-
-
-
-

15 enero 2010

Viaje a Sao Paulo, guía de turismo

Sao Paulo es como una pequeña Nueva York que cada día crece más rápido. Es una auténtica jungla urbana, llena de playas relajantes y sol, un paraíso para las compras, comer bien y una apasionante vida nocturna. En Brasil se la conoce como la ciudad donde viven los ricos. Podéis visitarla en cualquier época del año, aunque, a ser posible, evitar que sea en verano, cuando el calor es muy sofocante por la humedad.

Los mejores meses para visitar Sao Paulo son entre abril y diciembre, cuando la ciudad se llena de música, arte y festivales culturales. En su origen, Sao Paulo era una ciudad de misioneros, fundada por sacerdotes jesuitas en 1554, a orillas del río Tiete. La ciudad se enriqueció con el cultivo del café en el siglo XIX, y los grandes comerciantes se instalaron aquí.

Hoy en día es una ciudad de 16 millones de habitantes, por lo que os podéis imaginar el caos en el que se puede convertir el centro de la ciudad. A pesar de todo, es una ciudad vibrante, llena de cultura, y que bien merece la pena una visita. ¿Queréis conocerla un poco más?. Pues veniros con nosotros, que ya tenemos en nuestra maleta a Sao Paulo.

VISITAS EN SAO PAULO

- Museo de Arte

Un gran edificio de hormigón alberga este museo en la Avenida Paulista. Contiene una importante colección de arte occidental, con grandes obras de artistas europeos de los últimos 500 años. Abre todos los días, y es gratis los jueves. El complejo incluye un restaurante a precios razonables. De viernes a miércoles abre de 11.00 a 18.00 horas, y los jueves de 11.00 a 20.00 horas. La entrada cuesta 15 dólares y gratis para los niños menores de diez años.

- Mercado Municipal

En la Rua da Cantareira se halla este mercado, situado en un edificio de estilo neogótico que data de 1933. En este gran mercado se vende fruta, verduras, quesos y otros productos. Os impresionarán sus amplias vidrieras, que representan escenas de las plantaciones de café y otras actividades agrícolas. Para que no os perdáis, el edificio se halla al norte de la Praça da Sé.

- Parque Ibirapuera

Con sus dos millones de metros cuadrados verdes, es la versión del Central Park neoyorquino en Sao Paulo. Hay rutas para pasear a pie o en bicicleta, conciertos al aire libre los domingos por la mañana, una biblioteca para leer en el parque, y una serie de museos, como el de Arte Moderno, el Museo Afro Brasil y el Auditorio de la Oca.

- Basílica de Sao Bento

Esta basílica data de 1910, y es impresionante, con su mezcla de mármol, madera y vidrieras. En su interior hay que destacar el impresionante órgano alemán, con más de seis mil tubos. La misa de los domingos a las 10.00 horas se oficia con ese órgano y con cantos gregorianos. También hay cantos gregorianos los viernes y sábados a las 07.00 horas.

- Catedral Metropolitana de Sao Paulo

Es una curiosa estructura, mezcla de estilos alemán, bizantino y gótico. La construcción se inició en 1911, y no se concluyó hasta 1954. La fachada de la Praça da Sé es maravillosa, ya que alinea junto a preciosas palmeras. Abre de lunes a sábado de 08.00 a 17.00 horas, y los domingos de 08.00 a 13.00 y de 15.00 a 18.00 horas.

- Casa das Rosas

Esta bonita mansión fue construida en 1928 por Ramos de Azevedo. Se halla en la Avenida Paulista, y hoy alberga un centro cultural, con exposiciones de arte. Si en ese momento no hay ninguna que os interese, visitar el precioso jardín de rosas. Abre de martes a domingo de 10.00 a 18.00 horas, y la entrada es gratuita.

GASTRONOMÍA EN SAO PAULO

Muchos la conocen como la Capital Mundial de la Gastronomía. En ella se puede comer de todo, desde cocina tradicional a cocina internacional. Curiosamente, cuenta con más restaurantes que Londres o París. No es de extrañar ver los bares y restaurantes llenos a cualquier hora del día, o bien después de ir al teatro por la noche. Así que lo mejor es siempre reservar mesa si váis a comer o cenar aquí.

