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17 abril 2009

Consejos para viajar en autobús por Chile

Ya dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena y bueno, aunque no siempre el tema es verdad -¿quién no ha ido detrás de su amor cuando se dio cuenta de que ella o él era lo que buscaban, y ya no pudo ser?- en esta ocasión sí que me sirvió de algo ahondar un poco en el funcionamiento de la web de la compañía chilena de autobuses Tur-Bus que he utilizado un par de veces para desplazamientos tanto nacionales como internacionales en el país donde expresiones como Po y Weón forman parte del castellano diario.

Así como ocurre con la compañía de buses brasileira Pluma, sólo se pueden reservar billetes de autobús mediante su web si utilizas un número de carnet de identidad nacional. O sea, que necesitas a un amigo chileno -o brasileño en el caso de Pluma- que te preste su número de carnet y datos -nombre y apellidos tan sólo, en el caso chileno- para poder hacer la compra por internet.

Mi gran amigo de la infancia medio francés medio español, Richard, se casó el día 14 de Marzo con su mujer chilena, Gloria - en un festón que espero poder contar aquí con algo más de tiempo aunque las fotos quedarán para el autor- y al estar casado ya por lo civil no tuvo ningún inconveniente de darme sus datos para poder comprar el pasaje que me llevaría de Santiago a Arica en mi camino hacia Perú.

Para retirar el pasaje necesitas mostrar el carnet de identidad aunque no quedó muy claro sí tenía que ser el mío o el de Richard. Sacamos los dos -yo no llevaba mi pasaporte encima- y la chica eligió el chileno, aunque por teléfono me aseguraron que lo único que necesitaba para retirar el billete sería el código de compra. Minutos después de realizar la compra recibí el email que me comentaba lo de la presentación del carnet de identidad, pero no especifica si del viajero o del registrado en la web.

Una gran ventaja fue que no tuve que ir a la terminal para comprarlo pero además al hacerlo por la web obtuve un 10% de descuento. Así que si tenéis amigos en el país no dudéis en pedirle este favor. ¡De las 30 horas de bus ya ni me quiero acordar!

Quito, la capital de Ecuador

Fundada en el siglo XVI, sobre los restos de una ciudad Inca, a 2850 metros de altura, Quito –capital de Ecuador– es una ciudad de gran riqueza histórica y cultural. Su arquitectura combina la influencia española, italiana, mora y flamenca con la tradición estética del arte indígena, en lo que se dio a llamar la Escuela Barroca de Quito.

En 1978, el casco histórico, el más grande de América, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre sus principales monumentos, destacan el Monasterio de San Francisco, el Monasterio de Santo Domingo, la iglesia y el colegio de la compañía jesuítica, que son los más acabados exponentes del estilo desarrollado en Quito.

Además, su situación geográfica la convierten en una verdadera joya ubicada en el corazón de un destino natural sobresaliente, con paisajes encantadores y el intenso sol ecuatoriano, que suele hacer recomendable la visita durante las temporadas de temperaturas más moderadas.

Quito fue la primera ciudad en ser declarada Patrimonio de la Humanidad en su conjunto. El mejor sitio para obtener una buena panorámica del conjunto es el Mirador El Panecillo, con sus imponentes 3100 metros de altura.

La mejor opción es tomar un taxi y una vez arriba atestiguar los restos del mirador defensivo utilizado por pre incas, incas y colonizadores, también representativo a nivel religioso. La inmensa estatua de la Virgen María alada y bailarina es una réplica en aluminio de la imagen que se encuentra en el interior de la Iglesia de San Francisco.

Desde estas alturas, pueden divisarse la Catedral Metropolitana, la Plaza Grande y otros importantes monumentos de Quito. Pero una vez allí arriba, no podemos privarnos de un buen descanso, y para eso iremos a la ladera norte, para reposar un momento en el bar-restaurante Pimm’s. Por las noches, podremos disfrutar de un trago mientras nos dejamos conmover por la belleza del Centro Histórico de Quito, resplandeciente de luces.


Una escapada a Uruguay

Uruguay, un país tan pequeño como hermoso. Un país acostumbrado a recibir visitantes que llegan a sus tierras en busca de tranquilidad y hermosos paisajes, exquisita comida y los brazos abiertos de sus habitantes.

En sus ciudades más importantes es una excelente opción para quienes buscan unos días de relax, lejos del bullicio de las grandes ciudades.

Pues entonces veamos cuáles son algunas de las posibilidades que Uruguay tiene para ofrecer a quienes lo elijan como destino.

