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11 noviembre 2008

Buenos Aires fue elegida como la mejor ciudad para el turismo gay

Buenos Aires es, sin dudas, un destino muy completo, atractivo, bello y multicultural pero, además, es una ciudad gay friendly por su apertura y su gran cantidad de actividades y establecimientos dedicados específicamente al colectivo homosexual.

Es por ello que, por segundo año consecutivo, la revista Out Traveler, especializada en turismo gay, la eligió como la mejor ciudad del mundo para la comunidad homosexual. De este modo, y con el doble de la cantidad de votos obtenidos un año atrás, Buenos Aires logró posicionarse primera y seguida por Barcelona y Amsterdam, respectivamente.

Es que la capital de la Argentina, con el resurgimiento del turismo en el país debido a cómo favorece el cambio monetario a los viajeros europeos y norteamericanos, sumado a su gran oferta cultural y nocturna, a sus atractivos arquitectónicos, a sus tours de compras y, además, a los diferentes circuitos gays, como lo son los barrios de Palermo y San Telmo, se ha convertido en uno de los paraísos para parejas homosexuales o viajeros solitarios que buscan descubrir a la misteriosa Buenos Aires.

Vía: Turismo 530

Argentina: La comarca de los bosques

En un recodo de los cerros más vistosos de la cadena andina, donde Neuquén estalla en lagos transparentes, bosques y ríos que bajan de la Cordillera a los saltos-, San Martín de los Andes descubre su aspecto de aldea de montaña con pretensiones de ciudad.
Es la base imprescindible para disfrutar de las recurrentes bellezas naturales que se distribuyen alrededor, un collar brillante y dotado de colores que encandilan: desde el azul intenso de los lagos hasta los picos nevados, todo reluce en este rincón seductor, atravesado por sonidos agradables y largos silencios.

El pavimento que serpentea desde Bariloche y Villa La Angostura anticipa imágenes de la magnificencia natural que espera a los turistas más al norte, donde la vistosa Ruta de los Siete Lagos es adornada por una larga secuencia de bosques de lengas, ñires y coihues sólo interrumpidos por hilos de agua que surgen envueltos en un murmullo apenas perceptible. Ya desde esa coqueta antesala del Parque Nacional Lanín es posible pasar de la mera contemplación a tomar parte activa del paisaje. Más que eso, sería lo ideal para estrecharse en un abrazo reconfortante con tanta belleza.

Por ejemplo, esa amable sugerencia del entorno puede empezar a plasmarse a través de una cabalgata por el cerro Abanico, con una vista permanente del lago Lácar a los pies. Los pliegues inferiores de la ladera verde surgen como una aparición y, de a poco, invaden los sentidos. Cada alazán que cabalga hasta la cascada Quila Quina se toma su tiempo para dar cada paso sin desviarse del sendero. Frena y toma impulso antes de superar un vado. Pero después apenas trota y retoma el ritmo parsimonioso. Semiocultos por una alfombra de flores silvestres, los pobladores no dejan de hachar, cargar leña, arrear ovejas y reforestar robles y raulíes.

Una cascada en las alturas

Más arriba, el camino se estrecha, muta en una angosta huella que se acomoda con dificultad en la cornisa y una espesa cortina de pellines, cipreses, raulíes, coíhues y radales se encarga de perfumar, refrescar y ensombrecer el ambiente. Del lago apenas se espían delgadas vetas celestes. Entonces, la furiosa cascada que se transforma en el río Quila Quina gana el centro de la escena.

En San Martín de los Andes, cada detalle de la Naturaleza ejerce un extraño influjo sobre los visitantes. Por eso, induce a buscar el momento preciso para embarcarse en cada uno de los paseos posibles. El abordaje del circuito de los Siete Lagos debería despegar con una navegación de día entero por el lago Lácar. El trayecto en lancha brinda la posibilidad de recrear la vista (una obviedad en estos parajes) en el paraje Hua Hum -recostado sobre el límite con Chile- y la villa turística Quila Quina.

Del mismo modo, se puede disfrutar durante horas de la magnificencia del lago Escondido y las termas de Queñi a través de una excursión al Parque Nacional Lanín en 4x4. Hacia el norte, pasando por la pintoresca iglesia y el Centro Cultural Mapuche de Junín de los Andes, el río Chimehuín viborea, en un trayecto a pedir de los más experimentados pescadores de truchas con mosca. A su vez, un catamarán hace frente al intenso oleaje de los lagos Huechulafquen y Epulafquen, hasta alcanzar la franja de lava de 6 km del volcán Achen Niyeu. Para coronar tal exquisitez, se levanta al fondo la cumbre siempre nevada del volcán Lanín (de 3.776 m de altura) y el manchón verdoso del lago Paimún.

En la ciudad, la gastronomía es una acabada síntesis de los tentadores sabores de la zona: el paladar se solaza con abundantes platos a base de trucha, ciervo, cordero, guanaco y jabalí y salsas de hongos o de frutos rojos. Las piezas sueltas se suman y parecen perderse en un plano infinito. Son los brillos de una joya preciada, posible de alcanzar.

Reabre sus puertas el Museo del Oro de Colombia


Luego de diez años dedicados a su restauración, no sólo en cuanto a lo edilicio se refiere, sino también en su museografía, el Museo del Oro de Bogotá, Colombia, volvió a abrir sus puertas al público.

De este modo el establecimiento podrá, nuevamente, exponer su numerosa colección de orfebrería prehispánica considerada la más importante del mundo, no sólo por la cantidad, sino por la calidad de las piezas que la componen.

Pues ahora, luego de una década dedicada a la mejora del lugar y a una inversión cercana a los 20 millones de dólares, tanto los colombianos como los viajeros extranjeros podrán disfrutar de este maravilloso lugar que los llevará a viajar en el tiempo a través de joyas, máscaras y objetos cotidianos o rituales fabricados en metales preciosos, cerámicas, hueso y madera, entre otros materiales nobles utilizados por las culturas prehispánicas que habitaron el territorio colombiano.

Entonces, entre los cambios efectuados en el Museo se encuentra el de haberse adaptado a una nueva narrativa en lo que tiene que ver con el ciclo de la metalurgia en aquellos tiempos, en aquel lugar…

Por su parte, los cambios en la arquitectura tienen que ver, entre otras cosas, con la incorporación de vitrinas controladas por sensores de precisión, un interesante sistema de iluminación que ahorra grandes cantidades de energía, salas de exhibición totamente renovadas en las que las piezas exhibidas son las únicas protagonistas y, además, dispositivos audiovisuales didácticos.

Ya lo sabes, ahora, en Bogotá, tienes una nueva atracción para visitar y conocer un poco más de las diferentes culturas que habitaron o habitan Colombia.

Vía: Revista Ñ

03 noviembre 2008

Argentina: Por la Ruta del arriero

Un proyecto que recrea las travesías de los baqueanos que cruzaban de Argentina a Chile hasta hace un siglo.

La iniciativa apunta a brindar la posibilidad de recorrer los caminos que transitaban los arrieros en tiempos de la Colonia y durante el siglo XIX y principios del siglo XX.

Estos experimentados pobladores de las zonas montañosas próximas a la Cordillera unían el Valle Central con los departamentos del este y el oeste a través de huellas y senderos de la Puna, para transportar mercadería y arriar ganado. Llevaban vacas, caballos, mulas y burros, además de tejidos, hasta llegar a Chile por el Paso de San Francisco y a Bolivia, a través de Antofagasta de la Sierra. La travesía se inicia en San Blas de los Sauces y, entre otros pueblos, atraviesa Cerro Negro, La Punilla, Tinogasta, Fiambalá y Las Tamberías.