VIDA NOCTURNA EN SAO PAULO

La vida nocturna de Sao Paulo casi se podría decir que comienza a la medianoche. La ciudad es la capital cultural de Brasil, con su lujoso Teatro Municipal, construido en 1903, o la Sala Sao Paulo, situada en la vieja estación de tren de Julio Prestes. En ambos lugares tendréis lo mejor de la música clásica, el teatro, la danza y la ópera de Sao Paulo.

Los jóvenes entre 18 y 30 años se concentran en Vila Olimpia, con grandes discotecas y muchos bares. La gente entre 25 y 45 años se dirige a Vila Madalena, con bares, restaurantes y salas de fiesta. En Vila Olimpia los bares se concentran en la Rúa Profesor Atilio Innocenti. Allí encontraréis Bar Favela, Athilio Music, o Pennélope.

COMPRAS EN SAO PAULO

Los paulistas dicen que si hay algo que no se puede comprar en Sao Paulo, no lo podréis comprar en todo Brasil. Quizás tengan razón, porque en Sao Paulo hay tiendas de todo y para todo. La zona de los Jardines es conocida por sus tiendas de alta moda, ropa cara, joyerías y tiendas de regalos, todas ellas de lujo.

El centro de la ciudad, sobre todo en la Rúa 25 de Março, es donde suelen ir a comprar tanto turistas como residentes. Allí hay mercadillos y pequeñas tiendas baratas de todo tipo. Eso sí, llevar la cartera en lugar seguro, porque suele haber mucha gente. Si buscáis algo oriental, lo mejor es acercaros a Liberdade, el barrio japonés de Sao Paulo. Todos los domingos tienen un mercado grande, en donde se vende desde bonsais hasta pequeñas estatuas de Buda.

La mayoría de tiendas abren de 09.00 a 18.00 horas de lunes a viernes, y de 09.00 a 13.00 horas los sábados. Otra cosa son los centros comerciales, que abren de 10.00 a 22.00 horas de lunes a sábado. La mayoría de tiendas aceptan las tarjetas de crédito, aunque quizás, si pagáis en efectivo, os hagan un pequeño descuento.

CLIMA EN SAO PAULO

El clima de Sao Paulo es caluroso y soleado. Las temperaturas más bajas son las de julio, con 12 grados, y las más altas las de febrero, llegando a los 30 grados. La lluvia en la ciudad, curiosamente, suele venir en los meses de verano, aunque no mucha.

CÓMO LLEGAR A SAO PAULO

La mejor forma de llegar a Sao Paulo es a través de su Aeropuerto Internacional Guarulhos, que se halla treinta kilómetros al noreste de la ciudad. Para llegar a Sao Paulo hay taxis, aunque suelen ser un poco caros. También hay un autobús lanzadera, que llega a los principales hoteles. Además hay autobuses disponibles, y oficinas de alquiler de coches.

TRANSPORTES EN SAO PAULO

En una ciudad tan grande como Sao Paulo, las carreteras siempre están colapsadas, por lo que lo mejor y más recomendable es usar el metro, la opción más rápida para desplazarse por el centro de la ciudad. Cuenta con una línea norte-sur, que incluye la estación principal de Tiete, una línea este-oeste, y una línea céntrica en la Avenida Paulista.

Asimismo hay cientos de autobuses que recorren la ciudad. Operan desde las 05.00 de la madrugada hasta la medianoche, pero generalmente suelen ir llenos de gente. Hay taxis, pero con el tráfico, y lo poco fiables que son, lo mejor es que sólo se utilicen a modo de urgencia y para movernos de noche, ya que hay varios barrios de Sao Paulo por los que, por seguridad, no se debe ir a pie de noche.

13 enero 2010

¿Cuánto cuesta un taxi en Nueva York?

Mientras cerrabas tu maleta para viajar a la Gran Manzana (o antes), te habrás preguntado por algunos gastos menores que no suelen pesar demasiado al momento de decidir un viaje, pero que es bueno tener claros para el día a día. ¿Cuánto cuesta un taxi en Nueva York?, es una de esas preguntas.

