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10 julio 2009

Argemtina: Jujuy Historias de la sal

Ubicadas en la frontera misma entre Jujuy y Salta, las Salinas Grandes ocupan algo más de 200 kilómetros cuadrados de la región puneña y son consideradas por su extensión las terceras en todo el mundo, después de los inmensos salares de Uyuni y Arizaro. A casi 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar, fueron en su origen una gran laguna cubierta de aguas saturadas de sales provenientes de la actividad volcánica de las cumbres cercanas. Con el paso del tiempo y por efecto de la evaporación, la laguna desapareció, permitiendo en su lugar la formación del actual salar, cuya capa tiene un espesor que en algunas áreas llega a los 50 centímetros.

Por la cuesta de Lipán

Llegar hasta las Salinas Grandes demanda un lento viaje a través de los altos cerros que delimitan la Quebrada de Humahuaca. Serpenteante, la ruta asciende primero desde Purmamarca hasta la cuesta de Lipán, a más de 4.100 metros de altura, pasando por pequeños poblados típicamente puneños como Susques, para descender luego hasta la zona en donde el inmenso salar aparece entre las cumbres de manera casi hipnótica, como un infinito desierto blanco.

En la vasta planicie y al amparo de la sierra del Chañi, que la limita por el este, la imagen de las Salinas asalta los sentidos de cualquier viajero desprevenido. Bajo un intenso y desbordante cielo azul, las Salinas Grandes sorprenden por su vastedad. Aquí y allá, la superficie blanca se quiebra en hexágonos irregulares, que asemejan islotes de bordes tenebrosos bajo un sol que no tiene piedad. Nada nace allí, nada crece allí, sólo el olvido. Sin embargo, en esa desmedida sequedad, parece inevitable sentir la presencia de los dioses, bajando por un instante desde allá arriba como una divina concesión.

La vida en los salares

A poco de ingresar en las Salinas a través del camino que la cruza en forma longitudinal, la postal del desierto blanco, tan pura que parece irreal, da lugar a otra más terrenal, protagonizada por las decenas de trabajadores de las Salinas. Cubiertos con ropas abrigadas para combatir el frío que al atardecer se hace insoportable y protegidos sus ojos con lentes oscuros para evitar el reflejo hiriente del sol, estos obreros extraen ladrillos de sal exponiéndose a condiciones durísimas de trabajo. Llegados la mayoría de ellos de algunos pueblos cercanos, como Tres Pozos, trabajan en el salar desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, ya que antes y después el frío y las heladas hacen muy difícil la tarea. Es una labor fatigosa, que desarrollan durante casi todo el año, a excepción de los meses de enero y febrero, época de lluvias en las que las Salinas se inundan.

La vastedad de las Salinas invita a ser recorrida en silencio y reflexionar sobre la pequeñez del hombre frente a la naturaleza, al sentir como la brisa salada raspa la piel y la intensidad de la luz provoca una profunda sensación de ensueño.

Está por llegar la noche a la Puna y es necesario buscar refugio, volver a las casas para protegerse de una temperatura que en épocas invernales puede descender aquí hasta los 10 grados bajo cero. Y entonces, prisioneras de la creciente oscuridad, las Salinas Grandes vuelven a quedarse solas. Un viento helado sopla ya sobre ellas.

Durante los meses de enero y febrero, en la época de lluvias, las Salinas se inundan y toman la forma de un espejo descomunal.

08 julio 2009

Consejos para viajar solo

Después de todo el año ahorrando para viajar a ese destino que llevabas años deseando, la persona que pensaba acompañarte se ha rajado a última hora. Pero no deberías alarmarte: no hay problema por viajar solo. De hecho, cuando visitas un lugar, te das cuenta de la gran cantidad de gente que elige esta opción.