Montevideo

La capital uruguaya invita a recorrerla y conocer así los secretos que este hermoso lugar guarda. Tradición, buena predisposición de sus pobladores, excelente gastronomía y un ambiente cálido. Así, sus espacios verdes invitan a disfrutar de un momento al aire libre disfrutando de la naturaleza y las actividades que allí pueden realizarse. De este modo, entre los parques que vale la pena conocer se encuentran el pequeño Jardín Japonés detrás del Museo Blanes, el Jardín Botánico que ofrece varias hectáreas plantadas con diferentes especies vegetales de todo el mundo, el Rosedal que atrapa con sus caminos enrejados y jardines cubiertos hermosas rosas y el Parque Rodó, uno de los más importantes de la ciudad que cuenta con un lago y donde puede disfrutarse del teatro callejero además de distintos juegos para los peques.

Por su parte, un paseo por la Rambla es un recorrido obligado si se llega hasta Montevideo. Allí se podrá apreciar una vista de la costa, las playas y las rocas en las que rompen las olas. Y sorprende allí la playa de Pocitos con sus blancas arenas y la posibilidad de practicar deportes náuticos.
En tanto, no puede abandonarse la capital sin antes pasar por el Mercado del Puerto en el que, además, pueden degustarse exquisitos platos.

Punta del Este

Ubicada en el extremo sureste de Uruguay a 130 kilómetros de Montevideo, Punta del Este se alza sobre una larga península de arena y piedra. Se trata este de uno de los centros turísticos más importantes del país elegido todos los años por los turistas no solo uruguayos, sino también argentinos, paraguayos y brasileños, entre otros.

Un destino exclusivo que se divide en dos partes: la playa Mansa y la playa Brava. La primera posee aguas tranquilas mientras que la segunda se presenta con un mar más rebelde.

Así, Punta del Este cuenta con una arquitectura que va desde las pequeñas casas de playa hasta edificios modernos y mansiones millonarias. Su calle principal es la Avenida Gorlero, un paseo obligado para cualquier visitante.

En tanto, en las cercanías pueden visitarse lugares tales como Portezuelo, Solanas y Punta Ballena, la Isla de Lobos ubicada frente a la playa Brava, la isla de Gorriti que conserva los restos de unas fortificaciones españolas del período colonial y José Ignacio.

Piriápolis

También llamada la Ciudad del Sol, esta se ubica a tan sólo una hora de Montevideo. Un sitio tranquilo y hermoso en el que los cerros mueren en el mar. Así, la costa de este lugar varía entre los sectores rocosos y los arenosos.

Una excelente opción para relajarse mientras se disfruta del paisaje, de sus tranquilas calles, de un paseo por su Rambla y su puerto, además de una visita al reconocido Templo de San Antonio.

Con una estructura preparada para recibir al turismo, la vida nocturna también tiene mucho para ofrecer a los visitantes con bares, discos y casinos.

Colonia del Sacramento

Fundada hacia 1680, ubicada a 177 kilómetros de Montevideo y declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad esta ciudad colonial cuenta con sus construcciones totalmente conservadas.

Colonia del Sacramento Así, los viajeros disfrutarán de caminar por sus calles, llegar hasta el faro, visitar las iglesias, museos y casas antiguas y encontrar la Plaza de Toros. Un viaje en el tiempo ideal para un fin de semana de relax.

Carmelo

A orillas del Río de la Plata la ciudad se ubica a 250 kilómetros de Montevideo en las cercanías de Colonia. Allí sus arenas sorprenden por lo blancas y finas y sus atractivos tienen mucho que ver con la naturaleza y la historia.

De este modo vale la pena recorrer la Plaza de la Independencia, la Casa de la Cultura, el Archivo y Museo Parroquial del Carmen y el arroyo Las Vacas.

Claro que, como muchas ciudades uruguayas, la rambla es un paseo obligado completando el circuito con un recorrido por el amarradero de yates y la hermosa playa Seré.

Via: diariodelviajero

14 abril 2009

Tu equipaje perdido puede estar colgado en internet

Cuando hablamos de las maletas perdidas, demoradas o desaparecidas mencionamos el tema que pasado cierto tiempo el equipaje no reclamado va a subasta o se dona a ONG’s.

Ahora descubrimos que la maleta que nunca volvió a tus manos al regreso a casa, o la que llevaba todo tu equipo de playa para las vacaciones o la ropa para el congreso al que tenías que asistir, puede estar expuesta en internet.

Con un objetivo entre plástico y voyeurista un artista compra en esas subastas maletas y piezas de equipaje olvidadas por sus dueños, para convertiras en obras de arte.