Convengamos que el costo de un viaje en taxi no será determinante para decidir viajar o no. Sin embargo si conoces aproximadamente los valores te sentirás más seguro al momento de subirte a uno de los yellow cab y evitarás el sentirte “timado” por desconocimiento.

Aquí algunos consejos y valores actualizados:

A los pies del Aconcagua

Un rey inca sumerge a su hijo en aguas milagrosas, Charles Darwin descubre el primer bosque fósil de América, José de San Martín desafía la Cordillera con su Ejército, un pueblo indígena graba sus huellas en la ladera de un monte. Anacronismos aparte, todos éstos podrían haber sido titulares de diarios de época y habrían tenido algo en común: el espectacular paisaje de la Cordillera de los Andes. Por eso, cuando uno emprende el camino desde la capital de Mendoza hasta la frontera con Chile, debe ir preparado para atravesar varios de los paisajes más espectaculares de la Argentina, y para escuchar infinidad de historias y leyendas.

La ruta 7, que une la ciudad de Mendoza con el Cristo Redentor, a más de 4 mil metros de altura, en la frontera con Chile, recorre casi 200 km de camino asfaltado, ancho y sinuoso. No hay caracoles ni infartantes cornisas, pero sí un camino que exige constante atención para retener la belleza del paisaje que va ganando altura. Si bien se puede ir y volver en el día, es recomendable disponer de más tiempo para disfrutar de cada parada.

El color de los Andes

Hay viajes en los que la ruta se impone sobre el destino. Uno de ellos es el recorrido del Circuito de Alta Montaña. La primera parada es Potrerillos, una localidad turística rodeada por los paisajes de la precordillera, el Cordón del Plata y el río Mendoza. Cerca está el centro de esquí Vallecitos -que frecuentan los mendocinos- y un espectacular dique. Las famosas termas de Cacheuta es otro lugar recomendado para detenerse, con un hotel que ofrece baños termales en piletas rodeadas por el paisaje cordillerano. La ruta sigue junto al río Mendoza, entre montañas de piedra, túneles y cañones, hasta llegar a Uspallata, mucho más que un "lugar de paso", como lo bautizaron los indígenas que habitaban la región. Fue el límite sur del imperio incaico, posta obligada en el camino a Chile desde tiempos de la colonia y el lugar elegido por San Martín para abastecer a sus tropas antes del épico cruce de Los Andes.

Con la sombra de sus alamedas, los cerros de colores de la precordillera a un lado y las cumbres nevadas de los Andes al otro, Uspallata merece una visita sin apuro. Una cabalgata desde el centro puede llevar al Cerro de los Siete Colores, formación natural de la precordillera que bien podría formar parte de la Puna. Aquí, los minerales se alinean en franjas rojizas, púrpuras, amarillentas, verdes, que cambian según la luz. Cerca de allí también se puede visitar Las Bóvedas, un conjunto de construcciones de adobe levantadas por los jesuitas en el siglo XVIII, que se utilizaban para el tratamiento de plata y zinc de las minas de Paramillos. Por su arquitectura, fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.

Y si de historia se trata, también se pueden seguir los pasos del naturalista Charles Darwin, quien, fascinado con esta región, encontró el primer bosque fósil de Sudamérica. "Vi el lugar donde un grupo de finos árboles una vez ondularon sus ramas sobre las costas del Atlántico, cuando el océano vino al pie de los Andes", escribió el científico en sus diarios hace 174 años.

Si bien queda poco del famoso "Bosque de araucarias de Dar- win", se puede llegar al monumento erigido en su honor. Mejor suerte tuvieron los petroglifos del cerro Tunduqueral, a 7 km de Uspallata, donde se aprecian pinturas rupestres dejadas por los huarpes hace ocho siglos.

Más allá de sus sitios históricos, Uspallata es un pueblo apacible, donde se puede hacer base para recorrer la región y emprender caminatas, cabalgatas y rafting.Subimos desde el Valle de Uspallata hasta las cumbres más altas de América. La ruta 7 asciende entre cerros de colores y nieves eternas. En algunos tramos sigue el itinerario de San Martín durante el cruce de los Andes.