De acuerdo al mapa presentado por la Secretaría de Cultura provincial, este circuito se complementa con la "Ruta del adobe", que, a lo largo de 50 km desde Tinogasta hasta Fiambalá, exhibe centenarias construcciones de piedra, madera, adobe y paja.

Brasil: Un museo del fútbol en honor al Rey Pele

Desde este mes, los fanáticos del fútbol en todo el mundo cuentan con su museo, en donde a partir de modernos elementos multimedia podrán disfrutar de lo que es la historia de este deporte nacional para el populoso país de 190 millones de habitantes, cuyas tierras han dado una constelación de estrellas destacadas en el manejo del balón, pero el sol en ese firmamento, sin dudas tiene nombre y apellido, Edson Arantes do Nascimento, conocido como Pelé.

Brasil ha obtenido a lo largo de su historia cinco copas del mundo, siendo el equipo que más veces ha alcanzado este pedestal, y se autodenominan los “pentacampeones”. Dentro de las instalaciones del estadio Paulo Machado de Carvalho, “Pacaembú”, en la gigantesca San Pablo, un despliegue de 6.900 metros cuadrados da cuenta de esta historia, indivisible del adn brasileño.

La primera muestra del museo se denomina “la marca del Rey”, y hace referencia a las glorias alcanzadas por Pelé, de tales dimensiones que los seguidores lo coronaron como el monarca del fútbol, y sólo el argentino Diego Maradona ha podido estar a la altura de su trono. En ella, se exponen piezas y recuerdos, al conmemorarse el primer título mundial de los “verdeamarelhos”. En aquella ocasión, el astro se calzó la casaca de Brasil, tal como lo hizo en cuatro ocasiones más, tres de las cuales tuvieron como resultado el dorado trofeo en manos brasileñas.

Bajo las gradas del monumental estadio, los visitantes podrán conocer la historia de este deporte, en Brasil y en el mundo, aunque asombra la popularidad que ha alcanzado en este país, teniendo en cuenta que comenzó como un deporte de elite, exclusivo de los inmigrantes europeos que lo introdujeron.

El Ministro de Turismo Caio de Carvalho declaró que se esperan unas 600.000 visitas al año. Este lugar será sin dudas la meca de los fanáticos de este deporte, que despierta pasiones inexplicables.

Vía: Futbol Red


Bolivia: En la ciudad de la plata

La primera mirada invita al silencio, a la contemplación minuciosa de los detalles. Potosí, la antigua ciudad de la plata, marcha con un ritmo calmo y guarda aún en sus entrañas las memorias de un tiempo en el que supo ser una de las poblaciones más importantes de América, con 160.000 habitantes en el siglo XVII. Transitar sus callecitas adoquinadas, de veredas casi inexistentes, implica sumergirse en las huellas de la colonia, sobre todo en el aspecto arquitectónico.

Ese pasado de esplendor ya no existe, aunque hoy la ciudad se ilumina con sus múltiples fiestas populares, que rescatan el valor de la tradición y la hermandad de un pueblo esencialmente minero.El departamento de Potosí es uno de los nueve en que se divide Bolivia, al sudoeste del país, en las planicies de la Cordillera Oriental de los Andes.

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, la ciudad se ubica a más de 4.000 msnm, lo que la convierte en la segunda más alta del mundo. Sin embargo, está sumergida en un valle ondulado, lo que le da a sus calles una pendiente permanente. Por eso, para conocerla sin sufrir el rigor de la altura conviene caminar sus calles sin prisa y, de paso, apreciar así cada detalle.

Desde los cerros circundantes se puede observar casi por completo la totalidad de las casitas, los edificios de su centro cívico y la imponente construcción de la Universidad Tomás Frías.

La plaza y los templos

El primer vistazo a la ciudad puede darse desde la plaza mayor, eje central de las fiestas locales y de su riqueza cultural.

A unas cuadras, en los mercados, tejen y venden sus productos las cholitas, vestidas con ropa hecha a mano como sus ancestros quechuas. Algunos de sus descendientes, en cambio, ya se han adaptado al incontenible paso de la modernidad.

En el camino aparecerá alguna de las 80 antiquísimas iglesias, templos y monasterios de la ciudad, algunos con varios siglos de historia. La Torre de la Compañía, con tres cúpulas y 32 columnas salomónicas, es una muestra de la espiritualidad de la época. Poco más adelante (18 kilómetros camino a Oruro), los baños termales de Miraflores y sus sulfurosas aguas proponen un día a puro relax, bajo un magnífico marco natural.

Pero si de recuperar energías se trata, cómo no probar la cazuela de Potosí, una sopa a base de maní, con papas, arroz, carne o pescado; o los chambergos, roscas de harina con azúcar molida. Para los más valientes, el desafío será el picante de pollo, con ají amarillo en cantidades considerables. Pero si la idea es recorrer la ciudad sin pausa, lo ideal no es ingerir comidas pesadas que hagan de la altura un verdadero rival.

Mitos y leyendas

La excursión más requerida, que se puede contratar en alguna de las decenas de agencias del centro de la ciudad, conduce a las minas que, según recientes estudios, aportarán riquezas durante 500 años más.

Mitos y leyendas se entrelazan en torno de su cerro Rico. La más nombrada cuenta que fue el indio Diego Huallpa, buscando una de sus llamas, quien subió al cerro y arrancó unas matas de paja donde brotaba una veta de plata del tamaño de un hombre, como una vena emergente del corazón de la tierra.

Descubierto el tesoro, llegaron los españoles desde Porco, donde ya se trabajaban minas desde la época incaica, para hacer de esa montaña un milagro económico que benefició a Europa.

La extracción de plata, estaño y otros minerales sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso de gran parte de la población de Potosí.

Al llegar a la mina se acostumbra comprar hojas de coca para agasajar a los mineros, quienes permiten a los viajeros conocer el lugar que les da y les quita la vida, ya que es difícil que un minero pase los 45 años de edad.

Sólo unos pasos por los estrechos caminos alcanzan para comprender la dureza de su trabajo en los más de 5.000 túneles de la montaña.

Todo el tiempo se habla del "Tío", el espíritu que, según los mineros, habita las minas y es dueño de la riqueza escondida y de la vida de los hombres.

Los mineros brindan a su nombre, le ofrendan hojas de coca y le piden permiso para realizar la extracción de metales. Sus imágenes aparecen en cada uno de los socavones.

Otro de los imperdibles de la ciudad de Potosí es el Museo Casa de la Moneda. Su edificio es para los expertos una de las construcciones más importantes de la arquitectura colonial de Sudamérica. Sus salones atesoran pinturas, esculturas, monedas y hasta momias, que la visita guiada permite observar y admirar.

En el primer piso del Museo, bajo riguroso control, descansan tres inmensos conjuntos de engranajes de madera, como paletas de viejos barcos a vapor: son las maquinarias de laminación para acuñar monedas, que siglos atrás producían para gran parte del mundo.

En su planta baja todavía se puede observar en el piso la marca circular de los animales y las pisadas de los indígenas, que hacían girar los engranajes para convertir el metal en monedas. Vigas de cedro soportan pisos y techos, y sus piezas fueron traídas una a una desde España.

Una importante colección de cuños y troqueles termina por ofrecer la inolvidable experiencia de hacerse una moneda propia, como recuerdo del paso por la ciudad de la plata.

23 octubre 2008

Para lavarse los dientes sin cepillo

Hay momentos, durante un viaje, en los que lavarse los dientes es difícil, ya sea porque estamos realizando un viaje largo, o porque de pronto estamos en una expedición por algún rincón del mundo lejos de las facilidades de la civilización. Sin embargo el hombre es un animal de costumbre, y después de muchas horas sin higienizarnos la boca – en especial si comimos o dormimos – nos sentimos realmente muy incómodos, y no queremos hablar con nadie muy de cerca.