Por los datos que figuran en la página web de este proyecto no sabemos si es autor o autora, sin embargo sí sabemos que en algún momento ha perdido su propio equipaje que nunca recuperó. Y esa experiencia le ha llevado a plasmar estas “obras”.

Compra en subasta las maletas, para después abrirlas (ya son suyas de pleno derecho) y diseccionarlas cual sapo en laboratorio para fotografiar su contenido. La idea no es mala, casi diría que plásticamente interesante… mientras no encuentre mi ropa interior como parte de la naturaleza muerta.

Eso sí, si identificas tu equipaje y pertenencias entre las que forman parte de Is this your luggage? (¿ Es este tu equipaje ?), está dispuesto a devolvértelo, supongo que a cambio del dinero que tuvo que pagar por él. Este último tema no está bien aclarado, pero deja un email para tomar contacto y tratar de recuperar el bañador, ese juguete personal que llevabas escondido, o tu traje de novia.

Sitio web: Is this your luggage ?

Chile: El desierto, la cordillera y los volcanes

Entre lo inhóspito y lo bello, el pueblito chileno de San Pedro de Atacama cautiva a quienes se le atreven. Sus asombrosos paisajes de volcanes, géiseres, lagunas, dunas y minas de cobre, son la prueba de transformaciones geológicas milenarias y el resultado de un escenario que no conoce la lluvia. Convertido en uno de los suelos más secos del mundo, su asentamiento nace a la vera del río que lleva el mismo nombre, y donde algunas excursiones invitan al fascinante mundo del desierto.

Silencio y aridez

Poco menos de 100 km separan a San Pedro de Calama (ciudad y aeropuerto más cercano) y unos 1.670 km de Santiago. Ubicado a 2.470 metros sobre el nivel del mar, en el altiplano de la II Región de Chile, unas 5.000 personas forman parte de su poblado estable. Además de la pequeñez y lejanía de las grandes metrópolis, su atractivo radica también en la importante cultura atacameña, por la cual la zona es considerada una capital arqueológica del país trasandino. Claro que ante semejante paisaje, el turismo se ha establecido como la mayor fuente de ingresos del lugar, y el pueblo se organiza para prestar servicios a los más visitantes de todo el mundo.

Desde el centro varias agencias suelen recomendar un guía para la aventura, que permite descubrir los secretos de algunos interesantes sitios para quien pueda contar con sus servicios. Para cualquiera de las excursiones se recomienda una camioneta, ya que los circuitos son plenamente off road.

Desde Awasi, un hotel rústico que se erige como un antiguo solar rodeado de un muro histórico, parten excursiones a las entrañas del desierto, donde todo es fascinación, y la amplitud térmica entre el día y la noche otro impredecible del viaje.

Océano blanco

Las salidas comienzan en general por la mañana, y alcanzan unos pocos kilómetros para comenzar a ver siluetas de volcanes, lagunas y géiseres, sobre un blanco radiante de la salina. La rareza del suelo escupiendo vapor llama la atención de los más inconmovibles, y es una de las paradas predilectas de cada excursión.

De allí, se parte al perfecto espejo de agua formado por el emergente del salar. Hay que hacer otros 40 km hasta los volcanes Licancabur y Lascar, como paso previo al poblado de Toconao, famoso por sus construcciones en piedra liparita. Llegar aquí implica una visita de medio día, y la parada obligada en los puestos artesanales permitirán obtener regalos a muy buen precio. Para el regreso queda la Quebrada de Jere, el cañón por el cual corre el único cauce de agua dulce en los alrededores, y las ruinas de antiguos huertos de pobladores originarios, que se encontraban en pleno desierto.

Pero si se pretende explotar al máximo la estadía, no hay como llegar al Valle de la Luna, un bucólico anfiteatro a cielo abierto y frente a la Cordillera de la Sal, apenas a 15 minutos del pueblo. Allí el reto consiste en caminar por el "hilo" que parece su sendero trazado en su duna principal. Mirador de lujo, desde ahí es posible apreciar una extraordinaria superficie "lunar", y las insólitas formaciones geológicas que siguen su remodelación por la permanente acción del viento.

Géiseres y piletas

Para una visita de día completo hay que llegar al Tatio, un campo geotérmico ubicado en plena cordillera andina y a 4.200 metros de altura. La excursión dura unas ocho horas (incluye almuerzo) y acerca a las extrañas e incesantes fumarolas de vapor que brotan de los cráteres. Cerquita, aguarda el piletazo en las termas de Puritana, unos pozos de agua a 30 grados centígrados, ideales para recuperar la energía.