Darwin en Puente del Inca

A 80 km de Uspallata, Los Penitentes es, junto con Las Leñas, uno de los centros de esquí más importantes de Mendoza, cerrado durante el verano. No muy lejos de allí, a 2.720 metros de altura, Puente del Inca es uno de los lugares más misteriosos del recorrido. "Parece como si la corriente de agua hubiese excavado un canal sobre un lado, dejando una saliente colgante unida a la tierra", escribió Darwin. No es otra cosa que un puente natural de 47 metros de largo por 20 de ancho, que se levanta sobre el río Las Cuevas. Debajo del puente, entre las fantasmagóricas ruinas de un hotel arrasado por una avalancha, en 1965, brota el vapor de las aguas termales, famosas por sus propiedades curativas.

Las estalactitas que caen del puente, el color amarillento del suelo, la bruma de las termas y el olor a azufre hacen de este lugar el escenario de toda clase de leyendas. La más popular afirma que un antiguo jefe inca, que tenía un hijo muy enfermo, se dirigió hacia las termas para encontrar la cura del mal, pero un río torrentoso le impedía llegar. Los guerreros que lo acompañaban se abrazaron unos a otros, hasta formar un puente humano que le permitió al jefe caminar con su hijo en brazos hasta el otro lado del río. Una vez allí, el niño encontró la cura, pero al volver atrás la mirada descubrió que sus guerreros se habían petrificado, lo que dio origen al Puente del Inca.

En el acceso a la laguna Los Horcones, base de las expediciones al Aconcagua, se aprecia una espectacular vista nevada del lado sur del cerro más alto de América, con 6.959 metros.

Finalmente, en Las Cuevas afloran casitas de arquitectura nórdica y negocios adornados con campanitas. Un buen lugar para comer o tomar algo caliente antes de emprender el último tramo. Desde aquí se puede seguir hacia Chile o tomar un sinuoso camino de 8 km hasta la estatua Cristo Redentor, erigida en 1904 a 4.200 metros de altura, para afianzar la paz entre la Argentina y Chile. También al regreso es po-sible deleitar la vista con otras postales inolvidables. Para eso, los visitantes cuentan con el camino alternativo de Villavicencio, que caracolea sobre la cornisa.

Un aventurero quiere llegar en autobús de Washington a la Antártida

Un intrépido viajero como es Andrew Evans, se planteó un propósito bien diferente para este 2010, que nada tiene que ver con “voy a comenzar la dieta” o “voy a dejar de fumar” que suele cruzarse por estos días en las cabezas de la mayoría de los mortales.

Este muchacho quiere viajar desde la capital de los Estados Unidos, Washington D.C, hasta nada menos que la Antártida. Lo más curioso de todo es que piensa llegar hasta allí en autobús, en una iniciativa que da en llamarse Bus2Antartica.

Partió en la mañana del primer día del año desde las oficinas centrales de Nacional Geographic, quienes apoyan su cometido, y por estos días se encuentra ya atravesando Guatemala.

Se estima que el viaje le llevará unas diez semanas, y recorrerá unos 16.000 kilómetros en autobús. Si deseas seguir sus andanzas, puedes leer este blog, o bien en Twitter en @Bus2Antarctica.

Claro que está en inglés, pero si manejas algo del idioma es muy interesante seguir su bitácora de viaje. No te pierdas el vídeo del día de la partida.

Vía: National Geographic

08 enero 2010

Peru: Las Ruinas de Caral, cuna de la civilización americana

Una de las excursiones que podemos hacer desde la capital de Perú, Lima, es visitar las ruinas de la ciudad mas antigua de América. Se llama Caral o Chupacigarro, y es el yacimiento arqueológico mas importante relacionado con la cultura de Caral-Supe, la cultura mas antigua de América con sus 5 mil años.

Caral está a unos 200 kilómetros de Lima y cuando llegas puedes ver los restos de una civilización que fue contemporánea de las grandes civilizaciones de Egipto, India, Mesopotamia y China. Es decir, había aquí una cultura igual de rica y compleja que ha dejado restos de enormes edificios con bases gigantescas, algo que los arqueólogos suponían que había en América pero unos mil o mil quinientos años después.