No obstante, siempre vienen bien unos consejos que pueden ayudarte a dar el paso. En primer lugar, tienes que tener presente que viajar solo puede ser mejor en varios aspectos: tendrás total libertad para elegir qué quieres hacer y no dependerás de los horarios, gustos o vaivenes de otra persona.

Aún así, hay que paliar el lado negativo de este tipo de turismo: el miedo y el aburrimiento. No hay por qué tener inseguridad a la hora de viajar a cualquier lado: en todos los rincones del mundo la gente vive y hace su vida. Hay que pensar que las malas experiencias son una excepción, en todos los casos.

De todas formas, siempre hay que tener cuidado y prevenir posibles altercados. Recomiendo que antes de viajar, te informes de las zonas peligrosas de la ciudad y las evites. Además, un consejo contra posibles robos es comprarse una faltriquera, donde guardar las cosas de valor escondidas tras la ropa, de modo que pongamos difícil su extracción.

Para luchar contra el aburrimiento, lo mejor será llevar libros, videoconsolas o cualquier cosa que pueda hacer más llevadero nuestro viaje. El inconveniente es que suelen pesar mucho, pero mi consejo es introducirlos en el equipaje en detrimento de ropa u otros enseres prescindibles, pues vienen muy bien.

También es grata y recomendable compañía un cuaderno de viajes, en el que apuntar todo lo que nos pasa y nuestras emociones. Muchas veces es bueno hablar con uno mismo y reparar en las pequeñas cosas. Por último, recomiendo apuntarse a viajes organizados, en los que conocer a gente en las mimas circunstancias. Este tipo de viajes es más que turismo; son toda una experiencia.

Via: viajespasion

La primera librería gay de Latinoamérica está en Buenos Aires

En el mundo proliferan las librerías temáticas, aquellas que venden ejemplares de libros escritos en todo el mundo con relación a un tema: leyes, medicina, turismo, por sólo dar ejemplos.

Pero al interior de un restaurante de Buenos Aires llamado Chueca, abrió un pequeño pero innovador emprendimiento: una librería orientada a la temática LGTB, en una ciudad que ha pulido en los últimos años su calidad de Gay Friendly.

Otras Letras se trata de la primera librería en Latinoamérica en vender estos libros, que al principio sólo se comercializaban en Internet. Entre los ejemplares, con mayoría de autoría latinoamericana o española, encontramos ensayos como La Cuestión Gay, del sociólogo Ernesto Meccia. Entre las novelas de ficción, también hallaremos La Viuda de Rafael, de Luís Daniel Estrada o Asfalto, cuyo autor Renato Pellegrino fue preso por escribirlo durante la última dictadura militar argentina.

En definitiva, es una recopilación de volúmenes diseminados en otros comercios en distintas secciones como Psicología, Antropología, Género o incluso de Autoayuda, y en un espacio donde los lectores pueden a la vez disfrutar de una taza de café y de las recomendaciones de los dueños.

Vía: El mundo

Argentina: San Luis En el gran desierto rojo

Es fácil pasarse y seguir de largo, porque el cartel que indica que llegamos a Hualtarán es casi imperceptible, medio oculto a la vera de una ruta desolada y en medio de un silencio que parece venir del comienzo de los tiempos.

El guía sólo pregunta si llevamos agua y cámara de fotos, y pronto se sabrá por qué. Esta es la puerta de entrada al Parque Nacional Sierra de las Quijadas, en el noroeste de la provincia de San Luis, un gran desierto rojo de 150 mil hectáreas, con formaciones rocosas extraordinarias talladas por la erosión del viento y el agua durante millones de años. Todo es rojo: la tierra, las quebradas y los riscos, el cielo del atardecer. Parece una imagen de Marte y, a la vez, un paisaje que ha quedado intacto desde los confines del pasado más remoto, porque hay allí restos fósiles de animales prehistóricos y numerosas huellas de dinosaurios y raíces petrificadas.

