquez, y será seguramente un punto de peregrinación de los fieles seguidores que el autor ha cosechado en todo el mundo a lo largo de su vasta carrera literaria.