Las ruinas de Caral fueron descubiertas en 1905 pero la ausencia de cerámicas hizo muy difícil conocer cuán viejas eran y recién con la técnica del carbono 14 aplicada sobre algunas fibras del lugar pudieron datarse entre 2627 y 2100 años antes de Cristo. Es decir, en Perú comenzó la civilización americana pues lo mismos se vería en el resto del continente 1500 años después.

En Caral se han descubierto pirámides de mas de 150 metros de base, murallas de 20 metros de alto, plazas, edificios, en fin, un centro urbano muy relacionado con la religión maravilloso que no deja de asombrar. Además, aquí se ha encontrado un quipu más o menos en buen estado lo que ha llevado a cambiar la idea de que esta forma de registro de datos tiene 1500 años… pues si está aquí tiene casi 5 mil.

Bueno, ya sabemos que en la arqueología todo cambia entre descubrimiento y descubrimiento. En fin, que a mi las culturas precolombinas me fascinan, me hacen preguntarme cuál ese nexo que hay con las otras civilizaciones del mundo que se nos escapa.

Cuáles son los aeropuertos con escáneres de cuerpo entero

Puesto que tras el intento fallido de atentado terrorista en un vuelo entre Ámsterdam y Detroit muchos países decidieron implementar los controversiales escáneres de cuerpo completo, veamos entonces cuáles son los aeropuertos que actualmente los están utilizando.

De acuerdo al prestigioso periódico estadounidense Washington Post, hay sólo 40 escáneres operando en 19 aeropuertos. Londres y Nigeria tienen pedidos los suyos, pero aún no están funcionando, por ello veamos con cuáles se toparán los viajeros, y en qué aeropuertos:

• Aeropuerto Internacional de Albuquerque (ABQ)
• Aeropuerto de Atlanta Hartsfield-Jackson (ATL)
• Aeropuerto Internacional Baltimore-Washington (BWI)
• Aeropuerto de Dallas/Ft. Worth (DFW)
• Aeropuerto Internacional de Denver (DEN)
• Aeropuerto de Detroit Metro Wayne County (DTW)
• Aeropuerto Internacional de Indianapolis (IND)
• Aeropuerto Internacional de Jacksonville (JAX)
• Aeropuerto de Las Vegas-McCarran (LAS)
• Aeropuerto Internacional de Los Angeles (LAX)
• Aeropuerto Internacional de Miami (MIA)
• Phoenix Sky Harbor (PHX)
• Aeropuerto Internacional de Raleigh-Durham (RDU)
• Aeropuerto Internacional de Richmond (RIC)
• Aeropuerto Internacional de Salt Lake City (SLC)
• Aeropuerto Internacional de San Francisco (SFO)
• Aeropuerto Internacional de Tampa (TPA)
• Aeropuerto Internacional de Tulsa (TUL)
• Aeropuerto Nacional de Washington DC’s Reagan (DCA)
• Amsterdam-Schipol Airport (AMS)

Bien, la mayoría se encuentran en los Estados Unidos, salvo el que ya mencionamos que se instaló en Ámsterdam.
Continuaremos analizando esta nueva modalidad de seguridad aeroportuaria, y sobretodo, aprendiendo cuáles son los derechos del viajero en todo esto.

Argentina: Salta Las torres, los siglos, la vida

Miramos una iglesia altísima, confirmamos que es la indicada en el mapa, nos sacamos una foto adelante, damos una vuelta por adentro y seguimos. O sea, no estuvimos. Pero tenemos otra oportunidad. El niño que llevamos dentro nos contradice y se queda frente a la iglesia.

Está en silencio, porque lo ha dejado sin habla la maravilla que ve. No lo arranquemos para apurarlo hacia otro prodigio que tampoco apreciaremos. Respetémoslo, algo ha visto. Ha visto el descomunal trabajo de los hombres para erigir aquello. Ha visto la filigrana de la belleza tallando cada detalle. Ha visto la vida de los salteños transcurriendo alrededor de esa iglesia. Y ha visto el tiempo. El transcurrir de los siglos. Alguien debió colocar un banco donde está parado el niño, para que uno pueda explorar el milagro de la laboriosidad humana.