Para estos casos es ideal este producto Floss & Wipe, muy fácil de llevar en cualquier bolso o mochila, ya que ocupa muy poco lugar. Se trata de unos pequeños sobres, que contienen un trozo de tejido especial, y un trozo de hilo dental.

Simplemente tenemos que proceder a limpiar los dientes con la tela, pasar el hilo, volver a limpiar con la tela, y listo. Desechamos el dispositivo – que es descartable y viene envuelto individualmente – y ya refrescamos nuestro aliento hasta tanto encontremos un lugar para higienizarnos adecuadamente. Contiene menta, que ayuda a sentirnos frescos y limpios, y xylitol, que protege el esmalte.

Claro está que no reemplaza un cepillado correcto, pero nos ayuda a salir del paso en ciertas situaciones que se nos presentan cuando viajamos. Me pareció un excelente producto para el bolso de mano a la hora de viajar, que ayudará a que nos sintamos más a gusto durante la travesía.

Vía: Travel Product Guide

Brasil y Chile, esa gran tentación

El rumor ya está instalado. Que ante la crisis mundial y la devaluación del real y del peso chileno, a los turistas este año les convendrá cruzar la frontera para ir a veranear. Amenazados ante la posible pérdida de turistas, Uruguay que en unos días lanzará una fuerte campaña de promoción en Argentina, pondrá como anzuelo medidas que ya anunció el Ministerio de Turismo. Incluye un sistema para la devolución de impuestos a los extranjeros (como el que rigió el año pasado) y medidas que apuntan a evitar subas de precios, que en estas circunstancias de inestabilidad podrían operar como factor disuasivo para los visitantes. El feriado del 12 de octubre fue para los uruguayos un botón de muestra de lo que puede llegar a ser la temporada de verano. Según los diarios locales se notó "fuerte presencia argentina" en Colonia, Montevideo y Punta del Este. Ya empiezan a arrimar agua a su molino.

Pero lo cierto es que los empresarios del turismo en Argentina relativizan estas afirmaciones. "Se están haciendo apreciaciones como si se tratara de futurología. La devaluación del real y del peso chileno ha sido una corrida netamente de resguardo de capitales. Hoy es más barato viajar a Brasil y a Chile para los argentinos, pero no podemos saber qué pasará en diciembre. Lo que sí podemos afirmar es que el país más barato para los argentinos, va a ser Argentina", dice Ricardo Roza, vicepresidente de la Cámara Argentina de Turismo y organizador de la Feria Internacional de Turismo (FIT).

La única afirmación que puede hacerse es que aún no se sabe a ciencia cierta cómo se comportarán los mercados cruzando las fronteras.

Rutas de viaje seguras por Colombia

Estoy planeando un viaje de tres semanas por Sudamérica para finales de año y una de mis primeras opciones que me propuse fue Colombia. Mi tipo de viaje es de mochila a la espalda e internarme por las cordilleras conociendo pueblos y el interior del país. Tengo una debilidad especial por escaparme de la ruta convencional y la imagen exterior de Colombia no parece ser la mejor para este tipo de viajes. Para mi lo ideal es caminar o moverme en transporte público, de pueblo en pueblo, en zonas preferentemente montañosas. Dormir y comer en aldeas y disfrutar de la gente y la naturaleza. Así que debía informarme sobre Colombia antes de subir al avión ya que me veía a medio camino entre las FARC y las anacondas calculando en qué lugar dormiría más calentito la próxima noche…

¿Qué zonas son seguras para realizar un viaje mochilero usando las patitas por Colombia? Es la pregunta que formulé en varios foros y me costó encontrar información actualizada y detallada al respecto. Para este tipo de cosas no acostumbro a fiarme mucho de las guías ya que acostumbran a ponértelo todo negro desde el principio. Serán cosas de demandas yankees absurdas que acaban en tribunales… “En la guía no ponía que hacer submarinismo entre los tiburones del Caribe era peligroso” u otras sandeces por el estilo.

A raíz de un comentario en este blog, entablé conversación con Fabián Pérez, un lector del Diario del Viajero colombiano que me ayudó a encontrar información sobre qué lugares son seguros en Colombia hoy en día y pueden visitarse sin problemas.

Fabián me recomendó dos opciones con las que podría recorrer una gran cantidad de pueblos, cada uno con una riqueza cultural, gastronómica, arquitectónica y paisajista impresionantes:

El Eje Cafetero: Comprende los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas. Todos los paisajes que comprende este “circuito turístico” son de admirar. La gente es muy amable y se esfuerzan por hacer sentir bien al turista. Hay desde los climas templados hasta los fríos. Lugares para conocer de todo tipo como el parque de los Nevados, las aguas termales de Santa Rosa de Cabal así como Pereira, Manizales, Quimbaya, Montenegro y perlas culturales como el carnaval del diablo de Riosucio. Nos cuenta Fabián que la última vez que estuvo en la zona encontró una gran presencia de extranjeros.

El altiplano cundiboyacense: Comprende los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Cabe mencionar que en esta región está ubicada la capital, Bogotá. Para escapar a zonas más rurales y con legado colonial como Boyacá donde existen lugares como Villa de Leyva (un pueblo colonial con la plaza principal más grande de Colombia), Chiquinquirá, Ráquira, el Puente de Boyacá (lugar donde se libró una batalla decisiva para la independencia de Colombia), la laguna de Tota, el famoso nevado del Ruiz, Moniquirá y las aguas termales de Paipa. Cualquier atractivo turístico está cerca a un pueblo. En Cundinamarca, existen lugares como Zipaquirá, Nemocón, Guatavita, Neusa, Sisga, Tominé, Sopó, Tocancipá, Fusagasugá, Suesca, La Calera, Bojacá, entre otros. En general, en el altiplano el clima es predominantemente frío.

Además de estas dos opciones, también existe la posibilidad de viajar a Antioquia o a los Santanderes.

En Antioquia hay una gran cantidad de pueblos que también tienen mucho para mostrar con Medellín como capital y opción ideal para repostar y entrar en el día a día de una ciudad colombiana.

Tanto en el eje cafetero como en el altiplano, la infraestructura hotelera es variada con posibilidades de dormir en hoteles o en posadas. Estas últimas son por ejemplo fincas o casas rurales que ofrecen el servicio de hospedaje y son económicas. Si por el contrario, quisieras algo menos económico, en algunas pueblos hay hoteles así.

En toda Colombia la gastronomía es bastante variada y en cada región ofrecen comidas distintas que son deliciosas.

Es una lástima que recibiera la información de Fabián días más tarde de decidirme por Perú ya que no encontré por las vías convencionales una respuesta a mis dudas sobre la seguridad en Colombia en zonas remotas. De todas maneras, la información que me ofreció gentilmente Fabián y este post me servirán para un futuro viaje a Colombia que espero realizar en un futuro próximo.

Via: diariodelviajero

Argentina: Ese hechizo de la fauna patagónica

De pronto, el tiempo parece detenerse. La escena es conmovedora. Una gigantesca ballena de doce metros de largo y 30 toneladas de peso emerge y se sumerge muy cerca de mis brazos. Detrás, otra ballena respira, y una lluvia de agua y aire alborota el mar azul, cerca de la costa de Puerto Pirámides, en Península Valdés, Chubut.