El sol pega fuerte sobre las pieles y la tierra. No hay electricidad, agua corriente ni señal para el teléfono celular, y hay que administrar muy bien el agua porque la caminata es larga y luego aumentará la sed.

Sin embargo, todo esto que puede entenderse como una suma de dificultades desaparece frente a la belleza extraña e inquietante del paisaje, con cornisas y paredes verticales de cientos de metros en ese tinte bermellón, y las rocas de formas sorprendentes, cortadas y talladas a mano por la naturaleza.

Una imagen como nunca se ha visto antes.

Sierra de las Quijadas está ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de San Luis. Por la Ruta Nacional 147 se llega al pequeño caserío de Hualtarán, donde se encuentra la oficina de Parques Nacionales, un área de acampe, un par de casas y una escuela rural, lo que constituye la principal infraestructura de la zona. Allí un guardaparque o un guía de turismo pedirán los datos de procedencia y ofrecerán toda la información necesaria para aventurarse en lo que algunos llaman "una hermana del Gran Cañón del Colorado", el gigante de los Estados Unidos.

Desde ese lugar, siguen seis kilómetros de tierra y ripio que se van internando en el Parque. Al costado del camino, y antes de llegar a los riscos, se puede visitar un conjunto de hornillos para la producción de cerámicas que pertenece a la cultura de los indios huarpes, un sitio arqueológico bien interesante como para ir entrando en clima.

Poco más allá arranca el primero de los recorridos posibles, y acaso el más impactante: "Los Miradores", una caminata de entre 45 minutos y una hora que permite apreciar una panorámica de las sierras y que culmina con una vista increíble del Potrero de la Aguada, un gigantesco valle de 4.000 hectáreas rodeado por una muralla de rojos farallones verticales, como un anfiteatro natural tallado durante milenios y con las capas de tierra superpuestas como un pastel de hojaldre.

Para no perderse: la puesta del sol en los miradores, cuando el sol parece desangrarse en un fuego que cubre el cielo, la tierra y las rocas. La sensación es de completa soledad y, sin embargo, cada tanto se puede vislumbrar una pareja de halcones volando en círculos o el paso a lo lejos de algún zorrito que se les anima un poco a los turistas.

Dinosaurios y rocas milenarias

En las Quijadas viven varias especies en peligro de extinción, como el gato moro y la vizcacha colorada, además de una riquísima fauna que incluye pumas, guanacos, burros salvajes, ñandúes, cisnes de cuello negro, águilas coloradas, cardenales amarillos y tortugas terrestres.

El de "Los Miradores" es el único circuito que se puede hacer sin guía; el resto se realiza en grupos organizados. En general se pueden contratar en el momento, aunque conviene averiguar con anticipación, sobre todo en verano, cuando hay varias franjas horarias en las que no se permite la salida de excursiones ya que la temperatura puede llegar a los 45 grados.

"La Huella" es una travesía de alrededor de unas tres horas que lleva hasta donde quedó grabada una huella casi intacta de un saurópodo de cola larga, el dinosaurio de mayor tamaño que vivió en la zona. Es muy impactante: las tres pezuñas perfectas, a pesar de que fueron impresas hace millones de años. Igual de impactante es el camino para llegar a ellas, un descenso por el acantilado, tomándose de rocas, plantas y raíces, y tratando de controlar el vértigo frente a tanta inmensidad.

El "Sendero de los guanacos" es otra excursión de tres horas que recorre la senda que utilizan actualmente los guanacos y permite conocer la geografía, fauna y flora de la región. Finalmente, el circuito "Los Farallones" demanda aproximadamente cuatro horas. En la mitad del sendero de "La Huella" hay que desviarse para seguir descendiendo hasta el fondo

del Potrero de la Aguada. Sólo apta para los que tienen buen estado físico, es una travesía espectacular, bajando por una quebrada con paredones verticales de más de 200 metros de altura. A cada paso aparecen cuevas y rincones extraños, además de unas rocas increíbles, que por la erosión han adquirido formas reconocibles y que así se ganaron sus nombres: "la cabeza del toro", "el puma", "el botellón".