A cada paso en este recorrido por los monumentos históricos y arquitectónicos de Salta capital quedamos maravillados.

Convento de San Bernardo

Todo lo que ha pasado para que lleguemos aquí se nos impone en Salta con personalidad. El sobrio convento de San Bernardo es blanco y macizo. Pertenece a una época anterior a la colonia, cuando Salta aún era sueño.

San Bernardo fue el primer patrón de la ciudad. ¿Quién le otorgó ese título? Aquí todo tiene su historia. Un día los indios decidieron borrar del valle el asentamiento de los conquistadores, pero en uno de los ataques la figura de un breve varón pálido y solitario, con una capa blanca que ondulaba un viento irreal, los aterrorizó.

Dos de los infieles que habían huido entraron con los años a la ermita de adobe con destino de convento y dieron un alarido al ver al hombrecito que los había espantado misteriosamente con su bondad.

Los terremotos y los siglos hicieron lo posible por carcomer el convento hasta la muerte, pero los salteños, civilizadores empedernidos, no sólo lo impidieron sino que establecieron allí un hospital donde atendieron a los patriotas fundacionales de los albores de la Argentina, y luego un convento para que el candor de las carmelitas iluminara la ciudad secretamente. No es un edificio de vocación esplendorosa. En él Dios anda ocupado con sus hijos que sufren. No se exhibe. Con más modestia que entusiasmo ha aceptado el portal más fabuloso del valle. Nuestro niño lo observa azorado por la infinita aplicación con que lo construyeron aquellos lejanos indios despavoridos por el santito blanco.

Iglesia de la Candelaria

A unas cuadras se presenta la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña. El mero nombre ya es un poema que les marca a los salteños su cantito musical.

Seduce la elegancia de esta gran iglesia, de sofisticación lograda con plomo y oro. Su cuerpo ancho emite destellos que se van flotando hacia el cielo.

Tiene una cúpula magistral y una torre, y cúpula y torre hacen una pareja sobria, que observa con atención a los hijos de la Virgen que andan por las calles.

Esa torre, de 44 metros, es hija de la devoción del alemán de Baviera Josep Heinrich Theodor Rauch. Se empezó, se suspendió, se retomó. Obra de la Fe, creció con el sustento de la Divina Providencia. Esta iglesia no nació aquí, ni tampoco así de fastuosa. Empezó capillita en una hacienda, construida para una virgencita de la Candelaria traída de Coimbra, Portugal, en 1600.

Algo pasó con aquella Virgen sentada que los vecinos de la comarca la adoraron todos. En 1735 fue mudada a Salta.

Museo de Uriburu

Más adelante seguiremos el recorrido por los tesoros arqueológicos de la religión y contaremos por qué la Catedral salteña alberga un milagro.

Ahora nos detendremos en la vida cotidiana de aquella Salta colonial, que tenía la gallardía y altivez que le otorgaban ser la reina de la corriente colonizadora desde el Perú. El orgullo de Salta tenía raigambre en reyes de Europa y de América.

Las casas de sus vecinos coloniales se emparentaban con las de Lima, Cartagena, Sucre y Guadalajara. Nos transporta hasta ese momento la Casa de los Uriburu, hoy Museo Histórico José Evaristo Uriburu.

En la calle Caseros (que se llamaba Calle Real de San Francisco cuando construyeron la casa, en el siglo XVIII) hay un frente suculento, de paredes anchísimas de adobe repintado de blanco, con una puerta oscura. No deja dudas de que allí dentro están los que mandan. Por esa puerta entraban los carros a un patio en el que se espera que en cualquier momento aparezca don Diego de la Vega disfrazado.

Se recorren seis salas que guardan objetos que pertenecieron a los Uriburu, a José Evaristo, a José Félix. A ellos los acunaron los mismos fantasmas familiares que presentimos hoy. La casa perteneció a la familia entre 1810 y 1920. Es en Salta donde están las estirpes que se alargan centenarias en una casa.