Al rato, un macho pasa por debajo del bote en el que flotamos. Ante nuestras miradas de asombro, Micky Sosa, el capitán a bordo, se ríe a carcajadas. "Ellas saben lo que hacen. ¡Disfruten!", dice. Una nena que no tiene más de seis años está extasiada. La madre cuenta que muchas veces mirando tele llora de miedo, pero acá festeja con gritos de alegría cada aparición de las ballenas.

Sin dudas, hay un antes y un después de este mágico encuentro con las ballenas para ese puñado de turistas.

La empresa Peke Sosa hace el paseo todos los días -dura una hora-, con un precio de 180 pesos por persona. Además, por 100 pesos, se puede zarpar en un crucero de mayor capacidad, aunque con un clima menos íntimo. La premisa, siempre, es acercarse a los cetáceos sin incomodarlos. Dejar que ellos elijan cómo y en qué momento mostrarse.

La ballena franca austral llega a Península Valdés en mayo. Entre julio y agosto es cuando más ejemplares se pueden ver. De allí en adelante, las madres cuidan a sus crías y les enseñan a moverse en el agua.

En noviembre, empieza la retirada. Justo en esa época aparecen con mayor frecuencia las impresionantes orcas y también los delfines.

Punto de partida

El pueblo de Pirámides, en el Golfo Nuevo y a 100 km de Puerto Madryn, es la base ideal para dormir y desde allí salir a recorrer la excitante Península Valdés, declarada en 1999 Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

Valdés tiene una superficie cercana a los 4.000 km cuadrados y su carácter insular genera una diversidad de flora y fauna muy peculiar. La zona tiene vegetación baja-la única resistente al viento del Sur- y propia de la estepa, con mucha hoja chica y espina, como el quilimbay, el alpataco y la jarilla. La temperatura alcanza los 30 grados en verano y en invierno pocas veces baja de los cinco durante el día, por lo que no se dificultan las salidas.

Puerto Pirámides promedia los 350 habitantes, con varias opciones de alojamiento. Desde el imponente spa y hotel Las Restingas -con habitaciones dobles con vista al mar- y The Paradise -una elegante hostería con habitaciones dobles que ofrecen una buena panorámica de la comarca- hasta posadas más económicas y el predio del camping.

Safaris fotográficos

"Si querés sacar fotos, tenés que andar por las rutas de la península. Los europeos se vuelven locos. El otro día, a un francés se le llenaron los ojos de lágrimas. Paré a un costado, abrió la puerta y salió corriendo a sacarle fotos a una tropilla de guanacos", cuenta el guía de turismo, un porteño que hace algo más de cinco años cambió el smog de la Capital Federal por los conmovedores paisajes de la Patagonia. Y no miente: las rutas de ripio son lugares clave para hacer avistajes y safaris fotográficos. El cielo casi siempre despejado contrasta con el paisaje amarillento y verde seco de la estepa. Si se mira con atención, se divisa alguna mara (la famosa liebre patagónica), un choike por allá (ñandú), más de un zorro, armadillos y llamativas aves, como la martineta.

Hacia Punta Norte

Un buen recorrido desde Pirámides es llegar hasta Punta Norte, por la ruta provincial 3. Ya en el extremo superior de la Península, se puede visitar la Estancia San Lorenzo, que ofrece un almuerzo con cordero patagónico y ensalada criolla, con una picada de quesos y fiambres como entrada y flan casero como postre, a razón de 85 pesos por persona.

Aquí, se propone catar vinos de la bodega patagónica Humberto Canale, de Río Negro. La gama de precios va de los 40 a los 180 pesos, según la elección.

Desde la estancia también se puede realizar una excursión hasta la colonia de pingüinos de Punta Norte. "Sólo permitimos la presencia de 20 personas en el recorrido de la pingüinera", advierte Julián Zanni, manager de la estancia. El paseo cuesta 55 pesos y permite observar a unos 350 mil ejemplares de la especie Magallanes, nidificando en la playa. El trayecto tiene un camino de ingreso y otro de salida, para que el público no circule por el mismo sendero perturbando a los pingüinos, que se reúnen con su pareja en fosas de poca profundidad, a lo largo de la costa.

En Punta Norte también se pueden observar elefantes marinos y, entre octubre y abril, orcas surcando las aguas. Las orcas también pueden verse en Punta Buenos Aires -sobre el Golfo San José- y Caleta Valdés. En verano se estacionan cerca de las playas para comer crías de elefantes y lobos marinos. Y cuando escasea el alimento, la orca es la única especie que, en grupo, se atreve a atacar las ballenas.

Bajando de Punta Norte por la ruta provincial 47 se recorre toda la costa este de la península, de cara al Atlántico, con la posibilidad de observar aves, como albatros de ceja negra, ostreros, gaviotas cocineras y petreles gigantes, entre otras.

Entre dos golfos

La entrada a Valdés, un área natural protegida, cuesta 14 pesos. El ingreso es por el istmo Ameghino, que ofrece una vista panorámica de los golfos Nuevo, al sur, y San José, al norte, estanques naturales que entre octubre y abril eligen los delfines. Allí se encuentra la Isla de los Pájaros, que fue inspiración del aventurero francés Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito.

Un científico estadounidense que trabaja en el equipo de Roger Payne -máxima autoridad científica mundial en el estudio de la ballena franca austral- asegura que hay pocos lugares del mundo tan conmovedores como Península Valdés. Sólo percibe algo parecido, cuenta, en la isla Galápagos. Y dice que aún hay mucho por investigar sobre estos lugares y especialmente sobre la vida de animales tan enigmáticos como las ballenas. Luego se queda en silencio, mira hacia el horizonte y parece emocionarse.

15 octubre 2008

Y Tú ¿Qué Sabes de Bogotá?

Journeys, un juego para viajar online

Journeys es un juego con el que podremos viajar, vía nuestro navegador de internet, a todos esos lugares a los que no podemos ir físicamente.

Al registrarnos podemos elegir nuestro lugar de origen, personaje y vehículo, y comenzar a viajar por los lugares más exóticos del mundo.

En el sitio se combinan fotografías con mapas e información aportada por usuarios que han estado en cada destino, conformando una auténtica experiencia de viaje virtual.

El juego está todavía en fase alpha, por lo que puede tener algunos fallos. Por ejemplo no he conseguido que funcione con Safari ni con Firefox.

Aparte de entretenernos jugando puede servirnos también para explorar destinos antes de viajar, o para decidirnos por uno en concreto, en función de lo que descubramos en él.

Vía: Killerstartups

Argentina exige una tasa de entrada a los viajeros

Argentina es así. Actúa muchas veces con esos arranques de rabia adolescente sin medir sus consecuencias. Únicamente así puedo comprender una decisión gubernamental de los últimos días que establece la exigencia de una “tasa de reciprocidad” para extranjeros que visiten el país (¡ qué arte para los eufemismos !)

Movido por un sentimiento de absurdo revanchismo, el gobierno pensó: “Si vos me cobrás visa para entrar a tu país, yo te cobro a vos también” Y rápidito (para buscar ingresos somos muy “rapiditos”) fijó una tasa de ingreso a viajeros de países que piden el pago de visa a turistas argentinos

Para colmo de males, la tasa tendrán que pagarla no sólo los turistas (con el consiguiente aumento de costes de su “paquete” ya de por sí muy elevado por el peso de un billete aéreo caro y por la nada despreciable cantidad de dinero que se necesita para morverse allí), sino que también alcanza a viajeros de negocios ( como si sobraran las oportunidades comerciales, ¿verdad? ) y a estudiantes ( ¡ así les damos un magnífico ejemplo de la cultura local !).

