
Pocos productos alimenticios despiertan tanta, pero tanta pasión como el
chocolate. En algunas de sus formas – sino en todas – casi no hay ser humano que se resista a la morena delicia, y el que sí lo hace, algo debe de andar mal con él. Como bebida caliente, en una crujiente tableta, en pasteles, helados, en fin, el
chocolate despierta una inmediata sensación de placer, tal es así que los científicos han descubierto que el organismo segrega las mismas hormonas al comer
chocolate que cuando nos enamoramos.

Por ello, visitar la ruta del chocolate en
Barlovento, cerca de
Caracas en
Venezuela, se puede convertir perfectamente en una travesía al universo de los sentidos. El clima tropical da una combinación exacta de calor, sol y humedad que hace que grandes plantaciones de cacao se extiendan por la zona, brindando los mejores frutos del mundo.

Una ruta del chocolate se ha desarrollado para turistas, llevándolos a conocer las plantaciones, el proceso de cosecha y secado del cacao, y las distintas etapas del proceso productivo. Un dulce aroma nos envuelve durante todo el trayecto, y no nos podemos ir sin probar el delicioso resultado de tanto trabajo.
Para los pueblos nativos, el chocolate era una bebida ritual, formaba parte de sus ceremonias, además de ser un consumo habitual. Los dioses no se equivocaron al elegir su fruto sagrado.
Vía: Viajeros