Administrados por el Hotel Explora, los bañados están abiertos a todo público. Y si el baño salado es una debilidad, otro día de aventura tiene como objetivo las lagunas Miscanti y Miñique, espejos de agua ubicados a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y parte de la Reserva Nacional Los Flamencos.

Para cerrar un día de nado pleno y con el marco de la cordillera de los Andes, el destino será ese conjunto de tres lagunas llamado Laguna Cejar. Allí, además de contemplar esa belleza, es posible realizar una curiosa prueba: la imposibilidad de hundirse, como sucede en el Mar Muerto de Israel.

Antes del adiós, San Pedro propone una caminata por el pueblo, la plaza, la iglesia mayor y el museo, son un resumen de un asentamiento que conjuga a la perfección su pasado con el creciente turismo moderno. Rico en artesanías, el asentamiento ha seguido esta tradición como un rito ancestral.

Esta historia se encuentra resguardada en el museo Arqueológico Gustavo Le Paige, que cuenta con 380.000 piezas que corresponden a los orígenes de la cultura sanpedrina. Esas cerámicas, tejidos, cesterías, tallados en madera, cobre y bronce, llegan desde los pueblos originarios, hoy a la venta en muchos de sus locales. Tejidos de lana de llama, alpaca y oveja, y las creaciones en piedra volcánica de la localidad de Toconao, son el regalo ideal para la vuelta a casa.

Los Estados Unidos quieren restringir el turismo hacia la Antártida

Los 14 millones de metros cuadrados del blanco continente de la Antártida corren peligro ante al creciente afluencia de turistas de los últimos años. Por ello, Estados Unidos intenta colocar algún tipo de barrera a estos movimientos, de manera tal de preservar este ecosistema tan delicado y fascinante. Por si fuese poco, cualquier cambio en los cascos polares repercute en el clima de todo el mundo, ya que su masa de hielo regula la temperatura global.

El proyecto norteamericano tiene por objetivo endurecer las regulaciones a las embarcaciones con turistas que llegan en forma numerosas hasta aquellas latitudes, para evitar el daño que producen. Hillary Clinton, Secretaria de Estado, fue quien hizo pública esta intención en su discurso de inauguración de la reunión conjunta del Consejo Consultivo del Tratado Antártico y del Consejo Ártico.


Algunos de los puntos de la nueva normativa incluirían un mayor número de salvavidas reglamentarios en las naves – para garantizar la seguridad de los turistas en caso de emergencia – y el control del vertido de líquidos tóxicos por parte de barcos turísticos.

Las nuevas reglas sólo entrarán en vigor si las aprueban todos los países del Tratado Antártico, un total de 47, por lo que Clinton urgió a “todos a moverse lo más rápido posible”.

Vía: Heraldo de Aragón

08 abril 2009

En 2014 todos a Maracaná (Río de Janeiro)

El estadio de Maracaná es junto con el Cristo Redentor y el Pao de Açucar, otro de los símbolos no solamente de Río de Janeiro, sino de todo Brasil. Además, este emblemático recinto fue durante muchos años el más grande del mundo.

El pasado 30 de octubre de 2007 la FIFA asignó oficialmente a Brasil la organización de la Copa del Mundo de fútbol de 2014. Por lo tanto, los brasileños tienen claro que la final se celebrará en este mítico estadio y ya lo están preparando para la ocasión.

Si viajamos a Río de Janeiro, tenemos la posibilidad de visitar el campo que está considerado como el templo del fútbol. ¿Os apetece un tour por el estadio en el jugaron, juegan y jugarán los mejores futbolistas del mundo?

No será la primera vez que se celebre una final de la Copa del Mundo, ya que en 1950 la selección de Uruguay le ganó a Brasil en un partido que pasó a la historia como el ‘Maracanazo’. A este encuentro asistieron más de 200.000 personas y de está manera se batió un récord en cuanto a asistencia de público a un partido oficial.

La superficie total ocupada es de unos 200 mil metros cuadrados y su forma oval ocupa un perímetro de 800 metros. Solamente estadios como el Azteca de México le superan en tamaño y número de espectadores.

Por unos 22 reales podemos comprar una entrada para realizar el tour por el Maracaná. Al contrario de lo que ocurre cuando visitamos estadios como el Bernabéu en Madrid, en el Maracaná no hay sala de trofeos, ya que no pertenece a un único equipo. El Maracaná es compartido por clubs como el Flamengo o el Fluminense.

Podemos visitar los vestuarios, las gradas y el palco, bajar al césped y al entrar al estadio podemos ver las firmas y las huellas de los pies de los mejores jugadores de la historia como Pelé, Maradona o Ronaldo.

Via: diariodelviajero

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