El Decreto 1654 lleva la glamourosa firma de la presidenta del país, y afecta a ciudadanos de Arabia Saudita, Botswana, Bulgaria, Canadá, China, Cuba, Puerto Rico, Egipto, Estados Unidos, Estonia, Ghana, Guyana, India, Kenya, Nigeria, el Líbano, Rumania, Rusia, Siria, Taiwán y Vietnam.

Por más que le llamen “tasa” y no “visa”, es una medida meramente recaudatoria y restrictiva. A pesar de las fuertes críticas de los sectores profesionales del turismo argentino, un ventarrón soberbio les da aires de grandeza a las autoridades que piensan hacer cambiar a países como Estados Unidos para que levanten su exigencia de visa a los ciudadanos argentinos.
Permítanme que me ría.

En un panorama mundial de restricción económica, cuando los viajeros disminuyen cada día ( pregunten a las compañías aéreas ) resulta paradógico tomar una decisión así. Sin tomar en cuenta esta última medida histérica, se habla de una caída del 15% en el negocio turístico argentino en los próximos meses.

Estados Unidos es el segundo país en cantidad de visitantes que aporta a la Argentina, después de Brasil, con casi el 8% del total. Entre 2006 y 2007, se incrementó en 7% la llegada de estadounidenses a la Argentina y 19% el arribo de canadienses.

Por un puñado de dólares, la Argentina abona una vez más una imagen negativa en algunos de los mercados que se sienten más atraídos por nuestro país. La tasa para visitar Argentina será similar al costo del visado que exigen esos países a los viajeros argentinos. Por ejemplo: desde los 30 pesos a los ciudadanos nigerianos, u$s 100 a los australianos a los u$s 131 a los estadounidenses.

Confundir “soberanía nacional” con negocios, en un panorama recesivo o en cualquiera, es no tener los pies en la tierra. Una imposición que costará muchas “campañas” remontar.

Si multiplicamos el monto de cada “tasa” por la cantidad de pasajeros afectados, veremos que se suman millones de dólares de ingresos sin un fin u objetivo claro de utilización (eso de ” dotar de mayor seguridad el sistema migratorio” es demasiado ambiguo). Tal vez allí esté la única razón real de la existencia de esta “tasa”

Via: diariodelviajero

Argentina y Chile: Por la Ruta de la Araucaria

El serpenteante lago Aluminé aparece este atardecer extraordinariamente "planchado", un espejo al que casi da pena surcarlo, para no deformar esos reflejos perfectos de cumbres nevadas y bosques de araucarias. Pero la excursión en kayak por esta inmensa geografía es demasiado tentadora. Bajo la guía de Hernán Gallina, los kayaks se deslizan suavemente y nos regalan postales inolvidables desde la superficie del lago, con el volcán Batea Mahuida como fondo, blanquísimo, destacándose sobre el cielo rojizo.

Estamos en Villa Pehuenia, al oeste de la provincia de Neuquén. Desde aquí hasta Curacautín, en la región de la Araucanía de Chile, no hay más de 150 km, aunque los inabarcables paisajes de montaña y la gran variedad de actividades que se pueden practicar se empeñen en hacer que la zona parezca mucho mayor, enorme. Montañas, lagos, ríos cristalinos, volcanes, parques nacionales, centros de esquí y un sinnúmero de actividades al aire libre se combinan a través de esta Ruta de la Araucaria, que fue presentada recientemente. El recorrido une la zona cordillerana de Neuquén con la de la Araucanía chilena, a la sombra de las araucarias o pehuenes, esos hermosos y milenarios árboles, sagrados para los mapuches -esta es la única región del mundo con bosque nativo de araucarias-. Un reciente estudio realizado en Chile dice que la mayoría de los turistas llegan aquí en busca de naturaleza y aventura, y en segundo lugar, por la gran oferta termal.

Para ver la zona en toda su magnitud ascendemos las laderas del Batea Mahuida -la cima está a 2.000 metros-, a cuyos pies se encuentra el pequeño centro de esquí administrado por la comunidad mapuche puel. Mate de por medio, el cacique -lonco- de la comunidad, Manuel Calfuqueo, me cuenta los planes para crear más pistas e instalar nuevos medios de elevación, y pienso que nada mejor que estas alturas para captar este mágico lugar en toda su dimensión: el lago Aluminé y la península donde se asienta Pehuenia, poblada de araucarias, los volcanes Lanín, en Argentina -dentro del Parque Nacional Lanín-, y Villarrica, Llaima e Icalma en Chile, y ahí abajo el estrecho paso La Angostura, que une los lagos Aluminé y Moquehue. Precisamente hacia allí nos dirigimos al bajar del cerro, en busca de una actividad bastante nueva en la zona: canopy, en un recorrido creado por Fernando López, de cinco etapas que permiten "volar" en tirolesa por distintos cables colgados entre las araucarias, y deslizarse haciendo rappel contra sus añosos troncos. Y todo a la orilla del lago, con el cerro El Colorado enfrente.

En Argentina, esta zona de bosques naturales de araucarias se extiende hacia el sur hasta Aluminé -con un caudaloso río, ideal para la pesca y el rafting-, y al norte hasta Caviahue, cuyo centro de esquí acaba de cerrar una temporada invernal récord. La cercana villa termal de Copahue, en tanto, se prepara para su próxima apertura, en noviembre, con sus reconocidas aguas mineromedicinales, fangos, algas y vapores, que se aplican en distintos programas de prevención y salud. Actividades de aventura y excursiones en el bellísimo entorno del Parque Provincial Copahue complementan a la perfección el relax termal.

Los cuatro volcanes

Cruzando a Chile por el paso Icalma y tomando la ruta 89, pasamos por Lonquimay y el Túnel Las Raíces, que con sus 4,52 km fue el más largo de Sudamérica hasta 2006. Apenas a la salida está la localidad de Malalcahuello, con termas famosas por sus aguas y su excelente infraestructura; un poco más adelante, Manzanar -nuevamente un centro termal-, y a pocos km Curacautín (significa "Piedra de reunión"), una población de casi 18.000 habitantes que en otros tiempos supo ser paso obligado de los pehuenches que vivían a ambos lados de la cordillera, y que en verano recolectaban piñones (fruto de la araucaria), que siguen siendo un importante alimento en toda la zona. De hecho, muchos chefs los han redescubierto y los utilizan en modernos platos gourmet, e incluso en riquísimos alfajores que se elaboran con harina de piñón.

Esta pintoresca comuna de la región de la Araucanía chilena está rodeada por cuatro volcanes, dos parques nacionales, cuatro centros termales y tres centros de esquí, entre otros atractivos. Desde los jardines del complejo de cabañas se ve asomar, tras la cortina de álamos, la silueta del volcán Llaima, de 3.125 metros, esbelta, perfecta. El volcán está dentro del Parque Nacional Conguillío, que atesora lagos, lagunas, milenarias araucarias y hasta un bosque sumergido. Justo antes de entrar al parque, resulta imperdible la vista del Llaima desde el mirador, una estructura de madera construida sobre un impresionante río de lava, eco de una antigua erupción. Muy cerca están los volcanes Lonquimay, Sierra Nevada y Tolhuaca, y a las puertas de este último, unas termas de película -casi a la misma latitud que Copahue, pero "del otro lado"-, con fumarolas que despiden vapores y aguas que surgen a 96 grados desde las profundidades.
Toda la zona es perfecta para cabalgatas, pesca, avistaje de aves (el Parque Nacional Tolhuaca posee una muy interesante guía de aves) y actividades más aventureras, como trekking (hay numerosos senderos autoguiados en los parques nacionales), canopy o rappel.
Y están, claro, los artesanos, como en todo territorio mapuche, maestros en trabajar madera o lana, como lo demuestra Luz María Yáñez con sus telares-murales hilados con rueca y teñidos con vegetales. O Sergio Abarca, con sus impactantes obras en metal. Ambos participarán en una gran exposición, en diciembre. Obligatorio volver, pienso, camino al paso Pino Hachado, regreso a Neuquén.