Casa de Leguizamón

La Casa de Juan Galo Leguizamón (también se la conoce como Casa de Don Pablo Arias Velázquez) hace la esquina de Caseros y La Florida. La construyeron en 1806. Tiene las paredes rosa intenso, las puertas verdes, los hierros negros y los ángulos filosos. Es una esquina tan característica que Salta no sería Salta sin ella.

El visitante descubre que, vivos en su interior, los muebles franceses tapizados de seda esperan el regreso de las señoras de la aristocracia, el piano guarda un vals para el regreso del general Paz, los balcones del primer piso desean volver a llenarse de entusiastas que vivan al general Martín Miguel de Güemes que regresa a caballo con su changada bravísima.

Iglesia San Francisco

Cuando a los 16 días del mes de abril de 1582 el licenciado en Leyes Don Hernando de Lerma leyó el Acta Fundacional de Salta, los presentes escucharon que quedaba establecido un lugar para la Iglesia de San Francisco. Y allí está: se la observa y se va directamente al siglo XVI.

Claro que la iglesia que se construyó entonces no era esta gloria arquitectónica que hipnotiza e impacta con su majestuosidad monárquica.

En pocas iglesias se siente como en esta que Dios es Unico. Sus columnas blancas son velas gigantes de marfil, el denso rojo de sus paredes es el púrpura real y el oro que la cubre de los pies hasta la cabeza expresa sin contradicciones que estamos ante el Palacio más importante de este mundo. Las ventanas de la iglesia miran al cielo francamente.

Junto al cuerpo principal está el cetro descomunal: la torre campanario más formidable de la Argentina y una de las más altas de Sudamérica, con 54 metros.

Su campana está amasada con el bronce de los cañones que consiguieron la Independencia. Los mismos que utilizó el general Manuel Belgrano cuando rezó aquí mismo por los hombres que dieron su vida por nuestra Libertad.

El interior de la iglesia alberga tesoros asombrosos: un San Pedro de Alcántara de Alfonso Cano, una pintura de San Francisco, probablemente de Zurbarán, y una talla del santo de Francisco de Rivera, una biblioteca con 40.000 volúmenes, que incluye incunables de 1488, un Niño Dios cusqueño del siglo XVIII, una virgen policromada de la misma época y una imagen de la Virgen de las Nieves, la primera virgen que entró en la ciudad de Salta.

La Catedral

Llegamos finalmente a la Catedral. Cuantas veces la voltearon las fuerzas del mal, este monumento a la persistencia de la Fe volvió a levantarse. Y hoy allí, frente a la plaza de la ciudad, en torno a la cual gira el Norte argentino. Cada vez que resucitó fue más magnífica la Catedral. La de hoy, una señora aposentada rosa y blanca, cubierta por dentro y por fuera de la decoración infinita de quienes la aman, derrama un lujo exuberante para festejar la religión, la relación con Dios.

Un lujo sólo parangonable con el de Oriente. En la Catedral de Salta lo más exquisito de este mundo se hace arte para celebrar el hallazgo de lo Divino.

Fue una iglesia de adobe cuando nació, y luego también fue un templo con una cúpula y dos torres.

En 1692 esta iglesia soportó un terremoto. La explicación de que haya resistido hay que buscarla exactamente un siglo atrás, cuando un cajón apareció flotando en el mar frente al puerto del Callao. Dentro del cajón encontraron un Cristo Crucificado. El Cristo siguió su travesía hasta Salta, donde fue a parar a otro cajón, hasta aquellos días de los terremotos. Entonces el padre José Carrión soñó con el ángel que le revelaba que aquel Crucificado salvaría la obra de Dios de la furia de las entrañas de la Tierra.

Y así fue que corrieron a colocarlo junto a la Virgen que había caído de unas torres. Entonces cesaron los sismos y nacieron Nuestro Señor y la Virgen del Milagro, y las procesiones que se reanudan en la ciudad cada 15 de setiembre. Todo para celebrar aquel sueño, aquel milagro.

Noticias del mes (revisa por meses)