Otras historias

En algún rincón de la sierra, el viajero también puede tener la suerte de encontrarse con don Pilar, uno de los baqueanos de la zona, que viste de gaucho y sostiene la conversación sin desmontar de su caballo. Esa cara curtida por el sol y los años contará, entre otras historias, que en el siglo XIX y principios del XX, esta zona era refugio de algunos grupos de bandidos que asaltaban las carretas que cubrían el tramo Buenos Aires-San Juan. Luego de los atracos, se ocultaban en el Potrero de la Aguada.

Se dice que festejaban sus andanzas faenando vacunos para sus asados y, por alguna razón, comían primero las quijadas y dejaban los esqueletos tirados en el valle. Las autoridades ofrecieron entonces importantes recompensas por la captura de los "gauchos de las quijadas". Nunca imaginaron que de esa manera estaban bautizando uno de los lugares más maravillosos del planeta.

03 julio 2009

El curioso mundo de los visados

¿Cómo he llegado a esta conclusión? Preparando mi viaje, en el que pasaré por varios países, me he encontrado con que no existe un sólo tipo de visado, sino que dependiendo del gobierno, los acuerdos que tenga con el país de origen y básicamente su política con el turismo, tendremos que seguir procedimientos diferentes para cruzar la frontera.

Tipos de visado o no-visado

(Siempre teniendo como origen España, ya que las condiciones dependen de la nacionalidad del viajero)

Caso 1 ¡Tienes suerte! No necesitas visado, basta con un pasaporte que por regla general debe tener una validez de al menos seis meses tras la fecha en la que tienes previsto abandonar el país. (Ej.Chile oArgentina)

Caso 2 ¡Estás de racha! Necesitas un pasaporte con una validez de 6 meses y a la entrada al país te adjuntarán un visado gratuito si el motivo de tu viaje es turístico por un periodo determinado de tiempo que por lo general es de 90 días. (Ej. Sudáfrica oNamibia)

Caso 3 ¡Sólo tendrás que pagar! Necesitas un pasaporte con una validez de 6 meses y cuando llegues al control de entradas de la frontera del país tendrás que pagar una cantidad determinada con la que obtendrás un visado con fines turísticos (Ej. Camboya, Nepal) La cantidad a pagar suele oscilar entre los 25-60 €.

Caso 4 ¡Se empieza a complicar! Además de aportar un pasaporte con una validez de 6 meses, tendrás que tramitar tu visado antes de llegar al país, ya sea antes de salir de viaje en la embajada del país de destino o en un punto intermedio del viaje, acudiendo a la embajada del país que quieres visitar (siempre suelen estar en las capitales). En este caso, los trámites se caracterizan por su lentitud. Pongamos por ejemplo India. El visado hay que gestionarlo antes de llegar. Será necesario tener nuestro pasaporte con validez de 6 meses, rellenar un formulario, también es conveniente adjuntar una fotocopia de la confirmación de nuestro vuelo, este último detalle se complica si tenemos previsto llegar por tierra desde un país vecino. Para la tramitación, en el caso de que lo solicitemos desde España y no residamos en Madrid, donde se encuentra la embajada, y si lo tramitamos de manera individual, hay que contar con un gasto medio de: 50€ por el visado, unos 2-3€ por el coste del giro postal y alrededor de 17€ de gastos de envío certificado (teniendo en cuenta que también hay que adjuntar el envío de vuelta). En total, unos 70€ para obtener el visado, más un tiempo medio de espera de unas dos semanas, que fácilmente pueden convertirse en tres y media. (Ej. India o Vietnam)