Por: Pablo Bizón

08 octubre 2008

Brasil Náutico

Recientemente, se ha lanzado una página web en Brasil dedicada a las prácticas náuticas. Siendo un país que cuenta con 8.500 kilómetros de litoral atlántico, la historia, la cultura y la vida de Brasil están íntimamente ligadas al mar. Por lo tanto, es un sitio ideal para los amantes de la navegación – que se complementa con un clima privilegiado – y por ello esta web es de suma utilidad para ellos.

La página ofrece información sobre distintos itinerarios turísticos y las actividades náuticas que en ellos se puede realizar. Desde luego, no faltan datos sobre el clima, permanentemente actualizados por el Instituto Nacional Meteorológico y la Marina de Brasil, y también sobre los atracaderos disponibles en cada ciudad, donde poder dejar la embarcación. Los mapas y las recomendaciones sobre las distintas rutas marítimas tienen su lugar, como así también todos los datos que podamos necesitar para nuestro viaje.


También hay artículos, sugerencias, calendario de eventos y competiciones. La historia de las diferentes rutas del mar es particularmente interesante, ya que se relaciona, como ya dijimos, con la historia misma de Brasil.

La página está hecha por navegantes experimentados y técnicos expertos en las distintas áreas, por lo tanto no sólo es confiable sino que también es completa. De esta forma, podemos disfrutar del inmenso mar de Brasil, que es lo mejor que el país tiene para darnos.

Vía: Expreso

Cómo armar un equipaje reducido

Cuando nos vamos de viaje, ninguno de nosotros quiere malgastar su dinero en pagar por el exceso de equipaje, así que buscar la forma de llevar todo lo necesario, a la vez que podamos hacerlos con una maleta sola – cuanto más pequeña mejor – es ventajoso para cualquier viajero. Además, si queda algo de lugar extra podemos utilizarlo para guardar aquello que traigamos de las compras realizadas, ya que es casi seguro que algo llevaremos a casa.

Realizar una maleta pequeña y que sea suficiente, es particularmente difícil para las mujeres, que queremos llevarnos un conjunto de ropa para cada ocasión, con el correspondiente calzado, bolso y demás accesorios. Y sin embargo, aunque nos esforzamos por llevar cada vez menos cosas, cuando regresamos nos damos cuenta de que no hemos usado ni la mitad. ¿A ustedes, lectoras, no les pasa lo mismo?

Por eso voy a recomendarles un sitio web muy interesante, que se dedica precisamente a darnos consejos para empacar de forma adecuada, salvándonos no sólo de pagar exceso de equipaje, sino también permitiéndonos desplazarnos con comodidad del aeropuerto al taxi, al hotel – y ni que hablar si realizamos combinaciones de vuelos –. Así que espero que os sea útil y que su próximo viaje sea más “liviano” gracias a este pequeño consejo.

Vía: One Bag

Argentina: La luminosa "ruta de los seismiles"

La llamada "Ruta de los seismiles" es probablemente uno de los itinerarios más sorprendentes que esconde la geografía argentina, un lugar ideal para los amantes de los escenarios vírgenes y de la naturaleza en estado puro. Integrado por 14 picos que superan los 6.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el circuito se despliega en el oeste de Catamarca, pegado a la frontera con Chile y ofrece una combinación de pequeños pueblos llenos de encanto y una sucesión increíble de paisajes.

Hasta no hace mucho, la Ruta de los seismiles sólo era frecuentada por montañistas argentinos y extranjeros, que llegan cada año a esta zona para desafiar las complicadas cumbres catamarqueñas, pero en los últimos tiempos se ha convertido en un destino muy visitado por toda clase de viajeros.


Los pueblos del oeste
Viajando hacia el oeste desde San Fernando del Valle de Catamarca, el camino transcurre por la solitaria ruta 60, que conduce hasta el Paso de San Francisco, el punto cúlmine de la travesía. Cuando la silueta de la cordillera ya es una presencia insoslayable en el horizonte, se impone una primera parada en Tinogasta, la localidad más importante del oeste catamarqueño. Fundada en el siglo XVIII, la ciudad ofrece una amplia gama de servicios para turistas y cuenta con dos excelentes museos que atesoran objetos de las culturas indígenas que habitaron en esta región.

Un poco más adelante, continuando por la ruta 60, se encuentra Anillaco, donde se conservan las ruinas de una pequeña iglesia levantada en 1712, y luego el famoso santuario de la localidad de San Pedro. Declarado Monumento Histórico Nacional, el templo de San Pedro fue construido en 1770 y presenta una fisonomía blanca y sencilla, de aires coloniales, con una antigua imagen cusqueña del patrono de la iglesia en su interior.

Justo antes de ingresar al último tramo del recorrido, donde están los dominios de los majestuosos seismiles, aparece la localidad de Fiambalá. Fundada en 1702, la ciudad es un sitio ideal para pasar la noche, ya que tiene varios hoteles y vale la pena dedicar una jornada para pasear por sus calles y visitar los oasis de cultivos que hay en sus afueras.

El reino de los colosos
Después de pasar por Fiambalá, la ruta 60 gira abruptamente hacia el oeste y se coloca de cara a la cordillera. Tras dejar atrás el pequeño poblado de Chaschuil, la carretera vuelve a colocarse en paralelo a las montañas y se convierte en una fabulosa vidriera de espectáculos naturales.

El primer pico en aparecer es el monte Pissis, que se halla justo en la frontera con la provincia de La Rioja. El Pissis, que tiene una altura de 6.882 metros, no solamente es el volcán inactivo más alto del mundo, sino que también pelea con el cercano Ojos del Salado para ocupar el segundo lugar en la lista de montañas más altas de toda América. El debate sobre cuál de las dos es el escolta del Aconcagua tiene que ver con que muchos especialistas no se ponen de acuerdo en la altura definitiva de cada una, que es una diferencia de apenas unos pocos metros, insignificante y fundamental al mismo tiempo.

En la capital catamarqueña se pueden contratar excursiones que llegan hasta varios de los salares que hay por toda esta región. Entre los más impactantes se cuentan los salares de la Laguna Negra y el del Hombre Muerto, donde se puede disfrutar de paisajes increíbles, compuestos por la inmensidad blanca de los mares de sal, las montañas de fondo y grupos de guanacos correteando en diferentes direcciones.

Otro gran espectáculo lo constituyen las solitarias lagunas que se encuentran delante de varios de los grandes picos de esta ruta, como la laguna del Peinado y la laguna Verde. Todos estos parajes transmiten la sensación de ser territorios absolutamente vírgenes y se hallan bastante aislados, por lo que se llega a ellos por medio de vehículos 4x4.

En el corazón de la cordillera, haciendo frontera con Chile están varios de los más importantes seismiles, como el cerro de los Patos y el cerro Tres Cruces. Entre estos, el que mejor se ve desde la ruta es el Incahuasi, que se divisa justo antes del ingreso al último tramo del viaje. El Incahuasi es uno de los picos favoritos por los andinistas y allí se encontró una famosa estatuilla de un ajuar funerario indígena.

Al girar la ruta 60 hacia el oeste aparece el majestuoso cerro San Francisco, que es probablemente el más conocido y visitado de los seismiles, ya que se encuentra muy cerca de la carretera y del Paso de San Francisco.

Este paso, que une el territorio argentino con la localidad chilena de Copiapó es el punto final de un recorrido de casi 200 kilómetros prácticamente desiertos, en los que la presencia imponente de los seismiles invita a reflexionar sobre la real medida del hombre frente a la naturaleza. Desde el hito limítrofe, situado a 4.700 metros de altura, no es posible dejar de mirar hacia atrás y observar en silencio la imagen de los colosos, transmitiendo todo su poder y su paz.

03 octubre 2008

Ushuaia, cárcel del fin del mundo: el peor de los castigos

La historia de la humanidad está plagada de relatos crueles, de historia de hombres atormentados, hostigados y martirizados en manos de hombres, al punto que poco importa lo que hayan hecho para merecerlo. Pero en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia, existió una prisión que supo albergar criminales terribles, que han causado sufrimiento como pocos, pero que sin embargo han pagado con una estancia en lo que el Dante bien pudo haber identificado como la puertas del mismo infierno.

El Penal de Ushuaia se levantó en 1904, con el fin de llevar lo más lejos posible a todo aquello que la sociedad no quiere cerca, a lo que más teme, a lo que se quiere invisibilizar. El duro clima de la zona, y lo remota de su ubicación reforzaban no sólo la seguridad de la cárcel, sino que era una forma de acentuar el castigo de los presos. Llegó a tener cinco pabellones principales, con 540 detenidos y 250 guardias. Los reclusos recibían educación primaria, de no poseerla, y realizaban distintas tareas laborales en sus talleres.

Constituyó uno de los principales impulsos de la actividad económica de la ciudad, además de proporcionarle el tren, que trasladaba a los reclusos. Sin embargo, hacia 1947 – y por una cuestión de humanidad – se decidió clausurar como prisión, y hacia la década del ’80 se convirtió en museo, como lo es hoy en día. El frío y la humedad implacables hacían un caldo de cultivo ideal para la rápida propagación de toda clase de enfermedades, además de los tratos crueles a los que muchas veces se sometía a los privados de su libertad, teniendo en cuenta el poco control que allí podía haber. Es un lugar que exuda dolor y sufrimiento.

Al ser un penal de máxima seguridad, fueron a parar allí criminales muy peligrosos como el Petiso Orejudo, un asesino en serie brutal, Mateo Banks, que mató a toda su familia para quedarse con una acaudalada herencia. Hubo también célebres presos por causas políticas, como el anarquista Simón Radowitzky.

Un sitio lúgubre, pero más que interesante, y que – por otra parte – nos hace reflexionar si después de tantos milenios de la humanidad en este mundo, el castigo severo y la revancha son eficaces a la hora de reparar males cometidos.

Via turismito

Nueva campaña turística: Perú vive la leyenda

Argentina: San Salvador y la ruta de los diques

Naturaleza, pesca y deportes náuticos en el circuito de los embalses Los Alisos, La Ciénaga y Las Maderas.

La geografía del noroeste argentino es una caja de secretos y sorpresas. Además de los famosísimos paisajes de la Puna, de los pueblos blancos de aire colonial y de los ríos furiosos que serpentean en la aridez de los valles, también es posible sorprenderse con sitios cuya estampa muchas veces no tiene nada que ver con lo que uno esperaría encontrar en esta parte de nuestro país. Esto ocurre en la llamada "ruta de los diques" de la provincia de Jujuy, un circuito poco conocido que se encuentra al sur de la ciudad de San Salvador y que rompe con los moldes habituales del paisaje jujeño.
En torno a los diques La Ciénaga, Las Maderas y Los Alisos, el desierto cedió parte de sus dominios para dar lugar a un oasis de vegetación que parece haber brotado de la nada. Gracias a la construcción de estas represas, en medio de la árida Puna es posible disfrutar de un fresco remanso donde los árboles muestran infinitas tonalidades de verde, practicar deportes acuáticos y soltar la pasión por la pesca deportiva.

De Los Alisos a El Carmen
Partiendo desde la capital jujeña en dirección sur, el primer hito del recorrido es el dique Los Alisos, situado a apenas 17 kilómetros de San Salvador. Enmarcado por laderas cubiertas por una increíble variedad de helechos, Los Alisos es un lugar ideal para realizar travesías de trekking y biking que permiten conocer la flora y la fauna característica de la región. En la zona alta se encuentra el Complejo Eva Perón, que permite acampar en un área desde la que se tiene una visión maravillosa del dique y además posee una pileta de natación y distintas instalaciones deportivas. El dique Los Alisos -al que se puede acceder por la ruta nacional 9 y por las provinciales 2 y 8- es desde hace tiempo una pequeña Meca para los amantes de la pesca, por la enorme cantidad de pejerreyes que habitan en sus aguas profundas y azules.

Continuando el paseo por la ruta 2 se atraviesan hermosos cerros cubiertos por un manto verde antes de llegar a las pequeñas localidades de La Almona, donde parten vuelos de parapente, y La Loma, que constituye el punto más alto del recorrido, a 1.450 metros sobre el nivel del mar.

Un poco más adelante se halla San Antonio, un pueblito encantador conocido en todo Jujuy por la calidad de sus quesillos, que son elaborados desde hace muchísimos años a partir de un método estrictamente artesanal.

Antes de girar por la ruta 9, que lleva a los embalses La Ciénaga y Las Maderas, se pasa por El Carmen, una villa dedicada a la producción de tabaco en la que también hay viñas y una pequeña bodega. El Carmen tiene una rica historia, ya que allí se aprovisionaban las tropas de Güemes y Belgrano durante la campaña del Ejército del Norte, y en el mes de julio es sede de una semana de festejos dedicados a Nuestra Señora del Carmen en los que abundan los productos típicos jujeños y también del sur de Bolivia.

Paraísos para pescadores
A pocos kilómetros de El Carmen se encuentra La Ciénaga, un magnífico espejo de agua que tiene muchos servicios especialmente orientados a los pescadores deportivos que llegan en busca de pejerreyes. En el Club Náutico La Ciénaga hay alquiler de botes de pesca, una pileta de natación y una hostería. En torno al dique también hay zonas de camping, asadores y un restaurante en el que preparan diferenes platos con el pejerrey de protagonista.

El embalse Las Maderas está prácticamente pegado a La Ciénaga, pero su extensión es sensiblemente mayor. Esta presa conforma un lago artificial de 960 hectáreas de superficie que, además de ser otro paraíso para los amantes de la pesca, ofrece actividades como windsurf, canotaje, paseos en lancha y esquí acuático.
Como sucede en Los Alisos y La Ciénaga, Las Maderas está rodeado por un paisaje profundamente verde, más parecido a una selva tropical que a la cercana Puna. Aun en pleno verano, el clima allí es fresco y agradable, con tardes de cielos abiertos que invitan a dormir una siesta arrullada por árboles susurrantes, agitados por el viento que corre entre los cerros jujeños.

25 septiembre 2008

Chile: La piscina más grande del mundo


Esta enorme piscina en el pueblo chileno de San Alfonso del Mar ha sido nombrada como la más grande del mundo por el libro Guinness de los records.

El lago forma una inmensa psicina de más de un kilómetro de largo y cubre ocho hectáreas de terrero. En su interior cobija más de 25.000 metros cúbicos de agua.

Esta especie de piscina o lago artificial ya ha sido abierto al público pero los detalles tecnológicos con los que se ha realizado todavía no se han desvelado. De paso, esperamos que tampoco sean copiados por otro ser con afanes faraónicos...

Vía América Zoom

Parque Nacional Tortuguero, Costa Rica: Pura Vida

Costa Rica tiene un tercio de su territorio cubierto de Parques Nacionales, por ello no es de extrañarse que el país utilice como lema la expresión “Pura Vida”. Entre los parques más afamados a nivel mundial, se encuentra el de Tortugueros, un ecosistema abundante en especies animales y vegetales.