Caso 5 ¡Te planteas cambiar de destino! Pero el caso anterior no es el más complicado, si queremos viajar a países como Rusia, el trámite da otro salto mortal para comprobar que realmente tenemos muchas ganas de conocer el país. En este caso, las autoridades aduaneras no se conforman con el pasaporte, el formulario, comprobante de seguro médico que cubra la estancia, fotocopias de la confirmación del vuelo y el pago de la tarifa del visado, sino que si quieres obtener el visado, también necesitarás una carta de invitación escrita en ruso de un conocido, amigo o familiar, y en su defecto una del hotel donde te alojarás. Por lo general, la segunda opción es la más habitual si no tienes la suerte de tener amigos en Rusia, así que empieza la aventura. No servirá la confirmación de tu reserva de hotel, sino que tiene que ser una especie de ‘voucher’ especial, resultado, muchos hoteles aunque tengas una reserva con ellos, te cobrarán por facilitarte estos documentos. Estafas a parte, que también las hay, porque no entenderás una palabra de la carta a no ser que tengas un nivel avanzado en cirílico, la tramitación será muy larga, y si tienes pensado viajar en coche y recorrer una distancia larga, además, necesitarás permisos especiales.

En definitiva, obtener visados es toda una prueba de buena organización, paciencia y por supuesto, no se nos puede olvidar reservar una parte de nuestro presupuesto para los visados, porque nos hará falta. Una web que os puede ayudar es visados.org, se dedican a la tramitación de visados y podéis consultarla bien para delegar el papeleo o simplemente para informaros, ya que a veces su web tiene los datos más actualizados que las propias páginas de las embajadas.

¡Ah! La foto la he tenido que coger de flickr (Gracias Elbier Minks), porque mi pasaporte lleva un mes viajando de la oficina de correos más próxima a las distintas embajadas.

¡Cruzo los dedos para recuperarlo a tiempo!

Via: 3viajesaldia

Perú también incorporó un sitio a la Lista de Patrimonio Mundial

Tras la reunión de Sevilla el Comité de Patrimonio Mundial declaró a la ciudad sagrada de Caral, en Perú, al listado.

A partir de un informe técnico del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y en vistas a que este sitio arqueológico cumple los principios de integridad y autenticidad en la conservación de monumentos y que el sistema de gestión implementado es adecuado, se ha otorgado este honor.

Con la Ciudad Sagrada de Caral ya son 11 los sitios peruanos que figuran en el grupo de la UNESCO. En este sentido, hay una fuerte recomendación al Estado de continuar o incrementar las medidas de conservación implementadas hasta la fecha y preservar del turismo masivo estos espacios, ya que hay que evitar que haya otro caso como el de Machu Picchu que podría perder su categoría como Patrimonio Mundial.

Por ello se promoverá la capacitación de los hoteleros, gastronómicos, la policía y todos aquellos que de una forma u otra se vinculan al turismo para que sepan cuidar este tesoro arqueológico.

Vía: Mensajero Web

El Museo del Che Guevara en Neuquen Argentina

A principios de 1952, el joven Ernesto Guevara y su fiel amigo Alberto Granado llegaban en moto, hambrientos y cansados, a San Martin de los Andes, la escala neuquina en su gira lationoamericana. Por entonces, el intendente del Parque Nacional Lanín les brindó alojamiento en un galpón donde se guardaba el forraje para los animales, conocido como La Pastera, ubicado sobre la esquina de Roca y Sarmiento.

Este recinto, construido en piedra y madera, es hoy un pequeño museo dedicado al Che Guevara, que inauguró a mediados del 2008. Su apertura fue un gran acontecimeinto en el que participó hasta la mismísima Aleida Guevara March, hija del Comandante. A la entrada se ubica la librería y en la sala principal se distribuyen los paneles dinámicos e informativos que recrean la vida del líder revolucionario, acompañado de fotos inéditas. La Pasterd Museo del Che. Rudensio Roca y Sarmiento. Entrada $5 (argentinos) de miércoles a lunes de 12 a 18hs.

Via: viajesdestinos

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