El nombre de Tortugueros se lo debe a que en sus playas, desovan tortugas loras, baulas carey, y otras. Entre los meses de julio y octubre es cuando se produce este fenómeno de la naturaleza. Luego, llegado el momento, es un espectáculo en sí mismo ver a las pequeñas tortuguitas recién nacidas luchar por llegar al mar.

El Parque Nacional Tortuguero se encuentra al noreste del país, a 254 kilómetros de San José, la capital. Tiene un área de 18.946 kilómetros cuadrados, atravesada por lagunas y canales que son óptimos para la navegación. En esas aguas viven cocodrilos, tortugas, manatees, cangrejos y 52 especies de peces de río.



El clima es sumamente húmedo: caen entre 5.000 y 6.000 mm. al año, lo que la hace una de las zonas más húmedas de Costa Rica. Las lluvias pueden ser suaves, o las características lluvias del Caribe, que pueden durar dos semanas. Por eso, la época ideal para ir – la temporada seca – es de Febrero a Marzo.

Entre las especies que podemos encontrar en el parque, podemos mencionar el danta, el jaguar, congos, pizotes, mapaches, murciélagos pescadores, ranas venenosas, etc. También se pueden encontrar muchas especies de aves protegidas.
Lo mejor de la biodiversidad costarricense está en este parque, visitarlo es tener una vivencia de contacto directo con la naturaleza.

Vía: Costa Rica Map

Síndrome Post-Vacacional: cuando la vuelta a la rutina se hace cuesta arriba

A todos nos pasa que, al regresar de las vacaciones, tardamos unos días en readaptarnos a las tareas habituales del hogar y el trabajo, todo nos cuesta más esfuerzo, y a veces pareciera que, en realidad, estamos más fatigados que antes de partir. No terminamos de caer en la cuenta que nuestro viaje ha terminado, y ya pasó a formar parte de nuestros recuerdos preciados.

Pero, cuando estas emociones afectan en profundidad a la persona, los síntomas físicos y/o psíquicos son severos, disminuyendo notablemente la calidad de vida, estamos ante lo que los profesionales de la salud denominan Síndrome Post-Vacacional.

¿Cuáles son las señales de alarma, a las que hay que prestarles especial atención? Pues son el cansancio, la irritabilidad, sensación de tristeza, desconcentración, falta de apetito, dolores musculares, ansiedad y dificultades para conciliar el sueño. ¿Qué hacemos si esto nos ocurre? Antes que anda, no alarmarse. Se calcula que alrededor de un 40% de los menores de 40 o 45 años lo padecen. Sin embargo, si en dos semanas la sintomatología no remite por sí sola, realizar la consulta médica.

Algunas medidas que ayudan a lidiar con el síndrome: Adoptar una actitud positiva hacia el trabajo, destacando lo que nos satisface y minimizando lo que no; volver a casa al menos dos o tres días antes de regresar a trabajar, para adoptar nuevamente los horarios de acostarnos y levantarnos temprano, garantizándonos un descanso óptimo; si es posible, incrementar la actividad en forma progresiva; alimentarnos adecuadamente; dejar unos días libres para despejarnos cada tanto el resto del año; aprovechar al máximo los fines de semana, de manera tal de continuar haciendo las cosas que nos gustan todo el año.

Lo importante es pensar que este síntoma es una señal que nos indica que algo anda mal: cuanto más disconformes estemos con nuestros trabajos y nuestra vidas, más tendemos a idealizar las vacaciones como una etapa donde los problemas desaparecen temporariamente, por ello el regreso es tan duro. Tal vez sea hora de revisar qué nos está pasando, para tener la vida plena que nos merecemos, no sólo en vacaciones sino durante todo el año.

Vía: Hola

19 septiembre 2008

Bushnell GPS Backtrack: Un GPS de bolsillo para no perdernos

Nuestros compañeros de Xataka nos presentan un interesante navegador GPS para no perdernos en nuestros viajes, especialmente durante nuestras escapadas de montaña. Se llama Bushnell GPS Backtrack y, por lo visto, trae consigo la tecnología más avanzada que existe en estos momentos en las tiendas.

Su uso es muy sencillo. Simplemente le damos a un botón para marcar la situación inicial y el aparato consigue memorizar el recorrido al completo gracias a la tecnología GPS y una brújula. Algo parecido a lo que hizo Teseo con un ovillo de lana para rescatar a Ariadna y salir indemne del laberinto del Minotauro. Eso sí, un ovillo de lana de última generación.

Ideal para escapadas de montaña o incluso para recordar el lugar donde aparcamos.

Lo puedes encontrar en Bushnell y si te encaprichas te saldrá por 60 euros.

Via: Xataka

Turismo: crece la venta online

Una de cada dos transacciones que se realizan por Internet está relacionada a los servicios turísticos. Esta reveladora afirmación fue hecha por el secretario de Turismo, Enrique Meyer, durante la apertura del primer congreso de e-commerce y marketing hotelero de América Latina, que se desarrolló en dos jornadas durante la semana pasada en Buenos Aires. Meyer resaltó la importancia del evento para el sector y destacó "la alta calificación de programadores y gente que trabaja en Internet en la Argentina". Por otra parte, anunció que el 27 de setiembre, turismo.gov.ar presentará su nueva página web.

Entre los datos más relevantes surgidos en las disertaciones del congreso, figuran las estadísticas dadas a conocer por Esteban Walther, director de Servicios de Ventas y Estrategia para Google Latinoamérica, que hablan del comportamiento de los usuarios cibernéticos de la Argentina. "Los hoteles y los vuelos son los productos más populares de Internet. En lo que va del año un 40% de las búsquedas relacionadas con viajes se refiere a hoteles, le siguen la información turística general, los vuelos, las atracciones y los destinos. Otra cifra a tener en cuenta es que "el 41% de los viajeros on-line consulta las críticas de otros viajeros y, si son positivas, pueden llegar a gastar un 22% más en su compra", dijo Walther. Dentro del marketing hotelero, una de las principales tendencias señaladas en el congreso fue la competencia basada más en la atención al huésped que en las tarifas. "Hay que competir en experiencias, no en precio", afirmó Aolbert Barra, especialista español en marketing hotelero y fundador de Hotel Juice.

Venezuela: La ruta del chocolate

Pocos productos alimenticios despiertan tanta, pero tanta pasión como el chocolate. En algunas de sus formas – sino en todas – casi no hay ser humano que se resista a la morena delicia, y el que sí lo hace, algo debe de andar mal con él. Como bebida caliente, en una crujiente tableta, en pasteles, helados, en fin, el chocolate despierta una inmediata sensación de placer, tal es así que los científicos han descubierto que el organismo segrega las mismas hormonas al comer chocolate que cuando nos enamoramos.

Por ello, visitar la ruta del chocolate en Barlovento, cerca de Caracas en Venezuela, se puede convertir perfectamente en una travesía al universo de los sentidos. El clima tropical da una combinación exacta de calor, sol y humedad que hace que grandes plantaciones de cacao se extiendan por la zona, brindando los mejores frutos del mundo.

Una ruta del chocolate se ha desarrollado para turistas, llevándolos a conocer las plantaciones, el proceso de cosecha y secado del cacao, y las distintas etapas del proceso productivo. Un dulce aroma nos envuelve durante todo el trayecto, y no nos podemos ir sin probar el delicioso resultado de tanto trabajo.

Para los pueblos nativos, el chocolate era una bebida ritual, formaba parte de sus ceremonias, además de ser un consumo habitual. Los dioses no se equivocaron al elegir su fruto sagrado.

Vía: Viajeros

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